VII. EL CONTROL DEL COLESTEROL EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD CORONARIA

UN EMINENTE cirujano cardiólogo de la ciudad de México narraba el caso de un paciente que acudió de urgencia a su servicio de cardiología con infarto de miocardio. Esta persona era un señor de unos 60 años de edad, delgado, no fumador, y sus análisis clínicos revelaron niveles de colesterol y triglicéridos normales: no existían, pues, factores de riesgo aparentes que pudieran asociarse con la enfermedad. Al paciente se le hizo una operación de revascularización coronaria; una vez repuesto, comentó con el doctor que él había sido en su juventud un gran aficionado al deporte del fisicoculturismo, actividad que había desarrollado durante seis años participando en competencias. Con esto el doctor descartó también el sedentarismo como factor responsable de la enfermedad. ¿Cuál pudo haber sido la causa?

En un momento dado el paciente comentó que su entrenador le había recomendado comer muchos huevos, ricos en proteínas, para que hiciera músculo. Siguiendo la recomendación de un entrenador ignorante e irresponsable el señor estuvo comiendo alrededor de seis huevos diarios durante seis años. Hagamos cálculos. Si un huevo contiene en promedio 275 mg de colesterol, seis huevos equivalen a 1 650 mg. Si consideramos que la recomendación de los expertos en cuanto al consumo diario de colesterol es de 300 mg máximo para personas normales, nuestro paciente había consumido cinco y media veces más colesterol de lo recomendado, cada día, durante seis años. Esto representa una sobrecarga desproporcionada de colesterol en relación con sus necesidades reales y la capacidad de su organismo para metabolizarlo. Podemos asegurar que, en este caso, el nivel excesivamente elevado de colesterol en la dieta a lo largo de seis años fue el responsable de la ateroesclerosis y del infarto subsecuente.

El riesgo de padecer una enfermedad coronaria aumenta progresivamente a medida que aumenta el nivel de colesterol total en la sangre, particularmente cuando sube arriba de los 200 miligramos por decilitro (200 mg/dl). Existen pruebas científicas que demuestran que al bajar los niveles de colesterol total y de colesterol de LDL se reduce la incidencia de la enfermedad.

Los miembros de un grupo de expertos del National Cholesterol Education Program, de Estados Unidos, publicaron en 1988 unos lineamientos para detectar; evaluar y tratar a adultos con niveles elevados de colesterol sanguíneo.

A continuación presentamos una recopilación de sus recomendaciones relativas a la detección y al tratamiento dietético para adultos, pero se deja a los médicos la responsabilidad del tratamiento con medicamentos.

DETECCIÓN

Todos los adultos de 20 años de edad en adelante deben medir su colesterol sanguíneo por lo menos una vez cada cinco años, y no es necesario que el individuo esté en ayunas.

Como ya se ha mencionado anteriormente, los niveles de colesterol por debajo de 200 mg/dl se clasifican como colesterol sanguíneo deseable; de 200 a 239 mg/dl se consideran cifras en el límite de lo aceptable; de 244 mg/dl para arriba se dice que el colesterol está elevado. A partir de los 240 mg/dl aumenta exponencialmente el riesgo de enfermedad coronaria y por lo tanto de infarto.

Las cifras que se han mencionado son válidas para adultos, hombres y mujeres, de cualquier edad.

SEGUIMIENTO

Es recomendable que todos los adultos mayores de 20 años detecten y evalúen la presencia de otros factores de riesgo como: hipertensión, tabaquismo, diabetes, obesidad, enfermedad coronaria prematura en la familia, etcétera.

