IX. EL MAL USO DEL OC�ANO. LA CONTAMINACI�N EN EL MAR

SE CONSIDERA que el agua tiene importancia fundamental en el desarrollo de las actividades humanas, y su uso se puede aplicar en los siguientes �mbitos: dom�stico, agr�cola, industrial, pesquero, recreativo y de transporte; por lo tanto, se hace indispensable que el agua tenga calidad y que sea utilizada racionalmente.

Sin embargo, el hombre ha tomado, desde los tiempos m�s remotos y debido a su ignorancia, las aguas de nuestro planeta como el lugar natural para arrojar en ellas los desechos in�tiles. Hasta fecha muy reciente esto se consider� como un problema sin importancia, si se except�an algunas �reas localizadas pr�ximas a grandes puertos o donde se realizan actividades mineras o bien los r�os que pasan cerca de ciudades con poblaci�n abundante.

En la actualidad, se reconoce universalmente la gravedad de la contaminaci�n de los arroyos, r�os y lagos, e incluso de los mares, que cada d�a se ven amenazados debido a los grandes centros de poblaci�n e industrias emplazadas en sus costas y al volumen, cada vez mayor, de transporte mar�timo. Adem�s, muchos contaminantes industriales son acarreados a grandes distancias por la atm�sfera, lo que hace que las actividades tecnol�gicas del hombre tengan una repercusi�n directa en la totalidad de los oc�anos, pese a que �stos cubren el 70% de la superficie del globo.

Se debe destacar que las aguas naturales presentan un grado de pureza variable, que va desde la claridad de las aguas que se producen con la fundici�n de la nieve o de los glaciares, hasta las aguas pantanosas cargadas de materia org�nica. Adem�s, se tiene que considerar que el agua qu�micamente pura no es favorable para el desarrollo de los seres vivos.

Por lo anterior, la noci�n de contaminaci�n no se refiere a la "pureza" de las aguas, sino a las modificaciones de sus caracter�sticas, tanto por factores naturales como por la influencia del hombre; por ello se dice, de manera general, que contaminaci�n es la adici�n de alg�n material o cualquier acci�n o condici�n que interfiera, degrade o impida alguna propiedad �til de la atm�sfera o del agua, perjudicando a los organismos que las habitan.

El t�rmino contaminaci�n, que algunos llaman "poluci�n", ha sido definido de diferentes formas. Por ejemplo, en un seminario de expertos europeos reunidos en Ginebra en el a�o de 1961, se consider� que "un curso de agua est� sometido a una contaminaci�n cuando la composici�n o el estado de sus aguas est�n, directa o indirectamente, modificados por la acci�n del hombre, en tal medida que �stas se prestan menos f�cilmente a toda o algunas de las utilizaciones para las que podr�an servir en su estado natural".

La Organizaci�n de las Naciones Unidas ha dado, para la contaminaci�n marina, la siguiente definici�n: "es la introducci�n por el hombre en el medio marino, de sustancias o energ�as que puedan ocasionar consecuencias nefastas, tales como da�o a los recursos biol�gicos y por consiguiente a la salud humana, trabas a las actividades mar�timas, incluyendo la pesca, disminuci�n en la calidad del agua del mar desde el punto de vista de su utilizaci�n, y reducci�n de las posibilidades ofrecidas para el descanso."

Estas definiciones hacen �nicamente responsable al hombre y no toman en cuenta la contaminaci�n natural que se puede presentar en el medio oce�nico, que indudablemente existe y cuya importancia en algunas ocasiones es mayor; por ejemplo, se estima que la contaminaci�n por hidrocarburos difundidos en forma natural es tres veces mayor que la producida por actividad del hombre.

Por lo anterior, es indispensable que los encargados de prevenir y controlar la contaminaci�n del medio oce�nico tomen en cuenta todas las causas: planetarias y c�smicas, animales y vegetales, y humanas.

