IV. MITOLOG�A Y ARQUEOASTRONOM�A
LA INTERPRETACI�N ASTRON�MICA DE LOS MITOS
E
N LOS
�ltimos a�os se ha popularizado la idea acerca de la posible explicaci�n astron�mica de la f�bula m�tica. M�s precisamente, existen varias opiniones seg�n las cuales algunos mitos, o algunos hilos m�ticos, nacieron como "reflejo" del movimiento de cuerpos celestes. Esta tesis no es actual, pero �ltimamente han surgido nuevas pruebas en la etnolog�a o en la historia de las religiones que llevan a una explicaci�n en este sentido.1Por otra parte, sabemos bien que la interpretaci�n astron�mica de los mitos no excluye otras. En los dos �ltimos siglos se han publicado muchas obras sobre qu� es el mito; quiero mencionar aqu�, al respecto, los trabajos de E. Cassirer; M. Eliade, C. G. Jung, C. Ker�nyi, L. L�vi-Bruhl, C. L�vi-Strauss, R. Otto, P. Ricoeur, J. W. Rogerson, H. Schlier y L. Walk, entre otros.
Ahora, en mi opini�n, es el momento de recordar y sintetizar sus teor�as. Quiero tratar aqu� temas m�ticos como agregados del simbolismo m�gico-religioso, por un lado, y reflejos de los acontecimientos hist�rico-sociol�gicos, por otro.
La naturaleza del t�rmino "mito" es multidimensional y por eso existe la necesidad de investigar en todas sus definiciones (J. W. Rogerson, 1974: 166,174). El mito tiene varios niveles simb�licos y parece que naci� como un agregado de varios sentidos. Si bien posteriormente perdi� algunos, otros se transformaron y en mi opini�n no es verdad que primero existi� s�lo un nivel significativo y despu�s se fueron a�adiendo otros.
Entonces, simplificando, el mito es:
1. El reflejo de algunos acontecimientos hist�ricos que casi olvidados se convirtieron en un tema m�tico.
2. La explicaci�n en el nivel popular de todo el Universo. En esta dimensi�n se pueden colocar las preguntas sobre el origen del Universo, el hombre, el orden social, el destino del hombre, etc. En este caso el mito funciona como la herramienta para instruir a la gente en algunas ideas determinadas y en este sentido es uno de los canales de la informaci�n (o de la propaganda) que ayuda a manejar a la gente por el centro ideol�gico-conductor.
3. La explicaci�n en el nivel esot�rico del Universo. Aqu� el mito funciona como la herramienta simb�lica para iniciados. Ayuda a comprender mejor varios estados del proceso de la iniciaci�n. El mito en este contexto es la fuente de varios tipos de ciencias ocultas. Este sentido puede ser �til en el psicoan�lisis moderno con fines terap�uticos, como ya demostr� C. G. Jung.
4. La herramienta para facilitar la memorizaci�n de ciertas ideas importantes (F. Yates).
5. El reflejo y/o la explicaci�n de las revoluciones de los astros.2
Es evidente que todos estos niveles significativos se mezclaron y entrelazaron unos con otros en un mito y por esto no es f�cil su interpretaci�n. En este an�lisis quisiera dar una posible explicaci�n del mito de Quetzalc�atl, en la dimensi�n astron�mica.
Las fuentes que voy a utilizar en este art�culo son ante todo: Los Anales de Cuauhtitl�n, fray Ger�nimo de Mendieta, fray Toribio de Benavente, Motolinia; Diego Mu�oz Camargo, fray Bernardino de Sahag�n y fray Juan de Torquemada.3
Este mito se puede resumir de la manera siguiente:
1. Quetzalc�atl reinaba en Tula por muchos a�os, reform� la religi�n y fue "estimado y tenido por dios" (Sahag�n III, 4) en esta ciudad.