    Según la clasificación mencionada sobre niveles de colesterol en suero se pueden presentar los casos siguientes:
a) Cuando la persona tiene niveles deseables de colesterol total en sangre (menos de 200 mg/dl) se recomienda:
    1) Recibir información dietética para prevenir que se eleven los niveles.
    2) Repetir el análisis de colesterol total al cabo de cinco años.
b) Cuando la persona tiene concentraciones de colesterol total entre 200 y 239 mg/dl se recomienda:
    1) Repetir el análisis para confirmar las cifras y promediar los valores obtenidos.
    2) Si no presenta enfermedad coronaria declarada o no hay otros dos factores de riesgo adicionales:
        2.1) Recibir información dietética para prevenir el desarrollo de la enfermedad.
        2.2) Repetir el análisis al cabo de un año.
    3) Hacer análisis de lipoproteínas si presenta enfermedad coronaria declarada o si existen otros factores de riesgo.
c) Cuando la concentración de colesterol en la sangre sea de 240 mg/dl o superior se recomienda:
    1) Hacer un análisis de lipoproteínas.
    2) Seguir las recomendaciones que se dan a continuación en función de la concentración de colesterol de LDL.

CLASIFICACIÓN Y TRATAMIENTO SEGÚN EL NIVEL DE COLESTEROL DE LDL

Para hacer el análisis de lipoproteínas hay que medir, en ayunas, el colesterol total, los triglicéridos totales y el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL). A partir de esto valores se calcula el colesterol de LDL de la manera siguiente:

Colesterol de LDL = colesterol total - colesterol de LDL - triglicéridos/5.

Niveles de colesterol de LDL de 160 mg/dl o mayores se clasifican como colesterol de LDL de alto riesgo.

Entre 130 y 159 mg/dl se considera colesterol de LDL en el límite con el colesterol de LDL de alto riesgo.

Las personas con colesterol de LDL de alto riesgo y aquellas cuyas cifras estén en el límite, pero que tengan además una enfermedad coronaria declarada u otros dos factores de riesgo, deben iniciar un tratamiento para bajar el colesterol.

Los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol bueno) bajos, por debajo de 35 mg/dl, también se consideran factor de riesgo.

Antes de iniciar cualquier tratamiento conviene que la persona se someta a una evaluación clínica general para determinar si el nivel de colesterol de LDL alto es un fenómeno secundario de alguna otra enfermedad o si se debe a medicamentos que esté tomando.

CUADRO 4. Clasificación inicial y seguimiento con base en las cifras de colesterol total.




Para bajar el colesterol de LDL los expertos recomiendan empezar por modificar la dieta. El objetivo de la dieta debe ser bajar el colesterol de LDL a menos de 160 mg/dl si no hay enfermedad coronaria declarada o si no existen otros dos factores de riesgo. Si hay enfermedad coronaria declarada o si existen otros dos factores de riesgo el objetivo de la dieta debe ser bajar el colesterol de LDL a menos de 130 mg/dl.

Como el análisis de colesterol de LDL es más largo y costoso que el de colesterol total, se puede evaluar la eficacia de la dieta midiendo el colesterol total, pues se considera que niveles de 240 y 200 mg/dl de éste corresponden aproximadamente a niveles de 160 y 130 mg/dl de colesterol de LDL, respectivamente.

Así pues, las metas mínimas del tratamiento dietético son:
ñ Bajar el colesterol total a menos de 240 mg/dl si el individuo no tiene enfermedad coronaria o no presenta otros dos factores de riesgo.
ñ Bajar el colesterol total por debajo de 200 mg/dl si existe enfermedad coronaria u otros dos factores de riesgo.

Es importante señalar que lo deseable es conseguir niveles de colesterol aun más bajos, para disminuir el riesgo. La dieta que se siga debe permitir reducir los niveles elevados de colesterol sin desnutrir al individuo.

PANORAMA GENERAL DEL TRATAMIENTO DIETÉTICO

Tres hábitos dietéticos contribuyen a elevar significativamente el colesterol del plasma sanguíneo:

1) Ingerir una cantidad elevada de ácidos grasos saturados, presentes sobre todo en las grasas de origen animal.
2) Ingerir una cantidad elevada de colesterol.
3) Ingerir una cantidad de calorías superior a la que necesita el organismo, lo cual ocasiona obesidad.

