III. LINNEO Y ADANSON: ¿ DOS CLASIFICADORES DE PLANTAS CON PUNTOS DE VISTA ENCONTRADOS?

Históricamente, la biología comparada creció a través de la firme acumulación de datos sobre la diversidad de los atributos de los organismos, y sus primeros practicantes tuvieron en sus manos una cantidad enorme de entidades y procesos biológicos recientemente descubiertos, para diferenciar describir y denominar. Estas actividades han sido de tremenda importancia, pero no terminan en sí mismas. La mera compilación de datos acerca del mundo en que vivimos, no importa cuán altamente ordenados se ofrezcan, no es suficiente para entender el mundo. Los datos así compilados y ordenados son sólo datos en busca de interpretación. Sistemática y biogeografía (1981) GARETH NELSON y NORMAN PLATNICK Un aspecto esencial de la investigación científica es la discriminación de eventos en el mundo 'real' y la invención de abstracciones para su clasificación. Epigenética (1974) SOREN LOVTRUP

EN EL capítulo anterior se han visto varios aspectos de las clasificaciones folk del universo biológico en algunas culturas, así como los principios generales de todas ellas; nos hemos dado cuenta de las ideas de algunos historiadores de la ciencia sobre tales clasificaciones, y hemos visto que no es verdad que están basadas únicamente en aspectos prácticos y utilitarios. Sólo se puede aceptar que, en aquellos grupos de organismos más significativos por razones de alimento, vestido, medicinas, ornamento, etc., y que hayan sido usados por un tiempo prolongado y constante por una comunidad cultural, la percepción y denominación de sus discontinuidades se hace más precisa y desarrollada.

Un ejemplo de esta afirmación puede ser la enorme cantidad de variedades y de nombres trinominales (género + especie + variedad) para las papas en las tierras altas del Perú, en donde se originó este cultivo, y lo mismo puede decirse en los casos del chile y el tomate en México. Sin embargo, muchos hongos, plantas y animales son denominados e integrados al sistema de clasificación de cada cultura, aun cuando no sean de gran utilidad para el hombre. Por otra parte, se ha reafirmado que la percepción de las discontinuidades del mundo orgánico que se expresa en las clasificaciones folk se fundamenta básicamente en las formas y los colores, pero también en los aspectos del hábitat y en otros atributos de los organismos como los sonidos, los olores y sabores o los efectos de éstos. La denominación de las especies se basa a menudo en una descripción de sus propiedades, sobre todo si están relacionadas con el hombre, principalmente bajo la forma de medicina o alimento. Tal vez esto explique la composición de los primeros tratados botánicos de la Grecia antigua, que tenían una gran base gastronómica, culinaria y farmacológica.

ALGUNAS NOTAS RESPECTO A LAS CLASIFICACIONES BIOLÓGICAS

EN EL OCCIDENTE ANTIGUO

La historia de las ciencias se interpreta o se reconstruye muy a menudo en función de las discusiones sobre las ideas, los conceptos, las unidades naturales, los métodos y las teorías prevalecientes a lo largo del tiempo. Desde luego, se toman en cuenta las condiciones económicas y políticas por las que pasaron los científicos y la sociedad en la que vivieron, aunque en este libro no nos es posible ser tan ambiciosos y sólo nos interesa referir grandes rasgos la historia de la taxonomíá en la biología, ya que la taxonomía contiene unidades naturales, conceptos y teorías fundamentales para la biología.

Se ha señalado la gran semejanza que existe entre las taxonomías tradicionales y las primeras conocidas en la antigüedad, lo cual vamos a comentar ampliamente a continuación.

Aristóteles (384-322 a.C), además de filósofo, también puede considerarse como un gran biólogo; junto con su compañero Teofrasto —de quien hablaremos más adelante— fue un notable observador de las plantas y animales. Aristóteles apreciaba tanto la observación de la naturaleza que atendía a consideraciones de raciocinio, siempre y cuando sus resultados estuvieran de acuerdo con los fenómenos percibidos. Son tres sus obras zoológicas más importantes: Historia de los animales, Las partes de los animales y La generación de los animales. En sus escritos hace detalladas descripciones de los seres vivos, que incluyen aspectos de anatomía comparada, hábitos y la génesis de las formas. Lo más importante para nosotros es la clasificación de los animales que se ha interpretado posteriormente con base en sus escritos, pues nunca hizo explícita alguna, o bien ésta se perdió.

