XI. HISTORIA DE LA ORNITOLOG�A MEXICANA





LAS aves han servido de modelo para desarrollar una serie de teor�as generales acerca de la vida en la Tierra. Gran cantidad de personas han dedicado sus esfuerzos, y su vida, a comprender el funcionamiento de las aves dentro de los ecosistemas y sus particularidades como grupo altamente evolucionado. Conviene ahora, por lo tanto, dedicar unas p�ginas a recordar c�mo ha sido el desarrollo de la ornitolog�a en M�xico, qui�nes han sido sus representantes y qu� se espera obtener en el futuro.

EL CONOCIMIENTO IND�GENA

Curiosamente, la historia del estudio de las aves en M�xico comienza desde la m�s remota antig�edad. El conocimiento de las aves en el M�xico precortesiano estuvo estrechamente ligado a la historia y mitolog�a de los diferentes pueblos ind�genas que han habitado nuestro territorio. Para entender esto basta recordar la gran importancia de figuras mitol�gicas relacionadas con las aves, como Quetzalc�atl (o Kukulk�n para los mayas) la serpiente emplumada. La investigadora mexicana Lourdes Navarijo ha estudiado con detenimiento el papel que las aves han tenido en la cultura material y en los s�mbolos religiosos de los pueblos ind�genas antiguos y actuales, describiendo que para los mexicas, el mundo estaba dividido en cuatro secciones, cada una de las cuales estaba representada por un ave: el �guila, el quetzal, el colibr� y la guacamaya.

Las leyendas y tradiciones de los aztecas con respecto a las aves que forman parte de la cultura actual de nuestro pa�s, fueron tratadas por el finado maestro Rafael Mart�n del Campo a trav�s de m�ltiples estudios de los c�dices y escritos precortesianos y de la �poca de la Conquista. Desde el mismo nombre del lugar mitol�gico de origen de los aztecas, Aztl�n o "lugar de las garzas blancas" (que ahora se piensa se refiere a la isla de Mexcaltitl�n, en Nayarit), se tuvo relaci�n directa con las aves. El segundo acontecimiento relacionado con las aves tiene que ver con el momento en que los aztecas deciden migrar de su lugar de origen a una nueva tierra, guiados por un ave que les dec�a tihu�-tihu� ("vamos ya"); incluso se ha especulado que esa ave pertenec�a a alguna de las especies conocidas del centro de M�xico, el toqu� (Pipilo fuscus) o el papamoscas (Contopus virens), debido a que ambas presentan un canto similar a la voz que se dice ten�a el ave mitol�gica. Un tercer hecho de importancia se refiere a que la presencia de un �guila posada en una nopalera que crec�a sobre las rocas fue la se�al que indic� a los peregrinos que hab�an llegado a su destino. En este �ltimo caso se piensa que el s�mbolo clave era la nopalera sobre las rocas, mientras que el �guila fue agregada posteriormente como un s�mbolo del poder�o guerrero de los aztecas. Huelga decir que este hecho se encuentra plasmado en el escudo nacional mexicano y que entre varios investigadores se ha discutido si el �guila real (Aquila chrysaetos) o el gavil�n de cola roja (Buteo jamaicensis) es el ave de presa que lo ilustra.

Adem�s de los aspectos relacionados con la cultura y la religi�n, ya sea como simbolismos asociados a los dioses o la muerte, los aztecas pose�an un conocimiento avanzado de su fauna y la utilidad de �sta, siendo las aves acu�ticas, como patos y garzas, cazadas frecuentemente para alimento o utilizadas como tributo por parte de otros pueblos dominados por ellos. Las plumas de ciertas aves como el quetzal, la esp�tula y las chuparrosas fueron utilizadas, entre otras, para elaborar los penachos y capas de los emperadores y las personalidades militares y religiosas de los aztecas.