El objetivo de una buena terapia dietética es evitar dichos excesos modificando los hábitos alimenticios perjudiciales sin afectar la nutrición adecuada del individuo. El objetivo principal no es que la persona baje temporalmente de colesterol sino lograr un cambio permanente en su comportamiento en relación con los alimentos.

Los expertos recomiendan modificar la dieta en dos etapas para reducir progresivamente el consumo de ácidos grasos saturados y de colesterol, y eliminar un exceso de calorías totales.

La dieta para la primera etapa comprende una ingestión total de grasas inferior a 30% de las calorías totales, los ácidos grasos saturados deben representar menos de 10% de las calorías y el colesterol que se consuma debe ser inferior a los 300 mg por día. Para comprobar si con la dieta se lograron las metas preestablecidas se debe medir el colesterol de la persona a las cuatro o seis semanas y a los tres meses de que se empezó el tratamiento.

La dieta de la segunda etapa sólo deberá iniciarse si no hay respuesta a la primera o si la respuesta es insuficiente al cabo de tres meses. En esta segunda dieta los ácidos grasos saturados se deben reducir a menos de 7% de las calorías totales ingeridas y el colesterol a menos de 200 mg por día.

Generalmente, la persona que no es experta en dietética no sabe realizar los cálculos necesarios para equilibrar la dieta. Es necesario que estos cálculos sean realizados por dietistas expertos, los cuales procurarán reducir el consumo de los alimentos no recomendables sin afectar la buena nutrición del individuo.

Muchas personas en situación de alto riesgo logran bajar su nivel de colesterol con sólo seguir con una dieta. Es importante continuar con la terapia dietética durante por lo menos seis meses antes de decidir acerca de su eficacia.

Aunque con la dieta se logre bajar el colesterol de LDL momentáneamente, la vigilancia debe continuar durante un largo periodo. Si el colesterol de LDL no se reduce lo necesario, entonces el médico muy probablemente recomendará un tratamiento adecuado a base de medicamentos.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LA TERAPIA DIETÉTICA EN LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD CORONARIA

Para reducir la concentración de colesterol en sangre el primer paso es modificar la dieta habitual. En general la mayoría de las personas que tienen niveles altos de colesterol siguen una alimentación inadecuada para su peso, su estatura, su edad, su actividad física o su estado general de salud. Conviene recurrir a profesionales de la nutrición para tener la seguridad de que la dieta que se vaya a seguir sea la adecuada para cada individuo. A continuación se presentan algunas recomendaciones de los expertos que pueden ayudar a las personas que requieran controlar su nivel de colesterol en la sangre.

La dieta debe ser a la vez sabrosa y nutritiva. Seguir una dieta no debe ser molesto o desagradable para quien la requiera ni mucho menos debe desnutrirle, pues esto afectaría su estado general de salud. Un especialista en calcular dietas sabe combinar los alimentos de distintos grupos sin afectar el contenido general de energía que el individuo requiera.

Pero ¿qué puede hacer el profano en la materia para remediar o prevenir una concentración elevada de colesterol en la sangre? En términos generales, disminuir el consumo de lípidos totales, ácidos grasos saturados y colesterol.

¿Cómo lograrlo? En la tabla 2 que presentamos se puede consultar el contenido de colesterol de algunos alimentos. Para completar la información a continuación presentamos algunas recomendaciones sobre la dieta, por subgrupos de alimentos.

Grasas

La regla general es reducir el consumo de grasas y aceites que contengan ácidos grasos saturados y colesterol (consulte la tabla 2). La mantequilla, por ejemplo, tiene un alto contenido de ambos y hay que reducir su consumo lo más posible; el tocino y la grasa de res elevan el colesterol en la sangre.

Las grasas vegetales no contienen colesterol; sin embargo hay que evitar el aceite de palma roja y el de coco, que contienen ácidos grasos saturados. Estos aceites se usan con frecuencia en la industria panificadora (galletas, panes) y algunos alimentos procesados. Para detectar su presencia hay que leer con detenimiento las etiquetas de los productos.