Aristóteles distinguió una discontinuidad principal, la cual conducía a la formación de dos grandes conjuntos de animales: 1) aquéllos con sangre roja (enaima); 2) aquéllos sin sangre (anaima). Dividió cada grupo a su vez en cuatro, de acuerdo con A. Mieli, que hizo una interpretación de sus escritos.

El grupo de los enaima está formado por los siguientes subgrupos: 1.1: cuadrúpedos que generan dentro de sí seres semejantes (los mamíferos de hoy), que incluye a las ballenas, delfines, cachalotes, focas, murciélagos, monos, etc., y al hombre; 1.2: cuadrúpedos que generan seres poniendo huevos (algunos pueden carecer de patas, como los reptiles y anfibios de ahora); 1.3: bípedos con plumas, grupo que admitía similitudes homólogas entre las alas y las patas anteriores de los cuadrúpedos (incluye aves de la clasificación actual), y 1.4: peces o ápodos, que admitían similitudes homólogas entre los cuadrúpedos y las aletas: incluye a los peces de hoy.

Y respecto al grupo de los anaima, estaba dividido de la siguiente forma: 2.1: Malackia, organismos con cuerpo blando y a veces una parte dura interna (cefalópodos, pulpos y calamares de hoy); 2.2: Malakostraka, aquéllos con cuerpo blando interno cubierto de escamas flexibles (crustáceos, camarones y cangrejos de ahora); 2.3: Ostrakoderma, cuerpo blando interno cubierto de caparazón duro y quebradizo (moluscos y equinodermos, caracoles y estrellas de rnar de las clasificaciones actuales), y 2.4: Entoma, los que tienen el cuerpo segmentado (artrópodos, helmintos y otros —grillos, arañas y gusanos— de las clasificaciones de hoy).

Mieli señaló que estas ocho clases de animales se subdividen en géneros y especies, como en las clasificaciones tradicionales. Así, también se reconocen ocho formas de vida. Las especies aristotélicas corresponden a las especies de las clasificaciones de hoy, a la clasificación jerárquica, etc. La clasificación de Aristóteles coincide en lo general con la de Lamarck en el siglo XVIII el primer grupo coincide en general con los vertebrados y el segundo con los invertebrados.

Hay dos aspectos que es importante notar en la clasificación de Aristóteles; primero, usa un principio que se denomina de "división lógica", separa al conjunto por clasificar —los animales— en función de que un subconjunto tiene un carácter y el otro subconjunto no lo tiene (enaima-anaima). Así, forma lo que llámamos dicotomías. Además, asocia un concepto de esencia y causas —final, eficiente, formal y material— a los grupos de seres vivos del nivel especie, lo cual se puede descubrir y definir al observarlos. Aristóteles fue muy claro para las esencias de las especies en que no bastaba un solo carácter para definirlas, pero no lo fue respecto a las esencias de los grupos de especies o taxa por arriba del nivel especie: sólo ofreció caracteres que los definieran, como los ocho grupos citados. Una regla en la clasificación aristotélica es que los géneros se definen por parecido o comunidad de caracteres, mientras que las especies se reconocen por lo que difieren o por cómo se dividen.

Las esencias de Aristóteles se pueden interpretar como estudios razonablemente "completos y apropiados" de las especies, lo cual se traduce en el conocimiento de muchos caracteres y una causa final o propósito inteligible en el orden de la naturaleza. Lo anterior se refiere al marco teórico, o bien a la cosmogonía aristotélica, con la cual sería consecuente su sistema de clasificación de los animales.

Como se sabe, la Edad Media en Europa —que duró doce siglos aproximadamente— se caracteriza por la escasa producción de conocimiento. Se toma en cuenta casi de modo exclusivo lo que conocieron los griegos y romanos de la Antigñedad. Los principios de la clasificación aristotélica citados en líneas anteriores fueron tan influyentes a lo largo de la historia que alcanzaron a Linneo y a muchos otros clasificadores de plantas y animales. Antes de hablar de ello sin embargo, es importante revisar algunos otros aspectos históricos.

