VIII. EL FUTURO DE LA INDUSTRIA PESQUERA MUNDIAL

LAS pesquer�as, como muchas otras actividades de la humanidad, viven una etapa de cambios acelerados. Esta situaci�n obedece a la necesidad de contar cada d�a con mayores vol�menes de alimento para la subsistencia del g�nero humano.

Para llevar a cabo este proceso se ha incrementado el n�mero de embarcaciones, equipos e industrias, logr�ndose una gran versatilidad y eficiencia. Con estas acciones se ha alcanzado en la industria pesquera un ambiente altamente competitivo, que evoluciona y se hace cada vez m�s complejo, por lo que estas actividades han dejado de ser un arte para incorporarse a la "ciencia pesquera".

Las condiciones espec�ficas que rigen a un sistema pesquero, sobre todo aquellas que se relacionan con los imponderables que presentan los factores naturales, exigen que los industriales que deseen intervenir en estos sistemas, tengan una iniciativa propia y una l�gica bien desarrolladas, pero para lograr esto, es necesario contar con la informaci�n y conocimientos s�lidos sobre los componentes que rigen a un sistema pesquero.

El desarrollo pesquero se define como aquellos cambios de orden cualitativo que se presentan en la industria; por lo tanto, este proceso de desarrollo tiene que contemplar la incorporaci�n a las pesquer�as de nuevos recursos, de las t�cnicas para capturarlos, de la elaboraci�n de productos novedosos y de la apertura de mercados diferentes a los utilizados de manera tradicional; as� como de las modificaciones en la estructura y modo de operaci�n de algunos de los componentes f�sicos de la industria. Todos estos cambios deben producir como resultado un incremento en la productividad.

Como crecimiento pesquero se entiende a los cambios de orden cuantitativo, los cuales no incluyen una modificaci�n de estructura u organizaci�n, por lo que �nicamente se refieren al incremento del n�mero de unidades, tanto de embarcaciones, como de artes de captura, plantas, etc�tera, conserv�ndose las caracter�sticas que presentan las que se encuentran en operaci�n.

Como se observa, "crecimiento" y "desarrollo" difieren en sus caracter�sticas. Mientras el primero s�lo depende de la disponibilidad de financiamiento, para el segundo es necesario que se incluyan innovaciones en las pesquer�as, las cuales �nicamente se pueden producir si se cuenta con los resultados obtenidos por la investigaci�n cient�fica y tecnol�gica.

Para poder establecer programas de desarrollo y crecimiento pesqueros, son indispensables las siguientes condiciones: disponibilidad de recursos, ya sean explotados o parcialmente utilizados, as� como la existencia de una demanda potencial a un nivel econ�mico adecuado por los nuevos productos que se obtengan.

A pesar de la antigua relaci�n del hombre con la pesca, en varias partes del mundo el verdadero desarrollo de las pesquer�as s�lo existe desde hace poco tiempo, y s�lo hasta 1800 se inicia la pesca de altura, aplic�ndose m�todos diferentes de acuerdo con el car�cter de las especies que se trata de capturar.

La base de este desarrollo radic� en la pesca comercial de Europa, que se extendi� por el resto del planeta. Su crecimiento dependi� de la evoluci�n de una compleja tecnolog�a, pero conforme se fue logrando dominar el aumento de la pesca, se volvi� significativo.

La producci�n mundial de pescado y marisco ha aumentado m�s de diez veces en los �ltimos 70 a�os, y se calcula que en 1986 fue de 91 millones de toneladas. El mayor incremento se present� a partir de 1965, pero en 1970 la producci�n se duplic� debido a una explosiva expansi�n de las pesquer�as de alta mar en todas las aguas oce�nicas.

Casi un 70% de la pesca mundial se compone de especies pel�gicas, es decir, las que viven cerca de las superficies, tales como la anchoveta, el arenque, los atunes y la caballa; las especies demersales o de fondo, como el bacalao, el pargo y el lenguado, constituyen el resto, junto con una peque�a porci�n, inferior a un 8%, de invertebrados como moluscos y crust�ceos, por ejemplo, camarones, bogavantes y cangrejos; por �ltimo, la acuicultura tambi�n ha proporcionado una cantidad peque�a en la producci�n pesquera mundial, y la pesca industrializada aporta la mayor parte de esta captura mundial.

