V. FRENTE A UNA NUEVA ERA CON EL SOL COMO ALIADO
E
L PAPEL
de la energ�a solar; como respuesta alternativa, a la demanda mundial de energ�ticos, ha de revisarse en el contexto de las otras opciones existentes.En el cuadro V.1 se presentan datos comparativos de las fuentes de energ�a: el porcentaje de su contribuci�n al consumo de energ�a en el a�o 1983 y su prospectiva para el a�o 2000.
Aunque el valor de 0.3 para la electricidad solar puede parecer peque�o, representa el mayor incremento relativo en la contribuci�n de las distintas fuentes. Le siguen los combustibles sint�ticos y la electricidad nuclear.
El consumo comparado de energ�a en el mundo, por tipo de fuente, calculado en mil in Toe, (toneladas equivalentes de carb�n), entre los a�os 1973 y 1983 se presenta en el cuadro V.2.
(Porcentajes de contribuci�n en el mundo occidental)
1983 2000
Petr�leo crudo 49.0Gas natural 17.0Carb�n 20.0 23.0Hidroelectricidad 10.0Electricidad nuclear 4.0 8.0Combustibles sint�ticos 0.4Electricidad solar 0.0
FUENTE: CICH, UNAM. 1985.
1973
Petr�leo 2835 Carb�n 1 480 Gas natural 1 015 Hidroelectricidad 330 470 Energ�a nuclear 50 240 Otras 55 70 TOTAL 5765
En este cuadro se observa un crecimiento en el consumo de carb�n, gas natural y sobre todo de energ�a nuclear, a costa de la disminuci�n del consumo de petr�leo, justificada por la crisis del a�o 1972. Debe notarse que, a pesar de la llamada "crisis energ�tica", el consumo total de energ�a aument� en estos 10 a�os, si bien disminuy� el consumo del petr�leo.
(Porcentaje del consumo total por pa�s o regi�n. Datos 1996)
Los pa�ses m�s industrializados consumen una gran parte de la energ�a que se produce a nivel mundial:
País % del consumo mundial (1989) de combustibles fósiles
Canad� 2.5 Estado Unidos de Am�rica 24.8 Francia 1.9 Alemania 4.5 Italia 2.2 Inglaterra 2.9 Jap�n 4.8 Total 43.6
En la siguiente d�cada, de 1990, en pa�ses como Australia, Suecia y Canad�, hasta un 5% de su consumo de energ�a proviene de "otras" (geot�rmica, solar; biomasa, vientos).
Tambi�n es interesante comparar los porcentajes de consumo y generaci�n de energ�a respecto al porcentaje de poblaci�n en 1984.
Es importante notar que Am�rica del Norte, con s�lo un 5% de la poblaci�n mundial, consume el 30% de la energ�a total y genera el 26% de la misma. La prospectiva - para el a�o 2000 en el consumo porcentual, por regiones, resulta muy semejante al calculado en 1984.
La energ�a solar como alternativa viable en la demanda mundial de energ�ticos se presentar� destacando las siguientes posibilidades:
1. Fotoqu�mica y fotobiol�gica
2. Conversi�n directa en electricidad
3. Celdas fotoelectroqu�micas (PEC)Las otras opciones fundamentales para el abastecimiento de energ�a a largo plazo -la energ�a nuclear y la energ�a obtenida mediante el uso de combustibles sint�ticos- no ser�n descritas en este libro.
POSIBILIDADES FOTOQU�MICAS Y FOTOBIOL�GICAS
La aportaci�n de la energ�a solar a la demanda global de energ�a puede hacerse tan generalizada como la de los sistemas de energ�a nuclear; si se logra ampliar el intervalo utilizable de radiaci�n electromagn�tica.
Los m�todos para la utilizaci�n de la energ�a solar-aunque actualmente la investigaci�n contin�a- tienen la ventaja, en relaci�n con los procesos de fusi�n, de proveer un uso controlado de la energ�a solar, como se ha demostrado a lo largo de la historia de la naturaleza en las reacciones fotobiol�gicas y fotoqu�micas. A pesar de que a�n est�n lejanas las aplicaciones t�cnicas de dichas posibilidades, las decisiones al respecto depender�n de las pol�ticas de investigaci�n al inicio del pr�ximo siglo, como tambi�n ser�n importantes las implicaciones sociales, econ�micas y pol�ticas, en la elecci�n de las opciones energ�ticas m�s viables. El factor dominante para el consumo futuro de energ�a est� en raz�n de la velocidad de crecimiento de la poblaci�n.