Sin embargo, en la actualidad la contaminaci�n producida por las actividades humanas est� aumentando de manera considerable y este r�pido aumento guarda relaci�n con cuatro problemas de alcance mundial que deben ser evaluados, y a su debido tiempo dominados, si se quiere tener �xito en la lucha contra la contaminaci�n. Estos problemas son: el incremento de la poblaci�n mundial, combinado con su concentraci�n en algunas regiones y con las grandes diferencias de tipo econ�mico que existen entre las distintas clases sociales humanas; la creciente demanda de bienes materiales por parte de la sociedad que est� organizada como una "sociedad de consumo"; el car�cter limitado de los recursos naturales renovables; y el ego�smo del hombre que, en su carrera de dominio, utiliza los mares para probar armas, principalmente nucleares, y estrategias de guerra.

En los primeros tiempos de la existencia del hombre, el crecimiento demogr�fico era lento y el plazo de duplicaci�n de la humanidad fue de mil a 5 mil a�os. Con el descubrimiento y colonizaci�n del continente americano por los europeos, y la revoluci�n industrial que se present� a continuaci�n, la disponibilidad de nuevos espacios para vivir y de nuevos objetos de consumo produjo un crecimiento demogr�fico explosivo; despu�s del descubrimiento del Nuevo Mundo en el siglo XV la poblaci�n se duplic� aproximadamente cada 200 a�os.

Hacia 1930, la poblaci�n mundial lleg� a 1 000 millones de personas, y 30 a�os despu�s, en 1960, alcanz� 3 000 millones; en 1987 se calcul� el n�mero de seres humanos en 5 000 millones y sigue aumentando con rapidez. Se ha estimado que para el a�o 2 000 la poblaci�n sea de 6 500 millones de personas aproximadamente.

Entre los factores que han contribuido al crecimiento de la poblaci�n humana, se encuentra el hecho de que dentro de los �ltimos 100 a�os, la medicina ha tenido un proceso que ha permitido ampliar en gran proporci�n las perspectivas de vida del individuo.

Figura 19. Problemas ocasionados por la contaminaci�n.

Tambi�n se ha controlado la mortalidad por epidemias, que antiguamente diezmaban a las poblaciones. No obstante que muchos seres humanos siguen padeciendo de mal nutrici�n, las muertes producidas por esta causa han disminuido en los �ltimos a�os.

Gracias a los avances tecnol�gicos que se han incorporado a las comunicaciones y a las medidas de alarma previa, se ha reducido la mortalidad causada por cat�strofes naturales como huracanes, ciclones, maremotos y terremotos. Estas medidas deber�n ser complementadas con la debida atenci�n al esfuerzo para lograr estabilizar la tasa de nacimiento, con un control adecuado seg�n las caracter�sticas de los diferentes grupos de poblaci�n.

Cada individuo utiliza un n�mero mayor de bienes materiales, lo que aumenta la producci�n de desechos y agrava el problema de la contaminaci�n. Se ha calculado que una persona nacida hoy en Estados Unidos, perteneciente a la clase media, utiliza durante su vida un volumen 50 veces mayor de bienes materiales que otra nacida en un pa�s en v�as de desarrollo.

La mayor�a de estos materiales no se consumen totalmente, sino que sus desechos se vuelven a distribuir en el medio; por ejemplo, el hierro empleado en la fabricaci�n de un autom�vil sigue siendo hierro cuando se oxida o cuando es desmantelado, pasando de un recurso natural concentrado en un lugar determinado a ser un material de desecho diseminado por toda la superficie del mundo. En otros casos, los recursos naturales que se usan como bienes de consumo, se convierten en elementos totalmente diferentes. Cuando se quema gas, petr�leo o carb�n, el material se transforma en energ�a que se utiliza por poco tiempo, antes de que escape como calor residual el bi�xido de carbono y se incorpore al medio.

La existencia limitada de los recursos naturales, tanto los no renovables como los renovables, ha cambiado la idea que se ten�a en el siglo XIX de que los recursos del planeta eran inagotables, por lo que se usaban y desechaban con toda tranquilidad.

Ahora se comprende que la Tierra y sus recursos naturales son finitos y no es posible seguir utiliz�ndolos con tanta facilidad; aunque las reservas de esos recursos se midan en decenios, y otras en siglos, se tiene que entender que esos l�mites de tiempo son insignificantes, si la especie humana quiere seguir sobreviviendo durante milenios.

