IV. RAM�N �LVAREZ-BUYLLA



LOS hechos forman la savia de la ciencia. Sin ellos, el cient�fico no puede surgir. Sin ellos, las teor�as se convierten en vanas especulaciones. Pero cuando os encontr�is experimentando, estudiando, observando, deb�is tratar de profundizar, de llegar a la esencia misma de los hechos. No os convirt�is en simples detectores de fen�menos, tratad de penetrar en el misterio de su origen, buscad con persistencia las leyes que los gobiernan y, entonces, sed modestos. Conservad siempre el valor de decir —soy ignorante—. No dej�is que el orgullo se apodere de vosotros, pues �ste os har� perder objetividad y os obligar� a desechar consejos �tiles y ayuda desinteresada. Recordad que la ciencia exige del hombre un esfuerzo m�ximo y una suprema pasi�n. Reclama toda vuestra existencia y aun si tuvierais dos vidas, �stas no ser�an suficientes. �Que vuestro trabajo y vuestras investigaciones constituyan por siempre vuestra pasi�n!
I. P. PAVLOV



STA ser� la historia de Ram�n Álvarez-Buylla que naci� en Oviedo en 1919.

Ram�n sigue activo y es profesor de fisiolog�a en la Universidad de Colima. Su abuelo Arturo fue m�dico y su padre, tambi�n de nombre Arturo Álvarez-Buylla, fue uno de los iniciadores e impulsores de la aviaci�n civil en Espa�a (algo que tuvo mucho que ver con que Ram�n se formara como piloto al principio de la segunda Guerra Mundial). Desgraciadamente Arturo Álvarez-Buylla era alto comisionado de Espa�a en Marruecos en 1936 y fue fusilado. La muerte de su padre caus� una huella perenne en Ram�n. Siendo un adolescente fue enviado a la URSS, con otros j�venes y ni�os hu�rfanos de la Guerra Civil. Estudi� medicina en la entonces Uni�n Sovi�tica, en las Universidades de Rostov y Turkmenia, donde obtuvo las m�s altas calificaciones. Uno de sus profesores fue Rashansky, un notable fisi�logo que tuvo mucha influencia en su formaci�n. Cuenta que este hombre nunca dorm�a, pero en clase si lo hac�a, amablemente vigilado por sus alumnos. En los a�os cr�ticos 1943-1944, se present� voluntario a la aviaci�n, como piloto de caza, pero en vista de sus excelentes calificaciones y su juventud, fue enviado a los Urales, a una f�brica de camiones donde trabaj� m�s de un a�o. M�s tarde fue reclamado a Mosc� donde hizo el doctorado en ciencias, con especialidad en fisiolog�a, en la Academia de Ciencias M�dicas. All� tuvo la suerte de ser alumno de Anokhin (se pronuncia Anojin). Este fisi�logo de la escuela de Pavlov tuvo gran influencia occidental (lo cual all� y en aquel tiempo era un pecado). Nos cuenta Ram�n que un d�a en Mosc� fue llamado a un edificio burocr�tico lleno de puertas y pasillos, le hicieron sentarse en una sala desierta y, al cabo de un tiempo que le pareci� largu�simo, apareci� una se�ora de pelo canoso, peinada hacia atr�s, que se sent� en una silla pr�xima a �l y tras contemplarlo largo rato le dijo, hablando en espa�ol "�As� es que t� eres Ram�n Álvarez-Buylla?" Despu�s de la respuesta afirmativa, le cont� que iba a partir para M�xico, donde le esperaban su madre y sus amigos. Para Ram�n, que no hab�a tenido noticias de ellos en mucho tiempo, esto le caus� una considerable repercusi�n.

—Perdone se�ora —le contest�—, �con qui�n tengo el gusto?

—Soy Dolores Ibarruri y, como ya sabr�, me conocen como "La Pasionaria".

El viaje de la Uni�n Sovi�tica a EUA, en un barco mixto de carga y pasaje por el Mar Negro, el Mediterr�neo y el Atl�ntico, no fue sino una aventura m�s en la ya de por s�, azarosa vida de Ram�n que ten�a entonces 28 a�os edad. Alguien se enferm� en el barco, que carec�a de servicios m�dicos, y Ram�n que ya era m�dico lo atendi� granje�ndose el cari�o y el respeto de la tripulaci�n. En 1947 lleg� a M�xico y comenz� una labor de investigaci�n y acad�mica fruct�fera que dura hasta ahora. Es decir, ha trabajado sin parar en la fisiolog�a del sistema nervioso durante 48 a�os, y a juzgar por su actividad presente va a seguir por un largo rato.

