INTRODUCCI�N



El hombre sumergido en las tinieblas de la noche, que ha descansado de sus trabajos y penalidades, abre los ojos al placer m�s brillante cuando las horas del d�a se deslizan al descorrer el velo de la naturaleza; todo parece que recobra una nueva existencia en el gran teatro del mundo, al adornarse la Tierra con los brillantes colores de la luz, cuya belleza deslumbra nuestros ojos...
Wenceslao Barquera, F�sica de la luz, Imprenta de Mar�a F. de J�uregui, M�xico, 1809.


Estas palabras, escritas por un ilustre divulgador cient�fico de la Nueva Espa�a, son v�vido reflejo de las ideas y sentimientos que la luz ha logrado despertar en el hombre. La luz ha sido motivo de las m�s bellas y variadas expresiones. Desde siempre la humanidad ha vivido atra�da por los fen�menos luminosos, ha jugado y experimentado con ellos, ha buscado entenderlos y ha hecho uso de ellos. A trav�s de esa singular ventana que son nuestros ojos, la luz nos ha permitido conocer y entender mejor el mundo y apreciar su belleza.

Hoy d�a entendemos que para el fen�meno de la visi�n se necesita la combinaci�n de dos elementos. El primero de ellos es la luz, que es una entidad f�sica con propiedades muy particulares, y que existe independientemente de que nosotros la veamos. El otro es el ojo, que es sensible a la luz y transmite al cerebro la informaci�n captada al absorber la luz. Este libro estar� dedicado al primer aspecto, que comprende la luz misma y una variedad de fen�menos f�sicos asociados con ella, los llamados fen�menos �pticos. El estudio de la visi�n y del funcionamiento del sistema visual en los animales y en el hombre comprende en s� mismo material tan vasto e interesante, que ameritar�a al menos todo un libro aparte. Hemos de admitir tambi�n que en este texto s�lo ocasionalmente se hace menci�n de algunos aparatos �pticos, sin entrar en el detalle de su construcci�n o su funcionamiento; el amplio e interesante tema de la instrumentaci�n �ptica dar�a material para otro libro m�s.

La primera intenci�n de este texto es ayudar al lector a conocer mejor aquello que ya sabe acerca de la luz, a revivir y profundizar los conocimientos que ya posee. Con este prop�sito examinaremos juntos una serie de fen�menos que solemos observar cotidianamente. En los dos primeros cap�tulos recordaremos y revisaremos diversos efectos luminosos muy comunes, algunos de ellos quiz� tan comunes que hace tiempo han dejado de sorprendernos. Seguramente el lector no encontrar� una respuesta directa a todas las preguntas o dudas que estas observaciones le han provocado —o que a�n le provocan— pero ojal� encuentre las herramientas para ir construyendo �l mismo sus respuestas. Porque de las observaciones m�s simples podemos extraer conclusiones que nos llevan a plantear nuevas interrogantes, cada vez m�s profundos y menos sencillos de responder.

En buena medida �ste ha sido tambi�n el camino hist�rico, el cual se desarrolla esquem�ticamente en el cap�tulo III: de las respuestas a las preguntas m�s simples van surgiendo nuevas preguntas, menos obvias y m�s complejas. En el caso hist�rico es claro que este proceso se realiza siempre en un determinado contexto social, cultural, etc., que modula tanto los interrogantes que se plantean, como las hip�tesis o explicaciones que se ofrecen. As�, por ejemplo, vemos que las antiguas culturas usaban las lentes y los espejos para desviar la luz del Sol, y s�lo muchos siglos despu�s se aprendi� a aprovechar el poder amplificador de estos instrumentos. En otro orden de cosas, observamos c�mo la visi�n mecanicista de la naturaleza que predomina en el siglo XVIII favoreci� el modelo corpuscular de la luz por encima del ondulatorio, a pesar de que este �ltimo ofrec�a una explicaci�n razonable a muchos de los efectos observados.

Al desarrollo de las teor�as sobre la luz y de los instrumentos �pticos han contribuido no solamente los f�sicos: ha habido aportaciones notables de ingenieros, matem�ticos, astr�nomos, bi�logos, fil�sofos... y muy especialmente m�dicos, preocupados por entender el fen�meno de la visi�n y curar defectos de la vista. Es interesante notar la fuerte repercusi�n que el desarrollo de la �ptica ha tenido a su vez en otras �reas cient�ficas, tales como la biolog�a y la astronom�a, as� como en la medicina, la tecnolog�a, las artes visuales, etc�tera.

Si bien la presente exposici�n hist�rica recurre a una serie de personajes que han hecho alguna aportaci�n a la �ptica, habr�a que aclarar que esto se hace b�sicamente con el fin de proporcionar elementos de referencia. Ni de lejos est�n incluidas todas las personas que podr�an ser mencionadas por sus contribuciones, y muchas de ellas son, por lo dem�s, an�nimas. Porque la �ptica, como todas las ramas del saber, es fruto del esfuerzo colectivo de la humanidad.

Como veremos en el cap�tulo IV, en el presente siglo el desarrollo de la �ptica ha estado estrechamente ligado al surgimiento de nuevas teor�as f�sicas, en particular la teor�a cu�ntica y la relatividad. La f�sica moderna ha elaborado las herramientas necesarias para describir la relaci�n entre la materia y la radiaci�n, los dos elementos b�sicos del mundo f�sico. Estas herramientas permiten, entre otras cosas, explicar las propiedades �pticas de la materia, e incluso dise�ar nuevos materiales con determinadas caracter�sticas �pticas.

Al conocer mejor la luz y los fen�menos �pticos, hemos ampliado nuestro entendimiento y nuestra concepci�n de la naturaleza. La luz ha dejado de ser un elemento m�gico o misterioso para convertirse en un fen�meno de determinadas características f�sicas, cuyo origen puede ser explicado y cuyos efectos se pueden predecir —si bien no todo acerca de la luz se ha dicho ya, como comentamos en el capitulo V—. A�n puede haber sorpresas, y seguramente el futuro nos tiene reservados nuevos descubrimientos interesantes en torno a la luz.

El desarrollo de la �ptica ha significado tambi�n una extensi�n gradual de nuestros sentidos, y nos ha conducido a explorar nuevos mundos, inaccesibles a simple vista como el mundo de lo muy peque�o o de lo muy lejano, el mundo de lo ultravioleta o de lo infrarrojo, el mundo de las estrellas de neutrones, que emiten ondas de radio, el de los objetos transparentes a los rayos X...: mundos todos que no representan sino diferentes facetas del complejo universo en que vivimos.

Por �ltimo, no podemos olvidar el papel que la �ptica desempe�a en nuestra vida diaria, a trav�s de los m�s diversos instrumentos, como las l�mparas, los lentes, los espejos, la c�mara fotogr�fica, el caleidoscopio . Por esto y todo lo anterior, invitamos al lector a reflexionar con nosotros en torno a la luz y a descubrir algunos de sus m�ltiples secretos.

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