En la Antigñedad hubo notables taxónomos griegos de plantas, como Hipócrates, Teofrasto, Dioscórides y del romano Plinio el Viejo. La necesidad que siempre ha tenido el hombre de conservar su salud o combatir las enfermedades con ayuda de las plantas explica la íntima relación entre la botánica sistemática y la medicina desde tiempos antiguos. Las clasificaciones de las plantas durante ese periodo a menudo contenían un número de 600 a 900 especies aproximadamente. Muchas veces éstas se enumeraban en orden alfabético, se describían brevemente y se compendiaban los conocimientos farmacológicos y culinarios de la época. De cualquier modo, estas obras son la base de los primeros ensayos sobre la clasificación de las plantas en Occidente.



Aristóteles en Lesbos


Hay varios elementos en la historia de la biología que permitieron cambios en la cantidad de plantas y animales conocidos durante el Renacimiento y siglos posteriores. La invención de la imprenta de tipos móviles, que permitió superar los escritos antiguos y el sistema de comunicación verbal que no permitían que los nombres se multiplicaran más allá de límites significativos que debían pasar de generación en generación, a través de los hablantes del idioma. En segundo lugar, tenemos la proliferación de jardines botánicos y colecciones de animales conservados, todos con sus raíces históricas, en el Museion, que era un término usado para una especie de universidad -centro de investigación- biblioteca, donde además se conservaban herramientas poco comunes y había un jardín botánico y animales en cautiverio para estudio entre los sabios de la Grecia antigua. Museion = museo, significaba lugar de las musas, una institución que a la fecha tiene gran importancia para el desarrollo de la taxonomía, como se mencionó en el capítulo II.

Los jardines botánicos permitieron preservar las plantas vivas, con una parte enorme de sus propiedades que podían ser estudiadas y corroboradas constantemente por médicos, botánicos y cualquier otro estudioso de la época. Se superó el método de los "herbalistas" usado durante el Medioevo. Los herbalistas copiaban los dibujos, los nombres y las pequeñas descripciones de las especies a partir de los primeros escritos y figuras, pero lo hacían de modo tal que las modificaban, haciendo que, por ejemplo, una vid descrita e ilustrada inicialmente terminaba siendo un olivo. La conservación de las plantas o partes de ellas —flores, frutos, hojas, etc.— también ayudó muchísimo para superar los procedimientos de los herbalistas.

En tercer lugar, los grandes viajeros y expedicionarios —italianos y portugueses primero; españoles, franceses, ingleses, alemanes, belgas, holandeses, austriacos y suecos después— aportaron al conocimiento occidental una enorme cantidad de especies vegetales y animales que diferían notablemente entre sí mientras más distantes les se encontraban geográficamente. Así se incrementaron de modo rápido las colecciones de los jardines botánicos y las de animales conservados en los gabinetes de historia natural. Con todo ello empezaron a pulular los nombres y pronto se hizo necesaria una revisión del sistema de clasificación.

La invención del microscopio fue muy significativa para el avance de muchas disciplinas biológicas, pues las posibilidades de observación crecieron y en consecuencia sus efectos sobre la clasificación de los seres vivos. El siguiente cuadro, que reúne los grandes grupos de animales (Phylum-Clase) recientes, nos da una idea del número de especies zoológicas en la Tierra.

Protozoarios
60 000
  Nematomorfos
200
Mesozoarios
l00
  Nemátodos
30 000
Poríferos
9 000
  Priapúlidos
5
Celenterados
18000
  Nemertinos
1 000
Ctenóforos
180
  Entoproctos
100
Platelmintos
12000
  Anélidos
15 000
Acantocéfalos
600
  Equiúridos
100
Rotíferos
3 000
  Sipuncúlidos
500
Gastrotricos
350
  Tardígrados
250
Kinorrincos
200
  Onicóforos
70
Linguatúlidos
80
  Braquiópodos
400
Quelicerados (excepto ácaros)
40 000
  Equinodermos
6 000
  Foronideos
5
Ácaros
500 000
  Quetognatos
40
Crustáceos
60 000
  Hemicordados
100
Miriápodos y otros artrópodos
30 000
  Tunicados
2 000
  Peces
30 000
Insectos
1 500 000
   Reptiles y anfibios
8 000
Moluscos
100 000
  Aves
9 000
Pogonóforos
2
  Mamíferos
4 000
Briozoarios
4 000
  TOTAL
2 444 282

Este número total se incrementa notablemente si le sumamos todas las plantas, algas hongos, virus, riketsias, arqueo-bacterias y bacterias que requieren ser clasificados.

