IV. EL CULTIVO DE MOLUSCOS

LOS moluscos son, despu�s de los insectos, el grupo de animales m�s extendido sobre el planeta; se han clasificado aproximadamente 200 mil especies. Se les encuentra lo mismo en la copa de los �rboles que en las profundidades marinas y su estudio ha ofrecido a los cient�ficos temas por dem�s interesantes, por lo que constituye uno de los grupos mejor entendidos en la actualidad.

Tambi�n se cuenta con los conocimientos aportados por los coleccionistas, que motivados por el inter�s que les despierta la belleza de las conchas, se han adentrado en el estudio de la biolog�a de estos animales. Otros aficionados se dedican a conocer a los moluscos con un inter�s puramente culinario, porque adem�s de ser altamente nutritivos, tienen sabores especialmente agradables.

Varios investigadores, como Rioja, se�alan que muchos de estos animales fueron utilizados desde tiempos prehisp�nicos como alimento, as� lo demuestra el hecho de que en las cavernas y albergues en los que vivieron los pueblos primitivos durante el Paleol�tico, se encontraron abundantes restos de conchas de moluscos que seguramente les sirvieron de alimento, como es el caso de la conocida cueva de Altamira,en el norte de Espa�a, donde se encontraron cantidades realmente extraordinarias de conchas de b�garos, Littorina littorea, y de lapas, Patella vulgaris.

Poco a poco los moluscos se fueron incorporando a la dieta del hombre y as� aument� el consumo de algunos de ellos, como las ostras, los ostiones, las almejas, los caracoles, los calamares y los pulpos; sin embargo, en la mayor�a de los casos, su explotaci�n fue artesanal y para consumo dom�stico. Tiempo despu�s, se inici� la utilizaci�n industrial de algunos moluscos, como el de las ostras y los mejillones, sobre todo desde que se desarrollaron las t�cnicas para su cultivo, lo que se intensific� a finales del siglo anterior e inicios del presente.

En la �ltima d�cada, se han producido cambios importantes en las pesquer�as mundiales de moluscos, sobre todo en el caso de los pulpos y calamares, al intensificarse la explotaci�n de estos recursos en la plataforma continental, con mejores equipos de pesca, embarcaciones y m�todos de detecci�n y cosecha y con la ampliaci�n del mercado de estos organismos al ser incorporados como productos convencionales del consumo del hombre.

Este incremento en la producci�n y en el consumo estimul� la necesidad de desarrollar las t�cnicas de cultivo de estos organismos para aumentar las poblaciones silvestres. En la actualidad se cultivan las ostras, las almejas, los mejillones, el abul�n y los caracoles tanto marinos como terrestres.

Principales pa�ses productores de moluscos


Países
Especies

España, Francia,
Mejillones
Holanda y Filipinas
Mytilus edulis
 
Mytilus smaragdinus
Japón, Corea, España,
Ostras
Francia, Portugal,
Ostrea edulis
Gran Bretaña, Australia,
Crassostrea angulata
Nueva Zelanda, Estados Unidos
Crassostrea gigas
 
Crassostrea virginica
 
Crassostrea commercialis
Sudeste Asiático, España,
Almejas
 
Francia, Gran Bretaña,
Tapes decussata
Estados Unidos
Tapes pullastra
 
Tapes japonica
 
Mercenaria nercenaria
Japón
Abulones
 
 
Haliotis discus

EL CULTIVO DE LAS OSTRAS

Se considera que la acuicultura marina se inici� con el cultivo de las ostras, que ya se practicaba en Europa en los tiempos del Imperio romano; y seguramente se origin� debido a que el aumento de la captura disminuy� las poblaciones naturales.

Las ostras tienen una amplia distribuci�n especialmente en aguas templadas, y en muchas regiones, adem�s de las especies nativas, se encuentran otras introducidas por el hombre al darse cuenta que pueden crecer y madurar mejor en estas �reas.

Entre las ostras se pueden distinguir los g�neros Ostrea, llamado propiamente ostra, y Crassostrea, que recibe el nombre de osti�n, los cuales han sido mejorados por el esmerado y escrupuloso cultivo a que han sido sometidos desde la antig�edad.

La ostra comestible m�s difundida en el mundo es la Ostrea edulis, conocida como ostra nativa de Europa u ostra plana por tener la valva derecha o superior plana y la izquierda o inferior c�ncava, siendo ambas redondas. Entre los ostiones, Crassostrea virginica llamada osti�n americano y Crassostrea gigas, osti�n japon�s, son las m�s conocidas y presentan sus valvas abombadas de contorno alargado.

Ostras y ostiones de inter�s comercial


Ostrea edulis
Ostra plana
Ostrea lurida
Ostra de California
Ostrea angulata
Ostra portuguesa
Ostrea crynusi
Ostra de Córcega
Ostrea commercialiis
Ostra de Argentina
Ostrea nippona
Ostra de Japón
Crassostrea virginica
Ostión americano
Crassostrea rhizophorae
 
Crassostrea gigas
Ostión japonés
Crassostrea madresensis
Ostión de Filipinas

Los romanos popularizaron el consumo de ostras y llegaron a convertirlas en el plato indispensable en todo banquete de alcurnia. Se cuenta que uno de los m�s conocidos glotones de ostras fue el emperador Vitelio, de quien se asegura com�a gran cantidad de ostras antes de continuar con el resto de su abundante men�.

Posteriormente el consumo sigui� aumentando y lleg� a su m�ximo en el siglo XVIII, que es considerado como la gran �poca de las ostras.