Los ind�genas en general, pose�an complicados sistemas de clasificaci�n de la flora y la fauna que los rodeaba; entre los animales, las aves eran las mejor conocidas y la taxonom�a tradicional, basada en principios generales de agrupamiento por morfolog�a y utilidad, as� como el reconocimiento y denominaci�n de unidades, se conserva hasta la actualidad en muchos grupos �tnicos. Existen algunos trabajos recientes acerca de c�mo se construyen estos sistemas de clasificaci�n tradicional de las aves, como los realizados con los tzeltales de Chiapas y con los amuzgos de Oaxaca y Guerrero.

La importancia de las aves en la cultura se refleja tambi�n en una gran cantidad de top�nimos, o sea nombres de lugares, que se refieren a las aves. Baste citar como ejemplos muy famosos Tzintzuntzan (lugar de colibr�es, en Michoac�n), Cozumel (lugar de golondrinas, en Quintana Roo) y Sola (donde abundan las codornices, en Oaxaca).

LOS TIEMPOS DE LA COLONIA

Despu�s de la conquista de M�xico, los espa�oles se enfrentaron a un mundo nuevo que conten�a una gran cantidad de especies de flora y fauna desconocidas, por lo cual muchas personalidades se dieron a la tarea de describir y comparar las aves que se encontraban en las tierras reci�n descubiertas. En las cr�nicas elaboradas por los estudiosos espa�oles, principalmente religiosos, como fray Bernardino de Sahag�n, Juan de Torquemada, Gonzalo Fern�ndez de Oviedo y Tom�s L�pez Medel, se observa una enorme sorpresa ante la variedad de aves que poblaban las nuevas tierras, algunas de las cuales parec�an similares a las existentes en Espa�a, mientras que otras se presentaban como formas totalmente nuevas. Muchas de las descripciones que hicieron representan animales deformados en su morfolog�a y sus h�bitos.

De las obras producidas durante el siglo XVI, destaca la elaborada por Francisco Hern�ndez, param�dico del rey de Espa�a, ilustre personaje que tuvo la comisi�n real de realizar investigaciones sobre los recursos naturales y la medicina en las nuevas tierras. Recorri� el pa�s durante los a�os 1570 a 1577 realizando observaciones, recolectando material y escribiendo innumerables notas. Su obra versaba sobre la flora y fauna encontrada en la Nueva Espa�a, destacando la parte referente a las aves. Sin embargo, la mayor parte de esta obra se perdi� durante un incendio en los archivos de El Escorial en 1641, y s�lo fueron rescatados los cap�tulos bot�nicos, que fueron publicados posteriormente. Unas pocas de sus notas zool�gicas fueron rescatadas y publicadas varios siglos m�s tarde por la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico. El trabajo de Hern�ndez ejerci� gran influencia en los investigadores naturalistas posteriores como Alexander von Humboldt, y muchas de sus descripciones sirvieron de base para la descripci�n formal de algunas especies como los cuervos y los zopilotes, pues algunas son tan detalladas que se puede reconocer f�cilmente la especie de la que se trata.

Durante los siglos XVII y XVIII, continuaron los trabajos de descripci�n de la flora y fauna nacionales, siendo los jesuitas los principales estudiosos de las ciencias naturales. Miguel Venegas realiz� en 1757 una exploraci�n intensiva en Baja California, recopilando gran cantidad de datos que inclu�an descripciones de muchas especies de aves que public� en un libro intitulado Noticias de la California. Miguel del Barco, en 1773, efectu� una expedici�n a Baja California, recopilando tambi�n informaci�n acerca de la flora y fauna de la zona y corrigiendo el trabajo previo de Venegas. En sus Correcciones a la Noticia de Venegas, hace una descripci�n importante de la avifauna de la pen�nsula.

Sin embargo, los esfuerzos de los estudiosos se centraron sobre todo en la descripci�n de las especies sin entrar a los pormenores de la clasificaci�n, revolucionada en esa �poca por los trabajos del sueco Carlos Linneo. Los naturalistas que escribieron trabajos acerca de las aves de M�xico en esta �poca, como Ferrer de Valdecebro, Francisco Javier Clavijero, Jos� Antonio Alzate y Joaqu�n Vel�zquez de Le�n, utilizaron la taxonom�a tradicional en sus trabajos. Especialmente en las descripciones de aves que hace Clavijero en su Historia antigua de M�xico, se subraya la importancia cineg�tica, alimenticia o de ornato.