Pero no s�lo este consumo de bienes materiales ha agravado la contaminaci�n, lo peor es que en su carrera por el dominio, el hombre ha iniciado las pruebas de armas nucleares, por lo que la concentraci�n de los materiales radiactivos en la atm�sfera y en el oc�ano ha ido en aumento. Cuando la explosi�n se hace en la atm�sfera, estos materiales se introducen en sus niveles m�s altos y son distribuidos globalmente en un tiempo relativamente breve; las part�culas m�s grandes regresan con rapidez a unos pocos kil�metros de la explosi�n en forma de "lluvia", pero los materiales m�s finos pueden ser transportados alrededor de la Tierra y permanecer en el aire durante varios a�os, detect�ndose su presencia en todas las aguas continentales y en las superficiales del mar.

En sus estrategias de guerra, las grandes, potencias han dirigido su esfuerzo hacia el dise�o de submarinos at�micos, nav�os movidos por energ�a nuclear que se han dise�ado con cuidado para evitar la contaminaci�n radiactiva del medio; sin embargo, la operaci�n de un n�mero grande de ellos causar� grandes problemas para la vida en el oc�ano.

El hombre produce una gran diversidad de contaminantes que llegan al medio acu�tico directa o indirectamente; algunos de ellos, como los de origen org�nico, se desintegran debido a procesos biol�gicos normales, pero otros, como los plaguicidas basados en hidrocarburos clorados, resisten la descomposici�n y subsisten durante largo tiempo en el ambiente, llegando inevitablemente al oc�ano arrastrados por los r�os.

Figura 20. Diversidad de contaminantes.

Al encontrarse en los oc�anos, se acumulan en el agua, en los sedimentos del fondo o en el cuerpo de organismos, ocasionando diferentes efectos sobre los seres acu�ticos y la pesca. Los contaminantes pueden estimular el crecimiento de los vegetales, lo que puede ser ben�fico si se regula adecuadamente; otros son t�xicos y llegan a destruir a los organismos o los hacen inadecuados para el consumo humano y, por �ltimo, existen los que son inocuos y tienen escaso o ning�n efecto en el ecosistema acu�tico.

Efectos de la contaminaci�n sobre los seres acu�ticos y la pesca

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EFECTOS NOCIVOS

Efectos biol�gicos

Cambios en las migraciones. Peces an�dromos: salm�n, y peces cat�dromos: anguila.

Cambios en el comportamiento. Reacciones por la alimentaci�n y la reproducci�n.

Incidencia de enfermedades. Aumento de virus, bacterias, protozoos y otros par�sitos.

Cambios en el ciclo vital. Larvas/adultos.

Alteraciones en los procesos fisiol�gicos. Fotos�ntesis, respiraci�n, reproducci�n, etc�tera.

Desequilibrio en las cadenas de alimentaci�n.

Efectos gen�ticos. Mutaciones: mutag�nesis, carcinog�nesis.

Cambios en la morfolog�a por concentraci�n de sustancias toxicas.

Efectos ecol�gicos

Modificaci�n de los ecosistemas: esteros, regi�n intermareal, arrecife, etc�tera.

POSIBLES EFECTOS BEN�FICOS

Piscicultura. Aprovechamiento de desechos org�nicos.

Aprovechamiento de efluentes termales.

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Entre los principales contaminantes que pueden derivarse de actividades marinas, de las que se llevan a cabo en tierra y de la relaci�n oc�ano-atm�sfera se encuentran: las aguas residuales dom�sticas y los desechos agr�colas; los detergentes; los plaguicidas, el petr�leo y sus derivados; las sustancias qu�micas; los materiales radiactivos; el calor residual y los desechos s�lidos.

Se han propuesto muchas clasificaciones de las sustancias contaminantes, as� como sistemas para medir su efecto nocivo. Una de las m�s aceptadas es la propuesta por el Grupo Unificado de Expertos para los Aspectos Cient�ficos de la Contaminaci�n del Mar (GESAMP), convocado por las Naciones Unidas, en la que utilizan el 0 (cero) cuando no hay datos alarmantes; el 1 (uno) para el peligro determinado; el 2 (dos) para peligro indeterminado; el 3 (tres) para el considerable y el 4 (cuatro) para el grande.