En el campo de la taxonomía de las plantas fueron célebres los botánicos franceses de los siglos XVI, XVII y XVIII: Ruel, Robin, Belou, los hermanos Bauhin, Dalechamps, Tournefort, Magnol, De Jussieu, Adanson, Lamarck y otros. Sus importantes jardines botánicos y su aportación a los sistemas de clasificación les dieron un lugar en la historia de la taxonomía vegetal.

Durante ese tiempo los cientos de especies por clasificar aumentaron a miles de especies. Se comenzó a discutir el sistema aristotélico, que se adaptó y modernizó a las necesidades de esa época.

La herencia de Aristóteles a los clasificadores fue tan importante que resultó imposible prescindir de sus ideas, principalmente de su principio de división lógica y del reflejo de las clases naturales del filósofo, a partir de la materia inanimada al hombre, que se traducían en la noción de la progresión.

Para ejemplificar varios aspectos que hemos señalado, veamos la clasificación de Tournefort, quien describió en el siglo XVII más de 10 000 especies de plantas.

La clasificación de Tournefort está alejada del utilitarismo, pues no considera a la farmacología y al arte culinario, como algunos de los listados anteriores en la historia de la botánica. Expresa las grandes divisiones que aun en las clasificaciones folk se advierten —hierbas, arbustos y árboles— y es una clasificación jerárquica que se basa en el análisis del número y disposición de los pétalos. La discusión que de ella hicieron otros botánicos generó muchas más clasificaciones, por ejemplo: la del francés Magnol, que inventó la categoría familia; la del británico Ray; quien ordenó 18 000 especies y tomó como elemento principal a los cotiledones de la semilla para su clasificación de las plantas, etc. Todas estas clasificaciones y discusiones llevaron al debate de un concepto que es de gran importancia en la taxonomía biológica: ¿Qué es una clasificación natural?

¿QUÉ ES UNA CLASIFICACIÓN NATURAL?

ñVIVA EL SEXO EN LA TAXONOMÍA!

El concepto de clasificación natural en oposición a las clasificaciones artificiales ha variado con el tiempo. Para la época de Linneo, clasificar naturalmente quería decir la construcción de un ordenamiento de seres vivos que compartiesen el máximo número de características o el hallazgo de las esencias como patrón para su ordenamiento; mientras que la producción de clasificaciones artificiales se fundaba en la elección de aquellos caracteres fáciles de observar, elegidos y ordenados de un modo arbitrario, cuyo propósito central era básicamente la identificación, es decir la ubicación de especies ya clasificadas con el objeto de conocer su nombre y las propiedades que les habían sido reconocidas por otros especialistas. Este planteamiento es comprensible y aceptable cuando se advierte que en esa época los sistemas habían descrito y denominado alrededor de 20 000 especies de plantas y varios miles de animales.

LA CLASIFICACIÓN DE TOURNEFORT
          1. Campaniformes
        Regulares 2. Infundibuliformes
      Monopétalas    
        Irregulares 3. Personadas
          4. Labiadas
           
    Simples     5. Cruciformes
          6. Rosáceas
        Regulares 7. Umbelíferas
          8. Cariofiláceas
      Polipétalas   9. Liliáceas
           
  Con flores y        
  con pétalos     Irregulares 10. Papilionáceas
          11. Anómalas
           
          12. Flosculosas
Hierbas         13. Semiflosculosas
    Compuestas     14. Radiadas
           
          15. Aestamíneas
  Sin pétalos        
        Sin flores 16. Sin flores
          17. Sin flores ni frutos
           
  Apétalas       18. Apétalas
Árboles         19. Amentáceas
y          
arbustos     Monopétalas   20. Monopétalas
  Pétalas        
      Polipétalas Regulares 21. Rosáceas
        Irregulares 22. Papilonáceas


Linneo, el padre de la taxonomía moderna según algunos autores, se vio fuertemente influido por los descubrimientos de Vaillant acerca de la sexualidad de las plantas en la construcción de su sistema de clasificación. Este influyente autor admite la importancia de los granos de polen en las anteras de los estambres como órganos masculinos de la flor y su papel en la fecundación de las flores. Con esto se había descubierto en las plantas a los protagonistas de la reproducción, esto es, se conocían las condiciones para que se generara el mecanismo en que lo similar produce lo similar.