2. Quetzalc�atl tuvo que salir de Tula a causa de Tezcatlipoca, seg�n varias versiones: a) Tezcatlipoca, viendo que Quetzalc�atl hab�a eliminado los sacrificios humanos, decidi� con otros dioses (Ihuim�catl y Tolt�catl) expulsarlo de Tula. Con este fin le dieron pulque y lo embriagaron para que olvidara cumplir sus obligaciones religiosas. Cuando Quetzalc�atl se dio cuenta de lo ocurrido decidi� abandonar Tula (Anales 39-47); b) Tezcatlipoca Hu�mac oblig� a Quetzalc�atl a salir de Tula (Mu�oz Camargo I, 1); c) Tezcatlipoca venci� a Quetzalc�atl en el juego de pelota, despu�s de lo cual, este dios "fue persiguiendo al dicho Quetzalc�atl de pueblo en pueblo" (Mendieta II, 5; Torquemada VI, 45); d) Quetzalc�atl sali� de Tula para establecer las provincias nuevas de su reino (Motolin�a I, 30); e) los dioses Huitzilopochtli, Titlacauan y Tlacauepan hicieron a Quetzalc�atl toda la serie de embustes que causaron la muerte de los ciudadanos. Posteriormente, Quetzalc�atl acord� salir de Tula (Sahag�n III, 4-12); f) Tezcatlipoca y Hu�mac acusaron a Quetzalc�atl de haber cometido adulterio y �l, viendo su destino, sali� de Tula (Torquemada III, 8); g) su enemigo Hu�mac, m�s poderoso que �l, lo oblig� a abandonar Tula (Torquemada III, 8).
3. Quetzalc�atl se dirigi� hacia Tlillan Tlapallan: a) en este lugar se quem�, entr� en el cielo y se convirti� en el planeta Venus matutino (Anales, 50, 51); b) vino a Cholula a gobernar esta provincia (Mu�oz Camargo I, I); c) estuvo en Cholula por un tiempo, pero nuevamente fue expulsado de este lugar por Tezcatlipoca, y�ndose al pa�s de Tlillapa o Tlilapan en la costa del mar, donde muri�. Su cuerpo fue quemado y su alma se convirti� en estrella o cometa (Mendieta II, 5; Torquemada VI, 45); d) caminaba paseando por muchos lugares, hasta que lleg� a la costa del mar, donde hizo una balsa y sali� navegando al Tlapallan (Sahag�n III,14).
Como vemos, en este mito se habla directamente de la conversi�n de Quetzalc�atl en estrella o en el planeta Venus. Seg�n opini�n com�n de los cient�ficos, existe la posible asociaci�n de Quetzalc�atl con Venus. Estos elementos nos permiten buscar la interpretaci�n astron�mica de este mito.
Esta asociaci�n parece ser muy probable. El pa�s Tlillan Tlapallan ("lugar del negro y rojo") est� en direcci�n del Este (Gonz�lez Torres, 1945:144; Seler, 1963,II: 9; Soustelle, 1940: 59, 68). Quetzalc�atl dice que va en direcci�n del Sol (Sahag�n III,13, 4) al Tlapallan. Se dice (Sahag�n III,14, 6; Mendieta II, 5) que este lugar se hallaba en la costa del mar (oriental). Todo esto sugiere que Quetzalc�ad sali� de Tula en direcci�n al Oriente. Aqu�, en este lugar, Quetzalc�atl muri� y sus devotos quemaron su cuerpo (Mendieta II, 5; Torquemada VI, 45). En los Anales, (50) se dice que el dios se quem�. Despu�s de este acto, su coraz�n (Anales 50) o su alma (Mendieta III, 5; Torquemada VI, 45) subi� al cielo para convertirse en estrella. Los Anales hablan directamente de la estrella matutina y otras fuentes dicen una estrella o cometa, pero que tras ellos "se ha visto seguir pestilencias en los indios, y otras calamidades" (Mendieta II, 5). Como sabemos el planeta Venus fue el ejecutor del destino (C�dice Borgia 53, 54 con Venus flechador, v�anse figuras 1 y 2). Los Anales (50, 51) dicen que cuando muri� Quetzalc�atl y se convirti� en la estrella "que al alba sale", esta estrella fue nombrada tambi�n como Tlahuizcalpantecuhtli (que quiere decir "el Se�or del Alba"), bien conocido como el dios del planeta y con quien fue asociado Quetzalc�atl (Spranz, 1973: 482; figura 3). Su funci�n fue flechar con sus rayos a algunas personas en ciertas fechas determinadas.
Por �ltimo hay que apuntar que, seg�n Sahag�n, Quetzalc�atl caminando hacia el Sol, desapareci� del mundo porque baj� al Mictlancalco (que quiere decir "el lugar de la casa de los muertos") y que denota el pa�s de los muertos. Los Anales (50) dicen que despu�s de quemarse, el dios desapareci� por 8 d�as (estuvo 4 d�as entre los muertos y "en 4 d�as se provey� de flechas").
