IX. EL MAL USO DEL OCÉANO. LA CONTAMINACIÓN EN EL MAR

SE CONSIDERA que el agua tiene importancia fundamental en el desarrollo de las actividades humanas, y su uso se puede aplicar en los siguientes ámbitos: doméstico, agrícola, industrial, pesquero, recreativo y de transporte; por lo tanto, se hace indispensable que el agua tenga calidad y que sea utilizada racionalmente.

Sin embargo, el hombre ha tomado, desde los tiempos más remotos y debido a su ignorancia, las aguas de nuestro planeta como el lugar natural para arrojar en ellas los desechos inútiles. Hasta fecha muy reciente esto se consideró como un problema sin importancia, si se exceptúan algunas áreas localizadas próximas a grandes puertos o donde se realizan actividades mineras o bien los ríos que pasan cerca de ciudades con población abundante.

En la actualidad, se reconoce universalmente la gravedad de la contaminación de los arroyos, ríos y lagos, e incluso de los mares, que cada día se ven amenazados debido a los grandes centros de población e industrias emplazadas en sus costas y al volumen, cada vez mayor, de transporte marítimo. Además, muchos contaminantes industriales son acarreados a grandes distancias por la atmósfera, lo que hace que las actividades tecnológicas del hombre tengan una repercusión directa en la totalidad de los océanos, pese a que éstos cubren el 70% de la superficie del globo.

Se debe destacar que las aguas naturales presentan un grado de pureza variable, que va desde la claridad de las aguas que se producen con la fundición de la nieve o de los glaciares, hasta las aguas pantanosas cargadas de materia orgánica. Además, se tiene que considerar que el agua químicamente pura no es favorable para el desarrollo de los seres vivos.

Por lo anterior, la noción de contaminación no se refiere a la "pureza" de las aguas, sino a las modificaciones de sus características, tanto por factores naturales como por la influencia del hombre; por ello se dice, de manera general, que contaminación es la adición de algún material o cualquier acción o condición que interfiera, degrade o impida alguna propiedad útil de la atmósfera o del agua, perjudicando a los organismos que las habitan.

El término contaminación, que algunos llaman "polución", ha sido definido de diferentes formas. Por ejemplo, en un seminario de expertos europeos reunidos en Ginebra en el año de 1961, se consideró que "un curso de agua está sometido a una contaminación cuando la composición o el estado de sus aguas están, directa o indirectamente, modificados por la acción del hombre, en tal medida que éstas se prestan menos fácilmente a toda o algunas de las utilizaciones para las que podrían servir en su estado natural".

La Organización de las Naciones Unidas ha dado, para la contaminación marina, la siguiente definición: "es la introducción por el hombre en el medio marino, de sustancias o energías que puedan ocasionar consecuencias nefastas, tales como daño a los recursos biológicos y por consiguiente a la salud humana, trabas a las actividades marítimas, incluyendo la pesca, disminución en la calidad del agua del mar desde el punto de vista de su utilización, y reducción de las posibilidades ofrecidas para el descanso."

Estas definiciones hacen únicamente responsable al hombre y no toman en cuenta la contaminación natural que se puede presentar en el medio oceánico, que indudablemente existe y cuya importancia en algunas ocasiones es mayor; por ejemplo, se estima que la contaminación por hidrocarburos difundidos en forma natural es tres veces mayor que la producida por actividad del hombre.

Por lo anterior, es indispensable que los encargados de prevenir y controlar la contaminación del medio oceánico tomen en cuenta todas las causas: planetarias y cósmicas, animales y vegetales, y humanas.

Sin embargo, en la actualidad la contaminación producida por las actividades humanas está aumentando de manera considerable y este rápido aumento guarda relación con cuatro problemas de alcance mundial que deben ser evaluados, y a su debido tiempo dominados, si se quiere tener éxito en la lucha contra la contaminación. Estos problemas son: el incremento de la población mundial, combinado con su concentración en algunas regiones y con las grandes diferencias de tipo económico que existen entre las distintas clases sociales humanas; la creciente demanda de bienes materiales por parte de la sociedad que está organizada como una "sociedad de consumo"; el carácter limitado de los recursos naturales renovables; y el egoísmo del hombre que, en su carrera de dominio, utiliza los mares para probar armas, principalmente nucleares, y estrategias de guerra.

