XI. PERCEPCI�N DEL MOVIMIENTO
CUANDO un objeto se mueve frente a nuestros ojos se va formando en nuestra retina una sucesi�n de sus im�genes. Estas im�genes se forman en diferentes regiones de la retina y nos dan la sensaci�n de que se est� moviendo. Sin embargo, tambi�n podemos tener la sensaci�n de movimiento producido por objetos que est�n en reposo y que aparecen y desaparecen de manera apropiada. Como ejemplo de esto �ltimo podemos mencionar el caso de las marquesinas de los cines, en las cuales los focos que est�n en reposo y colocados muy cerca uno de otro, se van prendiendo y apagando en r�pida sucesi�n y nos dan la impresi�n de que se mueven. Esta, sensaci�n se llama de movimiento aparente, mientras que la que experimentamos cuando un objeto se mueve se llama de movimiento real.
Cuando un objeto se mueve frente al ojo su imagen se va formando en una sucesi�n de regiones distintas de la retina. Ahora bien, para que el cerebro pueda distinguir entre dos im�genes que se forman en dos regiones distintas estas im�genes se tienen que formar en intervalos de tiempo bien definidos. As�, si las dos im�genes se forman en un intervalo muy peque�o, las se�ales que env�a a la retina no se pueden distinguir una de otra.
Figura 66. El ojo detecta movimiento cuando la velocidad es al menos 3° por segundo.
Para que haya posibilidad de distinci�n, un objeto se tiene que mover al menos de tal forma que la velocidad (Figura 66) con la que gira la l�nea AB que une la imagen en la retina con el punto del objeto, con respecto al punto C en el cristalino, sea de 3° cada segundo. En promedio, �sta es la m�nima velocidad con la que el ojo puede experimentar la sensaci�n de movimiento. Si esta velocidad es menor no distinguimos un movimiento y decimos que el cuerpo est� en reposo.
Si un cuerpo se mueve muy r�pidamente, la retina env�a se�ales que el cerebro no puede distinguir. En promedio, la m�xima velocidad con la que a�n puede haber distinci�n de los contornos del cuerpo que se mueve es de alrededor de 20° cada segundo. Para movimientos que dan lugar a una velocidad mucho mayor que �sta, lo que se ve es una imagen sin contornos, formada de l�neas borradas. A velocidades extremadamente altas, de hecho no se ve el objeto. En este caso la retina no tiene tiempo de responder.
Con respecto al movimiento aparente, una condici�n para que lo percibamos es que la imagen en la retina vaya cambiando de lugar. Esto se logra de diferentes formas, una de las cuales mencionamos arriba. Otro ejemplo es el suguiente: sost�ngase con el brazo extendido un l�piz frente a los ojos. Conviene tener atr�s alg�n objeto fijo, con el cual tener una referencia. Abramos y cerremos alternadamente los ojos y tendremos la sensaci�n de que el l�piz se est� moviendo de un lado al otro. En este caso, lo que ocurre es que las im�genes se van formando en regiones distintas de las dos retinas y el cerebro recibe primero los datos de la formaci�n de la imagen en una regi�n y luego los de la formaci�n de la imagen en otra regi�n de la retina, de hecho "enga�ando" al cerebro que percibe el proceso como movimiento del l�piz.