Naturalmente, este n�mero de d�as coincide con el intervalo bien conocido entre la �ltima aparici�n del planeta como lucero de la tarde y la primera aparici�n como lucero del alba (Gibbs, 1977: 33; 1980: 89).
Todo esto significa una cosa: Quetzalc�atl se convirti� en el Venus matutino. Esta no es una idea nueva, pero en este mito podemos identificar esta conversi�n con seguridad.
Ahora habr�a que preguntarse en qu� t�rminos astron�micos se podr�a tratar a Quetzalc�atl antes de esa conversi�n.
Muchas veces se describe a Quetzalc�atl como una persona vieja, enferma o d�bil. Esto indica su declinaci�n, su ca�da.
Por otra parte, Tula es el lugar donde muri� mucha gente: en un caso los mat� una india vieja que en el xochitla ("jard�n") tostaba el ma�z. Parece que tostaba el ma�z maduro, porque fue para comer.
En la versi�n de Sahag�n (III, 12, 34), Quetzalc�atl saliendo de Tula pas� por Cuauhtitl�n ("bosque"). En este lugar �l se vio en el espejo como viejo. Llam� este lugar Huehuecuauhtitl�n ("bosque viejo"). En este lugar estuvo un �rbol "grande, grueso y largo". Pero el dios despu�s de verse en el espejo como muy viejo lo apedre� furioso. Este gran �rbol fue deteriorado, roto. Podemos decir que este �rbol, apedreado, muri� o se cay�. Sahag�n nos dice tambi�n que este dios baj� al Mictlancalco, el pa�s de los muertos, antes de salir navegando. En los Anales, Quetzalc�atl, despu�s de quemarse, estuvo en el pa�s de los muertos por cuatro d�as.
Seg�n los Anales, Mendieta y Torquemada, Quetzalc�atl muri� antes de convertirse en Venus matutino.
Figura 3. Tlahuizcalpantecutli, el dios del Venus matutino (C�dice Borgia, figura 69).
He presentado en esta enumeraci�n algunos elementos que se repiten: enfermedad, debilidad, vejez, declinaci�n del poder; la muerte, el ma�z maduro. Estos elementos corresponden a las propiedades del occidente (Soustelle, 1940: 37-38). En el poniente est� el jard�n de la diosa Xochiquetzal. En este lugar colocaron Tamoanch�n el jard�n cuyo signo es un �rbol roto y derribado (�asociaci�n con Huehuecuauhtitl�n?) (Soustelle, 1940: 62; figura 4). Tamoanch�n es s�mbolo de la declinaci�n y en verdad podemos decir de la declinaci�n del poder de Quetzalc�atl. Este �ltimo aspecto voy a analizarlo posteriormente.
Todo esto sugiere el occidente como el lugar donde reinaba Quetzalc�atl y de donde empez� su viaje al Sol. Aqu� ya puedo decir que en este aspecto, el dios, como habitante de Tula, simboliza el Venus vespertino. En este mito, Quetzalc�atl tiene el papel de la estrella de la tarde y de la estrella del alba.
Los argumentos siguientes pueden reforzar esta suposici�n.
En nuestro mito varios dioses decidieron forzar a Quetzalc�ad a salir de Tula. Sin embargo, �ste continu� siendo poderoso por un tiempo y por lo tanto hubo que debilitarle para luego expulsarle. Entre estos dioses se encuentran: Tezcatlipoca, Ihuim�catl y Tolt�catl (Anales); Tezcatlipoca Hu�mac (Mu�oz Camargo); Tezcatlipoca (Mendieta, Torquemada); Huitzilopochtli, Tlitlacauan y Tlacauepan (Sahag�n); Tezcatlipoca y Hu�mac (Torquemada). Esta enumeraci�n nos muestra c�mo en este mito el mayor oponente de Quetzalc�atl fue Tezcatlipoca.4
Sin embargo, era Quetzalc�atl un dios tan poderoso e importante que su gran oponente Tezcatlipoca necesit� debilitarlo antes de expulsarlo de Tula. Su acci�n contra Quetzalc�atl empez� en los Anales (39) cuando le ense�� el espejo y el dios vi�ndose muy feo y viejo, dud� por primera vez de su poder. Luego efectu� la cena durante la cual Quetzalc�atl se emborrach�, bebiendo demasiado pulque con su hermana Quetzalpetlatl y se olvid� de actuar en algunas ceremonias religiosas. La negligencia en estos servicios fue la causa de su salida de Tula. Posteriormente quisiera apuntar el papel del pulque en este evento.