De todas formas conviene limitar el consumo de aceites, pues proporcionan muchas calorías a la dieta. Se pueden consumir de 6 a 8 cucharaditas al día, tomando en cuenta la grasa de todos los alimentos cocinados. Se recomienda el consumo de aceites vegetales de maíz, de oliva, de girasol, soya y cacahuate.

Prefiera la margarina a la mantequilla, el aceite a la manteca y a la margarina.

La mayonesa y los aderezos para ensalada suelen tener grasas insaturadas pero contienen colesterol y un número elevado de calorías, por lo cual es conveniente limitar su consumo.

Dentro de este grupo quedan incluidos los frutos secos, como almedras, cacahuates, avellanas, nueces, pistaches y piñones. Ricos en grasa principalmente monoinsaturada se recomienda su consumo, pero en cantidad limitada para no ingerir calorías en exceso.




TABLA 2. Contenido promedio de colesterol en 100 gramos de productos alimenticios de origen animal.

 
Alimento
Miligramos

CARNES ROJAS
 
  Cordero
92
  Puerco
 
   Costilla(grasosa)
93
 
   Lomo
80
 
ñññ   Carnitas,chorizo
103
 
   Queso de puerco, salami
113 a 123
 
   Tocino
68 a 73
 
Res (grasosa)
94
 
Res (magra)
90
 
Ternera
150
     
VÍSCERAS
  Corazón
193
  Chicharrón
290
  Hígado de res
320
  Hígado de pollo
123
  Paté de hígado de cerdo
360
  Pancita
280
  Rinón
300 a 500
  Sesos
2 054
     
AVES
     
  Pollo (sin piel)
     Carne blanca
85
     Carne oscura
93
  Pavo (sin piel)
     Carne blanca
69
     Carne oscura
85
   
PESCADO
   
  Trucha, charales, blanco de
     Pátzcuaro, sierra y huachinango
57 a 64
  Salmón
87
  Atún
65
   
MARISCOS
   
 
Abulón
106
  Almeja
67
  Calamar
71
  Camarón
195
  Cangrejo King de Alaska
53
  Jaiba
100
  Langosta
72
  Ostión
109
  Pulpo
89
   
  HUEVO (YEMA)
500 (una pieza = 275)
   
  LÁCTEOS
  Crema
139
  Chocolate con leche
20
  Helado de crema
44
  Leche entera
13 (una taza = 33)
  Leche semidescremada
8
  Leche descremada
3
  Mantequilla
230 (una cucharada = 31)
  Queso cottage
10
  Queso crema
139
  Queso doble crema
190
  Queso gruyere, manchego,
  Chihuahua, Oaxaca, Roquefort y añejo
73
  Requesón, yogurt
6
   
ADEREZOS
   
  Mayonesa
240

   NOTA: Todos los alimentos de origen vegetal (cereales, leguminosas, tubérculos, frutas y verduras y derivados) que no contengan grasas animales, aceite de coco o de palma (por ejemplo, pan dulce, pasteles) carecen de colesterol.



Carnes:

Res, puerco, cordero. Procure consumir carne magra. Elimine toda la grasa visible antes de cocinar la carne.

   Carnes frías. Consuma muy poca cantidad si contienen mucha grasa; coma poco queso de puerco, salami, tocino y salchichas (hot dogs). Las carnes frías contiene gran cantidad de grasa oculta (no visible).

   Vísceras. Limite el consumo de vísceras como hígado, corazón, sesos, pancita, mollejas y riñones pues son muy ricas en colesterol. No las consuma más de dos veces por mes.

   Aves. Elimine la piel y la grasa visible que queda debajo de ésta. Pollo y pavo pueden ser buenos sustitutos de la carne de res, aunque contienen mucho menos hierro que ésta. Se recomienda no freír la carne ni cubrirla con salsas ricas en grasa (crema o mantequilla).