Contaminante
Daño a recursos
vivos
del océano
Peligro para la salud humana
Alteraciones en las actividades marinas
Efectos
antiestéticos

Maeriales radioactivos
0
3
0
0
Materiales pesados (mercurio)
4
4
0
0
Sustancias inorgánicas
2-3
0-2
0-3
0-2
Desechos sólidos
2
0
4
4
Pesticidas y herbicidas
3-4
2-4
0
0
Productos Químicos orgánicos
0-4
0-3
0-3
0-4
Aguas de alcantarillado
4
4
2
4
Detergente
1
0
0
2
Desechos de la industria bélica
1
1
0
0
Restos de roca y desechos inertes
3
0
2
3

En los �ltimos a�os, la principal preocupaci�n sobre la contaminaci�n ocasionada por las aguas residuales y los desechos agr�colas la constitu�an los problemas de protecci�n de la salud y de conservaci�n de las caracter�sticas est�ticas del medio, pero en la actualidad lo que m�s preocupa a los t�cnicos es la llamada "eutroficaci�n de las aguas", que consiste en que cuando llegan los desechos dom�sticos y agr�colas al medio acu�tico, son r�pidamente desdoblados qu�micamente por las bacterias, dando origen a sustancias inorg�nicas del tipo de las nitrogenadas, a las que llamarnos "nutrientes", que son tomados por las algas y otros vegetales, produci�ndose un incremento excesivo de las poblaciones, lo cual ocasiona serios problemas; cuando esto ocurre en extensiones limitadas de agua como lagos, esteros y bah�as, donde la circulaci�n del agua es restringida, el da�o es mayor al disminuir el ox�geno.

Las especies de algas que m�s crecen son las "verdeazules", que en su mayor parte no son �tiles para la alimentaci�n de los animales y por lo tanto modifican las cadenas de alimentaci�n y el propio ecosistema.

Esta eutroficaci�n constituye ya un problema grave en los pa�ses desarrollados y en algunos cuerpos de agua de los que est�n en v�as de desarrollo, y amenaza con extenderse a los estuarios y a la faja costera.

Las aguas residuales de las poblaciones costeras llevan gran cantidad de bacterias, algunas de ellas pat�genas para el hombre, como las bacterias coliformes que producen enfermedades intestinales cuando se ingieren los productos acu�ticos. Este tipo de contaminaci�n es com�n en los moluscos, como el osti�n y la almeja, que viven en los estuarios.

En los �ltimos decenios se han puesto en operaci�n diversos procesos para el tratamiento de las aguas residuales, suprimiendo el contenido bacterial y los nutrientes nitrogenados para preservar la salud, mantener la belleza de estas �reas acu�ticas y evitar la eutroficaci�n.

Figura 21. Normas de calidad del agua.

Los "detergentes" comerciales de uso industrial o dom�stico, que actualmente se utilizan, son ricos en f�sforo y algunos de ellos llevan enzimas para lograr la mejor limpieza de los objetos tratados. La composici�n de los detergentes comerciales est� formada por un "producto base" o principio activo que llega a formar el 30% del producto y el resto lo constituyen sales alcalinas, reforzadores para aumentar la espuma, aditivo para el blanqueado, antis�pticos, colorantes y perfumes para darles mejor presentaci�n.

La contaminaci�n que los detergentes producen, se debe a que el f�sforo hace que disminuya el nitr�geno en el medio y como los vegetales acu�ticos necesitan nitr�geno, tambi�n desciende la cantidad de estas plantas y, por lo tanto, de los animales. El f�sforo en cantidades excesivas produce un crecimiento inconveniente de algas azules y bacterias, eutroficando el agua, lo que trae como consecuencia su decoloraci�n, un mal olor caracter�stico y la disminuci�n de la producci�n primaria.

El problema de contaminaci�n por detergentes se presenta fundamentalmente en r�os y lagos, y resulta m�nima en el mar, ya que es excepcional que �stos sean deliberadamente vertidos en �l. S�lo se observa con cierta preocupaci�n que se ha incrementado este tipo de contaminaci�n en la desembocadura de algunos r�os y en los desechos que llegan al mar a trav�s del sistema de alcantarillados de grandes ciudades litorales.