Fue un patricio romano nacido en N�poles, Serguis Orata, hacia el a�o 140 a.C., quien inici� la ostricultura en las cercan�as del Lago Lucrino. M�s tarde este cultivo lo continuaron en el Lago Fusan, antiguo Acher�b de los poetas, el cual contiene agua salobre y ocupa el antiguo cr�ter de un volc�n extinguido; los procedimientos que se siguieron han sido la base de los que se han practicado posteriormente.

En diferentes �reas del lago se colocaban montones de piedras con ostras adheridas para formar una especie de banco artificial. Alrededor de cada uno de ellos se colocaban c�rculos de pilares de madera unidas entre s� por cables, de los que colgaban cuerdas con ramas que ten�an la misi�n de recoger las larvas.

En estos colectores, las ostras crec�an hasta determinado tama�o y, llegado el momento, se colocaban en una especie de cestas que se manten�an sumergidas en otras �reas del lago, donde engordaban hasta adquirir el tama�o adecuado para ser enviadas al mercado.

En la actualidad la ostricultura se ha extendido por todo el mundo gracias a que los bi�logos han llegado a conocer profundamente la biolog�a de estos moluscos. Se aprovechan dos caracter�sticas fundamentales, la primera, su alto �ndice de fecundidad, seg�n algunos autores la ostra americana puede soltar en cada puesta de 14 a 114 millones de huevecillos y, en segundo t�rmino, el haber observado que las �reas en que las ostras se reproducen, generalmente no son buenas para su crecimiento y engorda, hecho que se logra debido a que las ostras pueden ser transportadas vivas a trav�s de largas distancias, aunque no tengan agua, con la condici�n de mantenerlas frescas.

La reproducci�n de las ostras y ostiones se inicia cuando el agua alcanza la temperatura adecuada para cada especie, que com�nmente es alta, por lo que en los tr�picos pueden presentarse durante todo el a�o. En los ostiones, los productos de las g�nadas de ambos sexos, es decir, �vulos y espermatozoides, son liberados en el agua y la fecundaci�n y la incubaci�n se llevan a cabo fuera de la concha; en las ostras las hembras retienen �vulos dentro de su concha y hasta ellos llegan los espermatozoides para fecundarlos; el desarrollo embrionario se hace tambi�n adentro, liberando posteriormente a la larva.

Las ostras, como los dem�s moluscos bivalvos, pueden cambiar de sexo durante su vida, pudiendo ser hembras o machos alternadamente.

La peque�a larva, llamada veliger, es microsc�pica y flota formando parte del plancton durante dos o tres semanas, hasta que se fija a una superficie relativamente limpia mediante un pie peque�o y fuerte e inicia el desarrollo de la concha, recibiendo el nombre de semilla; incrementa su alimentaci�n haciendo pasar corrientes de agua entre sus valvas, reteniendo los microorganismos que van en ellas, los cuales digieren y asimilan permiti�ndoles crecer y engordar.

Temperatura en la que se reproducen las principales especies de ostras comerciales


Especies
Época de reproducción
Temperatura en grados C.
Salinidad (0/00)

Ostrea edulis
Junio-septiembre
20 o +
25 o +
Ostrea commercialiis
Junio-diciembre
21-23
15-30
Crassostrea virginica
Abril-noviembre
20 o +
10-32
Crassostrea rizophorae
Mayo-septiembre
20 o +
22-40
Crassostrea gigas
Mayo-septiembre
19-25
23-28

Durante estas etapas del ciclo vital de las ostras y los ostiones la mortalidad es elevada debido, entre otras causas, a la competencia con otras especies por el espacio para fijarse o por depredaci�n; a enfermedades, a cambios en la concentraci�n de sales del agua y a variaciones de temperatura.

El tiempo que dura el desarrollo hasta alcanzar la madurez sexual es, generalmente, de un a�o y el que necesitan para llegar a la talla comercial, en la mayor�a de los pa�ses entre 8 y 9 cent�metros, es de 3 a 4 a�os, pudiendo reducirse con el aumento de la temperatura, siendo de 2 a�os en aguas tropicales.

La ostricultura se basa en cuatro actividades principales, que van relacionadas con momentos diferentes de la biolog�a de estos moluscos: producci�n de huevecillos y larvas; recolecci�n de larvas; crecimiento y engorda; y cosecha. Se tiene adem�s que estudiar los factores fisicoqu�micos que influyen en forma directa en el cultivo, como el ox�geno, la salinidad, la temperatura, etc�tera.

La producci�n de huevecillos y larvas se incrementa en el medio natural con el aumento de la temperatura, y desde 1879, cuando el investigador norteamericano Brooks demostr� que los huevos de ostra pod�an ser incubados en el laboratorio, al inducirlos artificialmente, se establecen criaderos comerciales que se dedican a vender la semilla a los ostricultores; por ejemplo, el que existe en la Bah�a Oyster, en Nueva York, que produce alrededor de mil millones de semillas de ostras al a�o.

La recolecci�n de semillas en el medio natural se realiz� empleando diferentes t�cnicas que pueden ser de tres tipos principales: en suspensi�n, en el fondo y en ramadas.

El cultivo en suspensi�n se realiza utilizando balsas que se hacen flotar por medio de tambos que se localizan en sus extremos y en ellas se cuelgan los colectores. Este m�todo es muy utilizado por la facilidad de poder transportar las balsas a las zonas de fijaci�n y crecimiento. Tambi�n se puede hacer este tipo de cultivo por el m�todo de estanter�as, que consiste en poner postes de concreto que soportan travesa�os de mangle, de los cuales cuelgan los colectores de semilla.

