PESQUER�A DEL CAMAR�N

Los nombres de camarones y langostinos se aplican a especies muy diferentes en Europa, Asia y Am�rica; por ejemplo, los langostinos de Espa�a corresponden a los camarones de M�xico y otros pa�ses de Am�rica; los langostinos de Chile son muy diferentes y no corresponden a los crust�ceos que viven en el fondo.

Los camarones pertenecen a la familia de los peneidos (Penaeidae) y en su estado adulto viven en mar abierto, donde se reproducen y alcanzan una talla de entre 15 y 20 cent�metros de largo.

Las hembras depositan en el agua un n�mero extraordinario de huevecillos que oscilan entre 300 mil y un mill�n y medio por desove, de los cuales nacen peque�as larvas llamadas nauplios, que miden cerca de medio mil�metro, nadan con sus ap�ndices cef�licos y forman parte del plancton.

Despu�s de un desarrollo larvario complejo que implica el paso por otros estadios: protozoea, en el que llegan a medir 3 mil�metros; mysis, cuando alcanzan los 6 mil�metros, y postlarva, con 2.5 cent�metros; los camarones j�venes, cuyo cuerpo es transparente, como de cristal, entran a los esteros y a las lagunas litorales al iniciarse la primavera o en los primeros meses del est�o.

En estas aguas salobres la postlarva deja el plancton, baja al fondo para vivir en el sustrato blando y se desplaza utilizando sus ap�ndices tor�cicos y su nadadera caudal. En esta etapa la voracidad de los camarones es muy grande y, aliment�ndose de restos de otros organismos presentan un crecimiento r�pido de 2 cent�metros por mes; los juveniles alcanzan los 15 cent�metros de longitud despu�s de andar medio a�o en estas aguas.

Una vez terminado su desarrollo, los camarones emigran al mar para vivir en zonas del fondo, habi�ndose encontrado hasta a 400 brazas de profundidad. Ah� realizan sus actividades de nutrici�n y reproducci�n.

Los pescadores que conocen el ciclo que se acaba de describir, capturan a estos crust�ceos en aguas marinas con "redes de arrastre" y "chinchorros", o en las salobres de las lagunas con diferentes tipos de artes de pesca como "tapos", "nasas", "atarrayas" o "esparavelos" y "redes atravesadas".

Para la captura de las especies de alta mar se utiliza el llamado barco camaronero, que es un arrastrero, generalmente de 15 a 30 metros de eslora, manga de 6 metros, tonelaje bruto de 45 toneladas y una potencia en su motor de 200 a 350 caballos de fuerza; usualmente su casco es de madera, aunque cada vez m�s, �ste se ha ido sustituyendo por cascos de metal o de ferrocemento; la bodega lleva hielo en escama para estibar al camar�n con su cabeza hacia adelante, aunque tambi�n estas bodegas de hielo est�n siendo sustituidas por las de congelaci�n. La caseta de mando y los camarotes se encuentran colocados a proa, con el fin de dejar libre la popa para la maniobra de pesca y descabezado del producto.

Figura 3. Barco camaronero.

El arte de pesca es la red de arrastre, aparejo que se utiliza doble, ya que se baja un equipo por cada lado del barco, sujeto a un pang�n compuesto por dos palos laterales que forman un �ngulo de 450 con el m�stil central. La red lleva en cada extremo de su boca una tabla de 2 por 4 metros, provista de un pat�n de fierro en su base y llamada puerta, que tiene como funci�n hacer resistencia contra el agua y as� asegurar que la boca se mantenga abierta durante la maniobra.

El tama�o de la red va de 100 a 150 metros, termina en un copo donde quedan atrapados el camar�n y la fauna de acompa�amiento. Entre las tablas y en el borde inferior de la boca, se coloca una cadena de fierro para asegurar que la red vaya arrastr�ndose en el fondo.

Cuando el barco sale a la captura de este recurso, los pescadores suben a bordo las provisiones para los d�as que van a pasar en el mar, as� como el hielo para el manejo de las capturas; esta operaci�n recibe el nombre de "avituallar"

La maniobra de pesca la realizan de 4 a 6 tripulantes, el patr�n, el motorista, el cocinero y de 1 a 3 pescadores. Cuando se cobran las redes, la captura se deposita en la cubierta y los tripulantes separan el camar�n y otras especies de valor comercial, coloc�ndolas en las bodegas; el resto de la "fauna acompa�ante" es regresado nuevamente al mar y s�lo en contadas ocasiones se lleva a puerto para transformarlo en harina.

