IX. LOS BUQUES DE INVESTIGACIÓN
LA INVESTIGACIÓN de los océanos se ha desarrollado a grandes pasos a partir del siglo
XVII
, en que los viajes a través de los mares se intensificaron gracias a los esfuerzos de los descubridores que, generalmente guiados por su afán de conseguir riquezas, se aventuraron a conocer otros países del planeta, aportando los primeros conocimientos sobre este misterioso medio que representan los océanos.La expedición del Challenger fue el primer esfuerzo con bases científicas para estudiar a los mares del mundo, por lo que se preparó con mucho tiempo y gran minuciosidad, tomando las experiencias de dos expediciones que la precedieron, las que realizaron el Lighting y el Porcupine, que permitieron perfeccionar los nuevos métodos para el trabajo del Challenger, sin escatimar gastos para lograr que la expedición tuviera todos los medios, tanto en personal como en equipo.
La oceanografía ha ido evolucionando cada día más y los barcos construidos para este fin fueron cambiando sus diseños de acuerdo con los objetivos de los estudios que se han llevado a cabo en las diferentes especialidades de esta ciencia, pero todos se basaron en las experiencias recogidas por el Challenger, y todo esfuerzo realizado en los siglos
XVIII
yXIX
ha continuado la obra inglesa contenida en 50 volúmenes a la que se ha llamado la "Biblia de los oceanógrafos".Actualmente, la gran diversidad en el diseño y construcción de los barcos de investigación ha dado lugar a un cuestionamiento sobre cuál es el barco ideal para la investigación oceanográfica.
Para contestarlo se necesita determinar a qué tipo de investigación se va a dedicar, ya que son diferentes las necesidades para oceanografía geológica que para investigaciones pesqueras; también se tiene que tomar en cuenta si se trabaja en estuarios o lagunas, mares cerrados o bahías, en los mares tropicales o polares.
Cuando se trata de investigar en estuarios, lagunas, litorales, bahías, mares cerrados o cerca de la costa, se pueden utilizar embarcaciones pequeñas de 6 a 10 metros de eslora, con motor fuera de borda o estacionario, siendo aconsejable que tenga caseta para resguardar el equipo científico y para proporcionar mayor comodidad al personal durante su trabajo.
También se hace necesario que la embarcación cuente con algún sistema para orientarse y así poder reconocer con cierta exactitud las estaciones de muestreo; además, de ser posible deben contar con equipos de sondeo, para conocer las profundidades en que se trabaja y los típicos fondos para lanzar, con seguridad, los equipos evitando el riesgo de perderlos. En muchos países las embarcaciones recreativas se transforman para poder realizar estos estudios.
Los veleros han sido utilizados por algunos países para realizar investigación oceanográfica en los litorales. Los oceanógrafos noruegos, científicos altamente habituados al mar, han adoptado el sistema de velero en el buque oceanográfico que opera para el laboratorio de Bergen, el Armader Hansen, velero de 18 metros de eslora que desplaza 58 toneladas, y que tiene un motor auxiliar de 60 caballos que le permite maniobrar en los puertos y en las estaciones oceanográficas.
A pesar de su tamaño pequeño, este buque de investigación puede acomodar a 6 científicos que trabajan en un laboratorio de 12 metros cuadrados, además, cuenta con espacio para 4 tripulantes. Desde l9l3 ha realizado numerosos cruceros en el Atlántico Norte hasta Groenlandia, demostrando que un velero, aunque pequeño, puede realizar una gran labor científica y afrontar los embates del mar.
En Suecia fue utilizado un gran motovelero de 72 metros de eslora, el Albatros, que desplazaba 1 400 toneladas y que realizó, en 1947, la expedición organizada por el famoso oceanógrafo Petersson, que tenía por objeto extraer cilindros de muestras del fondo del océano de más de 20 metros de longitud.
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Figura 18. Buque oceanográfico Albatros, sueco.