La riqueza natural de la Nueva Espa�a era tal que los gobernantes espa�oles mantuvieron gran inter�s en la exploraci�n de las nuevas tierras durante a�os posteriores. En especial destacan la Real Expedici�n Bot�nica a M�xico, realizada de 1787 a 1803, y la gran expedici�n al Nuevo Mundo encabezada por Alejandro Malaspina y el naturalista Antonio Pineda de 1789 a 1794. De ambas expediciones se obtuvieron gran cantidad de ejemplares y nuevos datos sobre las aves de M�xico, las cuales fueron enviadas a Espa�a para su estudio. Estas importantes colecciones desgraciadamente se han perdido y s�lo quedan las extraordinarias ilustraciones realizadas por los artistas participantes.

LAS PRIMERAS SOCIEDADES DE CIENT�FICOS EN M�XICO

Durante la primera mitad del siglo XIX, la inestabilidad pol�tica del pa�s detuvo en gran medida las investigaciones cient�ficas. En Europa, sin embargo, las ideas de Buffon, Lamarck y Cuvier ten�an considerable resonancia, y muchos naturalistas europeos visitaron M�xico para realizar investigaciones sobre animales y plantas. En especial son importantes las expediciones cient�ficas de Francia (Mission Scientifique au Mexique) durante la intervenci�n francesa, que dio como resultado numerosos trabajos de naturalistas franceses y la formaci�n de las primeras colecciones de aves mexicanas en el Museo de Historia Natural de Par�s. La otra expedici�n de importancia es la del alem�n Alexander von Humboldt.

Es hasta 1868 que se retoma un inter�s cient�fico nacionalista por las ciencias naturales, form�ndose la Sociedad Mexicana de Historia Natural, paralelamente a otras sociedades cient�ficas como la Comisi�n Geogr�fico Exploradora, la Sociedad Mexicana de Geograf�a y Estad�stica, y otras. En la Sociedad de Historia Natural participan como miembros las personalidades m�s destacadas de las ciencias en M�xico, como Juan Alzate y Ram�rez, Mariano Moci�o, Pablo de la Llave y Alfredo Dugès, entre otros, instituy�ndose tambi�n la revista La Naturateza, �rgano de difusi�n de la Sociedad y reservorio de la mayor parte de los trabajos producidos por mexicanos y extranjeros residentes en M�xico durante el final del siglo XIX.

Rafael Montes de Oca, naturalista entregado al estudio de las aves, public� en la revista La Naturaleza, en 1874, una serie de trabajos referentes a los colibr�es o chupamirtos de M�xico, ilustrados con las l�minas que dibuj� con el asesoramiento del pintor Jos� Mar�a Velasco. La obra contiene varios aspectos de la historia natural y la sistem�tica de esas aves. En 1963 se recopilaron 51 de aquellas l�minas y se publicaron a instancias de Carolina Amor de Fournier en el libro Colibr�es y orqu�deas de M�xico.

Alzate y Ram�rez public� en los a�os de 1883 y 1884 algunos trabajos sobre la migraci�n de las golondrinas y sobre los colibr�es. Mientras que Pablo de la Llave contribuy� al conocimiento ornitol�gico mundial al elaborar la descripci�n del quetzal (Pharomachrus moccino) en 1871, cuyo ejemplar tipo se encontraba en el Museo Nacional de Historia Natural y se piensa que actualmente se encuentra en la colecci�n ornitol�gica del Instituto de Biolog�a de la UNAM.