En los primeros tiempos de la existencia del hombre, el crecimiento demográfico era lento y el plazo de duplicación de la humanidad fue de mil a 5 mil años. Con el descubrimiento y colonización del continente americano por los europeos, y la revolución industrial que se presentó a continuación, la disponibilidad de nuevos espacios para vivir y de nuevos objetos de consumo produjo un crecimiento demográfico explosivo; después del descubrimiento del Nuevo Mundo en el siglo XV la población se duplicó aproximadamente cada 200 años.

Hacia 1930, la población mundial llegó a 1 000 millones de personas, y 30 años después, en 1960, alcanzó 3 000 millones; en 1987 se calculó el número de seres humanos en 5 000 millones y sigue aumentando con rapidez. Se ha estimado que para el año 2 000 la población sea de 6 500 millones de personas aproximadamente.

Entre los factores que han contribuido al crecimiento de la población humana, se encuentra el hecho de que dentro de los últimos 100 años, la medicina ha tenido un proceso que ha permitido ampliar en gran proporción las perspectivas de vida del individuo.

Figura 19. Problemas ocasionados por la contaminación.

También se ha controlado la mortalidad por epidemias, que antiguamente diezmaban a las poblaciones. No obstante que muchos seres humanos siguen padeciendo de mal nutrición, las muertes producidas por esta causa han disminuido en los últimos años.

Gracias a los avances tecnológicos que se han incorporado a las comunicaciones y a las medidas de alarma previa, se ha reducido la mortalidad causada por catástrofes naturales como huracanes, ciclones, maremotos y terremotos. Estas medidas deberán ser complementadas con la debida atención al esfuerzo para lograr estabilizar la tasa de nacimiento, con un control adecuado según las características de los diferentes grupos de población.

Cada individuo utiliza un número mayor de bienes materiales, lo que aumenta la producción de desechos y agrava el problema de la contaminación. Se ha calculado que una persona nacida hoy en Estados Unidos, perteneciente a la clase media, utiliza durante su vida un volumen 50 veces mayor de bienes materiales que otra nacida en un país en vías de desarrollo.

La mayoría de estos materiales no se consumen totalmente, sino que sus desechos se vuelven a distribuir en el medio; por ejemplo, el hierro empleado en la fabricación de un automóvil sigue siendo hierro cuando se oxida o cuando es desmantelado, pasando de un recurso natural concentrado en un lugar determinado a ser un material de desecho diseminado por toda la superficie del mundo. En otros casos, los recursos naturales que se usan como bienes de consumo, se convierten en elementos totalmente diferentes. Cuando se quema gas, petróleo o carbón, el material se transforma en energía que se utiliza por poco tiempo, antes de que escape como calor residual el bióxido de carbono y se incorpore al medio.

La existencia limitada de los recursos naturales, tanto los no renovables como los renovables, ha cambiado la idea que se tenía en el siglo XIX de que los recursos del planeta eran inagotables, por lo que se usaban y desechaban con toda tranquilidad.

Ahora se comprende que la Tierra y sus recursos naturales son finitos y no es posible seguir utilizándolos con tanta facilidad; aunque las reservas de esos recursos se midan en decenios, y otras en siglos, se tiene que entender que esos límites de tiempo son insignificantes, si la especie humana quiere seguir sobreviviendo durante milenios.

Pero no sólo este consumo de bienes materiales ha agravado la contaminación, lo peor es que en su carrera por el dominio, el hombre ha iniciado las pruebas de armas nucleares, por lo que la concentración de los materiales radiactivos en la atmósfera y en el océano ha ido en aumento. Cuando la explosión se hace en la atmósfera, estos materiales se introducen en sus niveles más altos y son distribuidos globalmente en un tiempo relativamente breve; las partículas más grandes regresan con rapidez a unos pocos kilómetros de la explosión en forma de "lluvia", pero los materiales más finos pueden ser transportados alrededor de la Tierra y permanecer en el aire durante varios años, detectándose su presencia en todas las aguas continentales y en las superficiales del mar.

En sus estrategias de guerra, las grandes, potencias han dirigido su esfuerzo hacia el diseño de submarinos atómicos, navíos movidos por energía nuclear que se han diseñado con cuidado para evitar la contaminación radiactiva del medio; sin embargo, la operación de un número grande de ellos causará grandes problemas para la vida en el océano.

El hombre produce una gran diversidad de contaminantes que llegan al medio acuático directa o indirectamente; algunos de ellos, como los de origen orgánico, se desintegran debido a procesos biológicos normales, pero otros, como los plaguicidas basados en hidrocarburos clorados, resisten la descomposición y subsisten durante largo tiempo en el ambiente, llegando inevitablemente al océano arrastrados por los ríos.