   Productos del mar. Prefiera el pescado a las carnes rojas, sobre todo si son grasosas. Los productos del mar contienen colesterol pero generalmente carecen de ácidos grasos saturados. Es importante evitar la fritura en grasas saturadas (mantequilla) o cubrir el guiso con salsas ricas en grasa (crema entera, mantequilla, etc.). Las sardinas y el atún enlatados vienen generalmente en aceite, se pueden consumir pero con moderación.

El contenido de colesterol en los mariscos es variable. Sin embargo, se pueden consumir en forma moderada, al igual que todas las carnes. ¿Qué significa "consumir en forma moderada"? Pues consumir no más de 170 gramos por día de la carne que se trate. En el caso del camarón, cuyo contenido en colesterol es elevado, se sugiere limitar su consumo a dos veces al mes como máximo.

Recuerde que el contenido en colesterol y grasas totales por cien gramos de carne cocinada lo puede consultar en la tabla 2.

Productos lácteos

Consuma leche descremada o semidescremada (2% de grasa) en lugar de leche entera, que contiene aproximadamente 4% de grasa.

Modere el consumo de quesos naturales (Roquefort, gruyère, camembert, brie, quesos crema, parmesano, cheddar) y quesos procesados (manchego, Chihuahua, queso amarillo, queso para untar); sustitúyalos por queso fresco, cottage o aquellos que contengan grasas vegetales.

Prefiera yogur descremado o bajo en grasa (de 1 a 2%).

Sustituya la crema, en las recetas que la requieran, por leche descremada evaporada (la encuentra a veces en los supermercados con la leyenda "sin colesterol").

Prepare los dips o aderezos para ensalada con yogurt natural semidescremado o con queso cottage.

Procure consumir productos lácteos en la cantidad que no rebase el requerimiento diario de calcio (en general dos vasos de leche descremada por día).

Huevo

Los expertos aconsejan no consumir más de tres yemas de huevo por semana debido a la cantidad de triglicéndos y colesterol que contienen. Algunos alimentos procesados contienen yema de huevo entre sus ingredientes; trate de detectarlos y evítelos. Las claras de huevo no contienen colesterol y pueden consumirse sin problema. En las recetas de cocina que requieran huevo puede sustituir uno entero por dos claras.

Frutas y verduras

Incluya frutas y verduras en cada comida, como entremés o como postre. Son ricas en vitaminas (carbohidratos y vitamina C), fibra y minerales y aportan poca energía. Retardan la absorción de nutrientes en el intestino y ayudan a evacuarlo.

Cereales y tubérculos

Este grupo incluye alimentos derivados de maíz, trigo, arroz y avena (cereales), camote y papa (tubérculos). Son altos en carbohidratos y contienen muy poca grasa; sin embargo no deben consumirse en exceso dado su elevado contenido calórico, lo cual puede propiciar un aumento de peso. Prefiera los cereales integrales, que aportan fibra y vitamina E, a las harinas refinadas (presentes en pastas para sopa, pan blanco, etc.).

Leguminosas

A este grupo pertenecen el frijol, la haba, el garbanzo, la lenteja, la soya, el chícharo. Las leguminosas son un buen sustituto de la carne ya que son ricas en proteínas, contienen muy poca grasa y además aportan fibra y almidón. Sin embargo, como tienen un elevado contenido en carbohidratos, conviene consumirlas con medida, sobre todo en caso de sobrepeso.

OTRAS RECOMENDACIONES ACERCA DE LA ALIMENTACIÓN

Azúcar y sal

Procure limitar el consumo de dulces ricos en azúcares simples. Consuma frutas, yogurt de frutas bajo en grasa o nieves de fruta en lugar de pasteles, galletas o helados de crema.

Modere la ingestión de sal (cloruro de sodio). El pan blanco contiene mucho sodio. Los embutidos contienen mucho sodio también, además de grasas. Lo mismo sucede con los productos enlatados, en los que con frecuencia se usa benzoato de sodio como conservador.

