I.�QU� SON LOS �CAROS ?

LOS �caros forman parte del grupo m�s antiguo, diverso y numeroso de animales que ha existido desde que apareci� la vida en el planeta, el de los artr�podos. Conviene por lo mismo se�alar algunas de las m�s importantes caracter�sticas de estos animales, antes de entrar al tema concreto de los �caros.

Los artr�podos, cuyo nombre significa "patas articuladas" (del griego arthron=articular y podos=pie), aparecieron en los mares del C�mbrico hace m�s de 500 millones de a�os y desde entonces han sido el grupo dominante sobre la Tierra, en cuanto al n�mero de especies se refiere. Fueron tambi�n los primeros animales que pasaron del ambiente acu�tico al terrestre, incursionaron tierra adentro y se adaptaron a todos los h�bitats de este medio. Es imposible precisar el n�mero de especies y mucho menos el n�mero de individuos que han poblado y contin�an poblando las aguas, el aire y el suelo, pero se calcula que son alrededor de 10 millones de especies, gran parte de las cuales a�n no han sido descritas. De cualquier manera, su n�mero es muy superior al de todos los dem�s seres vivos juntos.

Los primeros artr�podos de los que se tiene noticia fueron los trilobites, extinguidos hace mucho. Por los restos f�siles que se han conservado y que son testimonio de su existencia, se sabe que durante 300 millones de a�os se propagaron en las aguas de los oc�anos, y desaparecieron durante el periodo P�rmico; sin embargo, durante todo este tiempo fueron evolucionando en otras formas, dando as� origen a todas las dem�s ramas de artr�podos que actualmente se conocen y que se encuentran distribuidas en el mundo entero, adaptados a todos los h�bitats accesibles a la vida y asociados a todos los dem�s seres vivos. Son especialmente importantes por su directa participaci�n en la vida del hombre y sus actividades diarias, sea en sus aspectos econ�mico, nutricional, agr�cola, m�dico o veterinario.

El conjunto de todos ellos constituyen el phylum Arthropoda, que se divide en tres grandes subphyla: a) el de los Trilobitomorpha, que comprende a todas las formas f�siles de trilobites; b) el de los Chelicerata, provistos de quel�ceros y pedipalpos (sin antenas ni mand�bulas), donde se agrupa a las cacerolitas, los ar�cnidos, los �caros y las ara�as de mar y c) el de los Mandibulata, con antenas y mand�bulas (sin quel�ceros ni pedipalpos), que incluye a los crust�ceos, los miri�podos y los insectos.

Clasificaci�n general del phylum Arthropoda

Subphylum
Clase
Nombre com�n

Trilobitomorpha
Trilobita
Trilobites (extinguidos)
Trilobitida
Chelicerata
Merostomata
Cacerolitas
Arachnida
Alacranes, ara�as, vinagrillos,
ara�as patonas, solpugas,
etc�tera
Acarida
�caros y garrapatas
Pycnogonida
Ara�as de mar
Mandibulata
Crustacea
Cangrejos, camarones, jaibas,
langostas, cochinillas, pulgas de agua,
c�clopes, etc�tera
Chilopoda
Ciempi�s
Diplopoda
Milpi�s
Pauropoda
Los miembros de estas cuatro
Symphila
clases se conocen con el nombre
general de miri�podos
Insecta
Mariposas, escarabajos, abejas,
hormigas, chapulines, piojos,
moscas, mosquitos, pulgas, etc�tera



El hombre conoce muy bien a los artr�podos y esto es por diferentes motivos. Insectos como mariposas, escarabajos, chapulines, etc., llaman la atenci�n por su relativamente gran tama�o, por sus vivos y llamativos colores y porque son los �nicos invertebrados capaces de volar, gracias a que tienen uno o dos pares de alas. Otros insectos, como los mosquitos, moscas, pulgas, piojos, chinches, etc., tienen que ser soportados frecuentemente por el hombre y los animales superiores como plagas muy molestas que, adem�s, pueden ocasionar da�os m�s o menos serios a su salud, no s�lo por las toxinas que les inyectan al alimentarse de ellos, sino por los g�rmenes pat�genos que suelen transmitirles y que son la causa de numerosas y graves enfermedades. Otras especies est�n catalogadas como plagas muy perjudiciales y destructoras de una gran variedad de plantas, as� como de granos y otros productos almacenados. No todos son da�inos, hay tambi�n muchos insectos ben�ficos, como las abejas productoras de miel, que redit�an grandes ganancias; o el gusano de seda, que es la larva de una mariposa, secretora de la delicada substancia con la que se manufacturan las finas telas de gran valor comercial, y otros m�s.