Figura 20. Diversidad de contaminantes.

Al encontrarse en los océanos, se acumulan en el agua, en los sedimentos del fondo o en el cuerpo de organismos, ocasionando diferentes efectos sobre los seres acuáticos y la pesca. Los contaminantes pueden estimular el crecimiento de los vegetales, lo que puede ser benéfico si se regula adecuadamente; otros son tóxicos y llegan a destruir a los organismos o los hacen inadecuados para el consumo humano y, por último, existen los que son inocuos y tienen escaso o ningún efecto en el ecosistema acuático.

Efectos de la contaminación sobre los seres acuáticos y la pesca

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EFECTOS NOCIVOS

Efectos biológicos

Cambios en las migraciones. Peces anádromos: salmón, y peces catádromos: anguila.

Cambios en el comportamiento. Reacciones por la alimentación y la reproducción.

Incidencia de enfermedades. Aumento de virus, bacterias, protozoos y otros parásitos.

Cambios en el ciclo vital. Larvas/adultos.

Alteraciones en los procesos fisiológicos. Fotosíntesis, respiración, reproducción, etcétera.

Desequilibrio en las cadenas de alimentación.

Efectos genéticos. Mutaciones: mutagénesis, carcinogénesis.

Cambios en la morfología por concentración de sustancias toxicas.

Efectos ecológicos

Modificación de los ecosistemas: esteros, región intermareal, arrecife, etcétera.

POSIBLES EFECTOS BENÉFICOS

Piscicultura. Aprovechamiento de desechos orgánicos.

Aprovechamiento de efluentes termales.

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Entre los principales contaminantes que pueden derivarse de actividades marinas, de las que se llevan a cabo en tierra y de la relación océano-atmósfera se encuentran: las aguas residuales domésticas y los desechos agrícolas; los detergentes; los plaguicidas, el petróleo y sus derivados; las sustancias químicas; los materiales radiactivos; el calor residual y los desechos sólidos.

Se han propuesto muchas clasificaciones de las sustancias contaminantes, así como sistemas para medir su efecto nocivo. Una de las más aceptadas es la propuesta por el Grupo Unificado de Expertos para los Aspectos Científicos de la Contaminación del Mar (GESAMP), convocado por las Naciones Unidas, en la que utilizan el 0 (cero) cuando no hay datos alarmantes; el 1 (uno) para el peligro determinado; el 2 (dos) para peligro indeterminado; el 3 (tres) para el considerable y el 4 (cuatro) para el grande.


Contaminante
Daño a recursos
vivos
del océano
Peligro para la salud humana
Alteraciones en las actividades marinas
Efectos
antiestéticos

Maeriales radioactivos
0
3
0
0
Materiales pesados (mercurio)
4
4
0
0
Sustancias inorgánicas
2-3
0-2
0-3
0-2
Desechos sólidos
2
0
4
4
Pesticidas y herbicidas
3-4
2-4
0
0
Productos Químicos orgánicos
0-4
0-3
0-3
0-4
Aguas de alcantarillado
4
4
2
4
Detergente
1
0
0
2
Desechos de la industria bélica
1
1
0
0
Restos de roca y desechos inertes
3
0
2
3

En los últimos años, la principal preocupación sobre la contaminación ocasionada por las aguas residuales y los desechos agrícolas la constituían los problemas de protección de la salud y de conservación de las características estéticas del medio, pero en la actualidad lo que más preocupa a los técnicos es la llamada "eutroficación de las aguas", que consiste en que cuando llegan los desechos domésticos y agrícolas al medio acuático, son rápidamente desdoblados químicamente por las bacterias, dando origen a sustancias inorgánicas del tipo de las nitrogenadas, a las que llamarnos "nutrientes", que son tomados por las algas y otros vegetales, produciéndose un incremento excesivo de las poblaciones, lo cual ocasiona serios problemas; cuando esto ocurre en extensiones limitadas de agua como lagos, esteros y bahías, donde la circulación del agua es restringida, el daño es mayor al disminuir el oxígeno.

Las especies de algas que más crecen son las "verdeazules", que en su mayor parte no son útiles para la alimentación de los animales y por lo tanto modifican las cadenas de alimentación y el propio ecosistema.

Esta eutroficación constituye ya un problema grave en los países desarrollados y en algunos cuerpos de agua de los que están en vías de desarrollo, y amenaza con extenderse a los estuarios y a la faja costera.