Estos colectores pueden ser de diferentes tipos, por ejemplo simples varas, generalmente de mangle o trozos de alambre de dos metros de largo que pueden estar rectos o en forma de collar, en la que se colocan de 50 a 70 conchas secas, grandes y perforadas llamadas sartas, separadas por tubos de hule, para que en ellas se peguen las semillas. Una vez que esto sucede, se quitan los competidores y se llevan a los lugares de crecimiento y engorda, en donde las caracter�sticas fisicoqu�micas y biol�gicas del lugar favorecen el desarrollo de las ostras. Los collares de crecimientose hacen tambi�n con alambre galvanizado, de 13 a 16 separadores de poliducto, ensartando de 12 a 15 conchas con semilla fijada.

Figura 17. Parque ostr�cola de Mecoac�n, Tab., con su estanter�a y sartas para colectar la semilla.

El dise�o de los colectores ha variado mucho, algunos t�cnicos han confeccionado colectores con bolsas de pl�stico o vexar, que llenan de conchas del mismo osti�n y las cuelgan en las balsas o en los travesa�os. Tambi�n se utilizan aros de madera preparados con una mezcla de cal, cemento y arena.

Otro m�todo de suspensi�n es el de long-line, tambi�n llamado de l�neas o cimbras, que consiste en el tendido de grandes l�neas de cultivo, que se hacen flotar por medio de tambos, con una separaci�n de 6 metros entre cada tambo y de estas l�neas se suspenden las sartas. Este m�todo es utilizado en zonas donde la corriente es muy fuerte, incluso en mar abierto, y se ha desarrollado principalmente en Jap�n.

Para el crecimiento y engorda, las semillas son llevadas a zonas donde abunda el plancton, y en especial algas y bacterias, y se colocan en collares de engorda en bandejas o en cestas de alambre que cuelgan. Durante este periodo se procura tener organismos con tama�o uniforme y en n�mero suficiente para evitar la competencia y los ostricultores las vigilan constantemente para limpiar los par�sitos y competidores.

La engorda se inicia cuando la semilla alcanza una talla de tres cent�metros, y su concha es m�s gruesa, logr�ndose �sta en un lapso de cuatro meses. Existe una caracter�stica propia de este m�todo a la que se ha llamado enverdecimiento, provocado por las algas que causan desgarramientos internos al osti�n, que a su vez favorecen la secreci�n de gran cantidad de l�pidos, confiri�ndole un sabor muy caracter�stico. Al cumplir el primer a�o de vida, el osti�n tiene ya de 5 a 8 cent�metros, dependiendo de la especie y de las condiciones de salinidad, aglomeraci�n de ostiones, cantidad de alimento disponible en el agua y otros factores.

En la cosecha, una de las caracter�sticas propias de los m�todos de suspensi�n es su facilidad de manejo, por lo que se puede extraer el producto con el menor esfuerzo, y se realiza colectando a las ostras de los collares, las bandejas o las cestas.

En los cultivos de fondo, los colectores se colocan sobre el suelo de las �reas de cultivo, el cual se prepara depositando diferentes materiales, siendo el m�s utilizado la misma concha de las ostras que se ha quitado al animal para su comercializaci�n. Se procura que no pase mucho tiempo entre el desconchado y su colocaci�n en el fondo para aprovechar que estas valvas, llamadas conchas verdes, todav�a lleven larvas vivas que pueden continuar su desarrollo.

Figura 18. M�todo de tejas para cultivo de osti�n.

Uno de los sistemas de fondo para propiciar la fijaci�n del osti�n es el de camas que origina nuevos bancos ostr�colas. Las camas se preparan depositando conchas vac�as en el fondo, sea �ste lodoso o arenoso. Cada cama debe medir unos 10 metros de largo por 5 de ancho. El espesor de la capa de conchas depositadas no debe ser menor de 30 cent�metros. Para obtener mejores resultados y no desperdiciar material se recomienda balizar el sitio. Esto, facilitar� posteriormente determinar la ubicaci�n de los nuevos bancos.

Otro m�todo de fondo utilizado es el denominado franc�s, que consiste en colectores de tejas, compuestos de 12 a 15 sobrepuestas de 3 en 3, transversales unas con respecto a las otras, unidas con alambre galvanizado y en el extremo superior un doblez a manera de asa para aparejo. Estas tejas son cubiertas con cal, cemento y arena que favorecen la fijaci�n de las larvas y el desprendimiento de los adultos en la cosecha.

El m�todo de fondo presenta como principal problema la acumulaci�n de sedimento, que es peligroso sobre todo para los ostiones j�venes que pueden asfixiarse o no alimentarse adecuadamente; tambi�n los competidores representan un grave peligro, particularmente los caracolillos barrenadores de ostras, las planarias y las estrellas de mar.

El cultivo en ramadas consiste en insertar ramas de bamb� o mangle en las zonas de colecta de semillas con el fin de que las larvas tengan una superficie para fijarse. Este m�todo es el m�s primitivo, y de �l llegan a derivarse todas las dem�s t�cnicas.

El cultivo de ostras se ha desarrollado considerablemente en muchos pa�ses del mundo, gracias a los conocimientos de los bi�logos, entre los que se pueden mencionar al doctor T. Imai, pionero del cultivo en Jap�n; Havinga y Korringa, en Holanda; Cost� en Francia: Yonge en Inglaterra; Stafford en Canad�; Galtsoff, Loosanoff, Hopkins, Nelson y Kincaid en Estados Unidos; Mar�a Luisa Sevilla, Margarita Liz�rraga y Sergio Garc�a en M�xico. Los pa�ses que utilizan los sistemas m�s complejos y productivos son Jap�n, Estados Unidos, Francia, Canad�, Corea y Taiw�n.