En aguas protegidas se utilizan lanchas o cayucos de 3 a 7 metros de largo, con casco de madera o fibra de vidrio, y motor fuera de borda de 25 a 40 caballos de fuerza. El arte de pesca var�a seg�n el tipo de laguna y el pescador; uno es la atarraya, red circular con plomos en el borde de su circunferencia, que se lanza a brazo, para que el camar�n quede atorado en la malla.

Figura 4. Atarraya.

Tambi�n en las lagunas se usan los tapos, artes que se atraviesan en la zona de la laguna por donde el camar�n juvenil se dirige hacia el mar durante las migraciones de su ciclo vital, oblig�ndolo a entrar en lo que se denomina "manga", construida con trozos de palma, la cual deja pasar el agua y retiene a los animales que se dirigen a los "chiqueros", lugares donde el camar�n se concentra atra�do por la luz de un foco, ya que generalmente la pesca se realiza de noche. Se saca por medio de una "red de cuchara" o "solabre".

Los tapos se dejan abiertos durante la �poca de reproducci�n del animal, as� permiten que entren las larvas, salgan los juveniles para llegar al mar y alcancen su estado adulto y puedan reproducirse. Son los bi�logos los que indican, despu�s de realizar estudios, cu�ndo se debe cerrar el tapo; gracias a estos conocimientos es posible establecer la regulaci�n de la pesca y conservar las especies, aprovech�ndolas al m�ximo, pero sin extinguirlas.

La mayor�a de los tapos son construidos con material r�stico de la regi�n, como varas de �rbol, mangle, etc�tera; sin embargo, en M�xico los t�cnicos han dise�ado algunos de cemento, como el "Tapo Revoluci�n" en Escuinapa, Sinaloa.

Figura 5. Tapo revoluci�n. Ecuinapa Sinaloa.

En otras lagunas se utilizan las charangas, que son atravesadas, formadas por palos y palmas en forma de �ngulo, que detienen al camar�n juvenil, de donde �ste se saca con red de cuchara.

Los camarones son comercializados de diferentes maneras; aunque generalmente se congelan en bloques de hielo; despu�s de los d�as de trabajo en el mar, el barco regresa al puerto con la captura conservada en fr�o; �sta se saca de las bodegas por medio de extractores que pasan a los camarones a un carril de pl�stico en donde se deslizan por agua mezclada con antis�pticos, para evitar la contaminaci�n con bacterias y, finalmente llegan a un tanque que contiene una sustancia azucarada que permitir� la congelaci�n posterior sin que el camar�n se vuelva quebradizo.

De ah� pasan a m�quinas que, de manera autom�tica, los seleccionar�n por tama�o y, como generalmente el camar�n viene descabezado, lo que se toma en cuenta es el n�mero de colas por unidad de peso; as�, el camar�n de talla U 10, es aquel en que 10 colas forman una libra.

Despu�s de seleccionados, pasan a las charolas de congelaci�n y al congelador por placas, en donde permanecen durante 30 minutos a temperaturas de menos 40�C, hasta alcanzar su congelaci�n total. Posteriormente se empacan colocando las marquetas de 5 libras en sus cajas enceradas especiales.

Figura 6. Planta procesadora de camar�n.

Las cajas son colocadas en camiones especiales llamados termoquines, que las distribuyen en todos los mercados. Uno de los principales pa�ses consumidores es Estados Unidos que importa alrededor de medio mill�n de toneladas, principalmente de M�xico, India, Brasil, Panam� y Venezuela; le siguen los pa�ses europeos y Jap�n; a estos mercados llega el camar�n transportado por barcos con sistemas de congelaci�n.

Tambi�n se utiliza un sistema de presentaci�n para el camar�n con cabeza, que consiste en congelarlos enteros y uno por uno, con el objeto de que cuando se rompa la marqueta se separen los individuos, facilitando con ello su manejo para el ama de casa.

En otros lugares, despu�s de seleccionar el camar�n se le "pela", es decir, se le quita la cubierta de quitina, se desvena separ�ndole el recto intestinal que es un tubo de color negro que recorre el abdomen por su regi�n dorsal, se coloca en alb�mina y luego en polvo de pan, proceso llamado empanizado; por �ltimo se congela y empaqueta para su distribuci�n.

Las tallas peque�as de camar�n, que reciben el nombre de pacotilla, son aprovechadas para el enlatado y el secado. Los camarones enlatados se conservan en salmuera y en ocasiones se les agrega jugo de tomate. El secado se hace al Sol, con o sin el caparaz�n y se empaca en bolsas de pl�stico; �ste se utiliza en preparaciones de caldos y sopas.