La industria pesquera de los pa�ses desarrollados y de algunos pa�ses en v�as de desarrollo ha ido aprovechando las ventajas que ofrece la evoluci�n de una nueva tecnolog�a, as� como el uso de una serie de materiales que han innovado los m�todos de pesca, sobre todo en a�os recientes, y que permiten mayores capturas al perfeccionarse las t�cnicas de detecci�n de los peces; el uso de hilos sint�ticos ha ayudado a la confecci�n de redes grandes, s�lidas y m�s eficientes.

Los adelantos que se han presentado en la maquinaria de cubierta y en la del procesamiento de la captura en el mismo barco, hacen posible que una peque�a tripulaci�n pueda ocuparse de las capturas y de las redes, adem�s de contar con m�todos de conservaci�n de los productos que permiten alargar el tiempo de pesca; si el regreso a puerto es r�pido aplican el hielo, la salmuera refrigerada y la congelaci�n, pero si se tardan m�s, usan la salaz�n y el escabeche. Los grandes barcos-factor�a elaboran hasta el �ltimo fragmento de las capturas, sin desperdiciar nada, lo que hace que estos barcos puedan trabajar durante meses muy alejados de sus puertos.

A pesar del progreso tan grande que ha tenido la industria pesquera moderna, a�n tiene mucho en com�n con la del pasado, ya que contin�a utilizando como �nico sistema significativo la persecuci�n y la cosecha de organismos empleados por el hombre durante mucho tiempo, explotando �nicamente las existencias silvestres de unos cientos de especies marinas y muy pocas de aguas continentales.

Sin embargo, un hecho que es totalmente diferente a la situaci�n pesquera de hace un siglo, es el estado de explotaci�n en que se encuentran las poblaciones de los recursos vivos del mar, ya que algunas de ellas han sido explotadas casi hasta su total extinci�n, sobre todo en aquellos casos que, por su lenta reproducci�n, los organismos se convierten en m�s vulnerables ante el esfuerzo pesquero, como la ballena azul.

En tiempos anteriores, al disminuir un recurso, las flotas pesqueras se trasladaban a nuevas regiones sin explotar pero, en la actualidad, esto ya no es posible porque la pesca mundial de los productos convencionales, es decir, de los que tienen f�cil aceptaci�n en el mercado, se est� aproximando a un momento en que s�lo se mantendr� la producci�n si se reglamenta adecuadamente su explotaci�n y en muy pocos casos podr� aumentar a partir del aprovechamiento de nuevas �reas de pesca.

Figura 16. Barco factor�a.

Tambi�n se est�n presentando modificaciones radicales en las leyes que rigen la explotaci�n de los recursos marinos. Cada d�a un n�mero mayor de pa�ses ampl�a las zonas de su mar territorial para aprovechar los recursos marinos que viven en su jurisdicci�n. No obstante, el solo hecho de ampliar los l�mites nacionales no constituye una garant�a de que estos recursos sean explotados adecuadamente.

Para el momento en que la comunidad mundial realice un esfuerzo pesquero mayor, hasta el extremo de impedir la capacidad de recuperaci�n de las reservas naturales, la pr�ctica administrativa y las reglamentaciones, as� como el propio sistema industrial de las pesquer�as, requerir�n de pron�sticos preparados por los cient�ficos pesqueros qu� permitan cosechar hasta un nivel �ptimo los recursos del mar y al mismo tiempo conservar para siempre estos recursos vivientes.

En las principales zonas donde viven los recursos pesqueros de los oc�anos, se conoce y se sabe cu�l es su abundancia, para cada estaci�n del a�o. Este conocimiento ha sido recopilado durante siglos por la comunidad de pescadores que entend�an muy poco sobre las causas que determinaban que un recurso apareciera en una regi�n dada. El conocimiento fue personal, fruto de la experiencia de cada pescador y de sus antepasados, y a menudo fue considerado como "secreto de oficio" entre colegas.

