V. EL GRAFITO

PERO CUANDO LLEGÓ LA CUARTA NOCHE

—ñVERDADERAMENTE, Scherezada, tu relato sobre los diamantes es prodigioso! —dijo el rey Schahriar— ñPero quiero que me cuentes esta noche un relato aún más prodigioso! Quiero oír una historia más asombrosa todavía, porque siento el pecho más oprimido que de costumbre.

Scherezada contestó:

—ñSí puedo! —y al punto comenzó.

—En la antigñedad del tiempo y el pasado de las edades y de los momentos, en una ciudad de entre las ciudades de la China, y de cuyo nombre no me acuerdo en este instante, había —pero Alá es más sabio— un hombre que era dibujante de oficio y pobre de condición.

Y este hombre tenía una mujer llamada Zenobia que era muy avara y desde su infancia resultó una galopina muy enfadosa. Y he aquí que esta esposa acosaba a su marido el dibujante para que ganara dinero y pudiera comprarse anchos mantos de tela de Mussul. Quería sedas sembradas de lentejuelas de oro y forro de brocado. Necesitaba anillos, aretes y pulseras. Noche tras noche se lamentaba:

—Claro, eso me pasa por casarme con un pobre. Será muy dibujante, pero es más pobre que un mendigo.

El dibujante, cansado de oír tantos lamentos, cansado también de ser mal dibujante, decidió hacerse rico. Se quedó mirando el trozo de carbón con el que trazaba las líneas de sus desmañados cuadros y se dijo:

—ñAh! Si yo fuera un gran dibujante desearía tener las manos limpias. Desearía que el carbón se encontrase en una funda de madera y sobre todo que su trazo fuese nítido y limpio.

Se fue entonces al mercado con la espuerta en la mano derecha. Se detuvo a la entrada de una casa. Llamó y salió un musraní, que por un dinar le dio una medida de carbón que puso en la espuerta. Y he aquí que se paró otra vez cuando encontró un vendedor de hechizos y también le compró carbón. Y en casa del curandero compró más. Cuando la espuerta estaba bien llena, volvió a casa y probó cada uno de los carbones. Sólo uno de ellos le procuraba el trazo delgado que deseaba. Eran rayas de un gris claro que manchaban el papel. Entusiasmado salió a buscar al vendedor de hechizos para que le diera el nombre de ese carbón y le explicase por que era diferente de los otros.

El vendedor de hechizos, que vivía sumido en la meditación, y que tenía pocas ocasiones de conversar, le explicó al dibujante.

—ñPero dibujante!, sólo es grafito y lo que has observado es lo mismo que los griegos. Grafos, en griego, quiere decir escribir y por eso este material se llama grafito. También los griegos, en la antigñedad, decían que son átomos lo que forma cuanto nos rodea. Pues si eso es cierto, que sí lo es, los átomos del grafito están dispuestos de tal modo que forman hexágonos, como los adoquines de los pisos de algunas mezquitas. Estas capas formadas de hexágonos se superponen unas sobre otras tal y como te lo voy a dibujar. Es como si fuera una pasta de hojaldre. (Figuras 6, 7 y 12.) Observa, oh dibujante, que cada átomo de carbono tiene tres átomos vecinos y que debe ser fácil exfoliarlo. El color es siempre negro o gris acero. Como las capas de átomos se separan fácilmente unas de otras y resbalan entre sí, el grafito es graso al tacto. Mira cómo mancha los dedos y el papel.

 

Figura 12. Trozo de grafito natural.

El dibujante seguía cada una de las instrucciones del vendedor de hechizos. Haciendo presión con la uña se dio cuenta de que el grafito se abría fácilmente en una dirección seguramente paralela a las capas de carbonos, pero en otra no, seguramente perpendicular a las capas de carbonos. Comprobó al sobarlo entre el pulgar y el índice, que era graso y manchaba. Mudo ante lo que parecía un material mágico siguió escuchando.

—El yacimiento más grande de grafito se encuentra en un país que se conoce como Sri Lanka, el mismo que muchos seguimos llamando Ceilán.

El viejo vendedor de hechizos, de entre sus bártulos, sacó una bola de cristal y se dispuso a revelarle al dibujante cuanto secreto tenía el grafito. Movió las manos y en la bola aparecieron signos que el viejo fue descifrando:

—Lo veo, sí lo veo —dijo—. Al grafito, en su forma natural, se le llama plombagina o lápiz plomo. Desde luego, dependiendo de su historia geológica, varía su forma física y su pureza. Químicamente es casi inerte y en el mejor de los casos arde con gran lentitud. Es flexible. ñCaramba!, se ha nublado, no veo bien lo que me dice la bola. ñYa!, ya lo tengo, dice que es buen conductor del calor y de la electricidad. Dibujante, no pongas esa cara, que tú y yo, en este país y en esta época no sepamos lo que es la electricidad, no quiere decir que la bola de cristal esté equivocada. Recuerda que nos está hablando con la verdad. Mira, dice que se usa solo o combinado, ya sea en los lubricantes, en la fabricación de artículos refractarios, de productos eléctricos y de pinturas.