En algunos lugares como en Nayarit, aprovechando ciertas hojas de vegetales de la zona, se preparan unas esferas de 20 cent�metros de di�metro donde se coloca el camar�n seco; a este tipo de empaque se le llama barcina. En otros sitios se aprovecha la cabeza para producir una pasta seca que posteriormente sirve para hacer unas hojuelas o chicharr�n de camar�n. Los camarones que se consumen frescos se cocinan de muchas formas.

Seg�n datos del anuario estad�stico de 1986 de la FAO, la captura total de peneidos es de 1 954 187 toneladas, correspondiendo al Oc�ano Pacifico Septentrional el 50%, al Atl�ntico Septentrional el 20%, al Oc�ano �ndico el 15% y, el otro 15% restante, a los dem�s mares.

En Jap�n el "langostino de Kuruma" (Penaeus japonicus), el "langostino del norte" (Pandalus borealis), el "camar�n rosado" (Pandalus) y el "camar�n del Oc�ano Pac�fico" (Pandalopsis), son muy aceptados en el mercado y tienen un elevado valor econ�mico. Estos peneidos se cultivan en diferentes lugares de la costa, como en la isla de Seto, al sur de Hiroshima, en donde el doctor Matosaku Fujinaga logr� por primera vez el cultivo de este crust�ceo. En la Rep�blica de Corea tambi�n se captura el "langostino de Kuruma", adem�s del "langostino corpulento" (Penaeus chinensis).

En Espa�a el langostino (Penaeus trisuleatus) abunda en el Mediterr�neo, as� como en la costa del Atl�ntico y constituye una importante fuente de riqueza para los pescadores de Huelva, Vinaroz, Pe��scola y M�laga. Se captura cerca de los estuarios en lugares de baja salinidad, utilizando redes de arrastre; es muy apreciado por los gastr�nomos. Tambi�n se consumen otros camarones, como las "gambas" (Parapenaeus longirostris), especie abundante en el Mediterr�neo y que se sirve como marisco acompa�ando a los aperitivos.

En la costa de Tamil Nadu, en la India, se captura el camar�n cerca de la playa y en los esteros, empleando pangas de fibra de vidrio y barcos arrastreros; las principales especies son el camar�n cebra (Penaeus mergiensis) y el camar�n de la India (Penaeus indicus). Este camar�n se lleva a las plantas industrializadoras en donde se procesa bajo estrictas medidas de control de calidad, por lo que est� considerado como uno de los mejores del mundo.

En Am�rica son varias las especies de camarones que se explotan en las costas tanto del Atl�ntico como del Pac�fico y que llegan al mercado en cantidades apreciables.

En las regiones centro-occidental y sudoccidental del Oc�ano Atl�ntico, desde las costas del norte de Estados Unidos de Norteam�rica hasta las de la Rep�blica de Argentina, habitan 18 especies, algunas de las cuales son: el "langostino rojo" (Hymenopenaeus robustus); el "camar�n barbado" (Hymenopenaeus muelleri), caracter�stico de las costas de Brasil; la "gamba roja" (Aristaeomorpha foliacea); el "langostino moruno" (Plesiopenaeus edwardsianus), que adem�s se localiza en las costas de �frica del Sur y en el Indopac�fico; la "gamba violeta" (Aristeus antilensis); el "camar�n blanco" (Penaeus setiferus); el "camar�n leg�timo" (Penaeus schimitti), y el "camar�n rosa" (Penaeus brasiliensis).

Tambi�n en estas regiones del Atl�ntico se encuentran el "camar�n rosado" (Penaeus duorarum) y el "camar�n marr�n o caf�" (Penaeus aztecus), comunes en las costas de los Estados Unidos y M�xico; el "camar�n rosa" (Penaeus panlensis); el "camar�n fijador" (Trachypenaeus similis); el "camar�n cebra, tigre o carabal�" (Trachypenaeus byrdi); el "camar�n siete barbas" (Xiphopenaeus kroyeri), y el "camar�n spinho" o "camar�n ocado" (Hyppolysmata oplophoroides).

En las regiones centro-oriental y sudoriental del Oc�ano Pac�fico, desde San Francisco, Estados Unidos, hasta las costas de Chile, viven 14 especies, algunas de ellas son: el "camar�n blanco o rosado" (Penaeus vannamei); el "camar�n azul o mezclilla" (Penaeus stylirostris); el "camar�n blanco" (Penaeus occidentalis), com�n en las costas de El Salvador, del Per� e Islas Gal�pagos; el "camar�n caf� o kaki" (Penaeus californiensis); el "camar�n rojo" (Penaeus brevirostris); el "camar�n cebra" (Trachypenaeus pacificus); el "camar�n carabal�" (Trachypenaeus farea); el "camar�n pomada" (Protrachypene precipua); el "camar�n de playa" (Rhynchocinetes typus), y el "camar�n nylon" (Heterocarpus reedi).

