V. EINSTEIN Y SU TIEMPO
El individuo, con su existencia breve
y frágil, sólo puede encontrarle sentido
a la vida por su actuación sobre la sociedad.
A. EINSTEIN
SE GANÓ LA GUERRA, PERO NO LA PAZ
E
INSTEIN
fue un hombre profundamente interesado en los problemas de su tiempo. Participó activamente como pacifista y antimilitarista durante el surgimiento del nazismo en Alemania y durante las guerras mundiales; como respuesta a la conculcación de los derechos del pueblo judío y en particular del derecho a su identidad nacional adoptó a fondo la causa sionista. Como hemos visto, estas actividades y otras similares le ocasionaron dificultades personales muy graves. Durante sus últimos meses en Europa se temía incluso un atentado contra él, por lo que el gobierno belga le proporcionó guardia armada y cuando, obligado a salir de Europa, llegó a Princeton, se mantuvo en silencio su presencia durante algún tiempo. Su actividad política y pública más sistemática se dio durante y, sobre todo, después de la segunda Guerra Mundial, al iniciarse el desarrollo de las armas atómicas y la carrera armamentista. Sus artículos periodísticos, conferencias, ensayos, etc., sobre temas sociales fueron recogidos en varios libros de carácter popular. 1 Cuando, con motivo de una fuerte crítica de Einstein al gobierno nazi, Von Laue le escribió preguntándole si está bien que un físico se involucre en problemas políticos, Einstein le contestó preguntándole a su vez cómo sería el mundo si gente como Bruno, Humboldt, Spinoza o Voltaire no hubieran actuado en asuntos políticos.
Probablemente la intervención política mas conocida de Einstein sea la carta que dirigió al presidente Roosevelt para urgirlo a que se tomaran medidas para el desarrollo de la bomba atómica. 2 Desde 1938, Leo Szilard su antiguo colaborador de Berlín y compañero de inventos había emigrado a los Estados Unidos. Hombre de profundas convicciones políticas, en agosto de 1939 Szilard se dirigió en compañía de su colega, el también físico húngaro emigrado Eugene Wigner (1902- ) a casa de Einstein, para solicitarle su intervención frente al presidente Roosevelt con el objeto de hacerle ver el riesgo que implicaría para la humanidad el que la bomba atómica hecha posible por los recientes descubrimientos físicos sobre la fisión nuclear 3 que no pudieron ser mantenidos en secreto, como el propio Szilard había propuesto se hiciera fuera desarrollada primero en la Alemania nazi. 4 Einstein estuvo de acuerdo y al día siguiente firmó una carta redactada por Szilard, la que llegó a su destino.
Aparentemente esta famosa carta no tuvo ningún papel decisivo, aunque Einstein, cuando concluida la guerra supo que la bomba alemana estaba sumamente rezagada, dijo que de haber sabido que ese era el caso, jamás habría firmado la carta. 5 A principios de 1945, una vez más por petición de Szilard, Einstein envió a nombre suyo y de vario colegas, Bohr inclusive, una nueva carta a Roosevelt tratando de frenar el desarrollo y posible uso del arma nuclear, pues era ya claro que Alemania estaba cerca de la derrota y no contaba con ella. Estas gestiones fueron interrumpidas por la muerte de Roosevelt, unas cuantas semanas después. A partir del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki por el ejército norteamericano, Einstein adoptó una posición de lucha activa por el desarme y, muy en particular, contra el desarrollo, fabricación y almacenamiento de las armas nucleares. En esta tarea Einstein no estuvo solo, pues una lucha similar emprendieron Bohr, Szilard y muchos otros científicos. En diciembre de 1945 Einstein dictó una conferencia en Nueva York, que tuvo como lema: "Hemos ganado la guerra, pero no la paz." El título sintetiza excelentemente su preocupación central a partir de ese momento y por el resto de su vida.