El curso de la historia, a partir de la crisis del petr�leo, ha demostrado las oscilaciones en el inter�s de los gobiernos por apoyar los proyectos de fuentes alternas de energ�a y hasta qu� punto dependen esos mismos gobiernos de las variaciones del precio y del uso del petr�leo, que se han convertido en factores de presi�n pol�tica entre los pa�ses con reservas y los importadores. Sin embargo, es bien sabido que las fuentes de energ�a no renovables, como el petr�leo, deben sustituirse a mediano o largo plazo.
Bajo la perspectiva de que el desarrollo de la investigaci�n b�sica en los campos de la fotobiolog�a y la fotoqu�mica es de gran inter�s para el futuro, �ste sigue siendo un tema central en las discusiones sobre energ�ticos. Dentro de este tema es de gran trascendencia la obtenci�n de hidr�geno mediante la fotolisis del agua:
H2O � O2+H2 El uso de la energ�a solar para la producci�n de hidr�geno consta de tres grupos de procesos t�cnicos:
1) Procesos para la producci�n de hidr�geno a partir del agua y la luz solar. Abarcan la biofotolisis, la fotocatalisis, fotoelectr�lisis, reacciones termoqu�micas y la descomposici�n t�rmica directa del agua.
2) El segundo grupo incluye las t�cnicas fotovoltaica, termoi�nica solar y procesos solares t�rmicos.
3) Este grupo incluye procesos para la producci�n de hidr�geno usando formas indirectas de energ�a solar: conversi�n de la energ�a t�rmica de los oc�anos, conversi�n de la energ�a e�lica, conversi�n de la energ�a de las olas de los oc�anos, hidropotencia, energ�a de la biomasa y desperdicios.
La fot�lisis del agua, fuera de las c�lulas vivas, ocurre utilizando s�lo las radiaciones por debajo de 400 nm, lo cual implica un uso de s�lo el 10% de la luz que irradia el Sol. Las radiaciones que pueden ser absorbidas directamente por el agua son de longitud de onda menores de 200 nm, lo cual corresponde a una fracci�n casi despreciable de las radiaciones que llegan a la Tierra: el espectro visible (400 - 700 nm) abarca aproximadamente el 45% de los rayos que inciden sobre la superficie terrestre. Para la fot�lisis del agua se requiere un proceso en el cual intervengan varios fotones en la generaci�n de electrones excitables, como es el caso de las plantas, como "sistemas fotosint�ticos de transporte de electrones" (pigmento + aceptor de electrones). Esto corresponde a la posibilidad fotobiol�gica. Otro sistema fotosint�tico de transporte de electrones son los electrodos semiconductores (posibilidad fotoqu�mica). La transferencia de electrones entre el electrodo semiconductor y el electr�lito (en este caso el agua) es posible s�lo en dos intervalos: en la banda de conducci�n (donde ocurre la reducci�n del agua) o en la banda de valencia (oxidaci�n del agua). Como ya se vio anteriormente, la situaci�n energ�tica de las bandas es t�pica para cada material semiconductor. Para que tenga lugar una transferencia de electrones, el potencial de la banda de conducci�n debe estar por arriba del potencial normal E0 (H2O/H2) o el potencial de la banda de valencia por debajo del potencial E0 (O2/H2O). Por razones termodin�micas, la banda prohibida debe ser por lo menos de 1.23 eV.
Por iluminaci�n de semiconductores id�neos pueden pasar electrones de la banda de valencia a la de conducci�n; el semiconductor en el cual ocurre el proceso favorece una r�pida separaci�n de cargas (electrones y huecos). La reacci�n del agua en el semiconductor ocurre sin que sea necesario aplicar un voltaje externo. Uno de los semiconductores m�s usados para este proceso es el TiO2 (�xido de titanio). El �xido de titanio tiene una banda prohibida de 3.0 eV, por lo cual el proceso fotoinducido s�lo tiene lugar en un intervalo de longitudes de onda menores de 415 nm; la eficiencia cu�ntica es menor de 1%. Un electrodo, energ�ticamente m�s adecuado que el anterior, es de CdS (sulfuro de cadmio), en el que sin embargo no puede descomponerse el agua. Para ello, se deja ocurrir una reacci�n redox (como productora de corriente) como, por ejemplo, ferro/ferri cianuro de potasio, con lo cual se alcanza una eficiencia cu�ntica de 5%, que conlleva una menor estabilidad del electrodo (descomposici�n an�dica del CdS). Por esta raz�n, se ha intensificado la b�squeda de otros materiales m�s estables, que tengan mejor comportamiento en nula y baja iluminaci�n, como, por ejemplo, los calcogenuros de metales, de transici�n (MoS2, MoSe2, WS2, WSe2, TeS2, TeSe2).
