LXXII. VIDA EXTRATERRESTRE

LA B�SQUEDA de vida extraterrestre no es s�lo ocupaci�n predilecta de los ferrizes de este mundo. Sin creer por ello que va a aparecer un marciano bajando de un plat�volo, muchos investigadores toman muy en serio la posibilidad de detectar la existencia de vida inteligente en el Universo. La raz�n detr�s de su inter�s est� en que, si bien s�lo una de 100 000 estrellas es candidata a tener a su alrededor un planeta similar al nuestro, son tantas las estrellas de nuestra Galaxia —100 000 millones de billones— que la b�squeda bien merece la pena.

Para tratar de captar una se�al proveniente de una civilizaci�n extraterrestre, los cient�ficos usan los gigantescos radio telescopios que tambi�n sirven para menos ex�ticos fines. Los radio telescopios son grandes antenas cuyo poder de detecci�n depende de su tama�o y del equipo electr�nico anexo; el mayor con el que se cuenta actualmente est� en Arecibo, Puerto Rico, y tiene 300 metros de di�metro. De 1960 a 1980, entre distintos grupos se han "escuchado" cerca de 1 000 estrellas en un radio de 80 a�os-luz desde nuestro Sistema Solar; los resultados han sido negativos. No obstante, para tomar en cuenta los c�lculos de probabilidad correspondientes con alguna esperanza de buen �xito, ser� necesario buscar entre las 100 000 estrellas que est�n hasta 1 000 a�os-luz de distancia. Existe un programa en la Uni�n Sovi�tica para estudiar todas las estrellas "adecuadas" dentro de un radio de 100 a�os-luz. El programa comenz� en 1975 y se extender� hasta 1990, contemplado un incremento en la capacidad de detecci�n para alcanzar posteriormente los 1 000 a�os-luz de distancia.

Por otro lado, la capacidad de emitir una se�al de radio con una potencia suficiente para ser "escuchada" con medios similares a los nuestros, est� fuera de duda para cualquier civilizaci�n como la terrestre o algo m�s avanzada. De hecho, con la tecnolog�a contempor�nea podr�amos hacernos escuchar hasta a varios cientos de a�os-luz y con un gran esfuerzo financiero llegar�amos hasta 10 000 a�os-luz.

Todos estos c�lculos suenan muy bien y est�n hechos por personas bastante serias y responsables. Pero al calcular la probabilidad de que exista otra civilizaci�n en el Universo, con la cual podr�amos entrar en comunicaci�n, hay factores que han sido frecuentemente olvidados. Las �nicas formas de vida y de civilizaci�n que conocemos son las que se han desarrollado en nuestro planeta, y pese a la imaginaci�n de los novelistas y los cient�ficos, no hemos podido concebir otras formas que sean radicalmente distintas. As� las cosas, nadie ha tomado en cuenta la probabilidad, o m�s bien la improbabilidad, de que una civilizaci�n como la nuestra pueda sobrevivir m�s all� de los pocos milenios que llevamos, milenios que son s�lo un instante en la escala cosmol�gica.

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