PR�LOGO

Para nadie es desconocido, en alg�n sentido u otro, el significado de la palabra petr�leo. Sobre todo en un pa�s como el nuestro, en el cual, en una buena medida, su problem�tica actual est� �ntimamente ligada a este recurso natural. Pero olvide el lector la asociaci�n que pueda hacer entre petr�leo y atributos tales como poder, deuda externa, cacicazgo, corrupci�n, ineficiencia, etc., y conc�ntrese en lo que realmente es: un recurso natural no renovable del cual el hombre, sobre todo en este siglo, ha obtenido un enorme provecho. Este l�quido espeso de color parduzco que brota de la tierra y que se lleg� a calificar como oro negro es en efecto un tesoro de valor incalculable. Una buena parte de la energ�a motriz disponible en este planeta proviene del petr�leo y sus derivados. Tan s�lo en M�xico, pa�s al que la naturaleza dot� de una enorme riqueza petrol�fera, el 95% de la energ�a que consumimos diariamente proviene o est� relacionada con el uso del petr�leo. Sin embargo, la tragedia m�s grande que le puede ocurrir a un pa�s productor de petr�leo es pensar que �ste debe destinarse esencialmente a satisfacer sus demandas energ�ticas. En efecto, de los productos derivados del petr�leo se obtienen un sinn�mero de materias primas y substancias diversas que son de usos muy variados en nuestra vida cotidiana. Todas ellas se extraen de los productos de la destilaci�n del petr�leo crudo por medio de procesos qu�micos muy elaborados. En t�rminos muy generales a estos procesos se les agrupa bajo una sola denominaci�n: qu�mica del petróleo o petroqu�mica. De hecho, una de las grandes disyuntivas que se le presentan a la humanidad es decidir si seguir quemando el petr�leo como combustible o utilizarlo para la fabricaci�n de materias petroqu�micas, que, insistimos, tienen una utilidad pr�ctica enorme.

En este libro, Susana Chow nos presenta de una manera l�cida y entretenida los diversos aspectos de la petroqu�mica moderna. Comienza por decirnos c�mo se cree actualmente que se form� el petr�leo y c�mo est� distribuido en el planeta. Su uso directo, despu�s de ser extra�do, es muy restringido, as� que debe ser sometido a ciertos procesos para optimizar su utilizaci�n. Estos procesos se describen en el texto con sumo cuidado, siempre de una manera accesible para un lector no especializado en estos temas. En particular, la autora hace hincapi� en el enorme problema que se ha derivado del binomio formado por el motor de combusti�n interna y el uso de las gasolinas, productos naturales de la destilaci�n del petr�leo, como combustibles. Esto la lleva a discutir el problema de la contaminaci�n causada por los veh�culos que inevitablemente est�n restringidos a la existencia de dicho binomio.

Sin embargo, la parte central de la obra se enfoca al uso extenso y variado que tienen los productos petroqu�micos en nuestra vida diaria. Para los que se hayan familiarizado con el comercial de nuestra televisi�n, Pemex en tu casa, en tu oficina, etc., este libro les proporcionar� una forma amena y simple un desglose de su significado. Simult�neamente, tambi�n explica el grado de complejidad que inevitablemente acompaña a cada uno de los procesos utilizados en la industria petroqu�mica. Y de aqu� se desprende, como juiciosamente lo hace ver la autora, la importancia que tiene el conocimiento amplio y s�lido de la ciencia en el desarrollo de tecnolog�as, en particular petroqu�micas. Al t�rmino de la exposici�n el lector seguramente tendr� una idea mucho m�s clara de lo que significa para un pa�s poseer petr�leo y saber aprovecharlo eficientemente. Y tambi�n se dar� cuenta por qu� los pa�ses avanzados, que a pesar de carecer de tan valiosa materia prima s� cuentan con la infraestructura cient�fica y tecnol�gica adecuada, pueden explotar a los que s�lo poseen la materia prima, pero no cuentan con la tecnolog�a para desarrollarla. Por eso se nos llama subdesarrollados.

Es muy posible que un lector acucioso se haga la pregunta de cu�l es la situaci�n de nuestro pa�s en materia petroqu�mica. Siempre fue la idea de los que hemos llevado adelante la colecci�n La Ciencia para Todos ofrecer al lector en cada libro, cuando el tema as� lo amerite y el autor est� dispuesto a realizarlo, un panorama general de c�mo se ha desarrollado la disciplina subyacente a dicho tema en nuestro pa�s. Por razones personales, en este caso me tomo la libertad de decir algo al respecto. La petroqu�mica, como la mayor�a de las ramas de la qu�mica moderna, es pr�cticamente inexistente en M�xico. Esto quiere decir que, empezando por los programas de estudio de la gran mayor�a de las escuelas de qu�mica del pa�s, ni siquiera se contempla como un tema prioritario, adem�s de no ofrecerse como un tema de especializaci�n en el posgrado. Consecuentemente podemos afirmar que la infraestructura cient�fico tecnol�gica en esta important�sima �rea de la qu�mica, est� totalmente descuidada en nuestro medio.

En el pasado existi� un grupo de investigaci�n s�lido y promisorio en petroqu�mica en el Instituto Mexicano del Petr�leo. La autora de este libro fue pionera de dicho grupo, y en la actualidad es de las pocas personas con las que contamos que pueden llamarse expertas en dicha materia. No es �ste el sitio para analizar las razones por las cuales hace ya varios a�os se permiti� negligentemente la desintegraci�n de dicho grupo ni las consecuencias que eso ha tenido para el pa�s. Baste decir que es un verdadero privilegio poder introducir al lector a la lectura de tan fascinante e importante tema, en una obra que ha sido escrita por una persona que s� sabe de petroqu�mica

LEOPOLDO GARC�A-COL�N S.

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