Recientemente se ha demostrado que un diodo p/n, que consiste en un monocristal de p-Gap y n-Fe2O3 policristalino, puede descomponer el agua con bajo rendimiento cu�ntico, cuando se expone a la radiaci�n visible del ultravioleta cercano, en ausencia de potenciales externos.
As� tambi�n, dentro de la fotos�ntesis, se estudian procesos que se realicen fuera de las c�lulas vivas; al mismo tiempo, se intenta optimizar la producci�n de hidr�geno en microalgas.
�Por qu� es importante la obtenci�n de hidr�geno a partir del agua? Ya hemos visto que el progreso t�cnico ha estado fuertemente unido al uso de combustibles no renovables, principalmente el petr�leo. Tambi�n sabemos que las reservas que se acumularon durante 70 millones de a�os se agotar�n en una o dos generaciones. Este hecho, unido a la necesidad de conservar el petr�leo como materia prima vital para la industria qu�mica org�nica -en la producci�n de productos de pl�stico, fibras sint�ticas, f�rmacos, colorantes, detergentes y aun, en un futuro, de comestibles- y la creciente contaminaci�n del aire causada por los transportes terrestres y a�reos han creado la necesidad de concertar esfuerzos en la b�squeda de opciones para sustituir el petr�leo como combustible.
Del Sol hemos aprendido que es un "reactor de fusi�n". Provee hidr�geno para la combusti�n en tales cantidades que la entrada de energ�a a la superficie de la Tierra est� asegurada durante millones de a�os.
Las ventajas del uso del hidr�geno como combustible sobre otros como los combustibles sint�ticos, el metanol, etc�tera, son:
Desde el punto de vista t�cnico y econ�mico, el hidr�geno es la alternativa m�s adecuada como sustituto del petr�leo, ya que -como constituyente del agua- es el elemento m�s abundante de la naturaleza. Los combustibles sint�ticos tienen al respecto la desventaja de que son manufacturados a partir del carb�n, en cuyas reservas hay una tendencia decreciente y se espera que para el a�o 2050 sea escaso y caro. El H2como combustible para m�quinas es perfectamente compatible con las de combusti�n interna, las de Otto y Diesel y las turbinas de gas.Como combustible para autom�viles tiene las siguientes ventajas:
Alta relaci�n masa-energ�a (aproximadamente 110000 BTU/kg). Promueve una mayor eficiencia de la m�quina. Menor energ�a de ignici�n. Se aproxima m�s a la "combusti�n instant�nea a volumen constante" ideal del ciclo de Otto. Amplio intervalo de los l�mites de inflamabilidad (4 a 75%), lo cual le da una mayor flexibilidad en la selecci�n de las relaciones combustible-aire. No es contaminante. Elimina el �xido n�trico -�nico posible contaminante- por reducci�n. Ausencia de problemas de condensaci�n de vapor en climas fr�os.Es natural que cause preocupaci�n el hecho de que el hidr�geno sea inflamable y explosivo, para efectos de su transporte y uso. Sin embargo, se ha examinado a fondo este aspecto y el resultado ha sido la afirmaci�n de que es posible proveer las precauciones adecuadas. No debe olvidarse que tanto la gasolina como el gas natural y el gas licuado son tambi�n peligrosos y, sin embargo, su manipulaci�n es com�n. Es m�s, el H2 presenta al respecto la ventaja de que sus l�mites inferiores de inflamabilidad y detonabilidad son mayores. Debido a su ligereza y mayor difusibilidad, se facilita su r�pida dispersi�n en la atm�sfera, reduciendo as� las posibilidades de que su concentraci�n alcance dichos l�mites en el aire. Su mayor rapidez de combusti�n, combinada con su baja densidad, hace que las llamas provocadas por el H2 se eleven en el aire en dos o tres minutos, por lo que son menos destructivas que las de otros combustibles. Las muertes por sofocaci�n causadas por los gases t�xicos producidos en las llamas de los combustibles son imposibles en el caso del hidr�geno, ya que el producto de su combusti�n es solamente el agua.
Sus grandes desventajas con respecto a la seguridad son la facilidad con que puede escapar y el hecho de que su flama es invisible. Para evitar lo anterior se han desarrollado m�todos adecuados de detecci�n.
PROBLEMAS EN EL TRANSPORTE DEL HIDR�GENO
Las razones por las cuales no se ha extendido el uso del hidr�geno como una alternativa comercial pr�ctica son:
1) No ser condensable debido a su ligereza. Esto causa que sus tanques de transporte deban ser muy voluminosos.
2) Es m�s dif�cil dise�ar las redes de distribucion.