Las aguas residuales de las poblaciones costeras llevan gran cantidad de bacterias, algunas de ellas patógenas para el hombre, como las bacterias coliformes que producen enfermedades intestinales cuando se ingieren los productos acuáticos. Este tipo de contaminación es común en los moluscos, como el ostión y la almeja, que viven en los estuarios.

En los últimos decenios se han puesto en operación diversos procesos para el tratamiento de las aguas residuales, suprimiendo el contenido bacterial y los nutrientes nitrogenados para preservar la salud, mantener la belleza de estas áreas acuáticas y evitar la eutroficación.

Figura 21. Normas de calidad del agua.

Los "detergentes" comerciales de uso industrial o doméstico, que actualmente se utilizan, son ricos en fósforo y algunos de ellos llevan enzimas para lograr la mejor limpieza de los objetos tratados. La composición de los detergentes comerciales está formada por un "producto base" o principio activo que llega a formar el 30% del producto y el resto lo constituyen sales alcalinas, reforzadores para aumentar la espuma, aditivo para el blanqueado, antisépticos, colorantes y perfumes para darles mejor presentación.

La contaminación que los detergentes producen, se debe a que el fósforo hace que disminuya el nitrógeno en el medio y como los vegetales acuáticos necesitan nitrógeno, también desciende la cantidad de estas plantas y, por lo tanto, de los animales. El fósforo en cantidades excesivas produce un crecimiento inconveniente de algas azules y bacterias, eutroficando el agua, lo que trae como consecuencia su decoloración, un mal olor característico y la disminución de la producción primaria.

El problema de contaminación por detergentes se presenta fundamentalmente en ríos y lagos, y resulta mínima en el mar, ya que es excepcional que éstos sean deliberadamente vertidos en él. Sólo se observa con cierta preocupación que se ha incrementado este tipo de contaminación en la desembocadura de algunos ríos y en los desechos que llegan al mar a través del sistema de alcantarillados de grandes ciudades litorales.

También se han depositado detergentes en los océanos, con la finalidad de combatir el petróleo y sus derivados, que por algún motivo se han derramado en un área determinada; tal fue el caso del naufragio del buque petrolero Torrey-Canyon en las costas inglesas.

En la actualidad se ha logrado la incorporación de detergentes "biodegradables", es decir, aquellos que, gracias a la acción de bacterias y de las enzimas producidas por estos organismos, se degradan hasta perder su toxicidad. Aún no se ha evaluado en forma adecuada la reciente introducción de enzimas activas en los productos para lavar, su excesiva concentración en las aguas residuales podría dificultar los procesos biológicos. Se pretende que estas enzimas se deterioren rápidamente en el agua antes de que lleguen a producir más daño, pero son necesarias nuevas investigaciones para conocer su acción.

Entre los plaguicidas, el DDT y otros a base de hidrocarburos clorados como el Dieldrin, se han venido utilizando en gran escala desde mediados del decenio en 1940, aumentando en un 8% al año; en 1980 se produjeron millón y medio de toneladas de plaguicidas sintéticos. El DDT y sus subproductos se han distribuido por todo el mundo y han ejercido efectos biológicos profundos ya que no, se conocen bacterias u otros organismos que los descompongan rápidamente, por lo que persisten en el medio durante largos periodos, causando diferentes tipos de daño.

Los beneficios a corto plazo del uso del DDT son indiscutibles; se ha eliminado prácticamente el paludismo de algunas regiones del planeta, al matar a los mosquitos anofeles que transmiten la enfermedad. También han sido espectaculares los resultados de la lucha contra las plagas de insectos en los cultivos comerciales, permitiendo que la agricultura se incremente. Sin embargo, como el DDT no se degrada sino que, por el contrario, se acumula en el ambiente y en los organismos, los daños que causa cada día provocan una mayor preocupación, sobre todo en el medio marino, que es el desagñe final de este plaguicida, que es transportado hacia él por los vientos o por los ríos.

Al llegar a los océanos, su primera acción negativa es la destrucción del fitoplancton, lo que ocasiona que baje la productividad de la materia orgánica que alimenta a los organismos marinos; posteriormente, se acumula en los tejidos con grasa de los carnívoros de más alto nivel, peces y aves, produciendo alteraciones en funciones tales como su reproducción y de ahí puede llegar al hombre.

