I. LA COINCIDENCIA DE LAS COSTAS ATLÁNTICAS DE SUDAMÉRICA Y ÁFRICA
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POCO más de 120 años habían transcurrido desde que Colón descubriera América y las costas de este continente ya estaban lo suficientemente cartografiadas como para que su contorno despertase la atención del filósofo Francis Bacon (1561-1626, figura 1), quien parece haber sido el primero en publicar que el perfil de la costa oriental de Sudamérica se corresponde de manera extraordinaria con el de la costa occidental de África. Si se recortan de un mapa esos dos continentes y se juntan las figuras, como si se tratase de un rompecabezas, las líneas de la costa atlántica de los dos "encajan" casi de manera perfecta. Bacon pensó que tal coincidencia debería atribuirse a algo más que al azar; pero no hizo ninguna conjetura sobre ese hecho.
Al parecer fue el gran naturalista francés George Leclerc de Buffon (1707-1788, figura 2), en su artículo referente a la "Degeneración de los animales" (Histoire naturelle; tomo XIV, 1766) quien propuso de modo claro, al tratar el problema de la distribución geográfica de los mamíferos, la hipótesis de que Sudamérica y África, en el pasado, formaron un único continente, luego fragmentado en dos por las aguas del Atlántico: ... es más razonable pensar que otrora los dos continentes [Sudamérica y África] estuvieron contiguos o continuos, y que las especies [de mamíferos hoy endémicas, o exclusivas, de Sudamérica] se hubieran refugiado en las regiones del Nuevo Mundo, por hallar la tierra y el cielo más convenientes a su naturaleza, y que ahí se hayan encerrado, quedando separadas de las otras por la irrupción de los mares que dividieron África de América.
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Figura 1. Francis Bacon (1561-1626).
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Figura 2. Georges Leclerc de Buffon (1707-1788).
Denis Diderot (1713-1784) en su Suplemento al viaje de Bougainville, cuya primera versión fue escrita (pero no publicada) en 1772, tal vez inspirado por la hipótesis de Buffon, admitió que varias islas y continentes habían formado parte de masas terrestres más extensas; como evidencia mencionó brevemente la concordancia de las líneas costeras hoy separadas por mares. Así se explicaría la presencia de ciertos animales en islas distantes del Pacífico, que por esa época estaban siendo descubiertas por Bougainville en su viaje de circunnavegación. De otra manera, ¿cómo habrían podido llegar a ellas animales que no pueden nadar? El pasaje de Diderot es el siguiente: A. ¿Cómo explica él la existencia de ciertos animales en islas separadas de cualquier continente por intervalos de mar amedrentadores? ¿Quién transportó hacia allá el lobo, la raposa, el perro, el venado, la serpiente? B. Él no explica nada; sólo atestigua el hecho. A. Y usted, ¿cómo lo explica? B. ¿Quién sabe la historia primitiva de nuestro globo? ¿Cuántos espacios de tierra, hoy aislados, eran continuos antiguamente? El único fenómeno sobre el cual se podría hacer alguna conjetura es la dirección de la masa de aguas que los ha separado. A. ¿Cómo es eso? B. Por la dirección general de los "arrancamientos". Algún día nos entretendremos con esa investigación, si te conviene... (Diderot, 1972, pp. 143-144).
El naturalista alemán Alexander von Humboldt (1769-1859) también propuso, en 1801, que las tierras que ahora cercan el Atlántico habían estado unidas y que después fueron separadas por las aguas de ese océano.
En la primera mitad del siglo
XIX
muchos autores especularon sobre la continuidad y posterior fragmentación de los continentes. Tales obras, sin embargo, permanecieron casi totalmente olvidadas, pues el pensamiento científico de la época era dominado por la teoría de la contracción de la Tierra, según la cual la Tierra se estaba "encogiendo" y enfriando, su corteza se estaba "arrugando" y se hendía bajo la compresión, pero los continentes y cuencas oceánicas mantenían entre ellos una configuración permanente.En 1858 Antonio Snider-Pellegrini publicó La creación y sus misterios develados, un trabajo famoso de esa época, en donde especulaba acerca de la partición de un único continente primitivo. El libro de Snider está lejos de ser una obra seria y científica, pero mereció fama por mostrar por primera vez un mapa de Sudamérica (ahí llamada "Atlántida") unida con África y Norteamérica. Estos mapas se hallan muy distorsionados (figura 3). Snider creyó que la partición de ese continente único, que originó los continentes actuales, fue causada por el diluvio universal mencionado en la Biblia. Nótese también que, en la figura presentada por Snider; Australia no aparece. ¿Habría ido a parar al otro lado del planeta? Es curioso que Snider, sin recurrir a groseras deformaciones en el trazo de los continentes, hubiera podido notar que, en el caso de la península arábiga, por ejemplo, su costa se "acopla" casi perfectamente con la del "cuerno" de África, esto es, que ambos lados del Golfo de Adén "encajan" perfectamente uno en otro (figura 4).
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Figura 3. América antes y después de su separación de África y de Eurasia, según Sneider (1858).
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Figura 4. Imagen de satélite mostrando al norte la península arábiga. Nótese que su costa se "acopla" casi perfectamente con la de Somalia, si se elimina el golfo de Adén.
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