Es Alfredo Dugès, cient�fico franc�s avecindado en la ciudad de Guanajuato, quien dio gran impulso a la investigaci�n zool�gica en M�xico. Dedic� gran parte de su vida al estudio de la herpetofauna mexicana y a formar una colecci�n que, actualmente, con su nombre, se halla en la Universidad de Guanajuato. Sus contribuciones a la ornitolog�a mexicana se encuentran en varios trabajos acerca de la biolog�a de algunas especies de aves, sobre la migraci�n de las golondrinas y sobre t�cnicas de recolecci�n de aves, escritos entre los a�os de 1885 y 1901.

La Comisi�n Geogr�fico Exploradora de M�xico, instituida por Porfirio D�az y que labor� de 1879 a 1884, ten�a como fin principal el reconocimiento del territorio nacional y sus recursos. El naturalista Fernando Ferrari P�rez particip� en la exploraci�n recolectando espec�menes de animales, especialmente vertebrados, que fueron enviados en barco a Estados Unidos para ser estudiados y exhibidos en la feria de Nueva Orleans. Lamentablemente, el barco se incendi� en La Habana y las colecciones se perdieron. Posteriormente fueron hechas otras exploraciones breves para obtener material, el cual sirvi� de base para la descripci�n de varias especies nuevas de aves hechas por Robert Ridgway. Sobra decir que, hasta el momento, las colecciones de aves mexicanas se encontraban en el extranjero.

EL SIGLO XX

La ornitolog�a mexicana del siglo XX, especialmente de sus primeros 30 a�os, fue impulsada por los trabajos de recolectores e investigadores extranjeros, la mayor�a estadounidenses, que realizaron numerosos estudios de taxonom�a y distribuci�n de las aves de M�xico.

A finales del siglo XIX se llev� a cabo una exploraci�n de la fauna y flora de M�xico y Am�rica Central por parte de los investigadores brit�nicos Osbert Salvin y F. Ducane Godman. De estas expediciones, y de la compra de colecciones cient�ficas propiedad de particulares, surgi� una obra medular sobre las aves de M�xico, los cuatro vol�menes de la Biolog�a Centrali-Americana. (Taylor and Francis, Londres.) Este trabajo fue resumido y traducido al espa�ol por Alfonso L. Herrera en a�os posteriores.

Hubo otra expedici�n entre los a�os 1892-1906 a cargo de los estadunidenses Edward Nelson y Edward Goldman, llamada "Biological Survey". Ambos recorrieron gran parte del pa�s recolectando animales y plantas, estudiando sus h�bitat y su distribuci�n, formando as� las importantes colecciones del Instituto Smithsoniano de Estados Unidos.

Otros cient�ficos escribieron obras importantes a principios del siglo XX, que a�n son consultadas por contener informaci�n valios�sima acerca de la distribuci�n de las aves mexicanas, tales son la obra de Robert Ridway y Herbert Friedmann (1901-1950) sobre las aves de Norte y Mesoam�rica, as� como trabajos varios de Edward Nelson, Alexander Wetmore, Ludlow Griscom, A. J. van Rossem, Outram Bangs, Harry Oberholser, Alden Miller y Joseph Grinnell, entre otros. Posteriormente, el inter�s por cubrir los aspectos de la biolog�a general de las especies, su sistem�tica, paleontolog�a y ecolog�a se observa, entre otros, en los trabajos de Helmut Wagner, Robert Storer, Peter Grant, Pierce Brodkorb, Hildegarde Howard, Peter Grant, Robert T. Moore, Frank A. Pitelka, Richard Banks, John Aldrich y, muy destacados por su labor en el conocimiento de las aves mexicanas, Allan R. Phillips y Robert W. Dickerman. Tambi�n se han escrito obras de divulgaci�n m�s generales, dirigidas principalmente a los aficionados observadores de aves, como las gu�as de campo de Emmet Blake, Irby Davis, Ernest Edwards y Roger Tory Peterson.