—Vendedor de hechizos, por Alá, no pierdas más el tiempo. Pregúntale cómo puedo hacerme rico. Mi mujer me lo exige. ¿Cómo ganar dinero en el dibujo sin ser buen dibujante?

El viejo pronunció unas palabras incomprensibles y le preguntó a la bola:

—Mi amigo, un buen hombre, desea enriquecerse para que la paz conyugal vuelva a su hogar. Bola de cristal, por favor, propónle una manera de hacerlo. Él cree que a partir del grafito algo se debe de poder lograr.

La bola de cristal se puso roja y en su interior volvieron a aparecer nubes y torbellinos que el vendedor interpretó de la manera siguiente:

—Ya está hablando la bola otra vez. Me ha oído y dice que tú, siendo dibujante, deberías fabricar lápices. Son barritas de madera en cuyo centro se encuentra un cilindro de grafito y que se usan por el resto del mundo.

—Pero ¿cómo? ¿Tengo entonces que tallar los trozos de grafito para obtener ese cilindro?. Pregúntale, pregúntale.

—No me interrumpas —dijo el viejo—, la bola está hablando y dice que el material utilizado para elaborar lápices es el grafito natural seleccionado en función del tamaño de las partículas que lo componen. Se le agrega entonces arcilla grasa lavada, es decir un tipo de barro, y estos minerales se mezclan con mucha agua, de 15 a 20%, hasta que se forma una pasta. Quizás sea necesario facilitar las cosas añadiendo algún agente dispersivo. La pasta se debe trabajar en molinos de muelas o de rodillos o bien en prensas de extrusión por cribas e hileras; según el propósito del fabricante. La preparación de las barritas de grafito se efectuará entonces, por extrusión. Su diámetro varía de 1 a 12 mm en promedio. Los cilindros de grafito, recién formados por extrusión, son húmedos, correosos y se pueden enderezar o cortar a mano o con máquina. Se dejan entonces secar al aire hasta que su contenido de humedad sea de sólo 1% y se cuecen en hornos a temperaturas de 800ñC a 1 000ñC. Finalmente para que el lápiz deje una marca continua en el papel, las barritas, ya cocidas, se impregnan con ácidos grasos o cera.

Y la bola de cristal siguió revelando:

—Estas barritas enceradas se pegan entre dos tablitas de madera que tienen un surco en el centro. Se cortan en trozos, se alisan y barnizan. El grado de dureza de los lápices se regula con la cantidad de arcilla que se pone en la mezcla; si el porcentaje de arcilla es alto, el lápiz es más resistente al desgaste y deposita en el papel menos grafito.

El dibujante no escuchó más y dando saltos de gusto se fue a su taller. Allí, cantando:

Del grafito al lápiz
son sólo unos cuantos los pasos.
Son sólo unos cuantos los pasos,
del grafito al lápiz.

El dibujante fabricó lápices para estudiantes, para carpinteros, para mecánicos y hasta para pintarse las cejas y darse sombra a los ojos. A su tienda acudían en gran número los clientes y no lograba satisfacer la demanda que siempre era mayor que su producción. Desde luego las ganancias eran jugosas. El dibujante, acordándose de su tiempo de pobreza ahorraba tanto como podía y a su mujer le entregaba un pequeño porcentaje de lo que le pagaban.

Zenobia, que ya se compraba aretes y pulseras, quería aún más, así que, ni corta ni perezosa, se fue a ver al vendedor de hechizos.

—Sabio entre los sabios, yo también, como mi marido, deseo ser rica. Indícame qué he de hacer con el grafito para lograrlo.

El hombre, sin saludarla siquiera, sacó su bola de cristal y leyó:

—Las tres variedades del grafito que se conocen difieren en su forma física: 1) El grafito existe como escamas diseminadas, 2) el grafito puede estar en vetas (a esta variedad pertenece el grafito cristalino o plombagino), que se presenta en forma de terrones, arcillas o agujas y, finalmente, 3) hay un grafito que quizás en un pasado muy remoto fue hulla. Quiero que sepas, Zenobia —dijo el viejo— que la bola de cristal te va a revelar una utilización del grafito que no te sospechas y que va a ser muy importante en el futuro. Para este propósito son los grafitos de escama los que se introducen en la mezcla. Hace falta, en general, 85% de grafito en la mezcla.