Las características del Albatros se diseñaron tomando en cuenta la posibilidad de almacenar los 300 cilindros de muestras extraídas de estos fondos, el poder operar el pesado y complicado aparato de sondeo; asimismo, el que se pudieran realizar los análisis a bordo y alojar al personal que debe vivir más de un año en el buque. Por esto, contaba con 16 camarotes para el personal científico, 6 laboratorios, un cuarto oscuro para el laboratorio fotográfico, biblioteca, dos bodegas para almacenar las muestras recogidas, dos grandes bodegas con cuarto frío para los alimentos y camarotes para la tripulación.
Cualesquiera que sean las características de los buques de investigación oceanográficos, deben reunir condiciones básicas como: una gran estabilidad, ser muy marineros, es decir, que realicen la navegación con facilidad y seguridad, y estar provistos de las instalaciones especiales que exigen los programas de trabajo. También tienen que contar con un equipo que permita conocer, con la mayor precisión, la posición del barco, ya que para el científico que lleva a cabo una estación oceanográfica esto es indispensable.
La localización exacta de las estaciones no ofrece dificultades a la vista de la costa, pero lejos de tierra, la situación astronómica no permite siempre la suficiente precisión, por lo que, además de poseer un aparato receptor-emisor de telegrafía, el buque oceanográfico debe ir también provisto de aparatos modernos de radionavegación como, por ejemplo, el girocompás y el piloto automático, radioteléfono, radiogoniómetro, radiotransmisor, radiofacsímil y navegadores por satélite.
Además tienen que ir equipados con instrumentos de registro y cómputo, para obtener y registrar la información durante la campaña de investigación, como son: sonar, radar, ecosondas, graficadores y grabadoras, estaciones meteorológicas computarizadas, registradores continuos de salinidad y temperatura, fluorómetro, compresores de aire de alta capacidad y computadora.
Cuando se está trabajando en pleno océano, son raros los días de calma que permitan que el barco se mantenga más o menos inmóvil; sin embargo, esta condición es indispensable para el mejor resultado de las operaciones, por lo que la línea del buque oceanográfico debe ser estudiada profundamente, con el fin de que ofrezca la máxima estabilidad, aunque, a la fecha, no se ha logrado eliminar totalmente el movimiento del barco, cuando se detiene para llevar a cabo el muestreo.
El oceanógrafo francés Cousteau aplicó en su barco Calypso un procedimiento simple e ingenioso para reducir al mínimo el balanceo del barco, diseñando dos flotadores de caucho que coloca fácilmente a los lados del casco. Estos flotadores desempeñan el papel de las batangas de las piraguas polinésicas, atenuando el movimiento del barco cuando disminuye o detiene su marcha.
Los investigadores norteamericanos diseñaron en 1963 un extraño navío, el llamado
FLIP
(Plataforma de Instrumentos Flotantes), utilizado por primera vez en el programa "Barbados Oceanographic and Meteorological Experiment",BOMEX
, realizado en el Océano Atlántico en una zona entre el este de Barbados y el norte de la línea del ecuador llamada "de las calmas ecuatoriales", donde se originan huracanes debido a la interacción termal entre el aire y el agua de esa zona oceánica.Este programa fue coordinado por Environmental Science Services Administration, utilizando barcos de superficie, aviones y satélites, incluyendo al
FLIP
, barco que mantiene su popa sumergida y la proa hacia arriba y proporciona a los investigadores una plataforma submarina, muy estable para colocar delicados instrumentos de medición. Este diseño se hizo tomando en cuenta la influencia del oleaje, que penetra a muy pocos metros bajo la superficie del mar, a pesar de que está considerada como una de las más colosales fuerzas de la naturaleza, capaz de derrumbar edificios enteros y de zarandear a los más grandes barcos trasatlánticos.Cuando esta embarcación llega al lugar de trabajo puede, operando complicados mecanismos, colocarse en posición vertical, quedando la mayor parte del
FLIP
semisumergida, y por lo tanto, en las aguas tranquilas que hay debajo del oleaje, por lo que resulta perfectamente estable y ofrece a los oceanógrafos la oportunidad de hacer determinaciones precisas.El
FLIP
no tiene motores y para trasladarse de un lugar a otro tiene que ser remolcado. Cuando se lastra llenando de agua los tanques que tiene a lo largo del navío, su proa se levanta poco a poco y la popa queda sumergida. El laboratorio de investigación queda por encima de la vivienda, en la que han llegado a pasar 45 días seguidos los 10 hombres que la ocupan.
