IX. LA ACUICULTURA Y LA PROTECCI�N DE ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCI�N

LA ACUICULTURA se ha considerado principalmente, tanto en las naciones ricas como en las que se encuentran en v�as de desarrollo, como una actividad para incrementar su producci�n de alimento.

En los pa�ses ricos la acuicultura ayuda a ofrecer una mayor variedad de alimento y as� solucionar el problema de una poblaci�n que demanda nuevos tipos de comida conforme su riqueza y educaci�n se elevan. En los pa�ses en v�as de desarrollo el problema es totalmente diferente, ya que en ellos es indispensable producir alimento urgentemente a bajo costo, en lo que la acuicultura puede resultar de gran utilidad.

Como la poblaci�n mundial se ha seguido incrementando, la demanda futura de alimento de origen marino ser� mayor, y se calcula que para el a�o 2000 se necesitar� casi el doble de la producci�n actual, es decir, alrededor de 150 millones de toneladas, por lo que, adem�s de aprovechar racionalmente las existencias del oc�ano, se tendr�n que intensificar los programas de acuicultura.

El doctor Shelbourne, del Laboratorio de Pesquer�as de Lowestoft, Inglaterra, ha se�alado que aunque los pa�ses todav�a cuentan para su suministro con las reservas naturales, �stas cada vez van disminuyendo, por lo que �l cree que es indispensable llegar al cultivo y domesticaci�n de las especies marinas a escala industrial, lo m�s pronto posible; incluso las grandes naciones pesqueras.

Por lo anterior, parece ser que ha llegado el momento de iniciar el cultivo de los organismos acu�ticos en gran escala con el fin de alimentar a la humanidad, por lo que los programas de acuicultura tienen que multiplicarse en todos los pa�ses del mundo.

La acuicultura, adem�s de colaborar en el aumento de las poblaciones que viven en las aguas, tiene la posibilidad de ayudar a conservar las especies que, por haber estado expuestas a una excesiva explotaci�n, se hallan en peligro de extinci�n, como es el caso de algunos crust�ceos como la langosta; el abul�n entre los moluscos; la totoaba en los peces; los cocodrilos y las tortugas entre los reptiles; y las focas entre los mam�feros.

En el caso de las langostas, los abulones y los peces, por contar con una reproducci�n m�s r�pida y eficiente, la situaci�n no es grave y s�lo con programa adecuado de protecci�n se puede solucionar, pero en el de los cocodrilos, las tortugas y las focas, por su lenta reproducci�n, el problema es grave y s�lo con su cultivo se podr� incrementar a las poblaciones naturales para conservar el recurso.

En la actualidad, las veinte diferentes especies de cocodrilos que existen se encuentran amenazadas, e incluso est�n al borde de la extinci�n debido a la caza intensiva para el comercio de sus pieles y a la distribuci�n de sus h�bitos por la expansi�n demogr�fica humana.

Los cocodrilos viven en las zonas h�medas de las regiones tropicales y subtropicales y pertenecen a los g�neros Alligator, Caiman, Crocodylus y Osteolaemus; siendo m�s comunes en �frica, Centroam�rica y las zonas litorales del Oc�ano Pac�fico las especies Crocodylus acutus, Crocodylus moreletii, Caiman sclerops y Osteolaemus tetraspis. Este �ltimo es el cocodrilo enano de �frica.

Los cocodrilos han sido cazados desde hace mucho tiempo, no s�lo para aprovechar sus pieles sino por razones de superstici�n y miedo, siendo com�n en algunos pa�ses que los ni�os presuman, por falta de educaci�n, cuando matan una cr�a de cocodrilo.

Su piel es utilizada en la fabricaci�n de art�culos de peleter�a como carteras, zapatos, cinturones, bolsas, etc., siendo Francia el pa�s que ocupa el primer lugar en las industrias de transformaci�n, ya que produce el 80% de los art�culos fabricados con el cuero de estos animales, le siguen Italia y la Rep�blica Federal de Alemania.

La protecci�n de los cocodrilos se basa principalmente en regulaciones establecidas por un convenio internacional que rige con un control muy estricto el comercio de estas especies amenazadas; sin embargo no todos los pa�ses se han adherido al convenio, a pesar de los esfuerzos de la Uni�n Internacional de la Conservaci�n de la Naturaleza.