Ya se conocen áreas del océano en que la contaminación por estos plaguicidas es alarmante; por ejemplo el Mar del Norte, en donde se encuentra la industria que produce el Dieldrin, y la costa de California meridional con el DDT: en esta última se han encontrado colonias de pelícanos, sobre todo los que viven en las islas Anacapa, cuyos huevos contenían 2 500 ppm de DDT, por lo que estaban totalmente descalcificados, esto causó un dramático aumento en la mortalidad. En 1969, de 1 200 tentativas de nidificaciones, solamente nacieron 5 pelícanos.

También están altamente contaminados por plaguicidas el Mar Báltico, mar interior europeo, que mide 386 mil kilómetros cuadrados y tiene un promedio de profundidad de 71 metros; está rodeado por siete países desarrollados: República Democrática de Alemania, Dinamarca; Polonia, Unión Soviética, Finlandia, Suecia y la República Federal de Alemania; en sus litorales habitan aproximadamente 20 millones de personas. Su contaminación ha ocasionado que la rarísima "águila de mar" o "pigargo" se encuentre en vías de extinción.

Los hidrocarburos como el petróleo se han convertido rápidamente en uno de los contaminantes más extendidos en el océano; se calcula que cada año entran en este último, procedentes de diversas fuentes, de una a 10 millones de toneladas de esas sustancias. La mayor parte de dichos hidrocarburos se localiza en las regiones costeras, pero también se han observado manchas en pleno Atlántico, en el centro del Mediterráneo y en otras regiones de alta mar. Así, resulta evidente que la contaminación petrolífera de los océanos ha llegado a ser un problema de gran importancia para las pesquerías del mundo entero.

El petróleo crudo contiene elementos que son tóxicos para los organismos marinos; algunos de ellos son solubles en el agua, otros se evaporan en la superficie, otros más forman manchas extensas y desparramadas y algunos caen al fondo atravesando grandes cantidades de arena y formando glóbulos.

Cuando el petróleo se derrama cerca de la costa o una mancha petrolífera deriva a la zona intermedia de las mareas y a las playas, se produce una mortalidad en gran escala de organismos marinos, algunos de ellos de valor comercial. La muerte de grandes cantidades de aves marinas constituye uno de los efectos primarios y más aparentes de los derrames de petróleo, como el ocurrido en marzo de 1989, al encallar el buque cisterna Exxon Valdez en el arrecife de Bligh en Alaska, que derramó 40 millones de litros de crudo, amenazando a la fauna existente en esa área, sobre todo a 10 millones de aves que habitan allí.

Aunque los derrames accidentales de petróleo son sucesos espectaculares que atraen una gran atención del público, como el del Ixtoc en el Golfo de México, que derramó 535 000 toneladas de petróleo en el océano, o el del superpetrolero griego World Prodigy, de 170 metros de eslora, que chocó contra una roca en junio de 1989, al sur de Newport, Estados Unidos, en el arrecife de Brenton, provocando una gran mancha de aceite de 8 kilómetros de diámetro en el Océano Atlántico, sólo son responsables de un 10% del volumen total de petróleo que se encuentra en el medio marino; el 90% restante de la contaminación petrolífera se origina en las operaciones normales de los buques cisterna, los barcos mercantes y de guerra, la producción petrolera emplazada en las costas, las operaciones de las refinerías y la eliminación de los materiales petrolíferos de desechos.

Según el investigador J.C. Mourlon, si en un año los derrames de petróleo alcanzaran de 2 a 3 millones de toneladas, éstas procederían como sigue:
Accidentes en el mar200 000tons.
Vertidas de las bodegas de los buques 50 000 "
Limpieza de cisternas de los petroleros 700000 "
Vertidos de terminales petrolíferas 100000 "
Vertidos por la explotación en el mar150 000 "
Vertidos por la explotación en tierra900 000 "
Aportes atmosféricos 300 000 "
Total2 400 000"

Figura 22. Ixtoc, Golfo de México.

El hecho de que las aguas costeras no estén desprovistas de vida marina, aun después de decenios de contaminación petrolífera, indica que el mar es capaz de recuperarse. Sin embargo, no se sabe qué volumen de petróleo podría aceptar el océano sin dejar de recuperarse de sus efectos, por lo que el hombre está obligado a tomar todas las precauciones para evitar que el daño sea cada vez mayor, sobre todo en la explotación de los mantos costeros.

Existen varios millones de sustancias químicas, orgánicas e inorgánicas, creadas por la industria o elaboradas como subproductos de procesos industriales, que llegan diariamente al medio acuático, como es el caso de los metales pesados, los ácidos y el cloro, que estropean el sabor de los organismos o bien son carcinogénicos y pueden acumularse en los productos acuáticos y llegar así al hombre.

