IV. EL TRANSPORTE DEL COLESTEROL EN EL ORGANISMO HUMANO
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E
L COLESTEROL
circula permanentemente en el cuerpo humano entre el hígado, donde se secreta y se almacena, y los demás tejidos del organismo; sin embargo, como no se disuelve en soluciones acuosas (como el suero), para ser transportado necesita integrarse a otras sustancias solubles, las lipoproteínas.Son partículas esféricas que están constituidas por dos porciones: un núcleo interno (que contiene ésteres de colesterol y triacilglicéridos) y una capa externa formada por fosfolípidos, colesterol libre y apoproteínas. Las lipoproteínas son, pues, el vehículo de transporte del colesterol. Este transporte es bastante lento en promedio: menos de 1 a 2 gramos por día.
Las lipoproteínas se pueden clasificar en cinco clases diferentes:
2) Las de muy baja densidad o VLDL (del inglés very low density lipoprotein) llamadas también lipoproteínas prebeta.
3) Las de densidad intermedia o IDL (del inglés intermediate density lipoprotein).
4) Las de baja densidad o LDL (del inglés low density lipoprotein), llamadas también lipoproteínas beta.
5) Las de alta densidad o HDL (del inglés high density lipoprotein), llamadas también lipoproteínas alfa.
Todas ellas se encargan de transportar los lípidos absorbidos por la mucosa intestinal.
LOS DOS CIRCUITOS DEL COLESTEROL
El colesterol recorre dos circuitos diferentes según se trate de colesterol endógeno (el que fabrica el organismo) o de colesterol exógeno (el que aportan los alimentos).
Circuito del colesterol exógeno
En promedio, un individuo ingiere diariamente 500 mg de colesterol. Cuando una persona come un alimento que contiene colesterol las células de su intestino absorben 40% de la cantidad ingerida y lo empaquetan, junto con otras grasas del alimento (los triacilglicéridos), en pequeñas gotitas que se llaman quilomicrones. Estos son las lipoproteínas menos densas, las que más flotan porque contienen más grasas, pero también las de mayor tamaño.
Los quilomicrones pasan a los canales linfáticos del intestino y después a la circulación sanguínea. Mientras circulan van descargando sus triacilglicéridos en los músculos (a los que aportan energía) o en los tejidos adiposos (donde se almacenan como reserva). Los quilomicrones, después de descargar sus triacilglicéridos llegan al hígado y ya sólo contienen ésteres de colesterol.
En las células del hígado estos residuos son captados por moléculas receptoras que actúan como edecanes: reconocen a estos residuos y los introducen en la célula hepática para que ésta los ocupe según sus requerimientos.
Parte del colesterol que la célula no utiliza es excretado en forma de ácidos biliares o de colesterol libre, el cual puede ser reabsorbido por el intestino, reiniciándose así el ciclo. En cada vuelta de este ciclo el organismo pierde algo de colesterol por las heces. Así, el colesterol de origen alimentario que entra al organismo sigue un circuito entre el hígado y el intestino.
Circuito del colesterol endógeno
Las células del hígado producen y secretan a la sangre lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Estas transportan, además de colesterol, gran cantidad de triacilglicéridos producidos por el organismo, principalmente en el hígado.
Las VLDL son transportadas en la sangre hacia los tejidos muscular y adiposo donde, al igual que los quilomicrones, descargan parte de sus triacilglicéridos.
Las lipoproteínas de muy baja densidad se van transformando sucesivamente en lipoproteínas de densidad intermedia (IDL), baja (LDL) o alta (HDL) a medida que descargan lípidos y proteínas en su trayecto; al ir perdiendo lípidos la densidad de las lipoproteínas va aumentando.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) ya sólo contienen ésteres de colesterol y un solo tipo de apoproteína. Ellas se encargan de transportar la mayor parte del colesterol en la sangre, casi las tres cuartas partes.
Las LDL permanecen en la circulación durante varios días; su función es llevar colesterol a los tejidos periféricos. Pueden ser captadas por las células del hígado o por cualquier otra célula del organismo gracias a los receptores específicos que se encuentran en la membrana celular. El 60-80% de los receptores de LDL se encuentra en el hígado. La cantidad de receptores en una célula depende de la cantidad de colesterol intracelular, cuanto más colesterol hay en el interior de la célula, menos receptores hay en su superficie. El número de receptores es regulado genéticamente por la misma célula.
Las LDL son las más nocivas de las lipoproteínas. Estudios epidemiológicos han demostrado que el riesgo de infarto de miocardio se relaciona íntima y directamente con los niveles de LDL en la sangre. Por eso, al colesterol transportado por las LDL se le conoce popularmente como colesterol malo.
Las lipoproteínas del tipo HDL (de alta densidad) se encargan de transportar el colesterol desde los tejidos periféricos hacia el hígado; concentran el colesterol libre circulante (producto de la rotura de las células y lo transportan hacia el hígado para su excreción); esto sería el transporte en reversa del colesterol.
Las HDL se producen en el hígado y en el intestino. Se ha demostrado que niveles altos de HDL se relacionan con la disminución de la incidencia de infarto cardiaco. Las HDL que produce el hígado son reconocidas como factor protector contra la ateroesclerosis, por eso al colesterol transportado por las HDL se le reconoce popularmente como colesterol bueno.
En mujeres que oscilan entre 25 y 40 años de edad y en atletas se han encontrado concentraciones elevadas de HDL. El tabaquismo, la obesidad, la vida sedentaria, los andrógenos y los betabloqueadores disminuyen su concentración en el suero (cuadro 1).