El sistema de Linneo se basa precisamente en la distribución de los sexos en los individuos y en las flores, principalmente en las características de número, disposición y tamaño del conjunto de los estambres o androceo; es por ello que al sistema de clasificación de este autor se le conoce como sistema sexual. Hasta ese momento, Linneo había logrado construir con base en su clasificación el más perfecto de los sistemas de clasificación artificial de las plantas. Concebía el mundo de las flores como Croizat señaló hace más de cuarenta años, como maridos y esposas con una libertad sin trabas. Así, monandria (un estambre) significaría un marido en el matrimonio, diandria (dos estambres) dos maridos en un mismo matrimonio y poliandria (muchos estambres) veinte o más machos en un mismo lecho con una hembra, como en la amapola y el tilo.

La revolución que de la sistemática hizo Linneo fue paralela al escándalo que su sistema sexual provocó. Algunas personas se deleitaron elaborando decenas de comparaciones, por ejemplo, Erasmus Darwin (contemporáneo de Linneo y abuelo de Carlos Darwin), que compuso versos a los géneros de plantas, trató a los estambres como jóvenes, hermanos, amantes, maridos o caballeros y a los pistilos como ninfas, esposas o vírgenes. Había que salvar a las más puras y castas, no atentar al pudor femenino, decían Goethe y Smith. Aun así, o tal vez por su misma cualidad erótica, el sistema sexual de Linneo tuvo un gran éxito.

A Linneo se le asigna un lugar destacado en la historia de la biología y en la taxonomía por el uso de la nomenclatura binominal para caracterizar las especies de plantas y animales (nombre científico de una especie = nombre del género + nombre de la especie), y se incluyeron en ese binomio los nombres genérico y específico. Gracias a los estudios de Berlin sabemos que esa forma de denominación estuvo —y aún está— muy extendida en muchas de las culturas y lenguajes. La nomenclatura binominal muestra el principio de jerarquía, pues señala el género, que incluye subordinadamente a varias especies. El género también es incluido en una categoría superior, al igual que otros géneros.

Ante el caos producido en la nomenclatura durante los dos siglos que le antecedieron, el trabajo de Linneo estableció un orden universal para denominar a las especies. Linneo describió miles de especies vegetales y animales que hoy, por acuerdo internacional, son el punto de partida para la nomenclatura botánica y zoológica. Las obras que contienen las descripciones y denominaciones son tres, pero básicamente es Systema Naturae el más conocido. A pesar de su nombre, se trata de un sistema artificial.

Los términos griegos adelphos (hermano), andros (macho), dynamis (potencia), gamos (matrimonio), genesis (nacimiento), gyne (hembra), oikos (casa), más lo sufijos aritméticos mono-, di-, tri-, etc., sirvieron a Linneo para denominar los órdenes y las clases vegetales. CLAVE PARA LAS CLASES DEL SISTEMA LINNEANO Plantas con flores conspicuas (PHANEROGAMIA) Estambres y pistilos en la misma flor: Órganos masculinos y femeninos visibles: Estambres no soldados ni por arriba ni por abajo:

Estambre solitario:
I.
Monandria
  2 estambres:
II.
Diandria
  3 estambres:
III.
Triandria
  4 estambres:
IV.
Tetrandria
  5 estambres:
V.
Pentandria
  6 estambres iguales o si son distintos 3 largos y 3 cortos:
VI.
Hexandria
  7 estambres:
VII.
Heptandria
  8 estambres:
VIII.
Octandria
  9 estambres:
IX.
Enneandria
  10 y 11 estambres:
X.
Decandria
  12 estambres o cualquier número entre 12 y 19:
XI.
Dodecandria
  20 estambres o más:
    filamentos unidos al cáliz:
XII.
Icosandria
    filamentos no unidos al cáliz:
XIII.
Polyandria
Estambres notablemente desiguales en longitud:
  2 estambres largos y 2 cortos:
XIV.
Didynamia
  4 estambres largos y 2 cortos:
XV.
Tetradynamia
Estambres soldados:
 