El trabajo de Ram�n, desde que escribi� su tesis doctoral en la Academia de Ciencias de Mosc� bajo la direcci�n de P. K. Anokhin, y que versa acerca de las actividades aferentes del nervio depresor a�rtico y su importancia en la regulaci�n de la presi�n arterial y la respiraci�n, se ha caracterizado por su enfoque integrativo. Seg�n sus palabras "la base de la formaci�n del m�dico, del fisi�logo, debe ser el estudio de las funciones en forma integral, es necesario enfocar el estudio no por �rganos sino por funciones".

 

Figura 1.IV. �lvarez-Buylla, foto reciente, en la Universidad de Colima.

En 1989 Ram�n cumpli� 70 a�os y la revista Avance y Perspectiva, �rgano de difusi�n del Centro de Investigaci�n y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN public� en su n�mero de enero-marzo el perfil de investigador de Ram�n. Lo escribi� Pablo Rudom�n uno de sus primeros alumnos en los a�os cincuenta y que a�os m�s tarde recibir�a el Premio Pr�ncipe de Asturias por sus contribuciones a la neurofisiolog�a de la m�dula espinal de los mam�feros. Reproducimos aqu� la intervenci�n de Pablo en este homenaje a don Ram�n:

En resumen, las investigaciones realizadas por Ram�n �lvarez-Buylla y su inseparable Elena muestran que la insulina activa receptores vagales, lo que produce la liberaci�n de una neurosecreci�n hipofisiaria-hipoglucemiante. La asociaci�n de este reflejo con un est�mulo condicionado puede, despu�s de un n�mero de suficientes repeticiones, producir una hipoglucemia condicionada que tambi�n se debe a la liberaci�n de un factor hormonal. Estos efectos desaparecen al extirpar la hip�fisis, pero pueden ser restaurados en parte al sustituir la hip�fisis con tejido salival. Como consecuencia de este trasplante se recuperan muchas de las funciones hipofisiarias, entre ellas la hipoglucemia condicionada y la hipoglucemia refleja, producida por dosis bajas de insulina. El mecanismo por el cual se recupera la funci�n hipofisiaria y el tipo de alteraciones que sufre el tejido trasplantado no han sido completamente caracterizados. Sin embargo, es importante se�alar que, independientemente de la explicaci�n que se d� a sus observaciones, la fenomenolog�a descrita es clara. M�s a�n, seg�n informes recientes, en Espa�a acaban de sustituir en un paciente con tumor hipofisiario la hip�fisis por gl�ndula salival. Los resultados obtenidos son realmente alentadores y creo que todav�a oiremos hablar mucho de ellos.
El pr�ximo mes de junio, el d�a 19 para ser m�s precisos, Ram�n Álvarez-Buylla cumplir� 70 a�os de edad y alrededor de 27 de haber ingresado como profesor al departamento de Fisiolog�a del CINVESTAV. A la fecha se mantiene activo en el laboratorio y entusiasmado por la homeostasis de la glucosa. Es un entusiasmo contagioso, que le hace sobrellevar muchas de las dificultades inherentes al quehacer cient�fico en M�xico. Hace poco tuve que leer con detalle los trabajos que Ram�n Álvarez-Buylla ha realizado a lo largo de su vida cient�fica, la mayor parte de ellos en colaboraci�n con su inseparable compa�era Elena Roces de A-B. Sent� que sus contribuciones constituyen realmente una historia bella, no por todos conocida, y me pareci� que valdr�a la pena publicarlas para que las j�venes generaciones de fisi�logos sepan qui�n es tan ilustre personaje y puedan ubicar su contribuci�n en un contexto m�s universal.
Quiero expresar en estas l�neas mi reconocimiento al que fue mi maestro, a quien me mostr� el camino apasionado de la investigaci�n cient�fica, a quien me ense�� el compromiso con un ideal y una forma de vida.
No es posible hablar de la obra de Ram�n Álvarez-Buylla sin considerar el entorno social en que se desenvolvi�, porque esto es lo que dio un aspecto singular a su ciencia. Naci� en Oviedo, capital del antiguo Reino de Asturias. Hijo de una familia ilustre, fue all� donde se integr� su personalidad republicana y humanista. La guerra civil le oblig� a dejar Espa�a siendo muy joven, a los 20 a�os de edad inici� sus estudios en la Universidad de Rostov, en la Uni�n Sovi�tica. A los 24 a�os, en 1943, ingresa como candidato al doctorado, bajo la direcci�n del eminente cient�fico P. K. Anokhin. Termin� sus estudios en 1946. Esos a�os fueron definitivos para la formaci�n cient�fica de Álvarez-Buylla, no s�lo desde un punto de vista metodol�gico, sino conceptual. De all� se deriva el enfoque integrativo que ha caracterizado todo el trabajo que ha realizado durante su vida como investigador.
