II. PROCEDIMIENTOS GENERALES DE LA ACUICULTURA

LA ACUICULTURA constituye una contribución importante para la nutrición de muchas comunidades del mundo debido a que la pesca, consistente en la recolección de organismos acuáticos a partir de las existencias silvestres, está llegando a sus límites máximos por la sobreexplotación de algunas especies, la degradación del ambiente, la contaminación de las aguas y los altos costos producidos por el alza de los precios de los combustibles.

Cada vez son más los países que realizan acuicultura para contar con una fuente suplementaria de proteínas; pero también es utilizada para resolver problemas de conservación de las especies, es el caso del camarón y del pescado blanco, que por sobrepesca están, en algunos lugares, en peligro de extinción; además esta tecnología representa una fuente para desempleados y subempleados, es por estas razones que existe gran interés por desarrollarla.

La acuicultura es una biotecnia cuyos métodos son interdisciplinarios, e incluyen áreas de todas las ramas de la biología, como la morfología, la fisiología, la embriología, la genética, la ecología, la botánica y la zoología; pero también incluye a la biología pesquera que fundamentalmente se encarga de predecir la posible producción; así como a la ingeniería, en especial a la ingeniería pesquera; a la tecnología de alimentos; a la sociología y a la economía.

Para lograr el éxito en el cultivo de organismos acuáticos, se consideran como principios básicos, en primer lugar, la existencia de un adecuado abastecimiento de agua, con características de temperatura, salinidad y fertilidad determinadas; así como las características de los organismos a cultivar y los aspectos socioeconómicos que definen la rentabilidad de cada cultivo.

Debido a que la práctica de la acuicultura requiere del manejo de una o varias especies de organismos, es fundamental el conocimiento de su biología, en especial de su ciclo de vida, hábitos, tipos de alimentación, reproducción, genética, conversión del alimento y migraciones; además es necesario aplicar los conocimientos aportados por la ecología, la limnología y la oceanografía, basados en las cadenas de alimentación, pirámides de biomasa, fertilización, mejoramientos del hábitat; así como los criterios adecuados para la introducción de nuevas especies en los cuerpos de agua.

También se deben de considerar las características que presentan los organismos cultivados, en cuanto a su tamaño, valor nutritivo y aceptación al gusto del consumidor, para asegurar el éxito comercial del cultivo.

Las características biológicas de las especies que se cultivan son: su reproducción fácil y controlable, sobre todo en condiciones de cautiverio; que presenten huevos y larvas resistentes al manejo; que sean organismos de rápido crecimiento y fácil alimentación, lo que permite que aprovechen la mayor parte del alimento para aumentar su talla; que tengan capacidad para adaptarse a vivir en altas densidades, es decir, que acepten que un elevado número de individuos ocupe áreas reducidas.

Figura 3. Características que requiere la acuicultura.

Asimismo, es importante que estas especies sean capaces de resistir y hasta de aprovechar la contaminación de los cuerpos de agua; como los excrementos del hombre y de algunos animales que son utilizados para fertilizar el cuerpo de agua donde se cultivan las especies o el aprovechamiento de la contaminación térmica.

El conocimiento de todas estas características biológicas se obtiene de las investigaciones desarrolladas por los biólogos, las cuales se han incrementado notablemente, permitiendo el desarrollo de técnicas específicas para resolver los diferentes problemas que se derivan del cultivo de organismos acuáticos. Sin embargo, todavía queda mucho por investigar, lo que representa un reto interesante y estimulante para estos profesionales.

El diseño y la construcción de las unidades de producción o estaciones corresponden a la ingeniería, dando origen a una nueva rama de esta ciencia. La investigación en ingeniería para la acuicultura también se encuentra en pleno desarrollo con el objetivo de lograr la optimización estructural de estas unidades de producción, teniendo como base los requerimientos de las especies a cultivar, el tipo de cultivo a desarrollar y las metas de la empresa acuícola.

El campo de esta rama de la ingeniería tiene grandes posibilidades de trabajo y el ingeniero tendrá que estar preparado para comunicarse con el biólogo, quien también debe entenderlo para asegurar el éxito.