En Jap�n se cultivan nueve especies de ostras, siendo la m�s importante el osti�n japon�s Crassostrea gigas, para el cual utilizan los sistemas de balsas y l�neas o cimbras.

En el Mar Interior del Jap�n se emplean balsas de bamb� o de cedro que hacen flotar con barriles de madera, de las cuales cuelgan los colectores y las orientan de acuerdo con las corrientes, alimentos y salinidad. El tiempo que tarda este cultivo es de 18 meses, desde la recolecci�n de larvas hasta la cosecha.

El m�todo de l�neas, tambi�n llamado palangre o cimbra japonesa, se utiliza principalmente en el norte de Jap�n y tiene la ventaja de que resiste vientos, olas y corrientes, lo que permite realizar cultivos en mar abierto, donde no se pueden usar balsas.

La mayor�a de los cultivadores japoneses compran las semillas a laboratorios especializados, localizados en el nore del pa�s, y son pocos los que las recolectan en el medio natural. Esta producci�n es la mayor reportada en el mundo y nunca se les han presentado problemas de mortalidad masiva producida por enfermedades, parasitismo, depredaci�n, cambios clim�ticos o contaminaci�n.

Figura 19. Cultivo de osti�n por balsas en Jap�n.

En los Estados Unidos se ha alcanzado tambi�n mucho �xito utilizando cultivo de fondo, para la Crassostrea gigas en la costa del Oc�ano Pac�fico. Las conchas con semillas, que se pueden adquirir en el pa�s o importarlas del Jap�n, se rompen y se esparcen en los lechos para su engorda.

En ambas costas de los Estados Unidos existen compa��as que realizan ostricultura por medio de cultivos de flotaci�n; utilizando balsas o bateas, obteniendo ostras de excelente calidad a los tres a�os de cultivo. Entre las principales empresas se pueden mencionar la Compa��a Pacific Mariculture, en Pigeon Point, California y el Centro de Ciencias Marinas de la Universidad de Oregon en Newport, Oregon.

En Francia, se utiliza el cultivo de fondo para la ostra plana y para la ostra portuguesa, y es el principal pa�s productor de esta �ltima que, siendo de origen portugu�s, fue introducida en Francia en 1868.

La recolecci�n de larvas se lleva a cabo en la costa sur de Breta�a en el Golfo de Morbihan, as� como a lo largo de la costa suratl�ntica de Francia, por medio de tejas semicil�ndricas de cer�mica que se apilan por pares y se cubren con una capa delgada de cal.

Despu�s de la recolecta, la semilla se coloca en viveros especialmente preparados en bah�as y estuarios, llamados pacos, en donde se cuidan de los depredadores y competidores, quit�ndoselos durante la marea baja. En los pacos, que generalmente miden varias hect�reas, viven los ostiones durante a�o y medio y despu�s se les pasa a �reas de mayor profundidad, de 3 a 10 metros, en donde se les mantiene durante dos a�os, para que alcancen la talla comercial.

Antes de su venta en el mercado, las ostras son colocadas en estanques de purificaci�n, que contienen agua potable que mata a las bacterias. En estos estanques se les puede engordar con alimentos especiales como la diatomea, Navicula ostrearia, que les proporciona un sabor muy apreciado por los consumidores; a este m�todo se le denomina claire que significa temperatura.

Otro pa�s en donde la ostricultura se ha desarrollado es Australia, en donde se cultiva la ostra de roca de Sydney Crassostrea commercialiis. La semilla se recolecta utilizando cuadros de madera dura, que se construyen a manera de tomar una escalera, la cual se recubre con brea para evitar que se peguen otros organismos y para asegurar una superficie lisa para las larvas. Los cuadros se colocan uno sobre de otro formando una pila en forma de java o guacal.

Una vez recolectada la semilla, las javas se desclavan y se trasladan a lugares de engorda durante un a�o y medio o dos a�os y medio, limpi�ndolas de competidores como percebes y despu�s son llevadas al mercado.

Una de las plantas ostr�colas m�s importantes de Australia se encuentra en la Bah�a del Pel�cano, en la Isla de Tasmania, en donde producen 30 millones de ejemplares de gran calidad.

Los principales pa�ses tropicales donde se ha iniciado la ostricultura son Nigeria, Cuba, Venezuela y M�xico. En Nigeria se cultivan la Ostrea gasar y la Ostrea tulipa, y en Cuba y Venezuela Crassostrea rhizophorae.

Figura 20. Diferentes m�todos de cultivo del osti�n.

En M�xico, la ostricultura se realiza en lagunas litorales y esteros, utilizando tanto m�todos de fondo como de suspensi�n, seg�n las caracter�sticas de cada una de ellas. Las especies que se cultivan son las aut�ctonas Crassostrea virginica, Crassotrea chilensis y Crassostrea corteziensis, y la introducida Cassostrea gigas.

En el Golfo de M�xico la ostricultura se hace principalmente en la laguna de Tamiahua, en el estado de Veracruz, que mide 340 kil�metros cuadrados y que es la que tiene la mayor producci�n de osti�n del pa�s; tambi�n en las lagunas Del Carmen, Machona y Mecoac�n en Tabasco; y la Laguna de T�rminos en Campeche.