Sin embargo, los detalles que exige el conocimiento espec�fico sobre un recurso no han sido reunidos todav�a para muchas de las pesquer�as bien establecidas, a pesar de la intervenci�n de la investigaci�n cient�fica, que se ha venido realizando tambi�n durante varios a�os.

En la actualidad, los pescadores deben explorar las zonas oce�nicas con base en su experiencia pasada, para poder encontrar las concentraciones de peces que su equipo puede capturar; aunque a veces sufren el desenga�o de estar "encima de los peces" un d�a y "lejos" al d�a siguiente. Este procedimiento resulta poco eficiente cuando lo lleva a cabo cada pescador guardando el secreto.

En las pesquer�as muy competitivas, donde el esfuerzo es grande y la pesca relativamente escasa, los pescadores son a menudo renuentes a cooperar y a revelar informaci�n a los dem�s; por esto, en algunas pesquer�as se han elaborado complicados sistemas de c�digo para pasar informaci�n a amigos privilegiados. En otras pesquer�as, generalmente de pa�ses industrializados, los patrones de las embarcaciones intercambian informaci�n sobre las capturas, la ubicaci�n y la estrategia pesquera.

Un problema importante que se tiene que resolver en el futuro de la pesca mundial, es el que est� relacionado con las fluctuaciones de la disponibilidad y abundancia de los recursos. Ni los pescadores ni los due�os de las plantas industrializadoras pueden programar adecuadamente sus operaciones cuando se presentan grandes variaciones en el abastecimiento de pescados y mariscos.

Por lo anterior, para una adecuada administraci�n de la industria pesquera y para su conservaci�n habr� que considerar que se dan buenos y malos a�os de reproducci�n de los organismos y, por lo tanto, de producci�n, y con esto las condiciones de la operaci�n pesquera podr�n ajustarse a las condiciones cambiantes de los recursos de la pesquer�a. En la actualidad ya no se debe aplicar a cada especie una pauta exclusiva, se tiene que contar con datos suficientes sobre todas las existencias de organismos del mar, para poder indicar cu�ndo ser� el momento adecuado para cambiar de una especie a otra, seg�n la abundancia de sus poblaciones y el inter�s de la industria.

Las fluctuaciones de las poblaciones pesqueras se presentan debido a varias causas; una de las m�s importantes es que las existencias de una especie han sido exigidas en exceso, ya sea por la presi�n pesquera o del ambiente, o por ambas; por lo tanto, los pron�sticos que deben llegar a la industria comprender�n el conocimiento de estos factores y, con las predicciones que se deriven de conclusiones cient�ficas, los directores podr�n decidir la organizaci�n adecuada de las pesquer�as.

La comunidad pesquera mundial y sus organismos reguladores requieren de dos clases de pron�sticos: los de largo plazo y los de corto plazo, as� como los servicios de informaci�n. Adem�s, cada uno de estos pron�sticos tiene dos componentes b�sicos: el biol�gico y el cuadro ambiental. Estas caracter�sticas est�n �ntimamente ligadas, destac�ndose las tendencias propias del recurso y su alimentaci�n en relaci�n con su ambiente. Adem�s de estos componentes, cada sistema de pron�sticos requiere de datos sociol�gicos y econ�micos, que dependen de las necesidades sociales de cada poblaci�n en particular.

La industria pesquera mundial requiere con premura de informaci�n que le permita programar su operaci�n, sobre todo, le es indispensable contar con pron�sticos a largo plazo, de modo que le sea posible elaborar adecuadamente sus proyectos de desarrollo y crecimiento.

Las pesquer�as de alta mar, por requerir enormes inversiones de capital, deben conocer con exactitud qu� rendimiento puede dar una cierta existencia de peces durante varios a�os, para as� evaluar si es rentable o no; por ejemplo, si se puede mantener la producci�n anual de at�n barrilete en el Oc�ano Pac�fico a un nivel de 100 mil, 200 mil o 500 mil toneladas; cu�les ser�n sus niveles de producci�n en una de las estaciones del a�o en particular si ser�n peces grandes o peque�os, en fin, lo que afecta grandemente a la totalidad de la industria pesquera. El objetivo final de estos pron�sticos a largo plazo es el de permitir mejores planes para las operaciones, llegar a establecer acuerdos y convenios, y tomar adecuadamente medidas de administraci�n y reglamentaci�n para aprovechar racionalmente los recursos.