Artr�podos como los crust�ceos, que incluyen camarones, langostas, cangrejos, jaibas, etc., constituyen un manjar exquisito para el paladar del hombre, adem�s de ser de alto valor nutritivo.

Existen tambi�n artr�podos que secretan venenos muy activos y de cuya picadura o mordedura el hombre debe cuidarse; tal es el caso de muchos ar�cnidos, como los alacranes y ciertas ara�as; asimismo, las forc�pulas de miri�podos, como algunos ciempi�s, pueden inyectar substancias que originan grandes molestias locales. Los conocidos como ara�as de mar o picnog�nidos son inofensivos.

Finalmente, existe el numeroso grupo de los �caros, cuyas especies, a pesar de ser tan frecuentes y numerosas como las de los insectos, son pr�cticamente desconocidas por los humanos. Esto se debe a su peque�o tama�o que las hace pasar inadvertidas, no obstante que se encuentran en todas partes. Las formas m�s grandes, que se designan con el nombre com�n de garrapatas, son las �nicas que el hombre conoce bien, no s�lo por su tama�o sino porque siendo par�sitas del ganado y de otros animales dom�sticos, le originan costosas p�rdidas anuales.

Otras pocas especies que tambi�n reconoce son las que forman plagas molestas o da�inas tanto para �l y sus animales como para los campos agr�colas que cultiva; entre estas �ltimas se encuentran todas las fit�fagas. Todas ellas han recibido diferentes nombres, algunos de los cuales se usaban ya entre los antiguos mexicanos; as�, a las garrapatas se les designa en varios estados de la Rep�blica como ''tialajes", "turicatas", "tostoneras", "plateadas", "conchudas", "tullidoras", etc., y a sus larvas que son mucho m�s peque�as, "pinolillo", "mostacilla", "güinas", etc. Otros �caros que producen dermatitis o inflamaciones de la piel, muy molestas para el hombre, se les conoce con el nombre de "tlalzahuates", "coloradillas", "aradores", etc.; hay tambi�n los "corucos" de las gallinas, las "ara�as rojas" de las plantas, los "�caros de la sarna", "�caros de la ro�a" y algunos m�s. Son, sin embargo, muy pocas, en contraste con los miles de especies que hay y que el hombre com�n desconoce.

C�mo son los �caros. Se trata de animales sumamente peque�os, muchos de ellos microsc�picos; algunas larvas miden menos de 100 micrones; las formas m�s grandes son las garrapatas que, cuando est�n repletas por la sangre ingerida, llegan a alcanzar hasta 3 cm de longitud. Una de las especies de mayores dimensiones en el mundo es Amblyomma longirostre Koch, que en M�xico es par�sita del puerco esp�n. La mayor parte de los �caros adultos miden entre medio y dos mil�metros.

La forma de su cuerpo es de lo m�s variada, contribuyendo a ello la disposici�n y aspecto de sus patas y las ornamentaciones con vistosas sedas o pelos, placas, proyecciones y estriaciones de la piel. Pueden presentar un cuerpo angosto y alargado, o corto y ancho, o tambi�n ovalado, globoso, c�nico, piriforme o romboidal; a veces es comprimido, otras veces deprimido; en ocasiones tiene aspecto estrellado o bien presenta fuertes placas que cubren su cuerpo a manera de barrilito. Su color tambi�n es muy variado, dependiendo de la especie; los hay que son casi transparentes o ligeramente blanquecinos; en varios de ellos puede distinguirse el color de los �rganos internos, que con frecuencia depende del alimento que ingieren; as�, los que se nutren de plantas tienen color verde o medio caf�; los que chupan sangre, en cambio, ostentar�n un color rojo obscuro. Otros poseen capas de pigmento que reflejan tonalidades de amarillo o caf�; los hay tambi�n azulosos, viol�ceos, verdosos, anaranjados y rojizos. Algunas garrapatas presentan placas dorsales con ornamentaciones nacaradas o plateadas. Los �caros que muestran los colores m�s variados y brillantes son probablemente los que viven en el agua dulce.