La unión de los estambres se presenta en los filamentos:
  Estambres en fascículo o haz:
XVI.
Monadelphia
  Estambres en dos fascículos o haces:
XVII.
Diadelphia
  Estambres en tres o más fascículos:
XVIII.
Polyadelphia
  La unión de los estambres está circunscrita a las anteras:
XIX.
Syngenesia
  Los órganos masculinos están unidos a y se sitúan sobre los femeninos:
XX.
Gynandria
Estambres y pistilos en diferentes flores:
  Flores masculinas y femeninas en la misma planta (individuo):
XXI.
Monoecia
  Flores masculinas y femeninas en distintas plantas (individuos):
XXII.
Diecia
  Flores masculinas y femeninas asociadas con flores hermafroditas; flores unisexuales unas en la misma planta, otras en plantas distintas:
XXIII.
Polygamia
Plantas sin verdaderas flores:
XXIV.
Criptogamia


Como puede verse, Linneo siguió un esquema alusivo al amor, al matrimonio y al adulterio, por ejemplo: la clase de organismos asignados a DODECANDRIA incluía de 12 a 19 maridos en el mismo matrimonio (12 a 19 estambres en una flor hermafrodita); MONADELPHIA era una "hermandad" de maridos en un mismo matrimonio, pero Linneo lo decía en su "latín medieval": mariti propinqui & cognati sunt; MONOECIA significaba, metafóricamente, que los maridos vivían con sus esposas en la misma casa pero tenían diferentes camas; la CRIPTOGAMIA estaba reservada para los matrimonios furtivos o clandestinos.



Don Carlangas y sus soluciones.


El sistema sexual de Linneo podía seguir subdividiéndose; de las clases I a XIII se obtenían los órdenes en función del número de elementos femeninos o pistilos (Monogynia, Dyginia, Trigynia, etc.). Como puede notar el lector había algo más que matrimonio y adulterio. La clase DIDYNAMIA incluía dos órdenes: Gymnospermia y Angiospermia, semillas desnudas o encerradas en un pericarpio respectivamente.

Durante la época de Linneo los centros de estudio taxonómico fueron los jardines botánicos, los parques zoológicos, los gabinetes de historia natural y las universidades, pero pronto vendrían los grandes museos, que hasta la fecha son los principales centros de investigación de la diversidad de los seres vivos y muertos.

La personalidad de Linneo es descrita por sus biógrafos (él mismo escribió ñcinco autobiografias!) como la de un ser extraordinariamente metódico, pues todo lo que hacía y decía guardaba un orden dentro de su sistema.

Conviene resumir y comentar las aportaciones que Linneo hizo a la taxonomía antes de volver a discutir el problema central de este capítulo (sistemas naturales vs. sistemas artificiales) con base en el pensamiento de los franceses Adanson y los De Jussieu.

Cuando se revisan las clasificaciones o "textos" botánicos de tiempos de Linneo es posible observar muy a menudo los larguísimos listados de nombres aplicados a cada especie. Con la nomenclatura binominal Linneo resolvió ese problema en gran medida, pues el nombre específico o epíteto específico seguido del nombre del género acortaba los nombres-frase que eran usados para las especies, que a veces crecían hasta llegar a formar doce palabras juntas. Otros botánicos confundían el nombre —como etiqueta— con una descripción resumida de la especie; Linneo separó la función descriptiva de los nombres-frase de la denominativa.