Por esto, se ha pensado que la mejor soluci�n para evitar la extinci�n del cocodrilo es su cr�a. Se realiza ya en varios pa�ses el esfuerzo para lograrla, ya sea recogiendo los huevos y las cr�as del medio natural, para s�lo asegurar su crecimiento, o llevando reproductores a cautiverio y lograr su reproducci�n.

Se considera que s�lo logrando el cultivo total se podr� solucionar satisfactoriamente la amenaza de la desaparici�n de las especies de cocodrilos, mas para lograrlo todav�a hace falta investigaci�n sobre los distintos aspectos fisiol�gicos, ecol�gicos y etol�gicos de estos animales. En cuanto a la reproducci�n y a la biolog�a en general, son bien conocidos el cocodrilo del Nilo, el alligator de Mississippi y los cocodrilos mexicanos; para las dem�s especies faltan muchos datos.

Figura 33. Cr�as de cocodrilos en cautiverio.

Se ha observado que los cocodrilos son buenos reproductores y presentan una tasa de fecundidad natural, a pesar de que en su etapa juvenil la mortalidad es elevada debido a la depredaci�n entre ellos; calcul�ndose que s�lo 3 o 4 de cada cien cocodrilos reci�n nacidos llegan al estado adulto; sin embargo, se considera que la especie est� bien adaptada y que no desaparecer� en un futuro pr�ximo si se respeta la poblaci�n natural.

Para su cultivo es indispensable proporcionarles las condiciones del ambiente natural y la cantidad y calidad adecuadas de alimento, que tienen que ser aproximadas a lo que come en su medio, sobre todo en sus etapas juveniles, ya que a los adultos se les puede liberar en zonas abiertas en donde encuentren las condiciones adecuadas.

Actualmente se est�n llevando a cabo en varios pa�ses programas de cultivo con el objetivo de conservar las especies, tal es el caso de algunos zool�gicos como el de Bronx de Nueva York y el de Atlanta, en los Estados Unidos; el del Ganges en India donde se cultiva el gavial; el de China que protege el alligator y en M�xico en el zool�gico "Miguel �lvarez del Toro" en Tuxtla Guti�rrez, Chiapas; as� como en el de Chilpancingo, Guerrero.

En Cuba se estableci�, en la Pen�nsula de Zapata, que cuenta con una ci�naga en la boca de la Laguna del Tesoro, localizada en la parte centrooccidental de la isla, un criadero de cocodrilos y el gran centro tur�stico de Guanam�, donde se protegen las especies Crocodylus acutus y Crocodylus rhombifer, este �ltimo originario de Cuba y dif�cil de encontrar en otras partes del Caribe.

En el criadero de Guamá, los bi�logos cubanos concentraron ejemplares adultos en una zona de 3.5 kil�metros cuadrados, que en pocos a�os fue insuficiente, pasando el criadero al control de Combinado Av�cola Nacional, que est� experimentando la fecundaci�n y la producci�n de cr�as bajo incubaci�n artificial y as� el cultivo se ha extendido a diferentes �reas del pa�s y no s�lo con el fin de la protecci�n de estas especies en peligro de extinci�n, sino con el de explotar comercialmente la valiosa piel.

Los cient�ficos cubanos est�n estudiando a fondo aspectos de la reproducci�n artificial, el control gen�tico y los problemas que causan la mortalidad de las cr�as y han logrado reducir esta mortalidad, que en condiciones naturales alcanza hasta un 70%, a s�lo un 20%, por lo que se piensa que no est� lejano el d�a en que Cuba se convierta en uno de los mayores exportadores de pieles de cocodrilo de gran calidad.

Uno de los aspectos m�s importantes a subrayar es que las autoridades han logrado que el pueblo cubano entienda la importancia que tiene conservar las especies en peligro de extinci�n y respetar a los seres vivos en su propio beneficio. Sin esta educaci�n, que lleva al respeto por el recurso, es imposible pensar en su conservaci�n y mucho menos en su explotaci�n racional.

En M�xico se ha protegido desde hace a�os al Crocodylus moretti gracias a las acciones emprendidas por el doctor Enrique Beltr�n, director del Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables, quien demostr� al licenciado Jorge Ech�niz Ruvalcaba, entonces director de Pesca, la necesidad de establecer una veda total para esta especie, lo cual se dict� en el a�o de 1968, dentro del programa que esta dependencia inicio para proteger a las especies en peligro de extinci�n.

