II. EL EXPERIMENTO DE CABRERA

TÓMESE un anillo superconductor, colóquese en una región donde el campo magnético sea mucho muy débil y obsérvese la corriente eléctrica en el anillo, muy pacientemente, durante varios meses. Este fue el experimento que Blas Cabrera, quien trabaja en la Universidad de Stanford, realizó con todo acopio de paciencia durante más de doscientos días hasta que, por fin, encontró la huella de lo que podría ser el primer monopolo magnético observado por el hombre.

Como veremos, el experimento de Cabrera puede detectar una carga magnética en movimiento. Su detector es insensible a la velocidad del monopolo, a su masa y a su carga eléctrica, e incluso a su dipolo magnético. El paso de una carga magnética a través del anillo superconductor produciría un brinco en la corriente que circula por el anillo. Esto fue precisamente lo que Cabrera observó: un escalón en la gráfica de la Figura 2; esta gráfica bien podría hacerse famosa si el resultado de Cabrera se confirma.




Figura 2. La gráfica muestra el cambio en el flujo magnético en el anillo superconductor. Éste es el evento que podría señalar el descubrimiento del monopolo magnético.

Desde luego, un solo suceso o evento experimental no es suficiente y la respuesta del detector podría ser espuria. Por ello, el experimentador debe ser muy cuidadoso y analizar todas las fuentes de error que se le ocurran. El cambio en la corriente observado por Cabrera podría ser causado por fluctuaciones pequeñas en el voltaje de la línea; estas variaciones fueron causadas a propósito y no hubo disparo en el detector. La interferencia electromagnética, inducida por motores y otros aparatos, también fue desechada, pues a propósito se hizo operar a varios cerca del detector y no hubo respuesta alguna. Un rayo cósmico habría podido golpear al anillo superconductor, elevar su temperatura y anular las propiedades superconductoras, pero Blas Cabrera también desecha esta fuente de error, porque el cambio en la temperatura no es suficiente. Podría también haber causas mecánicas, como las producidas por un temblor o por un golpe al aparato. No se registró ningún disturbio sísmico el 14 de febrero de 1982 y, por otro lado, el investigador intentó producir una respuesta de su aparato golpeando el detector con el mango de un desarmador, por ejemplo. En fin, parecería ser que ese único evento, registrado el día de San Valentín, sólo pudo ser causado por el paso del elusivo monopolo magnético.

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