Por otra parte, Linneo sugirió una serie de reglas para formar los nombres de las especies que, por su sencillez y consistencia, aún son de gran uso. Para los géneros, aconsejaba que debían de emplearse nombres cortos, que se oyeran agradablemente (eufónicos), y de preferencia se derivaran de características muy sustantivas al grupo de especies que incluían, o bien se basaran en los nombres de los sistematas más destacados o de la mitología griega o romana, como el mismo Linneo estableció en los nombres genéricos de las mariposas. Lo mismo opinaba respecto a los nombres específicos, al insistir en que el carácter elegido como denominador no fuera un carácter variable. Recomendaba que, preferentemente, se derivara de la proporción, forma y posición de las partes de la planta, aunque en ocasiones los datos geográficos, de origen de la especie o planta huésped para animales serían de igual valor en la formación de los nombres. La nomenclatura binomial y el sistema de Linneo contribuyeron a la popularización del estudio de la historia natural, particularmente de la botánica.

Con Linneo y sus colegas se fomentaron expediciones en las que la tripulación de los barcos participaba en el trabajo de recolección, preparación y toma de datos. Dichas expediciones serían de gran importancia y se harían frecuentes posteriormente. En México se realizaron las reales expediciones españolas, la expedición de Humboldt y Bonplandt, a fines del siglo XVIII y principios del XIX respectivamente. El viaje del Beagle en donde participó el famoso Carlos Darwin, los célebres viajes en el Pacífico sur del capitán y botánico inglés Hooker y los viajes de Wallace, Bates y otros más son muy buenos ejemplos de ello.

Las contribuciones de Linneo a la clasificación de los seres vivos abarcan tanto a las miles de especies descritas y denominadas como a la enseñanza de sus ideas y su sistema a varios aprendices, que lo adoptaron en sus trabajos y describieron sucesivamente otros miles de especies más.

El orden impuesto por las obras de Linneo a la nomenclatura en las clasificaciones de los seres vivos es de tal importancia que se toma como punto de partida —por convención mundial— para la nomenclatura científica. Sin embargo, el lector debe saber que Linneo, antes de editar esas obras básicas, había publicado otras en que empleó nombres científicos muy largos, comparables a letanías, por ejemplo: Plantago foliis ovatis glabris, nudo scapo tereti, spica flosculis imbricatis, mientras que otra especie similar se llamaba Plantago foliis ovatis glabris, scapo angulato, spica flosculis distinctis; así, Linneo dio una base de referencia para estabilizar la nomenclatura. Su sistema aritmético-sexual de características sumamente ordenadas o metódicas, muy práctico y eficiente, revolucionó la botánica y la zoología y, desde luego, la disposición al sexo de algunas mentes. Su sistema tenía la propiedad de ser jerárquico e incluía varios niveles de clasificación por encima del género; éste, sin embargo, continuaba siendo artificial —como él mismo lo admitía—, pero no representaba un problema de su sistema sirio de todos los sistemas basados hasta esa fecha en las ideas esencialistas aristotélicas. Más que un problema en el sistema de Linneo, hay que reconocer que él pudo distinguir dos tipos de sistemas que hasta esa época se mantenían confundidos.

Otro problema analizado retrospectivamente a la luz de la historia, y que persiste en la obra de Linneo, es la inmutabilidad de las especies. Según uno de sus más importantes críticos, Linneo consideraba a los géneros y a las especies como unidades establecidas por la naturaleza (¿Dios?), pero las clases y órdenes de los seres vivos los creaba el intelecto, aunque fueran reunidos de acuerdo con los hechos o la similitud de los caracteres. Desde su punto de vista las especies no habían cambiado desde su creación y no reconocía la variación entre los individuos; descubrir el orden orgánico del universo de los seres vivos significaba reconocer el plan del creador. Muy posiblemente sus opiniones estuvieron influidas por la religión y el ambiente de su época.

Las ideas sobre la transformación de las especies, el concepto de variación en las poblaciones y las primeras teorías científicas, más o menos bien estructuradas para explicar la evolución tuvieron que esperar a Lamarck y a Darwin. Antes de estos autores existieron ideas evolucionistas en los griegos, en los enciclopedistas y en algunos otros científicos como Erasmus Darwin, abuelo de Carlos.

Mientras tanto, las clasificaciones de Linneo se vieron superadas por las de los franceses De Jussieu en plantas y por las de Buffon y Cuvier en animales, pero todos los postlinneanos en general siguieron su sistema. El ordenamiento que él seguía, que colocaba al hombre (Homo sapiens) en la cúspide, aún implicaba la idea de progresión de los seres vivos planteada por Aristóteles. Las analogías entre las partes de las plantas y los animales requerían una teoría que las explicase.