En 1946 se creó el Comité de Emergencia de Científicos Atómicos, con Einstein como Presidente, comité que inició de inmediato una campaña para producir "una gran reacción en cadena de consciencia y comunicación" e inició la publicación del famoso Bulletin of the Atomic Scientists, desde donde se desplegó y continúa desplegando una campaña contra el uso militar de la energía atómica. Años más tarde, el 11 de abril de 1955, Einstein escribió su última carta; iba dirigida a Bertrand Rusell, el gran matemático, filósofo y humanista inglés (1872-970), con la que dio fin a una serie de cartas intercambiadas entre los dos personajes en las últimas semanas. En ella, Einstein aceptaba la forma final de un manifiesto (conocido después como Manifiesto Einstein-Russell) y la lista definitiva de firmantes del mismo; en este documento se llamaba a una conferencia para estudiar los peligros de la guerra y de la carrera armamentista; de esta iniciativa surgieron las Conferencias Pugwash, que desde entonces y año con año reúnen a científicos de todo el mundo para avanzar en sus propósitos de desarme y paz.
En 1951 apareció el primer número de la revista del Partido Comunista norteamericano Monthly Review. El número se abre con un artículo escrito exprofeso por Einstein titulado "¿Por qué el Socialismo?", en el que Einstein concluye que la salida única para los problemas de la sociedad contemporánea es el establecimiento de una economía socialista, acompañada de un sistema educativo dirigido hacia fines sociales. Termina diciendo era la época en que se iniciaban las persecuciones McCarthystas en los Estados Unidos: "La claridad sobre los objetivos y problemas del socialismo tiene el mayor significado en nuestra época de transición. Puesto que bajo las presentes circunstancias, la discusión libre e incondicional de estos problemas ha sucumbido a un poderoso tabú, considero que la fundación de esta revista representa un importante servicio público." Paralelamente, también expresó en más de una ocasión y en diversas formas su insatisfacción por la falta de un clima de libertad intelectual en los países del sistema socialista. Por ejemplo, en el mismo documento escribe: "La economía planificada no es socialismo aún; puede ir unida a una completa esclavización del individuo. El socialismo tiene que enfrentarse con un problema político-social, nada fácil de resolver: dentro de una centralización tan grande del poder político y económico, conseguir que la burocracia no se haga excesivamente poderosa y no se magnifique, y que no se atrofie políticamente al individuo, y con él al contrapeso democrático del poder de la burocracia."
Además de su actividad científica y política, Einstein mantuvo a lo largo de su vida un claro interés por la filosofía y, muy en particular, por la epistemología de la física, 6 tema sobre el que escribió algunos ensayos e hizo observaciones, extraídas de su experiencia personal. De ellas es claro que, para él, el principio rector en la búsqueda de las formulaciones teóricas de las leyes de la naturaleza es la simplicidad lógica: si las leyes más generales no son lógicamente simples, pocas esperanzas nos quedan de poder encontrarlas, expresó en alguna ocasión. Asimismo, y extrapolando su experiencia personal con la relatividad general, cada vez estaba más convencido de que el hombre puede llegar a las leyes de la naturaleza a partir del pensamiento abstracto. Esta es la idea central que desarrolló en la última conferencia que tuvo oportunidad de dictar en Europa se trata de su Conferencia Herbert Spencer, dictada en Oxford el mes de junio de 1933, cuando había ya renunciado a sus puestos en las academias bávara y prusiana y residía temporalmente en Le Coq sur Mer, en Bélgica, preparando su salida definitiva de Europa. Es sumamente interesante comparar esta tesis con escritos anteriores suyos, pues permite apreciar claramente cómo evolucionó su pensamiento al respecto como resultado de su experiencia con la formulación de la relatividad general. En efecto, hasta antes de 1920 expresó en más de una ocasión la conviccion opuesta, en el sentido de que la argumentación puramente formal es decir, basada solamente en posibilidades sugeridas por las características matemáticas del problema y sin apoyo en argumentos físicos fallará prácticamente en todos los casos como mecanismo para encontrar una guía confiable en la solución de problemas físicos nuevos.