Una de las caracter�sticas de los artr�podos, aparte de tener las patas articuladas, es que el cuerpo se divide en segmentos o met�meros; este car�cter se ha ido perdiendo en los �caros que, al ir reduciendo su cuerpo en el curso de su evoluci�n, fueron tambi�n perdiendo las marcas de su segmentaci�n.

Como en todos los artr�podos, su cuerpo est� cubierto por una cut�cula quitinosa, muy resistente, que los protege de agentes f�sicos, qu�micos y mec�nicos. En algunas partes esta cut�cula es m�s gruesa, y forma placas que les dan mayor protecci�n. Estas placas sirven asimismo para la inserci�n de m�sculos y son caracter�sticas en determinados grupos. Aunque esta cubierta les es sumamente ben�fica para proteger su vida, es al mismo tiempo tan r�gida que les impide crecer; por esta raz�n tienen que deshacerse peri�dicamente de esta coraza mediante el proceso de la muda; �ste es un momento cr�tico en la vida del �caro y est� controlado por secreciones hormonales.

Los numerosos ap�ndices que en los primeros artr�podos correspond�an a dos por cada segmento (como se ve actualmente en los ciempi�s), se fueron modificando, transform�ndose los anteriores en partes bucales, o sea, elementos que ayudan al animal a comer, capturar y desgarrar su alimento. En los �caros los ap�ndices est�n representados por un par de quel�ceros, un par de pedipalpos y cuatro pares de patas locomotoras; los dos primeros corresponden a las partes bucales y los �ltimos les sirven para desplazarse.

La alimentaci�n de los �caros var�a mucho entre las numerosas especies; por eso los quel�ceros se han ido modificando, adapt�ndose, seg�n el caso, para morder, cortar, raspar, enganchar, aserrar, despedazar, triturar, picar o succionar.

Tambi�n el segundo par de ap�ndices o pedipalpos han sufrido cambios a lo largo de su evoluci�n; en algunos casos son claramente de funci�n prensil, ayudando a la captura de las presas, a las cuales sujetan firmemente; en otras especies act�an como estructuras sensoriales, estando entonces provistos de numerosos �rganos receptores de est�mulos externos y gracias a los cuales pueden percibir los olores, las vibraciones, la humedad, el calor, etc. Estos �rganos sensoriales est�n representados por diversos tipos de sedas o pelos y otras estructuras.

 


Figura 1. Algunos ejemplos de �caros. (a) Periglischrus vargasi Hofmann, par�sito de murci�lagos.(b) Cunaxa capreolus (Berlese), vida libre en el suelo, depredador. (c) Laminosioptes cysticola (Vizioli), par�sito de gallinas. (d) Caligonella sp., vida libre en el suelo depredador.(e) Tequisistlana oxacensis Hofmann y S�nchez, par�sito de las lagartijas.

Los cuatro pares de ap�ndices restantes son las patas locomotoras propiamente, por medio de las cuales logran desplazarse, algunos lenta y otros r�pidamente; seg�n su h�bitat, las utilizan para andar, correr, trepar, saltar, escarbar, excavar o nadar. El primer par a menudo tiene funci�n sensorial y lo llevan levantado hacia delante, a manera de antenas, para poder detectar los est�mulos a su alrededor; en estos casos, las primeras patas est�n provistas de diversos �rganos sensoriales, caracter�sticos de las especies y que pueden ser sedas, pelos, orificios o hundimientos de la piel, peque�as protuberancias, etc. Por medio de estas patas logran orientarse, encontrar su camino, as� como a sus compa�eros sexuales, pudiendo tambi�n percibir a sus enemigos y sus posibles presas. Con los otros tres pares de patas caminan y logran agarrarse o sujetarse a los diferentes sustratos; las formas acu�ticas los utilizan para nadar a manera de remos. Las patas de algunos machos pueden estar modificadas para poder sujetar a la hembra durante el apareamiento. Normalmente, las larvas tienen tan s�lo tres pares de patas; el �ltimo par aparece cuando la larva se transforma en ninfa, por lo que ninfas y adultos tienen cuatro pares. Sin embargo, algunos �caros muy especializados y peque�os han reducido sus patas a tan s�lo dos pares y en ocasiones a uno, en estado adulto.