Tambi�n se han depositado detergentes en los oc�anos, con la finalidad de combatir el petr�leo y sus derivados, que por alg�n motivo se han derramado en un �rea determinada; tal fue el caso del naufragio del buque petrolero Torrey-Canyon en las costas inglesas.

En la actualidad se ha logrado la incorporaci�n de detergentes "biodegradables", es decir, aquellos que, gracias a la acci�n de bacterias y de las enzimas producidas por estos organismos, se degradan hasta perder su toxicidad. A�n no se ha evaluado en forma adecuada la reciente introducci�n de enzimas activas en los productos para lavar, su excesiva concentraci�n en las aguas residuales podr�a dificultar los procesos biol�gicos. Se pretende que estas enzimas se deterioren r�pidamente en el agua antes de que lleguen a producir m�s da�o, pero son necesarias nuevas investigaciones para conocer su acci�n.

Entre los plaguicidas, el DDT y otros a base de hidrocarburos clorados como el Dieldrin, se han venido utilizando en gran escala desde mediados del decenio en 1940, aumentando en un 8% al a�o; en 1980 se produjeron mill�n y medio de toneladas de plaguicidas sint�ticos. El DDT y sus subproductos se han distribuido por todo el mundo y han ejercido efectos biol�gicos profundos ya que no, se conocen bacterias u otros organismos que los descompongan r�pidamente, por lo que persisten en el medio durante largos periodos, causando diferentes tipos de da�o.

Los beneficios a corto plazo del uso del DDT son indiscutibles; se ha eliminado pr�cticamente el paludismo de algunas regiones del planeta, al matar a los mosquitos anofeles que transmiten la enfermedad. Tambi�n han sido espectaculares los resultados de la lucha contra las plagas de insectos en los cultivos comerciales, permitiendo que la agricultura se incremente. Sin embargo, como el DDT no se degrada sino que, por el contrario, se acumula en el ambiente y en los organismos, los da�os que causa cada d�a provocan una mayor preocupaci�n, sobre todo en el medio marino, que es el desag�e final de este plaguicida, que es transportado hacia �l por los vientos o por los r�os.

Al llegar a los oc�anos, su primera acci�n negativa es la destrucci�n del fitoplancton, lo que ocasiona que baje la productividad de la materia org�nica que alimenta a los organismos marinos; posteriormente, se acumula en los tejidos con grasa de los carn�voros de m�s alto nivel, peces y aves, produciendo alteraciones en funciones tales como su reproducci�n y de ah� puede llegar al hombre.

Ya se conocen �reas del oc�ano en que la contaminaci�n por estos plaguicidas es alarmante; por ejemplo el Mar del Norte, en donde se encuentra la industria que produce el Dieldrin, y la costa de California meridional con el DDT: en esta �ltima se han encontrado colonias de pel�canos, sobre todo los que viven en las islas Anacapa, cuyos huevos conten�an 2 500 ppm de DDT, por lo que estaban totalmente descalcificados, esto caus� un dram�tico aumento en la mortalidad. En 1969, de 1 200 tentativas de nidificaciones, solamente nacieron 5 pel�canos.

Tambi�n est�n altamente contaminados por plaguicidas el Mar B�ltico, mar interior europeo, que mide 386 mil kil�metros cuadrados y tiene un promedio de profundidad de 71 metros; est� rodeado por siete pa�ses desarrollados: Rep�blica Democr�tica de Alemania, Dinamarca; Polonia, Uni�n Sovi�tica, Finlandia, Suecia y la Rep�blica Federal de Alemania; en sus litorales habitan aproximadamente 20 millones de personas. Su contaminaci�n ha ocasionado que la rar�sima "�guila de mar" o "pigargo" se encuentre en v�as de extinci�n.

Los hidrocarburos como el petr�leo se han convertido r�pidamente en uno de los contaminantes m�s extendidos en el oc�ano; se calcula que cada a�o entran en este �ltimo, procedentes de diversas fuentes, de una a 10 millones de toneladas de esas sustancias. La mayor parte de dichos hidrocarburos se localiza en las regiones costeras, pero tambi�n se han observado manchas en pleno Atl�ntico, en el centro del Mediterr�neo y en otras regiones de alta mar. As�, resulta evidente que la contaminaci�n petrol�fera de los oc�anos ha llegado a ser un problema de gran importancia para las pesquer�as del mundo entero.