En las costas mexicanas el recurso camaronero es uno de los m�s importantes, ya que es base de una de las pesquer�as mejor establecidas y de la m�s grande en cuanto a flota, recursos humanos y rendimiento econ�mico tanto a nivel nacional como internacional, por ser �ste un producto marino exportable. Esta pesquer�a se realiza principalmente sobre la plataforma continental, desde 3 hasta 200 metros de profundidad, donde se captura el camar�n de alta mar, pero tambi�n se pesca en aguas protegidas como bah�as, esteros y lagunas, en el litoral del Oc�ano Pac�fico y en el Golfo de M�xico y Mar Caribe.

La pesquer�a del camar�n se inici� en 1922 en el Pac�fico mexicano y hasta 1947 en el litoral del Golfo de M�xico, pero se puede considerar que a partir de 1940 se inicia como una pesquer�a industrializada; en 1941 se establece la primera compa��a: Pesquera de Topolobampo, S. de R. L., con capacidad para 20 toneladas diarias de camar�n; posteriormente esta empresa ampli� sus operaciones y se formaron nuevas compa��as: Productos Congelados, S. A. y La Reforma, al sur de Topolobampo, Sinaloa. Desde estos a�os, el n�mero de plantas que procesan camar�n ha aumentado considerablemente. En la actualidad existen 27 congeladoras y 7 enlatadoras en el litoral del Pac�fico y 37 congeladoras y 5 enlatadoras en el del Golfo de M�xico y Mar Caribe.

Las zonas de mayor captura del camar�n de alta mar en el Pac�fico mexicano son las costas de los estados de Sonora y Sinaloa, que tienen una corta plataforma continental de fondo arenofangoso donde se pueden arrastrar las redes sin peligro; el resto del litoral del Pac�fico presenta gran cantidad de �reas rocosas en las que no es posible la maniobra de pesca.

En el Golfo de M�xico, el �rea camaronera principal es la Sonda de Campeche, que tiene una plataforma con una pendiente de poca profundidad: los 200 metros se alcanzan a m�s o menos 200 millas n�uticas de la costa y, como el fondo es arenofangoso, resulta ideal para la pesca del camar�n.

El camar�n de aguas protegidas tiene mayor importancia en las lagunas y esteros del sur de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Oaxaca y Chiapas en la costa occidental y, en las de Tamaulipas, Veracruz y Campeche en las costas del Golfo de M�xico.

Los camarones de alta mar de las costas mexicanas del Oc�ano Pac�fico son: el "camar�n caf�" (Penaeus californiensis), el "camar�n azul" (Penaeus stylirostris), el "camar�n blanco" (Penaeus vannamei) y el "camar�n rojo" (Penaeus brevisrostris), y en las aguas protegidas del litoral del Pac�fico principalmente se encuentran el "azul", el "blanco" y el "caf�".

En el Golfo de M�xico los camarones de alta mar son el "camar�n caf�" (Penaeus aztecus), el "camar�n rosado" (Penaeus duorarum) y el "camar�n blanco" (Penaeus setiferus), captur�ndose tambi�n estas especies en lagunas del Golfo, como Laguna Madre en Tamaulipas, Tamiahua y Alvarado en Veracruz y la Laguna de T�rminos de Campeche, principalmente.

La pesquer�a del camar�n en M�xico est� reservada a las Sociedades Cooperativas de Producci�n Pesquera; la organizaci�n comprende, seg�n el Anuario Estad�stico de Pesca en M�xico, publicado en 1988 por la Secretar�a de Pesca: 359 cooperativas en el Atl�ntico que capturan 22 663 toneladas anuales y 1161 en el Pac�fico, con 50 537 toneladas anuales, para un total de 73 200 toneladas.

El producto se distribuye, principalmente, en el mercado internacional en diversas formas: congelado, enlatado, empanizado y en el nacional: fresco, congelado, enlatado, descabezado, seco y en polvo. De la producci�n de camar�n se exportan 30 500 toneladas a Canad�, Espa�a, Estados Unidos, Honduras y Jap�n, que aportan divisas por varios miles de d�lares. En el mercado nacional se comercializan 44 094 toneladas y sus principales plazas son el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Puebla y las zonas tur�sticas de la costa.