Cuando inicia sus investigaciones ya se sab�a cu�les eran los efectos producidos por la estimulaci�n del cabo central del nervio depresor sobre la presi�n arterial y la respiraci�n. Pero se conoc�a poco acerca de la naturaleza de la informaci�n transmitida por estas fibras nerviosas aferentes. Poco antes, en 1941, Bronk hab�a registrado los potenciales de acci�n en las fibras aferentes del nervio de Hering y reportado la existencia de impulsos sincr�nicos que aumentaban en n�mero y frecuencia al elevarse la presi�n arterial, confirmando las observaciones iniciales de Heymans y Rijlant hechas en 1933. Seg�n Bronk y Stella (1935), la composici�n qu�mica de la sangre no influ�a sobre los barorreceptores, que eran �nicamente sensibles a la presi�n. Sin embargo Heymans y Rijlant (1933) sugirieron que el nervio de Hering adem�s de conducir informaci�n sobre la presi�n arterial, tambi�n transmit�a informaci�n sobre la composici�n qu�mica de la sangre.
En su tesis doctoral, Álvarez-Buylla analiza los efectos que la estimulaci�n del nervio depresor produce sobre la presi�n y la respiraci�n y los correlaciona con la actividad aferente de ese nervio. Demuestra la existencia de actividad s�ncrona con el pulso y con el ritmo respiratorio. La estructura de la salva aferente contiene informaci�n tanto acerca de la presi�n sist�lica como de la resistencia perif�rica. Quiz� su contribuci�n m�s importante de esa �poca es la demostraci�n de la existencia de fibras aferentes quimiorreceptoras, cuya actividad se incrementa con la anoxia.
En 1947 llega a M�xico, a los 28 a�os de edad, y empieza a trabajar en la Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas del IPN, en donde permanece hasta 1960. Es all� donde inicia lo que yo pienso que fueron sus contribuciones m�s importantes, tanto en la fisiolog�a de receptores —pues fue uno de los primeros en registrar las respuestas locales de los corp�sculos de Pacini— como en el conocimiento de la homeostasis de la glucosa. Conviene recordar que en esa �poca hab�a muy poca tradici�n cient�fica en M�xico. Arturo Rosenblueth hab�a retornado de Harvard en 1945 y reci�n estaba incorporado al Departamento de Fisiolog�a del Instituto Nacional de Cardiolog�a. La Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas del IPN era sede de distinguidos cient�ficos espa�oles, como Ignacio y C�ndido Bol�var, Federico Bonet, Pedro Carrasco Formiguera y Dionisio Pel�ez, entre otros, los que contribuyeron notoriamente a elevar el nivel de la escuela. Pero hab�a muy poca investigaci�n, sobre todo en fisiolog�a; se contaba con un presupuesto sumamente limitado y no hab�a posiciones de tiempo completo para realizarla. Álvarez-Buylla empez� solo y �l mismo tuvo que construir el equipo que requer�a para sus estudios electrofisiol�gicos: amplificadores, estimuladores y osciloscopios. En 1950 publica en los Anales de la Escuela de Ciencias Biol�gicas un trabajo realmente precursor en el campo. Registra la actividad el�ctrica de fibras �nicas de quimiorreceptores del nervio del seno carotideo del perro. Analiza con detalle los factores que controlan la actividad de estos receptores y estudia la correlaci�n entre la actividad quimiorreceptora y la respiratoria.
En 1951 publica dos trabajos m�s, uno en los Archivos del Instituto Nacional de Cardiolog�a y el otro en el Acta Physiol�gica Latinoamericana, en los que profundiza el an�lisis de la actividad de los quimiorreceptores producida por la inyecci�n de cianuro. Adem�s correlaciona la actividad quimiorreceptora con el grado de saturaci�n de ox�geno de la hemoglobina arterial.
Desgraciadamente —como ocurri� con los estudios que hizo posteriormente —estas investigaciones fueron publicadas en revistas nacionales o latinoamericanas de escasa circulaci�n internacional, por lo que sus contribuciones fueron poco accesibles a los investigadores de pa�ses anglosajones. Baste como ejemplo la revisi�n que Neil, autoridad en la materia, escribi� en 1966 sobre quimiorreceptores, en ella no menciona el trabajo de �lvarez-Buylla a pesar de su importancia. La insistencia de �lvarez-Buylla de publicar en revistas latinoamericanas se debi�, en parte, a un sentimiento de solidaridad con la ciencia del pa�s y del continente que lo acogieron generosamente, y tambi�n en parte a la influencia de Rosenblueth que insist�a en que se publicase en esas revistas, ya que supon�a que el trabajo de calidad tarde o temprano ser�a le�do por los investigadores del campo. Vista en retrospectiva, creo que �sta fue una posici�n demasiado ut�pica.