En el litoral del Pac�fico se cultivan ostiones en las lagunas de Nayarit y Sinaloa, as� como en las aguas de las bah�as de San Quint�n en Baja California Norte. Para la producci�n de semillas se cuenta con el Centro Reproductor de Moluscos de San Blas, Nayarit, el cual tiene como objetivo producir las larvas que permitan repoblar los sitios donde las existencias naturales de osti�n han disminuido por sobreexplotaci�n o por el deterioro de las condiciones ambientales.

M�xico, por las caracter�sticas de sus costas, en las que abundan las lagunas litorales y esteros, con una extensi�n de 1 500 000 hect�reas, si se pusieran a trabajar en conjunto los t�cnicos y los pescadores podr�a llegar a ser el pa�s n�mero uno en producci�n de ostras del mundo.

Con el continuo avance que han presentado las t�cnicas de ostricultura, en especial las que permiten la reproducci�n selectiva y el mejoramiento gen�tico de las ostras, los resultados positivos de los programas ostr�colas son cada vez m�s continuos. Esto permite llevar a los consumidores un alimento de alta calidad nutritiva y s�lo falta lograr que los precios sean menores, para que n�cleos mayores de poblaci�n lo puedan aprovechar.

Sin embargo, se tiene que considerar que cada d�a el hombre contamina m�s los esteros y las lagunas litorales; por esto es importante convencer a los responsables de que eviten esta contaminaci�n y as� aprovechar todas las posibilidades de producir alimento que estas �reas nos brindan.

Figura 21. Excelentes resultados cuando se trabaja en conjunto. Tamiahua, Veracruz.

CULTIVO DE MEJILLONES Y ALMEJAS

Dentro del grupo de los bivalvos son tambi�n importantes como alimento los organismos de la familia Mytilidae conocidos con el nombre com�n de mejillones; �stos son moluscos que viven fijos a las rocas de la zona intermareal y que quedan al descubierto en las bajamares de las costas templadas de Am�rica, Europa y el Oriente.

Los mejillones son especies cosmopolitas, abundan en las costas occidentales de M�xico, el mejill�n com�n, Mytilus edulis, y el de California, Mytilus californianus, especie fecunda que pone hasta 100 mil huevos durante la �poca de su reproducci�n. En los esteros de las costas del Golfo de M�xico, se localiza el mejill�n encorvado Brachidontes recurvus.

En Cuba se consumen el Mytilus exustus y el Brachidontes citrinus, y en Brasil los mejillones del Plata, Mytilus platensis, a los que llaman sururus. En Argentina y Chile se hace gran consumo de las cholgas o mejillones del sur, Mytilus chilensis y Mytilus ater, y del mejill�n grande o raizado llamado tambien "mejill�n de Magallanes", Aulacomya magallanica.

Ninguna de estas especies compite con el choro de Chile, Choromytilus choro especie de gran aceptaci�n que se distribuye por el Atl�ntico hasta Argentina y por el Pac�fico hasta Per�; alcanza 20 cent�metros de longitud, por lo que se les llama mejillones gigantes y representan un estupendo alimento.

En Espa�a y el Mediterr�neo los mejillones, mocejones o mazajones, pertenecen a las especies mejill�n com�n, Mytilus edulis, y mejill�n rubio, Mytilus gallo provincialis. En las costas africanas, sobre todo en Mauritania, existe el mejill�n salvaje, Mytilus perna; en el Oriente el mejill�n verde, Mytilus smaragdinus, es el m�s abundante.

Estos moluscos han sido un alimento muy apreciado por el hombre desde la antig�edad y se cuenta que el exc�ntrico epic�reo romano Apicio, en el siglo I de la era cristiana, dise�� su propia receta de mejillones cocidos en caldo de puerco, cominos y vino de pasas.

Los mejillones son organismos t�picamente filtradores, poseen un poder enorme de bombeo para alimentarse de plancton; su crecimiento es r�pido, dependiendo de la cantidad de alimento disponible y de las condiciones ambientales que regulan su metabolismo, lo cual se aprovecha para cultivarlo.

El mejill�n com�n alcanza su madurez sexual al a�o de vida y se reproduce durante la primavera y el verano, por el incremento en la temperatura del agua donde vive. Los huevos y el esperma son liberados en el medio y la fecundaci�n se realiza en alta mar. Las larvas forman parte del plancton durante l0 a 15 d�as, en busca de un lugar para fijarse, siendo altamente sensibles a la luz, lo que explica su distribuci�n en la zona intermareal.

La fijaci�n la llevan a cabo mediante una estructura fibrosa que secretan, en forma de barbas, llamada biso, y prefieren para adherirse materiales duros o fibrosos, como rocas, piedras y cuerdas; comportamiento que se utiliza para su cultivo; en ellos permanecen 18 meses, llegando a su estado adulto y midiendo 4 cent�metros de largo.

Entre los grandes criaderos naturales se pueden citar los del litoral del Mar del Norte, en donde se localizan los mejillones holandeses que son muy apreciados; los del litoral de La Mancha; los de la regi�n de Boulogne; as� como los de Breta�a.

Los mejillones han sido cultivados a partir del siglo XIII por el irland�s Patricio Walton, sobreviviente del naufragio de su barco en las costas cercanas a Rochela, en la punta de L'Escale, en donde tuvo que vivir de la caza y la pesca. Walton observ� que los mejillones crec�an m�s sobre los soportes de madera que utilizaba para sostener sus redes y que durante la bajamar quedaban al descubierto, que los que viv�an a niveles inferiores, por esto comenz� a colocar empalizadas y a fijar en ellas a los mejillones, obteniendo magn�ficos resultados que fueron la base del cultivo.

A las estacas con mejillones las llam� bout choat, que significa estaca llena, y por eso en la actualidad se les llama a los mejillones desarrollados en estaca bouchots y a los trabajadores boucholeurs.