Con el fin de determinar la rentabilidad de los cultivos, la demanda de los productos en el mercado, el beneficio que habrá de obtener el productor, así como las características sociales de los trabajadores y de los técnicos, es necesaria la investigación en economía y sociología. Este nuevo campo de las ciencias sociales está en pleno desarrollo y los economistas y los sociólogos que lo practican tienen que estar preparados para comunicarse con los biólogos y los ingenieros.

Los problemas de salud, tanto de las especies que se cultivan como de los productos que se obtienen, están siendo atendidos por los médicos y los veterinarios, quienes también están desarrollando un nuevo campo para su investigación y actividad profesional.

Por último, también se hace necesaria la participación en acuicultura de los especialistas en nutrición humana, que se encarguen de investigar la conveniencia de incorporar en la dieta los productos que se obtienen del cultivo.

El objetivo final de los esfuerzos de todos estos profesionales: biólogos, ingenieros, economistas, sociólogos, médicos, veterinarios y nutriólogos, es la producción de organismos acuáticos, principalmente para la nutrición humana.

La actividad desarrollada por los científicos y los técnicos, debe estar apoyada por los conocimientos empíricos que tienen los trabajadores, los campesinos y los pescadores, debido a sus años de experiencia, siendo indispensable para el éxito de la acuicultura. Sus resultados tienen gran importancia y su aplicación es inmediata.

Existen muchos ejemplos en diferentes países, en los que por no elaborar proyectos importantes han fracasado. Es indispensable que los encargados de dirigir la política de la acuicultura entiendan el valor que tienen estas investigaciones.

Se recomienda para el desarrollo de la acuicultura que se programe considerando las siguientes actividades:

 

Programar los servicios de extensión adecuados a todos los niveles de la población.
Elaboración del inventario de los cuerpos de agua continentales y de las lagunas costeras, para conocer la factibilidad de contar con la infraestructura hidráulica necesaria.
Selección de las especies que se van a cultivar con base en sus características biológicas y su relación con el ambiente, así como el mercado que tendrían.
Establecimiento de estaciones de investigación en acuicultura centrales y regionales, para realizar investigación en reproducción, crecimiento, nutrición, parasitismo, enfermedades y mortalidad.
Construcción de estaciones experimentales para elaborar programas a nivel piloto, en los que se midan los costos y la utilización de la energía en el sistema que representa el cultivo.
Realizar pruebas comerciales, con base en estudios socioeconómicos, para establecer la aceptación del producto, los costos, los problemas sociolegales, los precios y, sobre todo, valorar si la empresa es competitiva con otras industrias productoras de alimentos.
Desarrollar programas para la capacitación de funcionarios públicos, investigadores y maestros a nivel profesional y de posgrado, de acuicultores a nivel medio-básico y técnico.
Arreglar la disposición de créditos para el financiamiento óptimo de los programas.
Lograr que todos los trámites sean suficientemente ágiles, evitando al máximo la burocracia, ya que las especies a cultivar tienen sus ciclos biológicos bien definidos y no se ajustan a los caprichos de los funcionarios.

Estas actividades se pueden desarrollar en etapas sucesivas y tomando en cuenta los resultados se puede pasar a la siguiente, o bien rechazar el programa por incosteable y diseñar uno nuevo; pero también pueden ser simultáneos. Los programas deben ser rentables para realmente contribuir a mejorar la dieta del pueblo y a desarrollar fuentes de trabajo.

En los programas de acuicultura, pueden distinguirse dos formas para el manejo de las especies de organismos, el semicultivoy el cultivo, que se identifican por el grado de control que se establece sobre el ciclo biológico de la especie que se quiere producir.

En términos generales, un semicultivo es aquél donde la especie es manejada sólo durante una parte de su ciclo de vida, como en el cultivo de los moluscos de aguas dulces y salobres, en los que las larvas se colectan utilizando sus tratos adecuados para su fijación y las semillas así obtenidas se introducen en áreas apropiadas para su desarrollo hasta que alcanzan la talla comercial.