La flota est� formada por 1100 barcos en el Atl�ntico, cuyos puertos principales est�n en Tampico, Tamaulipas; Ciudad del Carmen y Campeche, en Campeche, y Progreso, en Yucat�n; y 1 400 que operan en el Pac�fico en los puertos de Guaymas y Puerto Pe�asco, Sonora; Topolobampo y Mazatl�n, en Sinaloa; San Blas, en Nayarit; Manzanillo, en Colima, y Salina Cruz, en Oaxaca.

La duraci�n del viaje de captura es de entre 15 y 30 d�as, con un promedio de 12 viajes por a�o; se capturan de una y media a tres toneladas de camar�n por viaje, adem�s de un promedio de 20 toneladas de fauna de acompa�amiento.

Para conservar la especie, la pesquer�a del camar�n mexicano se regula por medio de la veda, o sea, el establecimiento de temporadas durante las cuales se suspende la captura. En M�xico s�lo se aplica en el litoral del Pac�fico y dura, en alta mar, de julio a septiembre, y en aguas protegidas, de abril a agosto. En otros pa�ses, como Panam� y Espa�a, se regula el esfuerzo pesquero reglamentando el n�mero de barcos, el n�mero de viajes, la cantidad de lances, etc�tera, con base en los resultados de las investigaciones de biolog�a pesquera que permiten reconocer la abundancia del recurso, as� como su �poca de reproducci�n y desarrollo.

La demanda mundial de camarones ha incrementado la captura de este recurso y en algunos pa�ses se piensa que se ha llegado a la producci�n m�xima, por lo que se han iniciado programas de cultivo de camarones, para poder aumentar la oferta y as� satisfacer esta demanda que cada d�a es mayor.

En la actualidad, adem�s de Jap�n, otros pa�ses como M�xico, India, Taiwan, Indonesia, Filipinas, Pakist�n, Ecuador y Panam�, est�n realizando el cultivo de camarones.

Por las caracter�sticas de la red de arrastre que se utiliza en esta pesquer�a, junto con el camar�n se capturan otras especies de organismos, a las que se denomina "fauna de acompa�amiento"; �sta se encuentra constituida por peces de aceptaci�n comercial de m�s de 25 cent�metros de largo, como los pargos y la totoaba entre otros; por peces con poco mercado, que generalmente miden menos de 25 cent�metros; por peces peque�os con gran n�mero de espinas dif�ciles de filetear que por lo com�n son utilizados para elaborar harina o ensilados como alimento de animales, por especies vegetales, como algas y otras de animales como esponjas, corales, moluscos y sus conchas, erizos y estrellas de mar.

La utilizaci�n de esta fauna de acompa�amiento se hace urgente, debido a que la carencia de prote�nas animales cada d�a es mayor en el planeta y, esta fauna que en ocasiones presenta la proporci�n de 7 a 12 kilogramos por kilo de camar�n, bien puede ser un alimento para el hombre.

Figura 7. Fauna de acompa�amiento.

En M�xico se han realizado muchos intentos para aprovecharla, como por ejemplo dise�ar barcos camaroneros con una planta de harina a bordo; sin embargo, no se ha logrado el �xito completo porque no se cuenta con informaci�n confiable sobre qu� especies forman la fauna de acompa�amiento, cu�l es su volumen, c�mo cambia en el a�o y c�mo se caracteriza en las diferentes regiones. Sin estos datos resulta imposible programar cualquier proyecto para su aprovechamiento.

Este recurso y todos los dem�s que el hombre aprovecha del mar, son patrimonio de la humanidad, por lo que tienen que ser manejados de manera responsable, con el fin de que rindan beneficios iguales a las distintas clases de la poblaci�n y, si bien el camar�n es un producto de lujo que generalmente compran las clases acomodadas, son muchas familias las que en el mundo viven de los beneficios de la pesquer�a del camar�n.

Adem�s de los camarones, existen entre los crust�ceos otras especies que, por la calidad de su carne, han alcanzado gran demanda y altos precios en los mercados nacionales e internacionales, representan para los pa�ses productores una de sus principales fuentes de divisas y la materia prima para el establecimiento de industrias, colaborando en la creaci�n de nuevos empleos y, por lo tanto, en el desarrollo del pa�s.

Entre estos crust�ceos, adem�s del camar�n, se encuentran: las "langostas", el "bogavante", la "cigala", los "langostinos", la "centolla", los "cangrejos" y el "percebe", as� como algunos otros que se consideran recursos potenciales por su abundancia, como la "langostilla" y el "krill", cuya captura en 1985, a nivel mundial, alcanz� 1 289,441 toneladas.

InicioAnteriorPrevioSiguiente