En algunos pa�ses de Europa, como Francia, Espa�a y Holanda, se ha logrado el dominio total de las t�cnicas de cultivo, con base en el hecho de mantener a los animales siempre sumergidos y separados del fondo, produci�ndose grandes cantidades de mejill�n en sus parques de cultivo, lo que les permite contar con estos organismos para mantener la actividad de la industria del mejill�n durante todo el a�o. Para cultivarlo se toma en cuenta que es una especie que vive fija, y de acuerdo al sustrato que se elija para su fijaci�n, existen tres modalidades de cultivo: sobre el fondo, sobre estacas clavadas o sobre cuerdas de bateas flotantes.

Cuando se cultiva sobre el fondo, el animal se fija directamente en la arena gruesa o cascajo del fondo, con la ventaja de que se utiliza poca mano de obra, pues s�lo requiere que se coloque el cascajo limpio y que se mantenga un movimiento abundante de las aguas. Como inconveniente de este m�todo se tiene el f�cil acceso de los depredadores a estos parques, entre ellos las estrellas de mar y algunos cop�podos par�sitos.

Para el m�todo de estacas, �stas se clavan en las zonas de mareas donde los mejillones se fijan, sujetos a periodos de inmersi�n y emersi�n, por lo que el f�cil acceso a ellos durante la bajamar permite realizar los cuidados necesarios. Este m�todo tiene la desventaja de que el tiempo que los organismos pasan fuera del agua cesan de alimentarse y el crecimiento disminuye, y que si se presentan cambios de temperatura bruscos, la mortalidad aumenta. En las estacas, que son tiras de roble descortezadas de cinco metros de largo, se atan gruesas cuerdas en las que se fijan los mejillones y una vez que esto sucede, se amarran en otras estacas para su engorda. En un buen a�o, una sola estaca puede producir 30 kilos de mejillones.

El m�todo de cultivo del mejill�n que mejores resultados aporta es el de cuerdas que cuelgan de bateas flotantes, en estas cuerdas se fija al animal, con la ventaja de que siempre permanece emergido y separado del fondo, lo que hace que todo el tiempo se alimente y su crecimiento sea r�pido, adem�s de estar a salvo de sus depredadores del fondo, aunque es el m�todo que necesita de mayor empleo de mano de obra. Cuando se levantan las cuerdas, se procede al desconchado definitivo y a su preparaci�n para la expedici�n. El peso de cada cuerda a nivel comercial en Espa�a puede llegar a ser de 90 a 110 kilogramos.

El cultivo de los mejillones pasa por tres fases: la recolecci�n de la semilla, que se hace por medio de las cuerdas, que le sirven como medio de fijaci�n a la cr�as; la engorda, que consiste en llevar los cordeles con la fijaci�n de larvas a lugares donde abunda plancton para que los organismos cuenten con suficiente alimento; y la cosecha, que se lleva a cabo cuando el mejill�n ha alcanzado la talla comercial.

Durante el cultivo el organismo, al no emplear toda la energ�a que utiliza en su medio natural para fijarse fuertemente a las rocas y soportar los embates y endurecer su concha como defensa a las condiciones del medio, usa esta energ�a para su crecimiento y es por esta raz�n que si en el medio natural s�lo alcanz� tallas de 8 cent�metros, en cultivo pueden llegar hasta los 12 cent�metros de longitud.

En Francia el cultivo de mejill�n est� muy desarrollado y se realiza en la costa atl�ntica, alcanzando una producci�n mayor a las 50 mil toneladas, encontr�ndose el parque m�s grande de cultivo cerca del norte de St. Michel, que tiene un promedio de 25 mil colectores. Sin embargo, este cultivo no es suficiente y Francia importa, principalmente de Espa�a y Holanda, otras 80 mil toneladas anuales para completar su consumo.

En Espa�a se hace el cultivo mediante tres procedimientos: empalizadas, estanques y balsas flotantes; siendo este �ltimo el m�s difundido por los �ptimos resultados que se obtienen, debido a las caracter�sticas de las costas y al r�gimen de marea. Sus principales parques de cultivo se encuentran en las r�as gallegas, costas de Galicia y Cantabria y en los puertos de Barcelona y Valencia, donde se cultivan de 300 a 400 mil toneadas anuales. Su mayor parte se localiza en la r�a de Arosa, considerada la m�s grande del mundo, ya que ella sola produce 125 toneladas.

Las especies frecuentemente cultivadas en Francia, Espa�a y Holanda son el mejill�n com�n y el mejill�n rubio. En el Mediterr�neo el mejill�n de Tarent, y en Italia el cozze mare, que es el com�n y el cozze pelose, que es la especie Mytilus odiolus barbatus.

En las costas de Morbihan hay criaderos de m�s de 2 000 hect�reas. Tambi�n los encontramos en Calicut, India y el Golfo de Siann, Tailandia. En Holanda han logrado cultivar 10 mil toneladas por a�o.

En menor proporci�n se cultivan en Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, Escocia, Alemania y Yugoslavia; en Am�rica Latina apenas se inicia en M�xico y en Cuba, y est� m�s desarrollado en Venezuela y en Chile.

Su consumo se hace fresco o procesado, generalmente por ahumado, en diferentes tipos de guisos. Cuando se consume fresco al igual que con las ostras, se debe tener cuidado de depurarlos antes de comercializarlos y consumirlos, para evitar que sean trasmisores de g�rmenes pat�genos, como bacterias que producen la tifoidea. Cuando sus conchas est�n firmemente cerradas, se puede asegurar que cuando se consuman frescos se haga el mismo d�a de su colecta y si se cocinan lo hagan dentro de los tres d�as siguientes.