Figura 4. Desarrollo de la acuicultura.

En cambio, se considera como cultivo cuando la especie en producción es manejada y controlada durante todo su ciclo de vida, desde la producción del huevo y el desarrollo embrionario hasta la etapa adulta y su reproducción; es el caso de algunos peces como la trucha y, en algunos países, del camarón.

Los métodos para desarrollar a las especies que se están cultivando pueden ser: de circuito cerrado, que consiste en que el técnico o el cultivador tiene un control sobre los organismos desde el huevo hasta el momento del mercadeo; y el de circuito abierto, en el cual las crías se recolectan del medio natural para llevarlas a la granja comercial a su engorda y crecimiento.

Ambos métodos presentan ventajas y desventajas; por ejemplo, el de circuito abierto, no desarrolla las complejas operaciones que representa la incubación de los huevos y la cría de larvas, y sólo se ocupa del crecimiento y engorda de los organismos, por lo que su cuidado y manejo son actividades fácilmente asimilables por el personal técnico.

El método de circuito cerrado presenta mayores dificultades técnicas, por lo difícil que a veces resulta que los organismos se reproduzcan en cautiverio, pero tiene grandes ventajas al permitir seleccionar desde el huevo hasta las diferentes etapas de desarrollo del organismo, para asegurar que lleguen a adultos los más aptos. Asimismo, se eliminan las posibilidades de que en el cultivo aparezcan competidores, y se pueden evitar enfermedades y parasitosis, lo que no sucede en el circuito abierto; también se pueden emplear métodos para mejorar genéticamente a las especies que se cultivan.

Según el número de especies que se cultivan en un mismo cuerpo de agua, se puede denominar al proceso monocultivo y policultivo. El monocultivo, en el que sólo se maneja una especie, puede recibir el nombre del grupo biológico al que pertenezca éste, así por ejemplo, al cultivo de peces se le llama piscicultura y cuando es una especie cuyo cultivo está muy extendido se toma el nombre del pez, como en el caso de la trucha al que se le denomina truticultura, al de carpas ciprinicultura: dentro del grupo de los moluscos al cultivo de ostras ostricultura y al de mejillones mitilicultura; en los crustáceos al cultivo de camarón, langosta y cangrejos carcinicultura; y entre los anfibios al de la rana, ranicultura.

En los policultivos se utilizan varias especies que habitan diferentes estratos del cuerpo de agua, y que además tienen distintos hábitos alimentarios, con lo que se evita la competencia por el alimento y se aprovechan los diferentes niveles tróficos del sistema acuático.

Considerando el grado de explotación al que están sujetos los organismos cultivados, así como el cuerpo de agua en que viven, la acuicultura puede ser: extensiva e intensiva. La acuicultura extensiva es la que se realiza en áreas de aguas naturales continentales y protegidas del país, con poco o ningún cambio en el ambiente, alcanzando una producción cuyo límite está dado por la capacidad del medio.

Para desarrollarla, es necesario contar con unidades de producción de crías, las cuales son sembradas en los cuerpos de agua apropiados para cada especie, donde aprovechan el alimento natural, creciendo y engordando. Como en estos cuerpos de agua naturales existen otras especies que pueden ser competidoras o depredadoras de las sembradas, el rendimiento de la acuicultura extensiva en ocasiones está limitado.

La acuicultura intensiva, considerada como una actividad integral, es aquella en la que, además de alcanzar rendimientos mayores de lo que la capacidad del medio natural permite, se ejerce un alto grado de control y manejo del agua y de los organismos, mediante técnicas y sistemas especializados, con el objetivo de alcanzar el máximo rendimiento de acuerdo con los recursos económicos del productor.

La acuicultura intensiva tiene que estar continuamente apoyada por investigaciones multidisciplinarias que tengan como meta el incremento de la producción, con base en las cracterísticas biológicas de la especie, y también en el abatimiento de los costos.

