IV. CONCLUSIONES

LAS arcillas modificadas han venido a sumarse al grupo de cristales porosos con que el cient�fico cuenta actualmente para hacer una qu�mica m�s creadora, estimulada no s�lo por el inter�s cient�fico sino tambi�n por los beneficios industriales y de bienestar que ofrece.

Esta nueva qu�mica se engloba dentro de una corriente m�s vasta que suele llamarse "qu�mica de intercalaci�n", es decir, la inserci�n de una especie qu�mica en la estructura de un s�lido con la consecuente modificaci�n f�sico-qu�mica de la especie aceptadora.

Los compuestos de intercalaci�n se encontraban en la naturaleza, sobre todo en minerales como las arcillas, mucho antes de que el hombre se interesara en ellos. La idea de intercalaci�n se ha extendido a otros compuestos naturales y artificiales, entre ellos la mol�cula del ADN, que contiene el patrimonio hereditario de los seres vivos. Actualmente se estudian compuestos de intercalaci�n en el ADN que eviten su r�plica o transcripci�n con prop�sitos terap�uticos; tambi�n se desarrollan sustancias que forman complejos coloridos con los cromosomas, lo que permite su identificaci�n m�s precisa.

Se puede visualizar que, en los campos de la cat�lisis y la separaci�n selectiva de los componentes, los cristales porosos se acercan cada d�a m�s al momento en que logren mimetizar la acci�n de las enzimas, que como sabemos son materiales biol�gicos de elevada especificidad en sus funciones.

Es de esperarse que los desarrollos de las investigaciones en curso en muchos laboratorios del mundo dedicados a la qu�mica de intercalaci�n, deparar�n en el futuro beneficios que sobrepasan nuestra imaginaci�n.

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