Los m�todos de depuraci�n son: tratamiento por radiaciones ultravioletas; tratamiento con agua previamente esterilizada con ozono o cloro durante 24 horas y el mantenimiento de los mejillones en agua potable y renovada durante tres o cuatro d�as, tiempo en el cual destruyen los g�rmenes digiri�ndolos, "se purgan", siendo el m�todo m�s c�modo, barato y eficaz y al decir de los cultivadores el que los deja en excelentes condiciones para ser consumidos.

Tambi�n los mejillones pueden resultar peligrosos si se desarrollan sobre el metal de las planchas de cobre de los cascos de los barcos. Producen entonces sales de este metal las cuales acumulan en su gl�ndula digestiva y que son sales muy t�xicas que causan envenenamientos. Asimismo, cuando en las aguas donde viven aumenta el n�mero de peridinias, peque�os organismos que viven en el plancton a los que se deben las llamadas mareas rojas, estos organismos se acumulan en el mejill�n y entonces se convierte en un alimento t�xico y peligroso.

En Estados Unidos, se cultiva para investigar la utilizaci�n del mejill�n en la medicina, explorando las posibilidades de usarlo como adhesivo quir�rgico en la cicatrizaci�n de heridas o en la restauraci�n de rodillas o de caderas da�adas, ya que se ha observado que refuerza la capacidad del tejido �seo blando para desarrollarse sobre articulaciones artificiales y tambi�n facilita la readhesi�n de los tendones a los huesos.

EL CULTIVO DE ALMEJAS

Otros bivalvos que constituyen un alimento de origen marino importante son las almejas, cuyo cultivo es tan antiguo como el de las ostras, pero que se ha desarrollado debido a que algunas especies son muy abundantes y f�ciles de recolectar en sus poblaciones naturales.

El cultivo de las almejas se origin� en Jap�n, existiendo referencias de que en el siglo VIII se hac�an transplantes de almejas de las �reas nativas a otras donde se desarrollaban r�pidamente. Este cultivo prosper�, pero se siguen utilizando los mismos m�todos que se aplicaban en el siglo XVIII cuando se estableci� formalmente su cultivo.

En el Jap�n se cultivan principalmente las especies haigai, Anadara granosa; sarubo, Anadara subcrenata; tairagi, Atrina japonica; hokkigai, Macra sachalinensis, y asari, Tapes japonica. Los m�todos de cultivo son de fondo y las t�cnicas var�an seg�n la especie de que se trate.

En el sureste de Asia, en China, Filipinas, Tailandia, Borneo y Malasia, se cultivan las almejas llamadas berberechos que pertenecen al g�nero Anadara.

En los Estados Unidos se realiza con �xito el cultivo de la chirla, Mercenaria mercenaria, y de la almeja suave, Mya arenaria, as� como de almejas de agua dulce. Se considera que este pa�s se encuentra en el liderato del cultivo de almejas.

En M�xico se ha iniciado el cultivo de la almeja catarina o escalopa, Argopecten circularis, en aguas de Baja California, con fines de repoblaci�n y de explotaci�n y se ha logrado producir dos millones de almejas por a�o, lo que representa m�s de dos toneladas de carne, as� como sus conchas que tambi�n se comercializan.

El cultivo de la almeja voladora que pertenece a varias especies del g�nero Pecten, se ha iniciado a nivel experimental, como por ejemplo el programa que se realiza en Brest, Francia, para cultivar la almeja voladora europea, Pecten maximas, y en la costa atl�ntica norteamericana donde se experimenta con la almeja voladora de bah�a Argopecten irradians.

EL CULTIVO DE PERLAS

Los relatos hist�ricos permiten conocer que desde la antig�edad las perlas han sido apreciadas como objetos de gran valor. Las perlas son diminutas esferas nacaradas que se forman dentro del cuerpo de los moluscos bivalvos, llamados ostras perl�feras, como la japonesa, Pinctada martensii, y la margarita Pinctada emarginata.

A los lugares donde hab�a una gran concentraci�n de estas madreperlas, se les llam� placeres, como los que se dice existieron en el Mar Rojo, y cuando los romanos extendieron su imperio las llamaron "l�grimas de las diosas", por lo que Julio C�sar emiti� un decreto que prohib�a el uso del "llanto divino" a las plebeyas.

Fue tal la exageraci�n en su uso que los placeres del Mar Rojo se agotaron y s�lo quedaron los que se descubrieron en el Golfo P�rsico y en el Estrecho de Mannar, que durante siglos cubrieron la demanda. El descubrimiento de Am�rica proporcion� nuevas posibilidades de explotaci�n de las perlas en las aguas de California, Golfo de M�xico, Panam� y Venezuela.

Una de las m�s notables perlas encontradas en Am�rica es la peregrina, que tiene 134 kilates y el tama�o de un huevo de paloma, que se recolect� en las costas de Panam� y se mand� a Felipe II de Espa�a.

En M�xico, la utilizaci�n de las perlas era com�n en las culturas que exist�an antes de la llegada de los espa�oles; existi� un comercio regular con las que se tra�an desde las costas de Nayarit hasta el altiplano. Despu�s de la conquista, Baja California se convirti� en la fuente principal de perlas para Espa�a; en el siglo XVII la explotaci�n se realiz� en Loreto, y a partir de 1880 fue en La Paz, Baja California Sur. Sin embargo, a principio del presente siglo las poblaciones de madreperla sufrieron una disminuci�n, llegando casi hasta su extinci�n.