Los postres y pasteles son ricos en azúcar, grasas y colesterol. Mejor modérese.

Bocadillos, botanas, aperitivos

De preferencia consuma galletas de harina integral o galletas soda, frutas y verduras en lugar de cacahuates, papas fritas, chicharrones y otras frituras, pues tienen alto contenido en sal y en calorías.

Alcohol

Recientes estudios permiten afirmar que el consumo moderado de alcohol, y más concretamente de vino tinto, contribuye a elevar el nivel de triacilglicéridos y de lipoproteínas de alta densidad (las del colesterol bueno) en el suero sanguíneo. Un consumo moderado significa no ingerir más de 60 u 80 gramos diarios. Si rebasa esta cantidad, el efecto del alcohol se revierte y resulta perjudicial, por lo cual los expertos no recomiendan específicamente el uso de alcohol en la prevención de la enfermedad coronaria.

Fibra

La fibra dietética insoluble, como la celulosa que contiene el salvado de trigo, aumenta el volumen de las heces y contribuye al funcionamiento normal del colon. Pero tenga cuidado, pues ingerir fibra insoluble en exceso puede producir trastornos gastrointestinales e incluso interferir con la absorción de nutrientes vitales, como el calcio. Este tipo de fibra tiene muy poco o ningún efecto sobre los niveles de colesterol en sangre.

La fibra soluble que se encuentra, por ejemplo, en frutas, verduras, frijol y tortilla, si se consume en cantidad elevada (entre 15 y 25 gramos diarios) parece que hace bajar el colesterol sanguíneo entre 5 y 15 por ciento. El consumo elevado de fibra soluble puede producir trastornos gastrointestinales, pero la tolerancia mejora cuando se consume con frecuencia.

Métodos de cocción

Prefiera aquellos que requieran poca o ninguna grasa: alimentos cocinados al vapor; hervidos, asados o fritos con muy poca grasa y escurridos. Puede usar el horno de microondas o sartenes con revestimiento antiadherible. Limite las frituras y evite freír con grasas saturadas (mantequilla, manteca).

Las sopas y los guisados deben enfriarse después de cocidos para poder retirar al cabo de algunas horas la capa de grasa que se forma en la superficie.

Al preparar los alimentos restrinja el uso de sal pues ésta puede elevar la presión arterial en algunas personas.

Si come fuera de casa

Ordene alimentos que no tengan crema ni mantequilla. Si es posible, evite el consumo de salsas que contengan tocino, huevo duro picado, queso, semillas de ajonjolí o girasol y aceitunas (que contienen mucha grasa y sal).

Pida margarina en lugar de mantequilla y sólo unte una poca en el pan o en las papas cocidas.

Si la ración de carne excede el tamaño de la palma de la mano (de 85 a 100 gramos), deje el excedente o lléveselo a casa para consumirlo en otra comida.

Escoja ensaladas de verdura o fruta, pida el aderezo aparte y úselo con moderación.

EL EJERCICIO

Cuando se trata de cambiar hábitos sobre alimentación y estilo de vida a largo plazo resulta beneficioso incorporar a la dieta un programa regular de ejercicio. El ejercicio más útil incluye aquellas actividades en las que se desplaza el cuerpo a lo largo de una distancia, como caminar, subir escaleras, correr, montar en bicicleta o nadar.

La condición cardiovascular mejora con el ejercicio regular, de intensidad moderada, durante 15 a 30 minutos por lo menos cada tercer día. Sin embargo, es recomendable que las personas que pertenecen al grupo de alto riesgo eviten el ejercicio vigoroso, o si lo hacen debe ser solamente bajo control médico y supervisión de personal entrenado.






Figura 4. Esto me ayudará a cambiar mis hábitos de alimentación y a ganar la vuelta ciclista.