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Figura 19.
FLIP:
Plataforma de instrumentos flotantes.
Pesa 600 toneladas y tiene 105 metros de eslora. Cuando se coloca en posición vertical, quedan 90 dentro del agua en comparación con el mayor barco de pasajeros, el Queen Elizabeth, que tiene sólo 12 metros de calado.
En los buques de investigación el mando de las expediciones oceanográficas se debe localizar en el puente y desde este punto se dirige el trabajo que se efectúa a bordo; por lo tanto, tiene que contar con un espacio en donde el comandante del barco y el jefe de la misión oceanográfica se pongan de acuerdo para fijar el rumbo y el emplazamiento de las estaciones. En el puente también se localiza el equipo de navegación y electrónico.
La cubierta de los buques de investigación debe quedar lo suficientemente libre para permitir la instalación del equipo científico y para que los técnicos puedan manipular sus muestras. Deben existir en ella los "puestos de operación" desde donde se lleva a cabo el lanzamiento y la recuperación de instrumentos y equipo oceanográficos, para lo que se tienen que instalar diversos tipos de cabrestantes y de gñinches. En los de investigación pesquera en la cubierta se hace parte del proceso de la muestra, así como la reparación de las redes para el muestreo, por lo que tienen que diseñarse con condiciones específicas para realizar estas actividades.
En la construcción de estos buques de investigación se cuida que la popa tenga una solidez a toda prueba, adaptada para mover las sondas de profundidad, que pueden operarse a mano cuando bajan los instrumentos a 500 metros de profundidad como máximo, o por un motor eléctrico que puede bajar a los aparatos hasta los 10 mil metros. En los barcos para estudios biológicos, la popa tiene que diseñarse de tal modo que permita arrastrar redes y dragas para recoger a los organismos vivos del fondo o los sedimentos y muestras geológicas.
Todo buque de investigación debe estar provisto de uno o varios laboratorios con características especiales, según el trabajo que desarrolle: físicos, químicos, geológicos, biológicos o pesqueros. Cuando los barcos son grandes pueden realizar campañas largas y tienen que llevar, cuando menos, tres laboratorios de diseño versátil para atender diversos tipos de actividades científicas. La cristalería, aparatos, frascos de productos químicos, etcétera, deben guardarse en sus armarios, asegurados de tal forma que no se rompan con los movimientos del barco. Las mesas de laboratorio tienen un marco que las rodea para evitar que, aun en mal tiempo, se puedan caer y romper la cristalería y los aparatos científicos.
También es indispensable que los laboratorios estén provistos de agua dulce y agua salada y que posean circuitos eléctricos de diferente voltaje. El laboratorio en donde se realiza el trabajo de análisis químico, debe tener un dispositivo para almacenar las botellas oceanográficas que al girarse queden dentro del laboratorio, y fácilmente llegue la muestra a su proceso, al mismo tiempo que las botellas vacías quedan a disposición de los técnicos para montarlas y mandarlas nuevamente al mar.
Los buques de investigación pesquera, que realizan su trabajo principalmente con peces, tiburones, crustáceos y moluscos grandes, tienen que disponer de una bodega para guardar las artes de pesca y equipo adecuado para procesar la captura. Su diseño cambia de acuerdo con el tipo de pesca que realizan, pudiendo ser arrastreros para capturar recursos del fondo del mar, o cerqueros para capturar los que nadan en la superficie. En la actualidad, se han diseñado los de pesca múltiple que tienen equipos mixtos que pueden realizar ambos tipos de captura. El equipo hidroacústico es también indispensable en este tipo de embarcaciones.
Sería muy difícil contar con un buque de investigación en ciencias del mar que reuniera todas las condiciones para desarrollar estudios en sus diferentes ramas, ya que generalmente alguna de ellas domina; a veces las facilidades para estudios fisicoquímicos predominan sobre las que se necesitan para los estudios biológicos, sin embargo, las instituciones de los países desarrollados tienen embarcaciones que reúnen muchas de estas características o su diseño permite que se modifiquen según el trabajo que se realiza.