Otras versiones del mito (Mendieta II, 5 y Torquemada III, 8) dicen que mientras Tezcatlipoca y Quetzalc�atl jugaban a la pelota, aqu�l se transform� en jaguar de tal manera que la gente que los miraba huy� y cay� en el abismo. El juego de pelota (o de tlachco, tlachtli) simboliza "el juego" de los movimientos astron�micos (p.e. Alexander, 1964: 68, 82; Pi�a Chan 1969: 31-32). Tambi�n el s�mbolo del jaguar podr�a aqu� referirse al "juego de los astros", es decir al eclipse (Alexander, 1964: 62). 5 Entonces Tezcatlipoca, m�s poderoso que Quetzalc�atl, los oculta. (Mu�oz Camargo dice que Tezcatlipoca "pretendi� oscurecer la fama de Quetzalc�atl".)
En esta versi�n, Quetzalc�atl tuvo que abandonar Tula a causa de Tezcatlipoca. Despu�s de encontrarse con �l, todo pas� muy r�pido. Quetzalc�atl perdi� su poder y desapareci� en Tlillan Tlapallan.
En la versi�n de Sahag�n (III), que es m�s detallada, los dioses debilitaron gradualmente el poder de Quetzalc�atl. Por ejemplo, se dice que Quetzalc�atl se sinti� ya muy viejo y Tezcatlipoca le dio el vino de maguey para emborracharlo. Como en los Anales, encontramos aqu� el agregado de la vejez y de la bebida de maguey. En el mismo lugar, Tezcatlipoca habla sobre el pa�s Tlillan Tlapallan, adonde deb�a ir Quetzalc�atl para volver convertido en joven.
Siguieron los sucesos que ocasionaron la muerte de los ciudadanos de Tula. En �stos, el papel activo lo jug� Tezcatlipoca. La hija de Hu�mac rey de los tulanos, cuando Quetzalc�atl era el sacerdote mayor se cas� con Tezcatlipoca, bajo la figura de un indio desnudo. Eso caus� la guerra y numerosas personas perdieron la vida. En otra ocasi�n, los tulanos murieron cuando Tezcatlipoca los oblig� a bailar. Otros m�s murieron en una huerta, xochitla ("jard�n") y en el mercado. Por �ltimo, una india vieja que tostaba el ma�z en el xochitla, durante una hambruna, les dio muerte (figura 5) y no pudiendo hacer nada para salvar la vida de su gente, Quetzalc�atl sali� de Tula. Todos estos eventos debilitaron su poder de manera que la �nica soluci�n fue salir para Tlillan Tlapallan. Antes de salir dej� algunas artes y ciencias, que formaban parte de su esencia.
Figura 5. La india vieja tostando el ma�z (C�dice Florentino, III, figura 13).
Siguiendo su camino, encontr� en varios lugares algunos acontecimientos que lo debilitaron m�s.
**************Primero: En Cuauhtitl�n ("bosque") se vi� muy viejo en el espejo y por eso dio el nombre a este lugar: Huehuecuauhtitl�n ("el bosque viejo").
Segundo: Cuando pas� el r�o, encontr� a los demonios que lo obligaron a dejar sus bienes: "las artes mec�nicas de fundir plata y labrar piedras, y madera, y pintar, y hacer plumajes y otros oficios" (Sahag�n III, 135-6). Tambi�n debi� dejar sus propias joyas. Esto podr�a interpretarse como si Quetzalc�atl tuviera que dejar lo esencial de su persona al despojarse de sus atav�os.
Tercero: En otro lugar tuvo que beber pulque y esto lo emborrach�, lo debilit� (figura 6).
Figura 6. Quetzalc�atl borracho (C�dice Florentino, III, figura 14).