Según el tipo de aguas donde se realicen los programas de acuicultura, ésta puede dividirse en dos grandes ramas: la continental y la marina. En la acuicultura continental, los recursos naturales que intervienen se identifican dentro de un marco ecológico constituido principalmente por el suelo, el agua y las especies. El suelo es utilizado como un sustrato para establecer un cuerpo de agua. Aunque es posible que al agua se le agreguen directa o indirectamente fertilizantes, como desechos y otras sustancias alimenticias, es el suelo el principal determinante de la productividad del agua, ya que a partir de él se incorporan al agua sales minerales que permiten que los vegetales verdes elaboren la materia orgánica y así se inician las cadenas de alimentación.

Figura 5. Acuicultura extensiva e intensiva

Los niveles propicios para la acuicultura continental son los impermeables, de tipo sedimentario lodoso o hasta pantanoso, los cuales generalmente no son útiles para la agricultura, porque el cultivo de vegetales exige mayor cantidad de sustancias fertilizantes.

Además, el suelo es útil para otros requerimientos de la acuicultura; se emplea en la construcción de bordos o pequeñas represas, como sustrato para que los organismos coloquen sus huevecillos, y para la construcción de las instalaciones en toda la estación acuícola.

Con respecto al agua, la gran variedad de cuerpos de agua continentales que se presenta ha dado como resultado que existan clasificaciones en las que se identifican cerca de 80 tipos diferentes, de acuerdo con el origen de su formación y características limnológicas.

En la mayoría de los países se consideran generalmente dos tipos de agua con respecto a su origen: naturales y artificiales; tres de acuerdo a su contenido de sales: dulces, salobres y salinas; dos respecto a sus dimensiones: mayores o menores de 50 hectáreas.

El agua como recurso indispensable para la acuicultura debe estar disponible en cantidades variables dependiendo del tipo de organismos que se quiera cultivar o del grado de intensidad del cultivo; sin embargo, el razonamiento puede hacerse al contrario, es decir, el tipo de acuicultura y su intensidad estarán de acuerdo con el volumen de agua disponible.

Cualquiera que sea el caso, es necesario destacar la conveniencia de que el agua llegue a las instalaciones con la mayor facilidad, si es posible por gravedad, evitando el uso de bombas y otros sistemas eléctricos, que condicionan el poder contar con los volúmenes de agua necesarios.

En cuanto a las especies que se seleccionan para ser cultivadas, deben ser aquellas que sus características biológicas se adapten mejor a las del área en donde se montará el cultivo, con el fin de reducir al mínimo el índice de mortalidad, haciendo que el cultivo sea rentable.

Una forma simple e indirecta de la acuicultura continental, es el mejoramiento del hábitat, lo que debe entenderse como el control que el hombre puede hacer sobre algunas características del lugar, como: las zonas de protección y desove; disponibilidad de alimento natural mediante fertilización; depredación y algunas enfermedades parasitarias. El control de estos factores incide sobre las especies sujetas a explotación incrementando sus poblaciones. Estos procedimientos se aplican, generalmente, en cuerpos de agua grandes como lagunas y ríos.

Cuando los cultivos de aguas continentales son programados y desarrollados adecuadamente, no sólo representan métodos útiles para aumentar la producción de proteínas de alta calidad, sino que también pueden surtir productos de valor para la exportación; asimismo, se creará oportunidades de empleo en zonas rurales y se permitirá el uso de superficies de tierra y volúmenes de agua que no están siendo utilizados en la agricultura, lo que producirá una actividad remuneradora para los cultivadores y los obreros de la región. Además, los organismos recolectados en los cultivos continentales se mantienen frescos casi hasta el momento de su consumo, y no hace falta refrigerarlos o congelarlos durante largos periodos.

Las ventajas sobresalientes de los cultivos continentales son: la facilidad de manejo del agua para lograr su máxima calidad; la protección contra los depredadores, el control de parásitos; la posibilidad de producir mejoras genéticas en las especies y proporcionar las dietas adecuadas a cada especie, logrando el mejor desarrollo y la máxima sobrevivencia de los organismos cultivados. Cuando todas estas características se realizan correctamente, los cultivos pueden presentar incrementos representativos.