Actualmente, Francia cuenta con la nave de investigación Presidente Tissier del Instituto Científico y Técnico de la Pesca Marítima, así como los buques del Servicio Hidrográfico de la Marina Francesa, Amiral Mouchez y La Perouse, que se dedican, de manera fundamental, a investigar la topografía submarina.
Los noruegos utilizan su barco Armader Hansen en campañas de estudio en la Antártica. Los suecos han armado su magnífico velero Albatros con el que han explorado todos los océanos del mundo. Los daneses tienen el Dana II en oceanografía física en el Atlántico y en el Mediterráneo. Los ingleses cuentan con el Discovery, cuyas campañas en aguas antártidas han contribuido grandemente al conocimiento de este océano. Los alemanes tienen el Meteor y los holandeses el Willebot-Snellius, con los que han estudiado el Atlántico.
Los soviéticos navegan en todos los mares en campañas oceanográficas, utilizando barcos de diseño modernista como el Akademic Nipopich, equipado con los instrumentos más avanzados de la época. Los Estados Unidos tienen cuatro buques principales de investigación: Hellen Scripps, Jordan, Alaska y New Horizon, que realizan cruceros de investigación en todo el mundo empleando el equipo más moderno que existe en la actualidad.
En México existen Varios buques de investigación en ciencias del mar, por lo que la Comisión Intersecretarial de Investigación Oceanográfica
(CIIO)
preparó el Catálogo de buques oceanográficos, con el fin de proporcionar a la comunidad científica la información que le permita programar sus actividades y establecer la coordinación con otras instituciones y así lograr un mejor aprovechamiento de estas embarcaciones.La Secretaría de Marina cuenta con varios buques para hacer investigaciones oceanográficas en el campo de la física, química, geología y biología marinas, y para la formación de personal altamente capacitado. El buque hidrográfico B.H. Mariano Matamoros (H-01), de 67.9 metros de eslora, 9.9 de manga, desplaza 1 275 toneladas con velocidad de crucero de 10 nudos y autonomía de 14 días, puede alojar 14 científicos y opera en las costas del Pacífico mexicano siendo su puerto base Manzanillo, Colima. Tiene un laboratorio seco y otro húmedo, dos plataformas de muestreo y un gñinche mecánico en popa; el equipo electrónico con que está equipado lo forman el navegador por satélite, el radar, el Lorán, el radiogoniómetro y la ecosonda.
El Dragaminas 20, buque oceanográfico H-02, navega en el Golfo de México y Mar Caribe teniendo como puerto base Veracruz, Veracruz; con eslora de 56.27 metros por 10.20 de manga, velocidad de 11 nudos, autonomía de 15 días con alojamiento de 15 científicos, tiene tres laboratorios: uno húmedo, uno seco y otro de análisis químico; está adaptado para los cuatro campos de la oceanografía y también para investigación geofísica; como equipo electrónico lleva navegador por satélite, radar, Lorán, ecosondas para aguas someras y ecosonda para profundas.
Otro buque de la Secretaría de Marina es el B/O Altair H-05 que opera en el Golfo de México y Mar Caribe y tiene como puertos base Frontera, Tabasco y Veracruz, Veracruz; es una moderna embarcación con 69 metros de eslora por 12.30 de manga, con una velocidad máxima de 9.5 nudos. Este buque tiene una autonomía de 27 días y aloja a 18 científicos que pueden trabajar en sus dos laboratorios; está equipado con computador, facsímil, navegador por satélite, radar, Lorán y ecosonda de aguas profundas.
Además esta Secretaría cuenta con el buque escuela B/E Cuauhtémoc, que está integrado al Programa Nacional de Meteorología Marina. Es un velero de tres palos con 23 velas que fue construido en los astilleros Celaya de Bilbao, España; mide 90.50 metros de eslora, 12 de manga y 2 370 metros cuadrados de velamen. Su calado es de 4.80 metros y tiene una capacidad de desplazamiento de 1 800 toneladas; la potencia de su motor es de 1 125 caballos de fuerza y alcanza una velocidad máxima de 11 nudos.