Toda la superficie del cuerpo y las patas est� cubierta de sedas de muy variada forma y de funci�n generalmente t�ctil, aunque muchas de ellas son tambi�n sensibles a las vibraciones. Gran parte de las especies son ciegas, pero las hay tambi�n con ojos muy sencillos, llamados ocelos, que generalmente son uno o dos pares, situados en la superficie dorsal y anterior del cuerpo. Es poco probable que estos ocelos lleguen a formar im�genes; posiblemente su funci�n se concrete tan s�lo a detectar los cambios en la intensidad de la luz.

En la cara ventral del cuerpo de los adultos pueden observarse, adem�s, dos aberturas, la genital en la parte anterior y la anal en la posterior, aunque su posici�n exacta var�a en los diferentes grupos.

Los �caros respiran por orificios especiales, llamados estigmas, que se contin�an en tubos muy finos o tr�queas; las formas juveniles o las especies muy peque�as lo hacen a trav�s de la piel.

La fecundaci�n de los �caros es siempre interna, pero la forma como pasa el esperma del cuerpo del macho al de la hembra var�a mucho en las diferentes especies. Se pueden distinguir tres formas fundamentales: 1) Por medio de un pene u �rgano copulador, que inyecta directamente los espermatozoides al cuerpo de la hembra, a trav�s de su abertura genital. 2) Con ayuda de los quel�ceros provistos de espermad�ctilos, que funcionan como �rganos copuladores y ayudan a introducir el esperma, en este caso a orificios especiales situados cerca de las patas. La aparente abertura genital de la hembra, en estos casos, no funciona como vulva sino que a trav�s de ella salen los huevos. 3) Por medio de espermat�foros, es decir, peque�os saquitos dentro de los cuales se conserva el esperma; hay de dos tipos, sin pedicelo, pasando entonces directamente de la abertura genital del macho al de la hembra, cuyos cuerpos est�n vientre con vientre; o con pedicelo, en cuyo caso los machos depositan los espermat�foros en el suelo, peg�ndolos al sustrato mediante un peque�o tub�rculo; las hembras, sexualmente maduras, que encuentren estos espermat�foros, se encargar�n de introducirlos ellas mismas a su organismo, a trav�s de la abertura genital.

La mayor parte de los �caros ponen huevos, o sea, que son ov�paros; otros son ovoviv�paros, es decir, que ponen huevos, pero llevan adentro un embri�n ya formado y pr�ximo a nacer; por �ltimo, hay especies viv�paras, que dan nacimiento directamente a organismos ya formados.

Durante su desarrollo sufren una metamorfosis, o sea que cambian de forma y durante su ciclo de vida pasan por cuatro estados principales: huevo, larva, ninfa y adulto, pero algunos pueden presentar, en lugar de uno, tres estadios ninfales, llamados protoninfa, deutoninfa y tritoninfa. Dentro de este cuadro general, hay muchas modificaciones.

D�nde viven los �caros. Se encuentran distribuidos por todo el mundo, adaptados a vivir en todos los medios conocidos del planeta. Entre las formas de vida libre hay una gran cantidad de especies terrestres y una variedad tambi�n muy grande de especies acu�ticas. Las primeras pueden hallarse desde altitudes de 5 000 m sobre el nivel del mar, extendi�ndose hacia abajo por todas partes, hasta la costa de los continentes, habiendo muchas formas en la zona de las mareas. Tambi�n las especies marinas pueden ser muy abundantes, viviendo a diferentes profundidades que, hasta donde se sabe, pueden ser los 4 000 m. Asimismo, las corrientes de agua dulce, r�os, lagos y arroyos, tienen su fauna de �caros, habiendo algunos que prefieren las corrientes fuertes y otros las aguas tranquilas; otros son caracter�sticos de los charcos temporales que se forman en la �poca de lluvias, o bien se entierran entre el lodo de las m�rgenes y el fondo de cualquier dep�sito natural de agua dulce. Algunas especies est�n adaptadas para vivir en manantiales y soportan muy bien el calor de las aguas termales que se localizan en ciertas regiones volc�nicas; otras m�s viven en aguas salobres y pantanos o en aguas polares, tolerando fr�os muy intensos; son frecuentes tambi�n en cuevas y r�os subterr�neos y muchas de ellas pasan gran parte de su vida entre los intersticios del suelo, enterr�ndose otras a diferentes profundidades para protegerse de la nieve en el invierno. Abundan donde hay vegetaci�n, entre los desechos en descomposici�n y en asociaci�n con musgos y l�quenes. Los sitios m�s ricos en �caros son los musgos y la hojarasca revuelta con tierra suelta de los bosques y las praderas, donde llegan a constituir entre 70% y 90% del total de la poblaci�n del suelo.