Posteriormente, la Secretar�a de Pesca ha continuado con los esfuerzos y, gracias a la gran experiencia que sobre cocodrilos ten�an los bi�logos mexicanos, en la actualidad se cuenta con criaderos en Ciudad del Carmen, Campeche; Villahermosa, Tabasco y en Canc�n, Quintana Roo, en donde se protege al Crocodylus moretti, al Crocodylus acutus y al caim�n Sclerops chiapasius.

Tambi�n se han iniciado los programas educativos para lograr que la poblaci�n colabore a la protecci�n y conservaci�n de estas valiosas especies; cuando esto se logre, se podr� pensar en el cultivo de cocodrilos con fines comerciales.

En los Estados Unidos se est� trabajando a nivel experimental con algunas especies en el Departamento de Pesca, y en programas comerciales con el alligator de Mississippi, contando con numerosos ranchos o granjas. Hay diez en Louisiana y quince en Florida, donde han logrado producir 1 000 individuos por a�o, cuota que es considerada como rentable para este tipo de granjas. Los cocodrilos alcanzan la talla comercial a los 4 o 5 a�os.

Otras granjas comerciales existen en Bangkok, Tailandia y �frica del Sur. Francia a pesar de contar con la industria m�s desarrollada de piel de cocodrilo, no ha desarrollado programas de cultivo y s�lo cuenta con un proyecto en la delegaci�n regional de Auvernia, del Ministerio Franc�s de la Investigaci�n y la Tecnolog�a.

En cuanto a las tortugas, varios pa�ses, entre ellos M�xico, Estados Unidos, Cuba, Costa Rica, Panam�, tienen programas de protecci�n de las diferentes especies de tortugas, consistentes en recolectar los huevos que son depositados por las tortugas en las playas, para llevarlos a zonas protegidas en las que eliminan los depredadores como los cangrejos, las jaibas, los perros, las aves, etc.; pero principalmente los defienden del hombre que los comercializa.

Una vez que nacen, despu�s de 1.5 meses, las peque�as tortugas se mantienen en estanques hasta que la concha se endurece y se liberan en zonas protegidas como en esteros o en lugares con rocas para que se puedan defender, calcul�ndose que despu�s de 6 o 7 a�os, regresan a las mismas playas a depositar sus huevos.

Figura 34. Cultivo de cr�as de tortuga.

Sin embargo, todav�a no se establecen programas para el cultivo a nivel comercial de estos recursos, s�lo se mantiene el objetivo de su protecci�n. Aunque se hacen esfuerzos para llegar a lograr estos cultivos comerciales como la "Granja de tortugas de Gran Caim�n", localizada en esta isla al sur de Cuba, que tiene una extensi�n de 4 hect�reas donde se cultiva la tortuga verde Chelonia mydas y que tiene como finalidad producir alimento para la poblaci�n y explotar todas las pieles, que se exportan para contribuir a la econom�a de las islas.

En nuestro pa�s se ha establecido el Programa Nacional para la Protecci�n de la Tortuga, en el que participan la Secretar�a de Desarrollo Urbano y Ecolog�a, la Secretar�a de Pesca, la Facultad de Ciencias, UNAM y varias universidades e instituciones de educaci�n superior, as� como algunos grupos ecologistas y que se desarrolla en ambos litorales del pa�s.

En cuanto a otros organismos relacionados con la pesca, como los salmones y ciertos invertebrados como el abul�n, s�lo se les protege con reglamentaci�n que generalmente consiste en per�odos de prohibici�n de su captura llamados vedas, o con el establecimiento de tallas m�nimas de captura, pero no se tienen programas para su protecci�n.

La acuicultura, como un medio para la conservaci�n de las especies acu�ticas en peligro de extinci�n, es una realidad y s�lo se necesita intensificar los programas de investigaci�n que permitan conocer mejor sus ciclos biol�gicos. Estas investigaciones y sus aplicaciones permitir�n conservar una fauna que participa en el equilibrio ecol�gico y que tiene no s�lo inter�s cient�fico sino tambi�n comercial.

As� como el aprovechamiento racional de las especies es un derecho, su conservaci�n es una obligaci�n de todo ser humano.

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