En uno de sus primeros encuentros con Solovine, Einstein le explicó que desde muy joven había tenido interés por la filosofía, pero que la encontró demasiado vaga y arbitraria, por lo que prefirió concentrar su atención en la física. 7 La llama permaneció sin embargo encendida y así, por ejemplo, durante 1943 Einstein, Kurt Goedel (gran matemático austríaco-norteamericano, 1906-1978), Wolfgang Pauli y Bertrand Russell se reunieron periódicamente en casa del primero para discutir temas filosóficos. Los filósofos que mayor influencia tuvieron sobre Einstein, según sus propias palabras, fueron Hume y Spinoza, aunque de sus escritos puede inferirse que conocía ampliamente la obra de otros filósofos, como Platón, Kant, e incluso el propio Russell. Probablemente sea correcto decir que el interés de Einstein por la filosofía y por los problemas fundamentales de la física sean sólo dos aspectos complementarios de un mismo interés general por los problemas más fundamentales y generales del mundo físico.
Un reconocimiento explícito del valor del pensamiento filosófico de Einstein se dio cuando, con motivo de su 70 aniversario, Paul Schilpp, editor de una serie de libros sobre el pensamiento de filósofos vivos, le solicitó a Einstein anuencia para elaborar un volumen referido a él; se trata del libro Albert Einstein: Philosopher-Scientist (A.E.: filósofo y científico) que se cita en la bibliografía al final de este libro, y para el cual Einstein escribió las notas autobiográficas que hemos citado varias veces (las que el llamara "su necrología"). En este volumen se analiza la epistemología de Einstein e incluye, entre otras muy valiosas discusiones, una presentación popular y detallada escrita por Bohr sobre su polémica con Einstein, y una respuesta breve de éste, contenida en su "respuesta a mis críticos''.
Einstein conservó hasta el final de su vida un vivo amor por la música. Fue precisamente la música lo que le permitió conocer a Besso, otro apasionado de ella, durante una velada musical en Zurich, probablemente hacia 1897. Einstein acostumbraba tocar el violín para sí mismo como una arma de descanso y relajamiento; lo hacía con talento y musicalidad suficientes como para haberse atrevido a tocar en más de una ocasión en público para colectar fondos con fines de beneficencia. Sus compositores predilectos eran Bach y Mozart, así como italianos como Vivaldi, Scarlatti o Corelli; mostraba un claro desinterés por los compositores del siglo XX, e incluso muchos del siglo pasado. Sobre Beethoven dijo que lo respetaba, pero que le resultaba demasiado dramático y personal. Y de Wagner expresó que admiraba su inventiva, pero que la ausencia de estructura la veía como decadente y que su personalidad musical le parecía ofensiva, por lo que su música le producía disgusto.
Presionado para que expresara en público su opinión musical su inmensa popularidad hacía que los periódicos y revistas recurrieran a él para todo tipo de asuntos, Einstein señaló que en lo referente a música él no recurría a la lógica, sino que procedía de manera intuitiva y no conocía de teorías musicales. Pero para que una pieza musical le pareciera bella era necesario que él pudiera intuir una unidad interna, la existencia de una arquitectura. Así por ejemplo, comenta que Schubert es uno de sus compositores favoritos por su habilidad superlativa para expresar emoción y su enorme capacidad de invencion melódica; pero que en sus trabajos mayores lo perturba precisamente la falta de arquitectura.
En enero de 1938 Arturo Toscanini recibió la Medalla Norteameriana Hebrea; para esa ocasión Einstein escribió lo siguiente, que tiene un valor que excede en mucho la circunstancia para la que fue escrito:
"Sólo quien se entrega a una causa con todas sus fuerzas y toda su alma puede ser un verdadero maestro. Por esta razón, la maestría demanda todo de una persona y Toscanini lo muestra en cada manifestación de su vida."
En 1943, un comité de recaudación de fondos para sostener el esfuerzo bélico le solicitó a Einstein el original de su manuscrito de 1905 sobre la teoría de la relatividad, para subastarlo. Einstein replicó que se había desecho del manuscrito desde mucho tiempo atrás, pero que estaría dispuesto a hacer una copia tan fiel como los (casi 40) años transcurridos le permitieran. La oferta fue aceptada y Einstein rehizo el manuscrito, encabezándolo con la leyenda: "Las páginas que siguen son una copia de mi primer trabajo sobre la teoría de la relatividad. Hice la copia en noviembre de 1943." Regaló asimismo un manuscrito reciente de un trabajo no publicado. Ambos documentos se vendieron en una subasta pública en la ciudad de Kansas; el primero lo adquirió la Compañía de Seguros de Kansas (que lo donó a la Biblioteca del Congreso) por la cantidad de 6.5 millones de dólares en bonos de guerra; el segundo lo compró un particular, también a precio estratosférico.