El cultivo de madreperla se inici� en Jap�n, y consiste en introducir en el cuerpo de la madreperla viva, n�cleos esf�ricos y peque�os que se fabrican utilizando la concha de un bivalvo de agua dulce llamado concha de Mississippi, ya as�, se coloca en cestas de alambre colgadas en balsas de bamb� y en �reas donde el plancton abunda.

La madreperla secreta en su gl�ndula hep�tica sustancias nacaradas que recubren el n�cleo y se inicia la formaci�n de la perla; se van depositando nuevas cargas uniformes y el cultivador las deja hasta obtener el di�metro y la calidad requeridas. Durante este proceso expertas buceadoras se encargan del cuidado de la madreperla, eliminando los competidores y los par�sitos.

Figura 22. Madreperla.

La zona donde se encuentra la mayor concentraci�n de parques de cultivo es Toba y se calcula que existen alrededor de 5 mil cultivadores de perlas, siendo su iniciador Korichi Mikimoto que se convirti� en el "rey de las perlas". La producci�n perlera de Jap�n es exportada a varios pa�ses del mundo, siendo sus principales compradores Estados Unidos, Suiza y Alemania.

EL CULTIVO DEL ABUL�N Y DE OTROS CARACOLES

El abul�n, como los caracoles, pertenece a los moluscos llamados gaster�podos, y las especies importantes desde el punto de vista econ�mico se distribuyen en las aguas templadas de la costa de Jap�n, China, la costa del Pac�fico de Estados Unidos y M�xico, África del Sur, Nueva Zelanda y el sur de Australia.

Como su explotaci�n se ha realizado en exceso, las poblaciones est�n constantemente disminuyendo y su escasez hace que alcance precios muy elevados, esto ha originado que se realicen cultivos, principalmente en Jap�n y Estados Unidos, encontr�ndose en experimentaci�n en otros pa�ses como Australia y M�xico.

En el Jap�n los cultivos se iniciaron con el transplante de semillas de abul�n desde Hokaido y del norte de Honshu a las diferentes �reas de pesca del pa�s. En la actualidad en su Estaci�n Experimental de Pesca de la Prefectura de Kanagawa, se producen con �xito grandes cantidades de abulones juveniles de 1.5 a 2.0 cent�metros de talla, que se venden a los pescadores para que los lleven a sus �reas de operaci�n.

El abul�n que se cultiva en Jap�n es el Haliotis discus, que se reproduce a temperaturas entre 15° y 20°C, el macho produce el esperma, lo que estimula a la hembra para liberar de 10 a m�s millones de �vulos, que son fecundados. Los huevecillos que se forman se hunden hasta llegar al fondo, en donde se desarrollan las larvas que nadan en el plancton para despu�s irse nuevamente al fondo y transformarse en juveniles que inician su crecimiento.

Abulones comerciales


Japón
Haliotis gigantea
 
Haliotis discus
 
Haliotis diversicolor
 
Haliotis sieboldi
 
México y
Haliotis cracherodii
Estados Unidos
Haliotis rufescens
 
Haliotis corrugata
 
Haliotis fulgens

A los criaderos se llevan abulones adultos que son desovados en acuarios, para lograr la fecundaci�n y el desarrollo de las larvas. A continuaci�n se pasan a recipientes de pl�stico para su fijaci�n en sus paredes y despu�s son pasados a estanques exteriores para su engorda. Los abulones juveniles son alimentados con diatomeas y su crecimiento permite obtener semillas de dos cent�metros en 8 meses.

En la estaci�n de cultivo de Kanagawa se producen cerca de un mill�n de abulones juveniles por a�o. En el Instituto Japon�s de Investigaciones Ostr�colas se ha logrado cultivar abul�n hasta el estado adulto.

En Estados Unidos la explotaci�n del abul�n se inici� en 1849 con la llegada de los trabajadores chinos que realizaron la explotaci�n del oro en California, quienes no s�lo lo consum�an, sino que lo mandaron a China; posteriormente se estableci� la pesquer�a del abul�n a nivel comercial.

A mediados del presente siglo se llevaron a cabo los primeros esfuerzos para cultivarlo, logr�ndose en la Bah�a del Morro, California, en donde cultivan el abul�n rojo Haliotis rufescens, a producir 250 mil abulones juveniles por a�o.

En Australia se hace cultivo en la Estaci�n Experimental Adelaide, en la que se pretende lograr el cultivo total del molusco. En M�xico se realizan cultivos en la Estaci�n de Investigaci�n Pesquera del Sauzal, Baja California, y se han repoblado zonas abuloneras con los juveniles que se obtienen.

Otro gaster�podo que se est� cultivando es el caracol de la especie Murex trunculus en la costa de T�nez y se le engorda en el lago de Bizerta, que tiene agua salobre. En nuestro pa�s, en Isla Mujeres, Quintana Roo se ha estado trabajando con el fin de cultivar el caracol gigante Strombus gigas para repoblar las zonas donde antiguamente abundaba.

Figura 23. Abul�n.

CULTIVO DE CALAMARES

Los calamares y los pulpos son moluscos cefal�podos, que cada d�a cobran mayor inter�s desde el punto de vista comercial. En la actualidad se est�n explotando las poblaciones naturales.

En Jap�n se est�n haciendo los primeros esfuerzos para cultivar a los calamares y se trabaja con dos especies, Sepia subaculeata y Sepioteuthis lessoniana, logrando mantenerlos en cautiverio y obtener una primera generaci�n en cultivo en la Estaci�n Experimental de Pesca de la Prefectura de Fukuoka.

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