La utilizaci�n de los pron�sticos a corto plazo es mas pr�ctica, gracias a los adelantos en las comunicaciones y en la tecnolog�a de la computaci�n, que proporcionan los medios para un contacto permanente con los eventos diarios que se presentan en el oc�ano a una escala mundial. Estos pron�sticos de corto plazo proporcionan, por ahora, el mayor n�mero de resultados de la ciencia pesquera. Un ejemplo de ellos es el pron�stico que han elaborado los cient�ficos de La Jolla en California sobre el at�n aleta azul y la alb�cora durante los �ltimos nueve a�os, que ha permitido la captura de estas especies por la industria, al lograr programar la operaci�n de la flota atunera para encontrar concentraciones pescables durante todo el a�o.

La informaci�n representa el punto de partida para la utilizaci�n racional de todo recurso natural del oc�ano, por ello, el Departamento de Pesca de la FAO confeccion�, a partir de 1972, un atlas de los recursos vivos del mar, en el que se present� una primera alarma con respecto a la disminuci�n de las poblaciones y otros peligros que amenazan la producci�n de las especies que de manera tradicional se han explotado, hasta ahora, en el oc�ano. Posteriormente lo ha seguido publicando con el objetivo de informar a la industria y a los cient�ficos sobre el estado en el que se encuentran los recursos, para que ellos adopten las medidas para su manejo adecuado.

Otro aspecto que se debe vigilar para el desarrollo futuro de la pesca mundial es el registro estad�stico de la producci�n, en el que es necesario se�alar la importancia que tienen los productos pesqueros en los mercados de los pa�ses, en especial, de aquellos que se inician en esta industria. Para ello, la FAO publica anualmente las estad�sticas pesqueras mundiales en cuatro idiomas: espa�ol, ingl�s, franc�s y �rabe.

Dentro de los programas para el desarrollo futuro de las pesquer�as mundiales, y tomando en cuenta al nuevo derecho internacional del mar, debe considerarse como un objetivo de la pesca que los pa�ses en v�as de desarrollo se beneficien con la captura frente a sus costas, bien participando directamente en ella u otorgando permisos por tiempo limitado.

Para ello, estos pa�ses tendr�n que incrementar el tama�o y autonom�a de sus flotas con barcos pesqueros de mayor calado, m�s potentes y con mayor autonom�a, y como esto implica inversiones grandes, necesitan contar con cr�ditos bancarios, ya sea de su banca nacional o de la internacional. Tambi�n deben establecer programas de coinversi�n entre los pa�ses desarrollados poseedores del dinero pero en condiciones equitativas para ambos.

En los �ltimos 10 a�os, las capturas mundiales de las llamadas especies convencionales, es decir, las que el p�blico conoce y, por lo tanto, acepta dentro de su alimentaci�n, se han estabilizado en torno a los 80 millones de toneladas; aunque algunos cient�ficos creen que la producci�n se est� acercando a su l�mite natural, las investigaciones sobre los recursos muestran que en lugar de una explotaci�n excesiva, la subexplotaci�n est� privando al mundo de suministros vitales de pescado; por ejemplo en aguas de Europa Occidental, intensamente explotadas, las poblaciones de bacaladilla, a las que en la actualidad apenas se hace caso, podr�an producir hasta 2 millones de toneladas por a�o.

Sin embargo, el uso de nuevos productos tiene que ser precedido por una serie de ensayos para ver si encuentran aceptaci�n entre los consumidores; en algunos casos puede suceder que se trate de la primera vez en que coman pescado.

