EPÍLOGO

ORA procede que tu mente indague las cualidades de los elementos, cuán diferentes sean en sus formas y cuál la variedad de sus figuras: no porque haya un gran número que sea de formas diferentes; mas los seres que ellos componen nunca se asemejan tampoco esto es extraño, pues he dicho ser su número inmenso, ilimitado; no deben, pues, tener las mismas formas exactamente con igual contorno. Considera además la raza humana y mudos nadadores escamosos, y los hermosos árboles, y fieras, y variedad de aves que frecuentan los sitios deleitosos de las aguas, las riberas y fuentes y lagunas, y las que corren bosques solitarios con raudo vuelo; en general compara los individuos de cualquier especie, y encontrarás en ellos diferencia: el hijo no podría de otro modo conocer a la madre, ni ésta al hijo; vemos que se conocen mutuamente como el hombre conoce sus hijuelos. De la naturaleza de las cosas, "La doctrina fundamental" TITO LUCRECIO CARO (99-55 a.C.)

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