Einstein no usó este tipo de posibilidades en su beneficio personal; de hecho, su actitud fue la contraria, como se ve de la siguiente anécdota. Cuando en 1932 lo invitaron a que formara parte del personal del Instituto de Estudios Avanzados que se estaba creando en Princeton y tuvieron que hablar de remuneración, Einstein solicitó un salario de 3 500 dólares anuales, preguntando a continuación: "¿O podría vivir con menos?" Se le fijó un salario de 15 000 dólares anuales.
Chaim Weizmann, presidente de Israel, murió en noviembre de 1952; el primer ministro Ben Gurión pensó en ofrecerle la presidencia vacante a Einstein "probablemente el más grande hombre vivo". La respuesta de Einstein era clara y definitiva, pero lo inquietó sobremanera el problema de cómo evitarle al embajador y al gobierno israelí el embarazo de su inevitable negativa. La razón formal para no aceptar fue que, independientemente del carácter formal del puesto, como presidente de Israel sería responsable de las acciones del país, y que ellas podrían entrar en conflicto con su conciencia.
Einstein fue un espíritu independiente y un navegante solitario toda su vida. Esta independencia que es una necesidad vital en él y a la que ya se refiere en un ensayo escolar escrito a los 17 años en Aarau 8 le permitió concentrar su labor de investigación en una línea de principio no influida por las modas y nuevas teorías que emergieron alrededor de él. Esto implicó que intencionalmente se marginara de desarrollos tales como la física nuclear, la de partículas elementales, de estado sólido, etc. En alguna forma, esta actitud se manifiesta ya desde su época de estudiante, pues los años de su formación fueron plenos de grandes y trascendentes descubrimientos, que atrajeron hacia sí la atención dominante de los físicos: en l895 Wilhelm Roentgen (físico alemán, 1845-1923) descubrió los rayos X; en 1896 Antoine Becquerel (físico francés 1852-1908) descubrió la radiactividad; en 1897 Joseph John Thomson (físico inglés, 1856-1940) descubrió los electrones estudiando los rayos catódicos. Aparentemente esto no lo desvió de sus inquietudes sobre los problemas de principio que le atraían desde entonces. Así, Einstein fue antes que nada un creador: fundador de la teoría cuántica de la luz, de la relatividad especial y la general, de la teoría física de los procesos azarosos, de la física del estado sólido, de las estadísticas cuánticas, de la cosmología relativista y, finalmente, del intento de la teoría unificada de campo.
En 1922 Einstein publicó su primer trabajo sobre la teoría unificada de los campos gravitatorio y electromagnético; esta teoría, a la cual Einstein dedicaría prácticamente todo su esfuerzo científico desde 1921 hasta su muerte, es una generalización de la teoría general de la relatividad. Su propósito es reunir en un campo global los campos gravitatorio y electromagnético; el punto está en que en la teoría general de la relatividad estos dos campos aparecen como lógicamente independientes, cosa que Einstein consideró siempre insatisfactoria. Asimismo, Einstein abrigaba la esperanza de que una teoría de este tipo predijera la existencia de condensaciones muy intensas y pequeñísimas que pudieran identificarse con las partículas conocidas en lenguaje coloquial, podríamos decir que de acuerdo con esta visión, las partículas como los electrones, etc., serían algo así como grumos en el caldo; este último sería el campo unificado. Einstein veía la posibilidad de que esta línea le pudiera conducir hacia la mecánica cuántica, como una unificación esencial de esta teoría con la de la relatividad. En este caso, las propiedades discretas tal vez se generaran debido a la existencia de un número excesivo de condiciones sobre los campos. Aunque Einstein publicó un gran número de trabajos sobre este tópico y logró incluso construir muy poco antes de su muerte lo que consideró una teoría con alta probabilidad de ser correcta, no pudo nunca avanzar tanto como para reconstruir a partir de sus resultados la teoría de Maxwell.