Como resultado de las frecuentes investigaciones de los extranjeros en M�xico, y de la actividad de recolectores profesionales como Willmot W. Brown, Mario del Toro Avil�s y Chester C. Lamb, se han formado enormes colecciones de aves mexicanas, que en su mayor proporci�n se encuentran depositadas en museos extranjeros, lo que ha impedido, en gran medida, el desarrollo de muchos campos de la ornitolog�a por parte de los investigadores mexicanos. Asimismo, la literatura ornitol�gica referente a M�xico se encuentra en su gran mayor�a en revistas y libros extranjeros, muchas veces de dif�cil acceso.

Los ornit�logos mexicanos destacados de los primeros 60 a�os de este siglo son muy pocos, la producci�n cient�fica nacional se centra en las importantes contribuciones de Alfonso L. Herrera, el finado maestro Rafael Mart�n del Campo, Miguel �lvarez del Toro y el doctor Enrique Beltr�n.

Alfonso L. Herrera, hijo de otro ilustre cient�fico mexicano, es la figura dominante de la biolog�a en M�xico durante los �ltimos a�os del siglo XIX y la primera y segunda d�cadas del siglo XX. Figura primer�sima en muchos campos de la biolog�a, Herrera dedic� varios trabajos al estudio de la biolog�a y la conservaci�n de las aves mexicanas. Su contribuci�n m�s importante la constituye su obra Ornitolog�a mexicana, aparecida en la revista La Naturaleza entre los a�os de 1898 y 1914, quedando inconclusa desgraciadamente. Esta obra es una recopilaci�n de datos basados en la Biolog�a Centrali-Americana, sobre la distribuci�n y la biolog�a de muchas especies de M�xico, es, adem�s, una enorme contribuci�n compuesta por datos originales sobre su conducta, h�bitos y h�bitat. Su trabajo de investigaci�n sobre la fauna mexicana lo llev� tambi�n a crear instituciones como el Zool�gico de Chapultepec y la estabilizaci�n del Museo Nacional.

El finado maestro Rafael Mart�n del Campo, investigador del Instituto de Biolog�a de la UNAM, dedic� su vida al estudio de los vertebrados mexicanos, principalmente reptiles, anfibios y aves. Entre sus contribuciones m�s importantes est�n el rescate del conocimiento ind�gena de la fauna, como en su obra Aves en la historia antigua de M�xico y otros muchos trabajos relacionados; tambi�n contribuy� grandemente al conocimiento de ornitofaunas regionales como la de los estados de Guerrero, Hidalgo y Nuevo Le�n.

La contribuci�n continua de Miguel �lvarez del Toro a la zoolog�a mexicana es evidente y demuestra el inter�s de un individuo por el conocimiento y conservaci�n de los recursos del pa�s. Con sus esfuerzos enfocados b�sicamente al estado de Chiapas, �lvarez del Toro ha redactado una gran cantidad de trabajos, publicados en revistas nacionales e internacionales, acerca de la biolog�a y distribuci�n de las aves chiapanecas, siendo una de sus obras m�s notables la monograf�a Las aves de Chiapas. Es tambi�n la figura principal en la formaci�n del Zool�gico de Tuxtla Guti�rrez, el cual lleva su nombre.

Enrique Beltr�n (finado), destacado bi�logo mexicano y presidente del Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables (IMERNAR), realiz� algunos trabajos acerca de los par�sitos de las aves silvestres en M�xico, adem�s de ser por varios a�os el presidente de la Secci�n Mexicana del Consejo Internacional para la Preservaci�n de las Aves Silvestres (CIPA).

Allan R. Phillips, investigador estadounidense, ha realizado numerosos estudios de aves mexicanas durante a�os de intensa labor en todo el pa�s Reside en M�xico desde hace varios a�os y ha formado una enorme colecci�n de aves mexicanas, que se encuentra, en su mayor parte, en el Museo de Historia Natural de Delaware, el Museo Nacional de Canad�, en el Instituto de Biolog�a de la UNAM y en su colecci�n particular. El doctor Phillips contin�a su vida cient�fica activa y ha publicado recientemente obras de recopilaci�n taxon�mica de las aves mexicanas.