Formando parte de los �caros de vida libre, hay un grupo grande de especies que se alimenta de granos y otros productos almacenados, con un elevado contenido en prote�nas, como queso, jam�n, etc. Muebles construidos con fibras vegetales pueden ser atacados por estos artr�podos; de este tipo son aquellos que viven en el polvo de las casas y que se alimentan, entre otras cosas, de los desechos de la piel del hombre; estos �caros son en la actualidad motivo de intensos estudios, ya que se les ha relacionado con ciertos padecimientos de las v�as respiratorias, como el asma.

Algunas especies tienen preferencia por alimentos azucarados, que por acci�n bacteriana forman �cidos, como el ac�tico, succ�nico o l�ctico; por ello pueden encontrarse en la leche en polvo, vinos, dulces, col agria, mermeladas, diversos postres y caramelos, etc. Cuando estos alimentos son ingeridos por el hombre, y llevan consigo algunos �caros vivos, estos animales pueden llegar a colonizar en el intestino, originando acariasis intestinales. Hay otras muchas acariasis que estos �caros de vida libre pueden producir tanto en el hombre como en diversos animales y que recibir�n distintos nombres de acuerdo con el �rgano que invadan.

Existen tambi�n numerosos �caros fit�fagos, o sea, que se alimentan de plantas, que pueden ser desde bacterias hasta las grandes faner�gamas. Entre ellos hay algunos que se consideran plagas muy da�inas para la agricultura y que pueden atacar a un n�mero muy grande de plantas de cultivo que el hombre aprovecha como alimento, forraje, ornato, etc., tales como ma�z, jitomate, alfalfa, fresa, c�tricos, algod�n, palma de coco, dalias, etc�tera.

Finalmente, hay una variedad enorme de �caros, asociados en alguna forma a todos los dem�s grupos de animales; esta biorrelaci�n puede ser desde puramente ecol�gica, al formar parte de las diferentes y numerosas comunidades terrestres y acu�ticas; for�tica, al aprovechar a otros animales corredores y voladores para ser transportados a fuentes m�s ricas de alimento o nuevas localidades para su reproducci�n y desarrollo; comensal, al instalarse en el cuerpo del hu�sped, nutri�ndose de sus secreciones o deyecciones, o aprovechando los residuos alimenticios que el hu�sped no utiliza, pero sin causarle ning�n da�o directo a �ste; protocooperativa o mutualista, al beneficiarse ambos integrantes en forma facultativa u obligada, respectivamente; depredadora, al cazar el �caro a su presa para alimentarse; hasta par�sita, al depender metab�licamente del hu�sped y provocar casi siempre una reacci�n de defensa en este. Hay otros muchos tipos de asociaciones biol�gicas en que participan los �caros, pero �stas son las principales.

Los �caros par�sitos son, desde luego, los m�s especializados, no s�lo por sus modificaciones morfol�gicas sino por los cambios que han sufrido en sus ciclos de vida, su fisiolog�a y su comportamiento. Son los ectopar�sitos m�s frecuentes, numerosos y variados; algunos de ellos, a lo largo de su evoluci�n, han llegado a invadir cavidades internas, principalmente las v�as respiratorias y muchos viven por un tiempo bajo la piel. Sus hu�spedes preferidos son los artr�podos, sobre todo los insectos y todos los vertebrados terrestres. Los �caros m�s importantes en este sentido son las garrapatas, par�sitos obligados que se alimentan de la linfa o sangre de un hu�sped, en todos los estadios de su ciclo de vida. Bajo estas condiciones, tienen la oportunidad de actuar tambi�n como vectores de numerosos g�rmenes pat�genos, capaces a su vez de originar enfermedades y hasta la muerte a muchos de sus hu�spedes.