Veamos este problema desde una perspectiva más amplia. Debido a su complejidad matemática, no fue tarea simple desarrollar la teoría general de la relatividad y ella quedó varada largos años. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo se fueron encontrando soluciones a muchas de estas dificultades, lo que ha conducido a que esta teoría haya vivido en las dos últimas décadas una etapa de plena efervescencia. Algo similar ha pasado con la cosmología relativista, la que, en una productiva simbiosis con la física de partículas elementales, ha permitido construir una nueva y muy rica visión del origen y evolución del Universo. 9 En la década de los veinte el programa de la teoría unificada propuesto por Einstein tenía un sentido muy inmediato: en aquellos años las únicas partículas elementales conocidas eran el fotón, el electrón y el protón; con tan pocas partículas diferentes a la mano podía uno concebir legítimamente la posibilidad de "crearlas" a partir de un campo unificado apropiado (algo así como tres grumos de diferentes tipos). Sin embargo, ya desde entonces el nuevo programa einsteniano fue recibido con escepticismo e indiferencia (alguna vez Einstein comentó que a diferencia de los religiosos, a la gran mayoría de los físicos no le interesan los problemas de principio). Con el tiempo las cosas se complicaron, pues a partir de la década de los cincuentas la familia de las partículas elementales comenzó a crecer y no ha dejado de hacerlo desde entonces (se conocen ya varios centenares de ellas); esto parece dar al traste con cualquier esperanza de teoría unificada, capaz de generar la materia a partir de los campos.
Sin embargo, en la década de los setentas los acontecimientos empezaron a evolucionar hacia otros rumbos: aparecieron nuevas teorías que contienen unos cuantos "tabiques" (leptones, quarks, etc.), a partir de los cuales se supone que se construyen las partículas elementales conocidas. Las verdaderas partículas elementales no son tantas, después de todo, sino sólo unos cuantos tabiques fundamentales. Además, se pudo construir una teoría unificada de campos para las llamadas interacciones débiles 10 y las electromagnéticas; hoy se trabaja intensamente en el siguiente paso, es decir, la unificación de esta teoría con el campo nuclear: éste es básicamente el programa einsteiniano, pero desde una perspectiva contemporánea, mucho más compleja y rica que la original. Vemos ahora que el problema con que se topó Einstein en la construcción. de la teoría unificada de campos no fue de origen conceptual, sino de circunstancia: Einstein estaba demasiado adelantado para su época y se impuso una tarea para la cual no había aún condiciones, ya no de resolverla, sino siquiera de plantearla con la debida generalidad.
En 1935 los Einstein se trasladaron al 112 de la calle Mercer, en Princeton, casa que acababa de adquirir y que se convirtió en su residencia definitiva. Los acompañaba Helen Dukas, la secretaria que había emigrado de Europa con ellos y que empezó a trabajar con Einstein en abril de 1928, cuando él sufría de una larga enfermedad producida por exceso de trabajo. 11 A la muerte de Elsa Einstein, la señorita Dukas tomó bajo su responsabilidad el manejo de la casa y la atención personal de Einstein; a la larga, ella se convirtió (en compañía de Otto Nathan, economista amigo de Einstein) en albacea de los bienes de Einstein y depositaria de su archivo personal.
En 1936, tras larga y penosa enfermedad que lo invalidara física y mentalmente, murió Marcel Grossmann. Einstein no escribió un obituario entonces, pero cuando en 1944 el
ETH
donde también se graduaron su hijo mayor, Besso y Grossmann le solicitó una autobiografía para incluirla en un volumen para conmemorar el centenario de la institución, Einstein apuntó en ella "la necesidad de expresar al menos una vez en mi vida mi gratitud a Marcel Grossmann..."En 1939 la hermana Maja viene a vivir a casa de Einstein, después de salir de Florencia, expulsada por las leyes racistas de Mussolini. Su esposo, Paul Winteler, se va a Ginebra con los Besso (recuérdese que la señora Besso era su hermana). En 1946, cuando Maja se preparaba para regresa a Europa, sufrió un ataque al corazón que la dejó inválida por el resto de su vida. Einstein la atendía en la medida de sus posibilidades. Murió en 1951; un año después falleció su esposo, en casa de los Besso.