Cuarto: Una vez m�s fue debilitado cuando pasaba por los volcanes, donde perdi� a sus pajes (enanos y jorobados), que murieron a causa del intenso fr�o. El contexto es claro: Quetzalc�atl fue el Sol, y mientras caminaba murieron sus enanos y jorobados. En el M�xico antiguo existi� la costumbre de que durante los eclipses de Sol eran sacrificados estos personajes a la estrella del d�a (Alexander, 1964: 82). Se puede observar aqu� que durante el cambio del Venus vespertino al Venus matutino es decir durante la conjunci�n inferior el astro pasa sobre el Sol (como pasa la Luna durante los eclipses del Sol. Naturalmente, el planeta no tiene di�metro suficiente para ocultar al Sol, pero la naturaleza del acto es semejante al eclipse solar). Por Otra parte, ellos, como sus pajes, representaban algo de su esencia, pues Quetzalc�atl, caminando en la direcci�n del Sol (v�ase Sahag�n III, 13, 5), tuvo que sacrificar una parte de su propia persona.
Seg�n el punto de vista astron�mico podemos afirmar que en este mito, Quetzalc�atl tiene el papel de Venus antes de la conjunci�n inferior y poco despu�s. Primero, en el cielo de la tarde podemos observar el planeta como el cuerpo celeste muy brillante. Su brillantez aumenta hasta la magnitud de -4.3. Esto pasa despu�s de situarse en el �ngulo de la elongaci�n m�xima (la distancia angular entre los dos astros para el observador colocado en la Tierra). Para Venus, el �ngulo de la elongaci�n m�xima no es mayor que 47 grados (Sidguick, 1957: 112; Robinson y Muirden, 1979: 127, v�ase tambi�n el cuadro de la p�gina 130). El planeta se acerca al Sol r�pidamente, tambi�n pierde su brillantez para desaparecer finalmente. Sigue la conjunci�n inferior del Sol y de Venus y para el observador de la Tierra el planeta est� invisible, porque pasa sobre el Sol. Despu�s de 8 d�as se ve Venus otra vez, pero ya en el Oriente (v�ase The Astronomical Almanac para cualquier a�o). Un observador de la Tierra podr�a decir que el Sol quem� al planeta para que se aparezca en el cielo matutino. Entonces el poder de Quetzalc�atl va aumentando gradualmente (la creaci�n de las artes y ciencias para el hombre, etc.) y se refiere a la brillantez del astro que aumenta tambi�n en el cielo vespertino. La debilidad, la declinaci�n del dios se refiere a la disminuci�n de la brillantez del astro. El acto de quemarse y la presencia en el pa�s de los muertos se refiere a la conjunci�n de ambos astros. (V�ase tambi�n la ponencia de L. Maupom�.)
Como ya se mencion�, el mayor oponente de Quetzalc�atl en este mito fue Tezcatlipoca. En numerosas fuentes antiguas se pueden hallar otros ejemplos del conflicto entre los dos dioses. Ambos casi siempre se encuentran como opuestos (p.e. Le�n-Portilla, 1979: 98-99). Este antagonismo es bien conocido y no es necesario ilustrarlo aqu� con otros mitos.
Ahora hay que investigar qu� podr�a significar, en los t�rminos astron�micos, la figura de Tezcatlipoca.
Pero antes de resolver este problema, quisiera mencionar el papel del pulque en el proceso del debilitamiento del poder de Quetzalc�atl. En Sahag�n (III, 4) el pulque empieza este proceso. Tezcatlipoca, bajo la figura de un viejo, le dio a probar pulque para que Quetzalc�atl se sintiera mejor y olvidara su vejez (figura 7), y el pulque le dio la ilusi�n de estar sano. En los Anales los dos ayudantes de Tezcatlipoca Ihuim�catl y Tolt�catl (que es uno de los dioses del vino, v�ase figura 8) cortaron un maguey e hicieron el pulque en cuatro d�as y en el cuarto, despu�s de cortarlo, lo ofrecieron para la cena rnemorable de Quetzalc�atl, durante la cual cay� �ste. Hay que mencionar que el dios fue forzado a beber pulque durante su peregrinaci�n al Tlillan Tlapallan (Sahag�n III, 13, 7-9; figura 6).
Figura 7. Un viejo ofreciendo el pulque a Quetzalc�atl (C�dice Florentino, III, figura 11).
Figura 8. Tolt�catl, uno de los dioses del pulque (C�dice Magliabecchiano, 52).