CUADRO 1. Principales causas de la reducción del colesterol de HDL
Tabaquismo Obesidad Falta de ejercicio Esteroides androgénicos y relacionados Andrógenos Agentes progestacionales Esteroides anabólicos Agentes betabloqueadores Hipertrigliceridemia Factores genéticos
Hoy se considera que una de las apoproteínas de las lipoproteínas, la llamada apo AI, es mejor protectora contra la ateroesclerosis que las HDL. La producción de apo AI es mayor en la mujer que en el hombre. Dietas ricas en carbohidratos propician que las apoproteínas AI se desechen con facilidad, y dietas ricas en grasas hacen que el organismo produzca menos apoproteínas. Se sabe que el ejercicio favorece su producción.
En resumen, el circuito del colesterol endógeno es el único que proporciona a las células, gracias a la LDL, el colesterol de la sangre, el cual es captado mediante receptores específicos.
¿SE CONECTAN DE ALGUNA MANERA LOS DOS CIRCUITOS?
Una parte del colesterol alimentario es captado por las células del hígado, el cual lo empaqueta junto con el colesterol que él mismo fabrica (triacilglicéridos y apoproteínas), formando así las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) del circuito del colesterol endógeno.
Lo importante de la interrelación de los dos circuitos es que las células del hígado tienden a disminuir (e incluso anular) su propia fabricación de colesterol si la cantidad de colesterol alimentario que le llega es elevada. Es decir, el colesterol de origen alimentario puede alterar la cantidad de colesterol del circuito del colesterol endógeno. Sin embargo, una alimentación con cantidades moderadas de colesterol no incrementa la tasa de colesterol sanguíneo.
¿CÓMO SE CONTROLA LA CANTIDAD DE COLESTEROL QUE SE ACUMULA DENTRO DE LAS CÉLULAS?
Existen dos mecanismos en el individuo normal:
1) Cuando entra colesterol de la sangre a la célula, ésta deja de fabricarlo internamente, pues se limita la actividad de una enzima clave en la fabricación, la HMG CoA reductasa, que ya conocemos.
2) Al entrar el colesterol la célula deja de producir receptores (los edecanes que lo introducen) y por lo tanto la captura de colesterol se va haciendo más lenta.
Dos componentes de la dieta pueden suprimir la actividad de los receptores: el colesterol y los ácidos grasos saturados, y parece ser que el mecanismo es similar para ambos tipos de compuestos.
Estos sistemas de control normales hacen que las células, aun cuando queden expuestas a altas concentraciones de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre, no puedan captarlas y por lo tanto no acepten más colesterol.
Pero estos mecanismos dependen de factores genéticos. Hay personas cuyas células siguen fabricando su propio colesterol aunque estén en un medio rico en LDL. Es como si no se enteraran de que en la sangre tienen buena cantidad de colesterol disponible. Los investigadores Joseph Brown y Michael Goldstein demostraron que estas células, por una mutación de sus genes normales, o bien carecen de receptores o bien están defectuosos, por lo que no pueden captar el colesterol circulante y éste se acumula en la sangre. Por otra parte, estas personas no pueden eliminar cotidianamente el exceso de colesterol en su sangre, lo cual hace que se presenten concentraciones elevadas del mismo.
En las personas con genes normales que ingieren grasas animales en exceso, el organismo limita la producción de receptores de las LDL para defenderse de la acumulación de colesterol dentro de la célula.
¿CÓMO SE RELACIONA LA CONCENTRACIÓN DE COLESTEROL LDL EN LA SANGRE CON LA ATEROESCLEROSIS?
Según la hipótesis más generalizada, los vasos sanguíneos sufren pequeñas lesiones debidas a causas físicas o químicas (elevación de la presión, sustancias del cigarro, etc.). Al dañarse el revestimiento interno de las arterias se infiltran lipoproteínas LDL a la región subyacente. En el lugar de la lesión se aglomeran plaquetas para cerrar la herida.
Las plaquetas secretan varias sustancias. Unas hacen que se multipliquen las células musculares lisas de la pared arterial, otras atraen macrófagos, que son unos glóbulos blancos encargados de absorber partículas de desecho de gran tamaño, y otras transforman químicamente a las LDL para que los macrófagos las puedan absorber; pues éstos tienen receptores de una naturaleza química especial diferente a los de las demás células.
Debido a su mecanismo especial de absorción, los macrófagos se cargan de muchos ésteres de colesterol de las LDL, de tal forma que llegan a tener una apariencia espumosa, y la cantidad de LDL que captan depende de la concentración de dichas lipoproteínas en la sangre. Eso explicaría por qué en los ateromas se encuentran macrófagos espumosos en gran cantidad.
En resumen, si una persona tiene una concentración elevada de LDL es probable que llegue a padecer ateroesclerosis, siempre y cuando circunstancias adicionales (estrés, hipertensión, tabaquismo, etc.) produzcan pequeñas lesiones en las arterias. En realidad, en los países industrializados cuyos habitantes consumen gran cantidad de grasas animales, solamente 50% mueren de ateroesclerosis.
¿QUÉ CANTIDAD DE COLESTEROL CONVIENE TENER EN LA SANGRE PARA LIMITAR EL RIESGO DE PADECER ATEROESCLEROSIS?
Los niveles de colesterol total se clasifican de la manera siguiente:
1) Menos de 200 mg/dl: concentración de colesterol sanguíneo deseable.
2) Entre 200 y 239 mg/dl: cifras en el limite de lo aceptable antes de pasar al colesterol sanguíneo elevado.
3) De 240 mg/dl para arriba: colesterol sanguíneo elevado.
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