El petr�leo crudo contiene elementos que son t�xicos para los organismos marinos; algunos de ellos son solubles en el agua, otros se evaporan en la superficie, otros m�s forman manchas extensas y desparramadas y algunos caen al fondo atravesando grandes cantidades de arena y formando gl�bulos.

Cuando el petr�leo se derrama cerca de la costa o una mancha petrol�fera deriva a la zona intermedia de las mareas y a las playas, se produce una mortalidad en gran escala de organismos marinos, algunos de ellos de valor comercial. La muerte de grandes cantidades de aves marinas constituye uno de los efectos primarios y m�s aparentes de los derrames de petr�leo, como el ocurrido en marzo de 1989, al encallar el buque cisterna Exxon Valdez en el arrecife de Bligh en Alaska, que derram� 40 millones de litros de crudo, amenazando a la fauna existente en esa �rea, sobre todo a 10 millones de aves que habitan all�.

Aunque los derrames accidentales de petr�leo son sucesos espectaculares que atraen una gran atenci�n del p�blico, como el del Ixtoc en el Golfo de M�xico, que derram� 535 000 toneladas de petr�leo en el oc�ano, o el del superpetrolero griego World Prodigy, de 170 metros de eslora, que choc� contra una roca en junio de 1989, al sur de Newport, Estados Unidos, en el arrecife de Brenton, provocando una gran mancha de aceite de 8 kil�metros de di�metro en el Oc�ano Atl�ntico, s�lo son responsables de un 10% del volumen total de petr�leo que se encuentra en el medio marino; el 90% restante de la contaminaci�n petrol�fera se origina en las operaciones normales de los buques cisterna, los barcos mercantes y de guerra, la producci�n petrolera emplazada en las costas, las operaciones de las refiner�as y la eliminaci�n de los materiales petrol�feros de desechos.

Seg�n el investigador J.C. Mourlon, si en un a�o los derrames de petr�leo alcanzaran de 2 a 3 millones de toneladas, �stas proceder�an como sigue:
Accidentes en el mar200 000tons.
Vertidas de las bodegas de los buques 50 000 "
Limpieza de cisternas de los petroleros 700000 "
Vertidos de terminales petrol�feras 100000 "
Vertidos por la explotaci�n en el mar150 000 "
Vertidos por la explotaci�n en tierra900 000 "
Aportes atmosf�ricos 300 000 "
Total2 400 000"

Figura 22. Ixtoc, Golfo de M�xico.

El hecho de que las aguas costeras no est�n desprovistas de vida marina, aun despu�s de decenios de contaminaci�n petrol�fera, indica que el mar es capaz de recuperarse. Sin embargo, no se sabe qu� volumen de petr�leo podr�a aceptar el oc�ano sin dejar de recuperarse de sus efectos, por lo que el hombre est� obligado a tomar todas las precauciones para evitar que el da�o sea cada vez mayor, sobre todo en la explotaci�n de los mantos costeros.

Existen varios millones de sustancias qu�micas, org�nicas e inorg�nicas, creadas por la industria o elaboradas como subproductos de procesos industriales, que llegan diariamente al medio acu�tico, como es el caso de los metales pesados, los �cidos y el cloro, que estropean el sabor de los organismos o bien son carcinog�nicos y pueden acumularse en los productos acu�ticos y llegar as� al hombre.

Las sustancias de desecho de las f�bricas de papel o de fertilizantes se eliminan deposit�ndolas en los r�os, y son transportadas de all� hasta el medio marino, ocasionando una gran cantidad de problemas, como el que el agua de los sistemas municipales deje de ser potable, que los peces y otras formas de vida acu�tica mueran y que las aguas de los r�os o las que rodean a las playas queden contaminadas de materiales aceitosos, viscosos, coloreados y malolientes, haci�ndolas impropias para las actividades recreativas.