Poco a poco, Einstein se fue retirando del violín, contentándose con tocar algunos acordes al piano de vez en cuando la música fue siempre para él una manera de reposar. Su salud se fue deteriorando. En 1948 se le detecta un aneurisma muy grande en la aorta abdominal; con el tiempo, el aneurisma se va desarrollando y le produce serios trastornos de salud y dolores intensos frecuentes. El 13 de abril de 1955 a escaso un mes de la muerte de Michele Besso el aneurisma se rompe y Einstein es hospitalizado de emergencia. No acepta que se le opere y se resiste al uso de la morfina, aunque pregunta al médico si será muy difícil el final. El 17 de abril le solicita a Helen Dukas las hojas con sus últimos cálculos y material para escribir.
A la 1:15 A. M. del 18 de abril, Einstein muere y su cuerpo es cremado el mismo día. Por propia disposición, sus cenizas son dispersadas por Otto Nathan en un lugar no revelado. El doctor Thomas Harvey hizo la autopsia y aprovechó la oportunidad para extraer el cerebro y conservarlo.
NOTAS
1 Véase la bibliografía al final del libro.
2 Esta carta se reproduce en el Apéndice 3.>
3 La fisión nuclear es un proceso físico por el cual un núcleo atómico pesado se rompe en dos fragmentos al ser bombardeado con alguna partícula (normalmente un neutrón lento). En ciertos casos, como con el uranio, la masa total de los fragmentos es menor que la masa inicial; la masa faltante se libera como energía, principalmente térmica. Si este proceso se realiza en cadena y en forma rápida e incontrolada, la gran energía liberada produce una tremenda explosión. El mismo proceso realizado bajo control se usa en los reactores nucleares para producir vapor y generar electricidad.
4 Muchos físicos "arios", como Planck. Von Laue, Sommerfeld, etc., permanecieron en Alemania durante la guerra, pero presentaron una resistencia abierta contra el nazismo y mantuvieron su dignidad hasta el final. El ejemplo más trágico del físico que abrazó voluntariamente la ideología nazi es el de Lenard, quien fue desde el principio el organizador de las campañas anti-Einstein y contra la ciencia judía.>
5 En el desarrollo de la bomba atómica norteamericana participó una pléyade de físicos, entre quienes estaban Enrico Fermi (magistral físico teórico y experimental) italiano, 1901-1954), Wigner, el propio Szilard, Compton, e incluso Bohr, quien se encontraba de incógnito en los Estados Unidos con pasaporte inglés y bajo el nombre de John Baker, después de una escapatoria espectacular de Europa en compañía de su hijo.
6 Aquí usamos la palabra epistemología en su acepción de Filosofía de la ciencia. En téminos filosóficos más generales, por epistemología se entiende la teoría del conocimiento
7 Es interesante comparar esta afirmación con la actitud, por ejemplo, de Bertrand Russell, quien fue en su juventud un destacadísimo matemático, a edad madura dejó las matemáticas por la filosofía.
8 En este breve ensayo, escrito para su curso de francés, sobre sus proyectos para el futuro, explica que ha decidido estudiar física teórica y matemáticas, por tener capacidad y gusto para ello ( y por falta de sentido práctico, agrega). Terminando una razón adicional: "Además hay una cierta independencia en la profesión científica que me gusta mucho".
9 Para mayor información sobre estos temas, el lector interesado puede consultar en esta misma colección los libros de S:Hacyan y de L:F: Rodríguez, citados en la bibliografía.
10 Las interacciones débiles son las que producen fenómenos como la transformación de un neutrón en un protón, un electrón y un neutrino. Pese a su nombre, son considerablemente más intensas que las gravitatorias aunque débiles respecto a las electromagnéticas.
11 Se trató de un problema cardiaco (engrandecimiento de corazón). que lo mantuvo en cama por cuatro meses y demandó más de un año para la recuperación total.
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