Las sustancias de desecho de las fábricas de papel o de fertilizantes se eliminan depositándolas en los ríos, y son transportadas de allí hasta el medio marino, ocasionando una gran cantidad de problemas, como el que el agua de los sistemas municipales deje de ser potable, que los peces y otras formas de vida acuática mueran y que las aguas de los ríos o las que rodean a las playas queden contaminadas de materiales aceitosos, viscosos, coloreados y malolientes, haciéndolas impropias para las actividades recreativas.

La contaminación del medio acuático por materiales radiactivos plantea serios problemas, ya que estas sustancias no sólo pueden producir efectos inmediatos en los organismos vivientes, sino que producen mutaciones del material genético con graves consecuencias para generaciones posteriores. La radiactividad puede llegar al medio por dos fuentes principales: la de origen natural, debido a los rayos cósmicos, y la de origen artificial que está ligada con el uso de la energía atómica, a través de las pruebas de armas atómicas, las centrales de energía nuclear, y el uso de radioisótopos en experimentos de laboratorio y en medicina.

El calor residual es un subproducto de muchos procesos industriales, especialmente de la producción de energía eléctrica y del uso de combustibles fósiles como el carbón. Este calor pasa a la atmósfera y llega al medio acuático en donde altera las variaciones estacionales de la temperatura del agua, lo que hasta ahora no ha representado un problema grave, excepto en zonas muy localizadas, en donde cambia el ciclo reproductivo de los organismos, haciendo que se produzca una cantidad mayor de individuos que de alimento, lo que ocasiona su muerte. También puede aumentar la temperatura hasta llegar a los límites vitales. Como cada vez es mayor la necesidad de energía, la eliminación de calor va en aumento, y será necesario aplicar medidas pertinentes para evitar que se convierta en un problema grave.

Figura 23. Ecopemex.

La eliminación en el mar de los desechos sólidos, que son desperdicios comerciales y domésticos tales como papel, botellas y latas, se ha convertido en uno de los problemas más urgentes y difíciles de los centros urbanos congestionados. Los automóviles constituyen una de las fuentes de desechos sólidos más considerables: sus neumáticos y partes se desechan varias veces y, en un momento dado, también el vehículo es desechado. Se ha visto que estos desechos causan destrucción en los ecosistemas, por lo que se hace indispensable investigar cómo eliminarlos, antes de emprender el depósito, a gran escala, de los mismos en el medio oceánico.

Todos estos contaminantes afectan la dinámica del océano y sus recursos y, en especial, producen cambios en la pesca, la cual puede disminuir tanto en las aguas continentales como en las marinas, lo que hace que las posibilidades de conseguir alimento, que cada día se necesita más, disminuyan.

El volumen y la calidad de las capturas y los desembarques de organismos acuáticos de valor comercial, incluidos los vegetales, pueden estar afectados directa o indirectamente por la contaminación. Sus efectos en este ámbito pueden ser: la reducción de las existencias con una mortalidad en masa espectacular, el declive o cambios en las características ambientales, la aparición de un mayor número de enfermedades tanto en los organismos acuáticos como en el hombre, y la adquisición de cierto grado de toxicidad de los productos acuáticos.

En los últimos años el hombre ha encontrado la posibilidad de sustituir algunos bienes de consumo para evitar despilfarro de recursos y contaminación del medio; por ejemplo, se ha logrado el empleo de "energía solar" para uso industrial y no sólo en el ciclo biológico.

La potencia atómica puede, en último término, proporcionar una fuente de energía prácticamente ilimitada, pero ello creará nuevos problemas de contaminación de alcance probablemente mayor que los actuales, que aún no podemos resolver.

Figura 24. Contaminación / Pesca.

Los productos plásticos y otros materiales artificiales pueden remplazar a algunos materiales de consumo, pero también su producción crea nuevos problemas de contaminación, sobre todo si se imponen los criterios puramente comerciales. Los químicos y los industriales del campo de los plásticos están empezando a tener en cuenta las consideraciones ecológicas y hay que esperar que se mantenga esta tendencia.

Es indispensable que la comunidad mundial evalúe el problema en su conjunto, pensando no sólo en el momento actual, sino en las generaciones futuras, con el objetivo de que el desarrollo y el progreso sean armónicos y se utilicen, de manera racional, los "recursos y su ambiente". Cabe esperar que con un esfuerzo adecuado de las poblaciones y de los gobiernos del mundo, se tomen las medidas adecuadas para evitar el mal uso del océano.

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