Consumo comparativo de electricidad respecto al total de energ�a consumida. Datos 1996.
Pa�s Porcentaje de consumo de electricidad (hidroelectrica) respecto al consumo total de energía
Noruega 48.3 - Francia 2.3 40 Canad� 12.0 12.5 24.5 Brasil 20.7 - 20.7 Espa�a 2.5 15.24 Alemania 0.48 11.7 Reino Unido 0.27 10.5 Estados Unidos 1.05 8.55 9.60 Venezuela 9.12 - Argentina 4.30 4.53 8.83 Rusia 2.3 3.8 6.1 India 2.8 0.6 3.4 MEXICO 2.14 1.03 China 1.94 0.4 2.34
Estas desventajas deben dejar de ser relevantes dentro de unos 30 a�os comparadas con la inevitable elevaci�n de los precios del petr�leo. Existen tres posibilidades para hacer m�s compacto su almacenamiento.
1) Comprensi�n a altas presiones en cilindros de acero de paredes muy gruesas.
3) Almacenamiento dentro de compuestos qu�micos como los hidruros met�licos.
CONVERSI�N DIRECTA DE LA ENERG�A SOLAR EN ELECTRICIDAD
La energ�a proveniente de cualquier sistema es -en principio- convertible a electricidad. Sin embargo, todos los procesos que tienen lugar en esta transformaci�n est�n sujetos a p�rdidas de energ�a: Los generadores de electricidad como los motores diesel o de gasolina, las turbinas de gas, las centrales de energ�a geot�rmica, los diodos termoi�nicos y los generadores termoel�ctricos, entre otros, est�n limitados por el llamado rendimiento de Carnot (no son 100% eficientes). Otros generadores tienen otro tipo de limitaciones. Por ejemplo, los hidroel�ctricos tienen p�rdidas por fricci�n, o por la evaporaci�n del agua de los dep�sitos; los molinos de viento dependen de la constancia de la velocidad del viento; las celdas solares est�n limitadas por el porcentaje de radiaci�n que pueden absorber y las l�gicas fluctuaciones de la misma.
CELDAS SOLARES DE ESTADO S�LIDO
La celda solar fotovoltaica es un dispositivo semiconductor en estado s�lido, que produce electricidad �til en forma de un voltaje directo, y un flujo de corriente a partir de la conversi�n directa de la radiaci�n luminosa del Sol, por medio del llamado efecto fotovoltaico. Este efecto implica la formaci�n de pares electr�n-hueco, la separaci�n de los portadores de carga en una zona no homog�nea (como un contacto metal-semiconductor o una uni�n p-n) y la movilidad de las cargas que deber�n permanecer separadas por un tiempo considerable antes de recombinarse. La separaci�n de las cargas es el origen del voltaje. La formaci�n, movilidad y lenta recombinaci�n de los pares electr�n-hueco, generados por la absorci�n de los fotones, dan lugar al flujo de corriente.
Ya en la d�cada de 1940 se conoc�an los aspectos fundamentales del comportamiento de materiales semiconductores, especialmente los aplicados a dispositivos electr�nicos, pero hasta mediados de la d�cada de 1950 no se concret� el uso de estos materiales en el aprovechamiento de la energ�a solar. En 1954, Chapin, Fuller y Pearson fabricaron un sistema de uni�n p-n utilizando silicio monocristalino con una eficiencia de conversi�n del 6%. Comercializado al a�o siguiente, este dispositivo contin�a siendo el m�s conocido y difundido.
Es conveniente clasificar las celdas fotovoltaicas de acuerdo con la macro y microestructura del material con el que est�n constituidas. Se tienen tres tipos:
Monocristalinas: B�sicamente son las constituidas por silicio monocristalino. Son las de mayor eficiencia debido a su estructura cristalina, pero tambi�n son las m�s costosas. Se utilizan en arreglos con o sin concentradores de luz.
Los elevados costos de preparaci�n y purificaci�n del silicio, con caracter�sticas adecuadas para ser utilizado como semiconductor en las celdas solares (esto es, unas 0.2 ppb de impurezas), as� como las p�rdidas de material en los procesos de corte y pulido, constituyen grandes obst�culos que hasta el momento han impedido el uso generalizado de estas celdas.
A la fecha no se ha establecido con certeza cu�l es la pureza m�nima requerida para el Si en celdas solares (Si "grado solar") en comparaci�n con el silicio grado "metal�rgico" -que es la materia prima en la mayor parte de los procesos de purificaci�n- o con el silicio empleado en circuitos: Si grado "electr�nico".