Como se sabe, existe una fuerte asociaci�n entre el pulque o m�s precisamente entre los dioses del pulque y la Luna. Por ejemplo, los dioses del pulque del C�dice Magliabecchiano (nuevamente figura 8) son adornados con yecametztli ("la nariguera en media luna"). Este adorno tiene relaciones con el signo jerogl�fico en forma de Luna creciente (p.e. Seler, 1960: 231-232, 249). En sus escudos se ve otro s�mbolo de la Luna: la manta de conejo.
Figura 9a. Octec�matl, la jarra del pulque (seg�n C�dice Mendoza, 61).
Figura 9b. May�huel, diosa del pulque (seg�n C�dice Vaticano B, figura 89).
En muchos ejemplos se encuentra asociada la Luna (en forma de Luna creciente) con los recipientes de pulque (figuras 9). Como se observa en algunos casos, la Luna creciente est� relacionada con el l�quido fermentado (Gon�alves de Lima, 1978:140-144). La autora dice as�:
Podemos suponer que, seg�n los Anales, Quetzalc�atl tom� el pulque cuando en el cielo se observ� la Luna creciente (en el cielo vespertino), porque se dice que los dioses prepararon la bebida 4 d�as despu�s de cortar el maguey. Este pulque caus� la salida de Quetzalc�atl (Anales) o lo debilit� por primera vez (Sahag�n).
Es interesante que en el C�dice Florentino (Libro X, cap�tulo XII) se diga que el buen horticultor debe respetar los signos del a�o, del mes y del d�a durante su trabajo. En la figura 10 se ve un horticultor leyendo el libro bajo la Luna creciente. A su derecha est� una planta, semejante a los dibujos, de maguey.
Figura 10. El buen horticultor (C�dice Florentino, l�mina LXIX, figura 73).
Seg�n Sahag�n la primera cosa que afecta el poder de Quetzalc�atl es el pulque y la �ltima, que mata a su gente, es el ma�z (la india vieja que tost� el ma�z en el xochitla). Esta planta est� asociada tambi�n con la Luna (Gonz�lez Torres, 1975: 96).
En estos casos podemos observar la asociaci�n entre Tezcatlipoca y el pulque o el ma�z y que estos �ltimos est�n relacionados con la Luna, por lo que podemos derivar de aqu� una relaci�n entre Tezcatlipoca y la Luna (creciente).
1. Orozco y Berra (1960, I: 57) fue el primero en sugerir que en esta lucha entre Quetzalc�atl y Tezcatlipoca (el Tezcatlipoca negro) estos dioses desempe�an el papel de Venus y de la Luna, respectivamente.
2. Seler (1963, II) menciona varias veces (p.e. p�ginas 9-10, 17, 30-32, 243 etc.) que Tezcatlipoca podr�a simbolizar "la Luna creciente en el cielo de la tarde", "la Luna joven que aparece en el cielo vespertino" o "el Sol que se pone, se transforma en la Luna que, por primera vez sale en el cielo vespertino, ya cerca del horizonte". Analizando la l�mina 35 del C�dice Borgia (figura 11) Seler dice que las figuras de Quetzalc�atl y Tezcatlipoca representan "el lucero vespertino y la Luna representados juntos en el cielo nocturno".
Figura 11. Quetzalc�atl y Tezcatlipoca (C�dice Borgia, figura 35).
3. Tambi�n otros autores (Spence, 1923: 112; Schultze-Jena 1950: 238) se�alan las similitudes de la naturaleza variable de Tezcatlipoca con la Luna.
4. En la figura 14 del C�dice jerogl�fico Aubin se ve a Tezcatlipoca teniendo la media Luna al cuello, en su aspecto del mundo nocturno (figura 12).
Figura 12. Tezcatlipoca, el mundo nocturno (C�dice jerogl�fico Aubin, figura 14).
Todo esto sugiere la posibilidad de la asociaci�n entre Tezcatlipoca y la Luna, es decir, la Luna creciente del cielo vespertino (occidental). Si as� lo suponemos, hay que confrontar esta asociaci�n con la realidad astron�mica.
Tezcatlipoca la Luna creciente del cielo vespertino (occidental) encontr� a Quetzalc�atl Venus vespertino y lo debilit� de tal manera que el dios se movi� hacia el Sol convirti�ndose en el Venus matutino. Quiero se�alar aqu� que los encuentros de estos dioses podr�an referirse a la conjunci�n de ambos astros.