LAS CONTRIBUCIONES RECIENTES DE LOS MEXICANOS

A finales de la d�cada de los a�os 70 y principios de la de los 80, se ha notado inter�s creciente por los estudios ornitol�gicos en M�xico. Este esfuerzo ha sido desencadenado en parte gracias a los resultados de la educaci�n ambiental y el inter�s en la conservaci�n de los recursos naturales, reflejado en un aumento significativo de los estudiantes de biolog�a en las universidades del pa�s. Cada vez son m�s los grupos de trabajo enfocados al estudio de las aves en diferentes aspectos, principalmente los referentes a estudios faun�sticos en diferentes zonas del pa�s, con el objeto de complementar el inventario nacional de la avifauna y formar colecciones y bases de datos de referencia para el desarrollo de otros estudios relacionados con la biogeograf�a, la taxonom�a, la conservaci�n y la ecolog�a. Otros grupos han enfocado sus esfuerzos al estudio de diversos aspectos de la ecolog�a de las aves, relaciones planta-ave, din�mica de poblaciones, alimentaci�n y estudio de las comunidades aviarias; por otro lado, existen tambi�n grupos interesados en la conservaci�n de las aves en general, y de especies end�micas amenazadas o en peligro de extinci�n, as� como de los h�bitat en los que se encuentran. Muchos esfuerzos son dedicados tambi�n al estudio de las especies migratorias y los h�bitat que ocupan en M�xico durante el invierno. Otros aspectos cubiertos por la ornitolog�a mexicana son el mantenimiento de aves en cautiverio, la conducta, la parasitolog�a, la avifauna asociada a sistemas productivos, la etnornitolog�a y la ornitolog�a cineg�tica (Cuadro XI.1).

Cuadro XI.1 Lista de algunas de las organizaciones nacionales activas en ornitolog�a.



Universidades
Institutos, asociaciones y otros

Universidad Nacional Autónoma de México (México D:F) Instituto de Biología, Facultad de Ciencias, ENEP-IZTACALA y Centro de ecología Instituto de Ecología A.C (México D.F.) Instituto de Historia Natural de Chiapas (Tuxtla Gutierrez, Chiapas)
Instituto Politécnico Nacional (México D.F.) Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Laboratorio de Cordados Intituto de Investigación sobre Zonas desérticas (San Luis Potosí)
Universidad Autónoma Metropolitana (México D.F.) Departamento de Biología   Zoológico Miguel älvarez del Toro, ZOOMAT (Tuxtla Gutierrez, Chiapas)
Universidad Autónoma de Chapingo (Chapingo, Estado de México) Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur (La paz, Baja California Sur)
Universidad Autónoma de Baja California Sur (La paz, Baja California Sur) Centro de Estudios Ecológicos de Acapulco (Acapulco, Guerrero)  
Universidad Autónoma de Guadalajara (Guadalajara, Jalisco) Escuela de Biología   Centro de Investigaciones de Quintana Roo (Chetumal, Quintana Roo)
Universidad Autónoma de Morelos (Cuernavaca, Morelos) Departamentos de Biología     Sociedad Mexicana de Ornitología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Morelia, Michoacán) Escuela de Biología Sección Mexicana del Consejo Internacional para la preservación de las aves, CIPAMEX  
Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León (Monterrey, Nuevo León) Facultad de Ciencias BIológicas Ducks Unlimited de México, DUMAC
Universidad de Guadalajara (Guadalejara Jalisco) Laboratorio Natural Las Joyas y facultad de Ciencias Biológicas Ascociación Mexicana ProConservación de la Naturaleza, PRONATURA  
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (Villahermosa, Tabasco) Club Amigos de Sian Ka´an (Cancún, Quintana Roo)
Universidad Veracruzana (Jalapa, veracruz) San Miguel de Allende Audubon Society (San Miguel de Allende, Guanajuato)

Se han escrito hasta la fecha m�s de 3 500 trabajos referentes a aves de M�xico, entre libros, monograf�as, art�culos en revistas cient�ficas y de divulgaci�n, lo que lo convierte en uno de los pa�ses latinoamericanos m�s estudiados en cuanto a su avifauna.