Aquí Zenobia interrumpió el discurso del hombre:

—Habla ya, viejo de mala muerte. Esto parece una adivinanza. ¿De qué se trata? ¿Para qué es la mezcla con 85% de grafito en escamas? ¿Será eso lo que me haga rica?

Y el vendedor de hechizos pacientemente, como si no la hubiera oído, prosiguió:

—Para este uso el grafito tiene la desventaja de quemarse en atmósfera oxidante y si fueras menos burra, Zenobia, te habrías dado cuenta de que estoy hablando de lo que en Occidente se llama "material refractario". Es decir, el que tiene las propiedades siguientes: a) Excelente conductividad térmica. Es un material, por lo tanto, que transmite el calor fácilmente. b) Excelente conductividad eléctrica. No sabes lo que es la electricidad, pero sólo se trata de que 1os electrones se puedan mover en una dirección. c) Poca dilatación con el calor. A diferencia de otros materiales los refractarios se dilatan poco con el calor. d) Muy buena refractabilidad. e) Excelente resistencia contra el ataque de los metales y los fundentes. f) Termoplasticidad a altas temperaturas. Son materiales que se vuelven plásticos con la temperatura, esto quiere decir que a una cierta temperatura se pueden moldear.

Zenobia arrugó la nariz tratando de descifrar lo que esto significa y cuál era la aplicación de estos conocimientos que a ella la harían rica. El vendedor de hechizos seguía, impertérrito, con su discurso, leído de la bola de cristal.

—Los refractarios que llevan arcilla como agente cohesivo del grafito se preparan mezclando en seco o mediante agua estos dos componentes. Hay que seleccionar muy bien el mezclador para evitar que rompa el grafito. Por lo general, el material se deja varios días y solo entonces se les da forma a los artículos refractarios, ya sea por presión en un torno o en un molde. Hay quien lo hace por extrusión o moldeándolo a mano. También hay quien fábrica refractarios con brea como aglutinante.

—Muy bien, muy bien —volvió a Interrumpir Zenobia—, ya sé preparar; con lo que me has dicho, una pasta refractaria pero, insisto, ¿para qué me sirve yo quiero ser rica. Y además, todo esto se va complicando demasiado.

El vendedor de hechizos, que empezaba a hartarse de Zenobia, le contestó de mal modo:

—Pues se pueden fabricar crisoles, tapones y cucharones para acero, retortas para la destilación del cinc, tubos, varillas y agitadores, ladrillos, losas y cementos. —Pero antes de finalizar el vendedor de hechizos dijo: —y recuerda, Zenobia, que a la muerte llegaría en su esperanza vana quien quisiera alcanzar la gloria sin esfuerzo.

Zenobia se levantó muy seria creyendo haber perdido el tiempo. No se dio cuenta de que los materiales refractarios usados como ladrillos en los hornos para fabricar acero o simplemente en los laboratorios para un compuesto nuevo son de uso común. Tampoco de que la bola de cristal seguía revelando secretos.

Mas Zenobia, al contrario de su marido, no sabía escuchar, y aún menos creía en los descubrimientos. A eso se debe que el anuncio de fibras grafíticas o de recubrimientos de grafito la hubiese dejado indiferente. Llegó a su casa y nunca más volvió a interesarse en hacerse rica. Le pareció más fácil y menos cansado administrar el dinero que su marido ganaba con esos conocimientos que tan poco entusiasmo le provocaban.

En este momento de su narración Scherezada vio aproximarse, la mañana y calló discretamente.

GLOSARIO

agente cohesivo. Sustancia que se utiliza para unir las moléculas de un material.

agente dispersor. Sustancia que se utiliza para separar y diseminar lo que suele estar unido.

atmósfera oxidante. Fluido gaseoso con propiedades para transformar o modificar un material por medio de una reacción con el oxígeno.

crisol. Recipiente más ancho de arriba que de abajo, a veces con tres o cuatro picos en la boca, de material refractario, porcelana, grafito, hierro, plata o platino y que se emplea para fundir materiales a altas temperaturas.

molino de muelas. Equipo utilizado en la preparación de minerales para triturarlos y reducirlos a partículas pequeñas.

prensa de extrusión por cribas e hileras. Equipo que se utiliza para pasar una pasta plástica a través de cribas e hileras.

refractabilidad. Propiedad que tienen algunos materiales para resistir altas temperaturas sin cambiar su composición.

retorta. Vasija con cuello largo encorvado, apta para diversas operaciones químicas.

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