La contaminaci�n del medio acu�tico por materiales radiactivos plantea serios problemas, ya que estas sustancias no s�lo pueden producir efectos inmediatos en los organismos vivientes, sino que producen mutaciones del material gen�tico con graves consecuencias para generaciones posteriores. La radiactividad puede llegar al medio por dos fuentes principales: la de origen natural, debido a los rayos c�smicos, y la de origen artificial que est� ligada con el uso de la energ�a at�mica, a trav�s de las pruebas de armas at�micas, las centrales de energ�a nuclear, y el uso de radiois�topos en experimentos de laboratorio y en medicina.

El calor residual es un subproducto de muchos procesos industriales, especialmente de la producci�n de energ�a el�ctrica y del uso de combustibles f�siles como el carb�n. Este calor pasa a la atm�sfera y llega al medio acu�tico en donde altera las variaciones estacionales de la temperatura del agua, lo que hasta ahora no ha representado un problema grave, excepto en zonas muy localizadas, en donde cambia el ciclo reproductivo de los organismos, haciendo que se produzca una cantidad mayor de individuos que de alimento, lo que ocasiona su muerte. Tambi�n puede aumentar la temperatura hasta llegar a los l�mites vitales. Como cada vez es mayor la necesidad de energ�a, la eliminaci�n de calor va en aumento, y ser� necesario aplicar medidas pertinentes para evitar que se convierta en un problema grave.

Figura 23. Ecopemex.

La eliminaci�n en el mar de los desechos s�lidos, que son desperdicios comerciales y dom�sticos tales como papel, botellas y latas, se ha convertido en uno de los problemas m�s urgentes y dif�ciles de los centros urbanos congestionados. Los autom�viles constituyen una de las fuentes de desechos s�lidos m�s considerables: sus neum�ticos y partes se desechan varias veces y, en un momento dado, tambi�n el veh�culo es desechado. Se ha visto que estos desechos causan destrucci�n en los ecosistemas, por lo que se hace indispensable investigar c�mo eliminarlos, antes de emprender el dep�sito, a gran escala, de los mismos en el medio oce�nico.

Todos estos contaminantes afectan la din�mica del oc�ano y sus recursos y, en especial, producen cambios en la pesca, la cual puede disminuir tanto en las aguas continentales como en las marinas, lo que hace que las posibilidades de conseguir alimento, que cada d�a se necesita m�s, disminuyan.

El volumen y la calidad de las capturas y los desembarques de organismos acu�ticos de valor comercial, incluidos los vegetales, pueden estar afectados directa o indirectamente por la contaminaci�n. Sus efectos en este �mbito pueden ser: la reducci�n de las existencias con una mortalidad en masa espectacular, el declive o cambios en las caracter�sticas ambientales, la aparici�n de un mayor n�mero de enfermedades tanto en los organismos acu�ticos como en el hombre, y la adquisici�n de cierto grado de toxicidad de los productos acu�ticos.

En los �ltimos a�os el hombre ha encontrado la posibilidad de sustituir algunos bienes de consumo para evitar despilfarro de recursos y contaminaci�n del medio; por ejemplo, se ha logrado el empleo de "energ�a solar" para uso industrial y no s�lo en el ciclo biol�gico.

La potencia at�mica puede, en �ltimo t�rmino, proporcionar una fuente de energ�a pr�cticamente ilimitada, pero ello crear� nuevos problemas de contaminaci�n de alcance probablemente mayor que los actuales, que a�n no podemos resolver.

Figura 24. Contaminaci�n / Pesca.

Los productos pl�sticos y otros materiales artificiales pueden remplazar a algunos materiales de consumo, pero tambi�n su producci�n crea nuevos problemas de contaminaci�n, sobre todo si se imponen los criterios puramente comerciales. Los qu�micos y los industriales del campo de los pl�sticos est�n empezando a tener en cuenta las consideraciones ecol�gicas y hay que esperar que se mantenga esta tendencia.

Es indispensable que la comunidad mundial eval�e el problema en su conjunto, pensando no s�lo en el momento actual, sino en las generaciones futuras, con el objetivo de que el desarrollo y el progreso sean arm�nicos y se utilicen, de manera racional, los "recursos y su ambiente". Cabe esperar que con un esfuerzo adecuado de las poblaciones y de los gobiernos del mundo, se tomen las medidas adecuadas para evitar el mal uso del oc�ano.

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