Policristalinas: Se presentan en general en forma de pel�culas delgadas fabricadas por diversas t�cnicas o por fusi�n y sintetizaci�n de algunos materiales. Su producci�n es menos costosa pero tienen problemas de estabilidad y baja eficiencia debido a una alta concentraci�n de defectos cristalinos que favorecen la recombinaci�n de los electrones y huecos.
Amorfas: Son las constituidas por materiales amorfos. Su preparaci�n se realiza en forma de pel�culas delgadas utilizando como materia prima compuestos org�nicos que contienen silicio. En la actualidad se han intensificado los estudios sobre estos sistemas, con la esperanza de poder fabricar celdas solares de bajo costo, aunque a�n quedan muchos detalles y problemas por resolver.
Otro punto a considerar en el desarrollo de celdas de silicio de estado s�lido es el llamado "periodo de retorno energ�tico", que es el tiempo que tiene que transcurrir antes de que la energ�a invertida en la fabricaci�n de la celda pueda recuperarse en forma �til. Actualmente se consume tanta energ�a en la producci�n de las celdas que dicho periodo es de casi 20 a�os en celdas monocristalinas, de 5 a 10 a�os en celdas con Si policristalino y de menos de un a�o con Si amorfo. Esto indica que no basta con obtener un dispositivo de alta eficiencia de conversi�n, sino que se requiere que su vida �til sea apreciablemente mayor que el periodo de retorno energ�tico. Esta situaci�n sugiere que las �nicas celdas con un futuro prometedor sean las de silicio amorfo y las fotoelectroqu�micas. Estas �ltimas, con mejores perspectivas si se aplican en procesos fotosint�ticos y fotocatal�ticos que en la conversi�n directa a electricidad.
De la misma manera que en las celdas de estado s�lido, los materiales amorfos constituyen una magn�fica posibilidad de obtener celdas de uso generalizado, en las celdas fotoelectroqu�micas se est�n investigando diversas opciones que incrementen la eficiencia de conversi�n y abatan los costos de operaci�n.
Modificaci�n: La estructura superficial de los electrodos puede alterarse en forma controlada. Esto se logra mediante la absorci�n de diferentes materiales que quedan fuertemente unidos al sustrato. De esta manera, se cambia la naturaleza qu�mica del electrodo, se aumenta el �rea de contacto con la soluci�n electrol�tica o se evita la corrosi�n y fotocorrosi�n del material.
Sensibilizaci�n: El empleo de sustancias coloridas, ya sea disueltas en el electr�lito o unidas superficialmente al electrodo, contribuye a incrementar el intervalo de radiaci�n luminosa absorbida. Esta t�cnica se conoce como "sensibilizaci�n por colorante" y se utiliza principalmente con materiales semiconductores cuya banda prohibida es demasiado grande (mayor de 2.5 eV).
Dispersi�n: La obtenci�n de part�culas semiconductoras de tama�o muy peque�o permite la preparaci�n de dispersiones. Ya que cada part�cula puede contener una regi�n metalizada, se tiene un sistema equivalente a miles de peque�as celdas fotoelectroquimicas, donde c�todo y �nodo se encuentran en la misma part�cula.
La investigaci�n en dispersiones de semiconductores ha contribuido al desarrollo de nuevas teor�as de la evoluci�n de la vida de nuestro planeta. Ya se vio en un cap�tulo anterior c�mo el �xido de hierro policristalino, impurificado con silicio o con magnesio, cataliza la producci�n de hidr�geno bajo la irradiaci�n solar. La abundancia de Fe, Mg y Si en el manto terrestre asegura que el hidr�geno pueda ser fotoproducido en grandes cantidades a partir del agua. Una vez producido el hidr�geno, es posible que se realicen las subsecuentes reacciones catalizadas, con CO2 y N2 para la producci�n de hidrocarburos y amoniaco. As�, la serie de reacciones que empiezan en la fotodescomposici�n del agua puede producir mol�culas org�nicas y ox�geno, configurando una fotos�ntesis preclorofilica.
Por otra parte se ha demostrado que la irradiaci�n con luz solar de una mezcla que contiene amoniaco, metano (CH4), agua y di�xido de titanio platinizado y dispersado, promueve la formaci�n de compuestos org�nicos llamados amino�cidos, que son los componentes b�sicos de las prote�nas. Dado que las condiciones del experimento intentan simular las que exist�an en nuestro planeta hace miles de a�os, se puede pensar que ciertos mecanismos fotoelectroquimicos fueron decisivos en la evoluci�n de los seres vivos. El intento del hombre por conquistar la energ�a solar resulta, as�, una gran empresa para el futuro que puede ayudarle a desentra�ar los misterios de su pasado.