C�mo se agrupan y dividen los �caros. Antiguamente los �caros, se inclu�an dentro de los ar�cnidos, sin embargo, son tan diferentes a �stos no s�lo en cuanto a su morfolog�a, comportamiento, ciclos de vida y sitios a los que se han adaptado a vivir que, en la actualidad, se les agrupa en una clase separada, que se designa como clase Acarida.

Esta clase Acarida se divide en tres subclases:

1) Subclase Opilioacariformes, con un solo orden:

Orden Opilioacarida, donde se incluyen los �caros m�s primitivos, que muestran todav�a caracter�sticas de sus antepasados.

2) Subclase Parasitiformes, que se divide en tres �rdenes:

a) Orden Holothyrida, cuyos representantes se encuentran en Australia, Nueva Zelanda y otras islas de la regi�n, as� como en la regi�n neotropical del continente americano.
b) Orden Mesostigmata. Incluye una gran cantidad de especies, que se agrupan en 77 familias, casi todas con representantes en M�xico. Hay muchas formas libres que constituyen parte de la fauna del suelo; muchos individuos son for�ticos. Por lo que se refiere a sus h�bitos alimentarios, hay una gran cantidad de depredadores, otros se nutren de desechos org�nicos y hongos. Muchas especies viven como ectopar�sitos de reptiles, aves y mam�feros y otras han invadido el interior del cuerpo, viviendo como endopar�sitos.
c) Orden Ixodida, donde se incluyen todas las garrapatas, ectopar�sitos por excelencia de todos los vertebrados terrestres, desde batracios hasta el hombre.

3) Subclase Acariformes, que tambi�n se divide en tres �rdenes:

a) Orden Prostigmata. Es uno de los m�s grandes, con 127 familias y miles de especies, gran parte de las cuales se encuentran en M�xico. Muchas son depredadoras y viven en el suelo o sobre musgos, l�quenes, etc.; otras prefieren �reas des�rticas o la zona de las mareas. Aqu� se incluyen tambi�n todas las especies fit�fagas que constituyen plagas muy serias de diversos cultivos y de dif�cil control. Se incluyen asimismo, todas las especies acu�ticas, tanto marinas como de agua dulce. Hay tambi�n especies comensales y numerosas par�sitas, muchas de las cuales s�lo viven en estas condiciones en su etapa larval, pero llegan a ser un grave problema en la salud p�blica.
b) Orden Astigmata, con 65 familias, gran parte de las cuales existen en M�xico. Aqu� hay muchas especies de vida libre que se alimentan de granos, de materia org�nica en descomposici�n, de hongos y de alimentos almacenados o procesados. Gran n�mero de especies se han adaptado a vivir entre las plumas de numerosas aves; otras son par�sitas de insectos, crust�ceos y de varias aves y mam�feros; a estos �ltimos les ocasionan diversos tipos de sarna; hay tambi�n especies endopar�sitas de ciertas aves y mam�feros, as� como comensales.
c) Orden Oribatida, con 158 familias, gran parte de ellas en M�xico. Son los �caros m�s numerosos, frecuentes e importantes del suelo, que desempe�an un papel esencial en los procesos de descomposici�n e integraci�n al suelo de la materia org�nica.

A continuaci�n se presenta un cuadro sin�ptico de estas grandes divisiones de la clase Ac�rida:



Clase Acarida

  Subclases
  Órdenes
  Nombres comunes

Opiliocariformes
Opiliocarida
�caros primitivos
Holothyrida
Parasitiformes
Mesostigmata
Corucos
Ixodida
Garrapatas
Prostigmata
Coloradillas, tlalzahuates,
ara�as, rojas, etc�tera.
Acariformes
Astigmata
Aradores, �caros de la sarna,
del queso, etc.
Oribatida
�caros del suelo.



Por lo que se refiere al comportamiento de todos estos animales, as� como a los numerosos fen�menos biol�gicos en los que se han involucrado en el transcurso de su evoluci�n y amplia radiaci�n adaptativa, constituyen el contenido principal de este libro, estructurado bajo la forma de relatos sencillos, accesibles al p�blico en general.

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