EVALUACIÓN DEL TRATAMIENTO DIETÉTICO

Después de iniciar la dieta se recomienda medir el colesterol a las 4 o 5 semanas y luego a los tres meses. Este es el tiempo necesario para que la persona adopte nuevos hábitos de alimentación y su organismo responda al cambio de dieta. Si la respuesta es satisfactoria, es decir, si las cifras de colesterol total son:
ñ inferiores a 240 mg/dl, en el caso de las personas sin cardiopatía o sin otros dos factores de riesgo,
ñ inferiores a 200 mg/dl, en el caso de personas con cardiopatía o con dos factores de riesgo,

es recomendable medir el nivel de colesterol-LDL para confirmar si bajó. Si el resultado es positivo, habrá que iniciar una etapa de revisiones periódicas a largo plazo; si no, sería necesario intentar de nuevo con la dieta de la primera etapa o iniciar la segunda etapa del tratamiento dietético. Si se decide esto último hay que hacer una revaluación al cabo de 3 a 4 semanas y otra a los tres meses de iniciada la dieta. Si con esto se logra bajar el colesterol total y el colesterol de LDL, se puede iniciar un control a largo plazo; si no, sería recomendable que un médico interviniera para ordenar un tratamiento con los medicamentos pertinentes.

Si la persona tiene éxito por medio de la dieta es recomendable que siga este patrón alimenticio indefinidamente. Conviene que mida su colesterol total cada seis meses.



Figura 5. ¡Por supuesto! Debo comer lo que no me gusta.

A veces se necesita un año o más para aprender a cambiar de costumbres dietéticas. Algunos médicos prefieren iniciar un tratamiento con medicamentos demasiado pronto, en lugar de hacer un esfuerzo por cambiar los hábitos alimentarios del paciente. Hay que procurar resistirse a esta tendencia. Es más provechoso para el paciente enseñarle a cambiar sus costumbres en relación con la comida que someterlo prematuramente, y a veces sin necesidad, a una terapia medicamentosa que suele ser de larga duración y costosa. Hay que dar al paciente el tiempo de acostumbrarse al cambio de dieta para alcanzar los nuevos objetivos.

TERAPIA DIETÉTICA PARA GRUPOS ESPECIALES

Personas de edad

En el caso de las personas de edad clasificadas en alto riesgo la dieta debe equilibrarse con cuidado para evitar que se afecte su buena nutrición. Entre los ancianos es común que la nutrición sea inadecuada. Este grupo de individuos únicamente podrá seguir la primera etapa del tratamiento dietético, ya que debe evitar las dietas muy restringidas.

Mujeres embarazadas

Durante el embarazo se elevan los niveles de colesterol y de triacilglicéridos, alcanzando un máximo en el tercer trimestre. Este incremento generalmente carece de significado clínico. Algunos investigadores recomiendan, sin embargo, medir las concentraciones de colesterol y triacilglicéridos en la semana 28 de la gestación. Si se detecta colesterol de LDL elevado al cabo de 6 u 8 meses después del parto esto puede indicar una predisposición a tener colesterol elevado y la mujer deberá someterse a controles periódicos.

Personas con cifras en el límite con las de alto riesgo

Aquí se incluyen los individuos que tienen cifras de colesterol total entre 200 y 239 mg/dl. Estas personas corren un riesgo de enfermedad cardiovascular superior a las que presentan niveles de colesterol más bajos. No necesitan tratamiento con medicamentos pero es conveniente que reciban información dietética. Lo aconsejable en el caso de este grupo es estimar la situación clínica de cada individuo, considerando todos los factores de riesgo presentes (obesidad e hipertensión, por ejemplo).

Se sugiere una revaluación a intervalos de 1 a 2 años. Cuando una persona sabe que va a ser evaluada periódicamente se motiva a seguir la dieta recomendada.

Por ningún motivo se deberá recurrir a la automedicación; solamente un médico puede ordenar y controlar adecuadamente un tratamiento con medicamentos.

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