La mayor�a de los trabajos aparecieron en revistas internacionales de alta circulaci�n, como The Condor, The Auk, Wilson Bulletin, Proceedings of the Biological Society of Washington, Proceedings of the United States National Museum, Fieldiana Zoology, American Birds, Southwestern Naturalist, Journal Fur Ornuhologie, Oiseau, y otras. Entre las revistas mexicanas en las que se encuentran trabajos ornitol�gicos destacan La Naturaleza, la Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, los Anales del Instituto de Biolog�a de la UNAM, el Centzontle (revista de la Sociedad Mexicana de Ornitolog�a), el Acta Zool�gica Mexicana, las publicaciones especiales del INIREB, la Revista Bi�tica, y publicaciones especiales de varias instituciones.

LAS COLECCIONES ORNITOL�GICAS

Las colecciones cient�ficas sirven de base para el desarrollo de gran cantidad de investigaciones sobre todos los aspectos de la biolog�a de las aves. En ellas se encuentran depositados los ejemplares preparados, producto del trabajo de muchos investigadores, como nidos, huevos, tejidos, par�sitos, fotograf�as y grabaciones de cantos, adem�s de la bibliograf�a especializada. Es en los museos, los lugares donde se alojan las colecciones, en donde la mayor parte del conocimiento b�sico en ornitolog�a se origina.

Las colecciones ornitol�gicas en M�xico han tenido un gran desarrollo en los �ltimos diez a�os, increment�ndose su n�mero y su representaci�n geogr�fica de manera importante. Adem�s de los ejemplares, algunas colecciones cuentan ya con gran parte de la bibliograf�a antigua y actual sobre las aves mexicanas, lo que las convierte en centros de informaci�n valios�simos para los investigadores, los estudiantes y el p�blico en general. Las principales colecciones de aves en M�xico son las del Instituto de Biolog�a de la UNAM —la cual recientemente incorpor� el acervo de la Direcci�n de Fauna Silvestre— que contiene la mayor parte de las colecciones del antiguo Museo Nacional; la del Museo de Zoolog�a Alfonso L. Herrera de la Facultad de Ciencias de la UNAM; Museo de Historia Natural de la ciudad de M�xico, que tiene solamente colecciones de exhibici�n; la de la Universidad Aut�noma de Nuevo Le�n; la Universidad Michoacana de San Nicol�s de Hidalgo; el Instituto de Historia Natural de Chiapas; el Instituto Polit�cnico Nacional; la Universidad Aut�noma de Morelos. Muchas de �stas tienen valiosas colecciones regionales, y algunas representaci�n nacional.

Pero como se mencion� anteriormente, las mayores colecciones de aves mexicanas, que incluyen casi todos los ejemplares tipo, se encuentran en el extranjero. Los principales museos que las contienen son: British Museum of Natural History (Londres); Mus�um National d'Histoire Naturelle (Par�s); American Museum of Natural History (Nueva York); United States National Museum (Washington, D.C.); Museum of Vertebrate Zoology (Berkeley, California); Field Museum of Natural History (Chicago); Museum of Comparative Zoology (Harvard); Western Foundation of Vertebrate Zoology (Los �ngeles); Texas Cooperative Wildlife Collections (Texas); San Diego Museum of Natural History (San Diego, California); Occidental College (Los �ngeles); Los Angeles County Museum (Los �ngeles); as� como los museos de las universidades de California, Cornell, Florida, Kansas, Louisiana, Michigan, Minnesota y Yale.

El desarrollo de la ornitolog�a mexicana en el futuro es prometedor, debido al creciente n�mero de grupos de trabajo y al inter�s general por la protecci�n y estudio de la avifauna. Aunado a esto, varios estudiantes mexicanos realizan estudios de especializaci�n y posgrado en M�xico y en el extranjero, de modo que en poco tiempo la ornitolog�a en M�xico llevar� un ritmo constante y actualizado.

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