El Cuauhtémoc está destinado a viajes largos; su capacidad total es para 275 tripulantes: 20 oficiales, 30 oficiales de mar, 135 hombres de maestranza y marinería y 90 estudiantes o cadetes que se preparan como personal del Servicio Naval Nacional.
Este buque escuela está equipado con los últimos adelantos en materia de navegación y tiene todo tipo de comodidades como aire acondicionado y produce varias toneladas de agua potable. Su equipamiento es de lo más avanzado y moderno, posee girocompás y repetidor, compás magnético, radares, ecosonda, radiogoniómetro, facsímil para cartas meteorológicas y navegador por satélite Omega, entre otros.
Por acuerdo con la Secretaría de Pesca, la Secretaría de Marina opera los barcos de investigación pesquera Alejandro de Humboldt y Onjuku.
El Alejandro de Humboldt H-03, arrastrero por popa, construido en Alemania, de 43 metros de eslora y 10 de manga, velocidad de 12 nudos y autonomía de 28 días, puede alojar 8 técnicos. Tiene equipo hidroacústico moderno: cuenta con tres ecosondas y un ecointegrador; además de su radio, tiene un navegador por satélite Omega, que le permite obtener situación exacta en su operación. Tiene dos laboratorios y equipo moderno para procesar y congelar al pescado que se captura durante su trabajo. Su puerto base es Mazatlán, Sinaloa, y cubre todo el Pacífico mexicano.
El arrastrero por popa Onjuku H-04, construido en Japón, tiene 40 metros de eslora por 13 de manga, con capacidad para 9 científicos y autonomía de 40 días. Cuenta con un laboratorio de biología pesquera y con equipo electrónico moderno como tres ecosondas y un navegador por satélite. Su área de trabajo es el Golfo de México, donde realiza prospección de nuevos recursos pesqueros y su puerto base es Ciudad del Carmen, Campeche.
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Figura 20. Buques de investigación de México: Altair, Secretaria de Marina, Alejandro de Humboldt, Secretaria de Pesca y Puma,
UNAM.
La Secretaría de Pesca opera un grupo grande de buques de investigación y capacitación pesquera. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO)
llegó a México en 1970 el barco Antonio Alzate, construido en Holanda, con 24 metros de eslora y 7 de manga, velocidad de 10 nudos, autonomía de 22 días y capacidad para 5 técnicos. Tiene un laboratorio para procesar la captura y complejos aparatos electrónicos. Es un barco de pesca múltiple, utilizado principalmente en el Golfo de California.El Instituto Nacional de Pesca, dependiente de la propia Secretaría, cuenta con una flota de buques de investigación pesquera (
BIP
) formada por once embarcaciones.En el Océano Pacífico operan los
BIP I
yII
que son barcos tipo camaronero de 22.16 metros de eslora y 6.65 metros de manga, velocidad máxima de 9.5 nudos equipados con radar y ecosonda, con puerto base en Manzanillo, Colima, y cada uno puede alojar cuatro científicos; elBIP XI
tiene como puerto a Guaymas, Sonora, es un arrastero de 22.56 metros de eslora y 7.32 de manga, velocidad de 10 nudos, autonomía de 15 días, equipado con navegador por satélite, radar, Lorán, radiogoniómetro, sonar y ecosonda de fondo y de superficie; puede alojar 6 científicos.En el Golfo y el Mar Caribe trabajan el
BIP III
, con puerto base en Yucalpetén, Yucatán, de 12.3 metros de eslora por 4 de manga y velocidad de 7 nudos, equipado con navegador por satélite, radar y ecosonda de superficie y fondo, tiene capacidad para 4 científicos; elBIP VII
de Ciudad del Carmen, Campeche, de pesca múltiple, con 12.2 metros de eslora y 4.06 de manga, equipado con Lorán, radiogoniómetro y ecosonda de fondo y superficie, puede llevar dos científicos, y elBIP IX,
que hace investigación en oceanografía pesquera, está en Tampico, Tamaulipas, tiene 22.55 metros de eslora por 7.31 de manga, velocidad de 10 nudos, capacidad para 5 científicos y está equipado con radar, Lorán, sonar y ecosonda de fondo y superficie.Además, la Secretaría de Pesca cuenta con embarcaciones de capacitación, que también se llegan a utilizar en programas de investigación pesquera, éstas son: el Genaro Estrada y el Padre Kino, de 27 metros de eslora y 7 de manga, 9 nudos de velocidad y puerto base en Mazatlán, Sinaloa.