Además de la acuicultura continental, en la actualidad se considera que la parte más relevante de la acuicultura debe ser la que está orientada al cultivo de especies marinas, con el objeto de conservar e incrementar sus poblaciones y así aumentar el beneficio que su explotación represente, a pesar de que la tecnología que se necesita utilizar constituya un proceso más complicado.

Figura 6. Principales países en donde se desarrolla acuicultura marina.

Figura 7. Cultivo de especies marinas o maricultura.

La acuicultura marina o maricultura, a pesar de ser una actividad que se inició antes de la era actual, hasta hace poco tiempo se consideraba como algo difícil de alcanzar, pero los avances en la biología marina la oceanografía han hecho que, primero los países desarrollados como Japón, y después los en vías de desarrollo cultiven regiones del mar.

Los sistemas de cultivo para especies marinas cada vez son más evolucionados y aumentan en número, siendo los más comunes, y los primeros que se desarrollaron, los que se montan en las lagunas litorales; después se empezaron a utilizar los sistemas en tierra, que incluyen toda clase de estanques: la construcción de estanques en la zona intermareal, que cambian agua durante la marea alta o pleamar; cercar lugares de la costa en donde la marea tiene influencia y, por lo tanto, se refrescan constantemente; la colocación de jaulas flotantes amarradas cerca de la costa; jaulas a media agua y jaulas en el fondo del mar.

En el sistema de jaulas, se seleccionan zonas abrigadas, ya sea natural o artificialmente, para protección de los organismos que se están cultivando y para los servicios diarios de mantenimiento.

A partir de 1930, tanto en Japón como en Estados Unidos, y con base en las observaciones de los buzos y de los pescadores, de que los peces y otros organismos se acumulaban alrededor de los arrecifes y no en los fondos arenosos abiertos del océano, se inició la construcción de arrecifes artificiales, utilizando estructuras especializadas de cemento, así como barcos viejos, tranvías, carrocerías de automóviles y otro tipo de chatarra. En algunos de estos arrecifes construidos por el hombre, se ha observado mayor producción que en los naturales.

La maricultura será, en el futuro, una biotecnia, patrimonio de la humanidad, tan frecuente como la acuicultura continental, con la diferencia de que el potencial productivo de las aguas marinas es superior al de las aguas continentales.

El desarrollo de la acuicultura tiene una amplia perspectiva, pero para lograr avances significativos es necesario establecer paralelamente a los trabajos técnicos, la capacitación de los acuicultores sobre: cría y siembra, artes de captura, vigilancia y manejo de los sistemas, control de calidad, etc., lo que les permitirá criar, sembrar, mantener y aprovechar adecuadamente los recursos que ellos mismos produzcan en las aguas interiores y en las costeras. Una vez que se logra crear la necesidad, se establece la manera de satisfacerla, la tradición se impone por sí misma en pocos años y se puede mantener indefinidamente.

También es importante diseñar y desarrollar los programas de investigación multidisciplinaria que permitan contar con la información que asegure el éxito del cultivo. Los investigadores que participen tienen que estar conscientes de que estos cultivos deben ser rentables, además de tomar en cuenta lo importante que es la experiencia de los pescadores y los cultivadores, por lo que tienen que estar preparados para comunicarse con ellos y así trabajar en conjunto; es imposible que sólo la actividad de los científicos lleve un cultivo al éxito: sin la participación de los cultivadores esto no se consigue.

El creciente interés en la acuicultura hace pensar que en poco tiempo su producción estará colaborando ampliamente con la actividad pesquera en la producción del alimento que la humanidad requiere. Su valor consiste en la posibilidad que ofrece de desarrollarse en todos los sistemas continentales y litorales, como una forma más racional de obtener proteínas, sin poner en peligro los recursos naturales con que cuenta el planeta. Es indispensable acelerar el paso de la pesca-recolección hacia la acuicultura.

InicioAnteriorPrevioSiguiente