Como ya hemos mencionado, el �ngulo de la elongaci�n de Venus no es mayor que 47 grados. Esto significa que la distancia angular entre los dos astros (el Sol y Venus) no es grande. La Luna nueva ocurre cuando est� en conjunci�n con el Sol. Se aparece en forma de Luna creciente uno o dos d�as despu�s de esta conjunci�n, cuando hay cierta distancia entre el Sol y ella. A causa de la elongaci�n de Venus, cada mes entra en conjunci�n con la Luna creciente en el cielo de la tarde (v�ase p.e. The American Ephemeris and Nautical Almanac.) Estas conjunciones ocurren el tercero o cuarto d�a despu�s de la Luna nueva. Despu�s de estar en la fase de su brillantez m�xima, Venus entra en conjunci�n con la Luna frecuentemente por �ltima vez en el cielo vespertino. El planeta pierde su brillantez muy r�pido; se puede decir que la Luna al encontrar a Venus lo debilit�. En t�rminos astron�micos, existe la explicaci�n de los eventos que narra este mito.
Naturalmente, �sta no es la �nica explicaci�n de este mito. En otros niveles diferentes al astron�mico encontramos otras, por ejemplo, Hedrik (1967) y Jim�nez Moreno (1956) discuten este mito a la luz de los eventos hist�ricos; Le�n-Portilla (1979), en el nivel filos�fico. La versi�n de Sahag�n nos ofrece los detalles de la naturaleza esot�rica.
En este lugar quisiera mencionar tambi�n que existen otras explicaciones astron�micas de este mito (Beyer 1965: 21-22; Preuss 1955: 394), pero en mi opini�n es dificil asociarlas con movimientos astron�micos.
En la interpretaci�n aqu� presentada se trat� de ser lo m�s preciso posible en la descripci�n de los movimientos astrales en el lenguaje m�tico. No s�lo se identificaron los cuerpos celestes, sino tambi�n su ubicaci�n y su fase. Estas cosas permiten ofrecer la explicaci�n astron�mica como la m�s posible, porque empleando la astronom�a se da un enfoque m�s preciso.
Existe tambi�n otra interpretaci�n de un mito que refuerza nuestra explicaci�n a trav�s de la analog�a. Hostetter (1979) interpret� un mito de Mesopotamia conocido con el t�tulo de "El descenso de Istar al pa�s inferior". Investigado por ella encuentra que se habla tambi�n (en categor�as astron�micas); de las conjunciones entre la Luna creciente y Venus, de la disminuci�n y aumento gradual de la brillantez del planeta, etc. y tambi�n habla de Mercurio. En el mito toman parte tres cuerpos celestes (la Luna, Venus y Mercurio), por esto toda la interpretaci�n es precisa.
La interpretaci�n astron�mica de los mitos nos ofrece una nueva dimensi�n de la investigaci�n cient�fica, nos "ampl�a" el campo del examen y explicaci�n del pasado. Entonces, en su aspecto astron�mico, este mito es un buen ejemplo de la herramienta para instruir a la gente en los movimientos de Venus. Fue f�cil ense�ar al pueblo, utilizando las figuras de Quetzalc�atl y Tezcatlipoca (bien conocidas), la �poca de la transici�n del planeta del cielo vespertino hacia el cielo matutino. Seguramente en otros mitos podremos encontrar algunos otros tipos de informaci�n astron�mica. 6
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1 Por ejemplo, G. de Santillana y H. von Dechend, Hamlet's Mill, Boston, 1969.
2 Estas ideas est�n siendo investigadas y desarrolladas en el seminario de antropolog�a general en el Instituto de Arqueolog�a de la Universidad de Varsovia desde los a�os setenta, bajo la supervisi�n del profesor A. Wiercinski. Las ideas aqu� presentadas son desarrolladas bajo la influencia de esta escuela.
3 V�ase la bibliografia al final de este art�culo.
4 En la versi�n de Sahag�n, Titlacauan es otro nombre de Tezcatlipoca. V�ase, por ejemplo, Sahag�n II, 2, 1.
5 Por ejemplo, el mito del nacimiento del dios Huitzilopochtli.
6 Por ejemplo, el mito del nacimiento del dios Huitzilopochtli.