Los otros buques de capacitación pesquera son los
UNICAP
delI
alXVI
, que operan en ambos litorales; la mayoría son de pesca múltiple, con 14.94 metros de eslora por 4.93 de manga y velocidad máxima de 10 nudos, equipados con radar, Lorán y ecosonda; sus principales puertos de base son: Ensenada, Baja California; La Paz, Baja California; Guaymas, Sonora; San Blas, Nayarit y Manzanillo, Colima.La Secretaría de Educación Pública también cuenta con una flota considerable de barcos de capacitación, que pertenecen a la Dirección General de Ciencia y Tecnología del Mar y son aprovechados para realizar investigaciones; entre ellos destaca el B/M Columbia 3/82 que es un arrastrero con capacidad para 15 investigadores, autonomía de 30 días, eslora de 20.30 metros y manga de 6.0, velocidad de 12 nudos, equipado con navegador inercial; su puerto base es Mazatlán, Sinaloa.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes tiene el B/E Náuticas México, para la capacitación de oficiales de Marina Mercante, puede llevar 14 instructores; su autonomía es de 48 días, con 150.5 metros de eslora y 21.0 de manga, velocidad de 18 nudos y equipado con navegador por satélite, radar, Lorán y ecosondas de superficie y de fondo.
Por último, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, tiene dos modernos buques oceanográficos: el B/O Puma, abanderado en 1980, con puerto base en Mazatlán, Sinaloa, y el B/O Justo Sierra, abanderado en 1982 y que se localiza en Tuxpan, Veracruz; en ambos se desarrollan las diferentes disciplinas de investigación en ciencias del mar, ya que están diseñados para realizar múltiples operaciones en las diversas ramas de estas ciencias.
La eslora de estos buques es de 50 metros y la manga de 10.3, con velocidad de crucero de 13.5 nudos y autonomía de 25 a 30 días. Sus sistemas de propulsión y mando permiten, además de un desplazamiento regular, maniobras de movimiento lateral y giratorio.
El alojamiento para la tripulación y los científicos es confortable y funcional. El Puma alberga a 20 técnicos y el Justo Sierra a 21, que pueden trabajar en un laboratorio de uso general, un laboratorio húmedo, un laboratorio de biología, un laboratorio de recepción y preparación de muestras e instrumentos, una central de registro y cómputo, una sala de cartografía; además cuentan con salón de clases y biblioteca, sala de conferencias, taller mecánico y de electrónica y congeladores para la conservación de las muestras.
Están equipados con navegador por satélite, navegador Omega, girocompás y piloto automático, radares de 10 y 3 cm, radiogoniómetro, radiotransmisores, radiofacsímil e instrumentos de registro y cómputo como: computadora central
MINC-II
digital, graficadores y grabadoras, ecosondas y sonar, estaciones meteorológicas computarizadas y registrador continuo de salinidad y temperatura. Además, pueden llevar otros equipos, como diferentes tipos de redes y dragas de acuerdo con el programa que estén desarrollando.No obstante la aparente abundancia de navíos oceanográficos y de investigación pesquera, los grandes océanos de nuestro planeta encierran una multitud de incógnitas, lo que hace que el número de barcos destinados a realizar largas campañas de investigación, resulte muy limitado. Esto hace indispensable que los países, en lugar de competir entre sí por un dominio económico y gastar tanto dinero en operaciones bélicas, unan esfuerzos e inviertan fondos para incrementar estos buques de investigación y así conocer mejor nuestros mares, lo cual beneficiaría a la humanidad en su conjunto.
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