Michel Adanson se apartó de los sistemas de clasificación artificiales y se abocó a la tarea de encontrar un sistema natural. Además tenía el propósito de detectar en el universo de las plantas sus esencias respectivas; pensaba que tal búsqueda del sistema debería hacerse —muy atinadamente— en la naturaleza misma, si en efecto tiene una. Extendió el concepto de especie tipológica, que se reconoce por un conjunto de características esenciales, a los agrupamientos de especies en grupos superiores, de tal modo que pretendía encontrar las esencias de dichos agrupamientos que en esos términos serían naturales.

Con el concepto de lo 'natural' explicado previamente, esto es, por medio del examen de todos los caracteres de todas las partes del organismo reconocidos en las plantas, Adanson pretendía encontrar los grupos que se debían formar naturalmente e integrarlos en una clasificación; así, rechazó el método de elegir arbitrariamente una sucesión de caracteres que le permitieran subdividir y clasificar el universo de los seres vivos, con base en esencias establecidas por similitud total contra principio de división lógica, dos principios no contrapuestos. Así, reconoció muchísimos caracteres (598) en las plantas, examinó su distribución —uno por uno— en 58 "familias" y formó 65 sistemas artificiales de acuerdo con varias clases establecidas que se señalaban por cada carácter.

Ninguno de los caracteres examinados —598 reunidos en 65 conjuntos— resolvió la "naturalidad" de sus 58 familias, y no encontró esencias, de modo que su idea original de encontrar el sistema natural mediante el examen de "todos" los caracteres falló. Finalmente, de acuerdo con De Candolle, el único propósito y resultado que los sistemas artificiales tienen es hacer posible aprender con relativa facilidad los nombres de las especies a los que se les aplican los sistemas. Adanson concluyó que la búsqueda de caracteres que definan grupos naturales es inútil, debido a que no parecen existir. El método de Linneo también falló, pero era inverso al de Adanson, pues el primero creía que los caracteres que definen a los grupos naturales únicamente se pueden encontrar después de que se han descubierto los grupos con la mayoría o todas las especies que los constituyen; siguió el refrán según el cual un género debe proporcionar al menos un carácter y no a la inversa.

De cualquier manera, ambos procedimientos eran equivocados: tanto los caracteres como los "grupos naturales", sin un proceso que explicase su origen y modificaciones en el tiempo (evolución), hacen que se olvide la finalidad de encontrar las interrelaciones de parentesco entre los grupos.

Linneo y Adanson erraron en encontrar, descubrir o establecer el sistema natural de clasificación de los seres vivos; como muchos de sus contemporáneos, entregaron su vida a la ciencia, profundizaron conscientemente en los sistemas artificiales y pusieron orden y perspectiva en la taxonomía biológica, ya que aun habiendo examinado el uso de caracteres elegidos arbitrariamente de muy variadas formas o aun examinando "todos" los caracteres, como procedimientos para el descubrimiento de un orden en los seres vivos, se fallaba irremediablemente. No obstante, se había avanzado en muchos aspectos nomenclaturales y los grandes progresos que en muchas disciplinas biológicas se estaban obteniendo repercutían en la madurez científica para generar una explicación transformista de la idea de progesión entre los organismos.

En otro sentido, Antoine De Jussieu, que era sobrino del maestro de Adanson, hizo una crítica importante al mencionar sus ideas en relación con el método de investigar todos los caracteres para descubrir el sistema natural. Postuló que los seres vivos presentan similitudes y diferencias basadas en la situación, el número y la configuración de sus partes; los caracteres no deben ser contados como unidades sino cada uno según su valor relativo, de modo que un solo carácter puede ser superior a varios juntos. La investigación de los caracteres es la base de la sistemática para descubrir el orden entre los organismos, pero éstos tienen una subordinación, una jerarquía.

Los problemas acerca de la expresión de los caracteres, las diferencias entre los organismos de una misma población, la modificación de los caracteres durante el desarrollo de los individuos y otros fenómenos más que tienen implicaciones en la taxonomía biológica, habrían de esperar más tiempo para ser abordados, hasta la maduración de teorías morfológicas, embriológicas, genéticas y evolutivas.

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