Por esto, la FAO ha estimado que el potencial pesquero mundial es de 370 millones de toneladas formadas por 80 millones de recursos convencionales, que ya se explotan, y 290 millones de no convencionales con posibilidades de aprovechamiento; con base en estos c�lculos, ha propuesto que para el a�o 2000 los pa�ses tendr�n que incrementar la captura hasta 130 millones de toneladas para evitar que se agrave el problema de la falta de alimento.

Es necesario considerar, adem�s, a la acuicultura, que sin estar propiamente desarrollada, podr�a aportar anualmente a la producci�n de pescado 6 millones m�s de toneladas. La acuicultura en los pa�ses en desarrollo, incluidos los que no tienen costa, como Nepal, por ejemplo, resulta un medio eficiente y simple para aumentar el suministro de prote�nas.

Figura 17. Potencial pesquero mundial. (FAO).

En la actualidad, se est� trabajando en la mayor�a de los pa�ses para hacer m�s efectivas las t�cnicas acu�colas y en algunos se ha logrado dominar el cultivo de diversas especies, por ejemplo, en Jap�n, M�xico, Espa�a, Australia y Francia en el caso del osti�n; otros, como China, han desarrollado las t�cnicas de piscicultura al m�ximo.

Sin embargo, los objetivos son llegar a un total dominio de la tecnolog�a que permita, de manera costeable, el cultivo de especies dulceacu�colas y de aguas salobres para el aprovechamiento de las lagunas litorales, y por �ltimo, las marinas; para dejar de ser �nicamente cazadores y llegar a manejar las cepas gen�ticas de los organismos marinos para realizar los cultivos en una verdadera escala oce�nica.

La FAO ha considerado que para alcanzar el objetivo de 130 millones de toneladas de productos del mar en el a�o 2000, ser� necesario invertir muchos millones de d�lares en barcos, instalaciones portuarias y sistemas de acuicultura; varios m�s habr�n de dedicarse a plantas de elaboraci�n, incluidas instalaciones para preparar el pescado, que hoy se destina a la fabricaci�n de harina, para el consumo humano y, por �ltimo, otros tantos millones de d�lares para capacitar personal y encontrar la manera de reducir los despilfarros y las p�rdidas en las pesquer�as.

Esto ser� necesario, ya que el mismo organismo internacional estima que el consumo individual promedio de productos del mar en el mundo deber� aumentar de 10.5 kg en 1960, a 16.5 kg para el a�o 2000, y esta demanda se incrementar�, sobre todo, en los pa�ses en desarrollo.

Ser� posible todo esto si la gente empieza a comer nuevos productos pesqueros, porque los que actualmente existen en el mercado, cada d�a resulta m�s dif�cil adquirirlos por lo elevado de su costo y s�lo representan una peque�a fracci�n de las especies comestibles que viven en el oc�ano.

Figura 18. Necesidad de productos del mar para el a�o 2000.

Tambi�n es indispensable lograr que las especies que se reducen para producir harina de pescado se consuman de manera directa y as� se incrementen las posibilidades de alimento, ya que en la actualidad se desperdician: para producir un kilogramo de harina se queman siete de pescado fresco.

Asimismo, es necesario aplicar nuevas t�cnicas y capacitar a los pescadores en ellas, para evitar las p�rdidas que se presentan despu�s de la captura, por el mal manejo del producto.

Si se consigue el objetivo de pescar 130 millones de toneladas, ser� posible resolver los problemas nutricionales de la humanidad gracias al aumento de los suministros, y ser�n las personas necesitadas de alimentos las que podr�n consumir pescado y beneficiarse de su elevado contenido proteico, dado que el pescado puede producir de 3 a 30 veces m�s prote�nas animales que los productos agr�colas, con menor costo de energ�a.

El desarrollo futuro del mundo de la pesca requiere de metas a largo plazo. Para lograrlas es necesario el esfuerzo colectivo de los Estados ribere�os, ricos y pobres, y el fortalecimiento del flujo de fondos por parte de los gobiernos, sobre todo de los pa�ses en v�as de desarrollo, para solucionar problemas de alimentaci�n y lograr un cambio de las condiciones socioecon�micas de grandes n�cleos de su poblaci�n y as� lograr un reparto equitativo y justo de la riqueza.

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