Una de las contribuciones m�s interesantes y originales de �lvarez-Buylla, publicada junto con Ram�rez de Arellano en 1953, es la generaci�n de impulsos en el corp�sculo de Pacini. Muestra que la estimulaci�n mec�nica del corp�sculo produce una respuesta local que una vez alcanzado el umbral, puede generar potenciales de acci�n, en forma similar a como lo demostraron Katz en 1950 en el huso muscular y Gray y Malcom en el corp�sculo de Pacini. Estos trabajos fueron publicados cuando �lvarez-Buylla ya hab�a terminado los experimentos correspondientes. En 1959 analiza, con Joaqu�n Remolina, el efecto de distintos tipos de est�mulos sobre las respuestas locales en el corp�sculo de Pacini. Reporta, por primera vez, una respuesta local hiperpolarizante al aplicar est�mulos locales muy lentos, probablemente resultado de un proceso de acomodaci�n.
El inter�s de �lvarez-Buylla en aclarar el papel que desempe�an los quimiorreceptores en el control circulatorio respiratorio se ha mantenido durante toda su vida profesional y es el que lo lleva a caracterizar los mecanismos compensatorios que entran en juego al activarse los quimiorreceptores por la falta de ox�geno o glucosa. Aborda este problema de diversas formas. Empieza analizando los cambios compensatorios que se producen en el organismo intacto por una serie de maniobras como la anoxia anox�mica producida por la inyecci�n de peque�as dosis de cianuro, la hiperglucemia y glucosuria producidas por la administraci�n de adrenalina, o bien la hipoglucemia producida por la insulina.
Supone que las alteraciones producidas tendr�n dos componentes. Unos debidos a la acci�n directa de estas sustancias sobre los efectores y, otros, mediados por una acci�n refleja que tender� a compensar las desviaciones respecto a un estado de equilibrio funcional. Con el objeto de identificar los componentes mediados por acciones reflejas, repite estas maniobras asoci�ndolas al sonido de un timbre. Posteriormente examina el efecto del timbre solo (est�mulo condicionado). Como hip�tesis de trabajo supone que los componentes de las acciones producidas que sean condicionados por el est�mulo condicionante, estar�n mediadas por el sistema nervioso central.
Cabe mencionar que �sta fue una forma muy original de utilizar los reflejos condicionados como un medio para esclarecer la contribuci�n del sistema nervioso en el control de distintos par�metros funcionales.
Los resultados obtenidos utilizando este paradigma experimental son realmente muy interesantes y a m� me toc� la fortuna de colaborar en uno de ellos. En el caso de la adrenalina, cuya inyecci�n produce hiperglucemia y glucosuria, encontramos que s�lo era posible condicionar la glucosuria, probablemente debido a una disminuci�n refleja de la reabsorci�n tubular de la glucosa. Encuentra adem�s, en 1958 y trabajando con Carrasco-Zanini, que es posible condicionar la hipoglucemia producida por la inyecci�n de insulina. Estos son dos hallazgos fundamentales que ilustran la participaci�n del sistema nervioso en la integraci�n de funciones vegetativas. En su intento de identificar las v�as reflejas que controlan la glucemia, �lvarez-Buylla se involucr� en una aventura asombrosa, que a�n no ha terminado y que, a juicio m�o, constituye su aportaci�n m�s grande a la fisiolog�a.
En estudios subsecuentes hechos en 1959 muestra que la hipoglucemia condicionada no se debe a un aumento de la insulina end�gena, dado que el reflejo puede establecerse en animales totalmente pancreatectomizados.
Posteriormente muestra que en animales espinales el reflejo hipogluc�mico es semejante al producido en animales intactos. En 1961 informa que este reflejo desaparece al seccionar el vago abdominal y que la inyecci�n de dosis peque�as de insulina en el tronco celiaco produce hipoglucemia y aumenta la diferencia arteriovenosa de glucosa en las extremidades posteriores. Muestra adem�s que este efecto desaparece al seccionar el vago abdominal. Estas investigaciones lo llevan a concluir que la inyecci�n de insulina activa receptores vagales que transmiten informaci�n aferente al SNC, la que produce una hipoglucemia refleja con latencia muy breve. Las implicaciones te�ricas de estos hallazgos son muy importantes ya que hacen patente que la insulina no act�a �nicamente sobre el �rgano efector, sino que adem�s activa un reflejo paralelo cuyo papel en la homeostasis de la glucosa no es a�n del todo conocido. En una serie de estudios publicados en 1961 intenta identificar las v�as efectoras de este reflejo hipoglucemiante. Con la idea de que pudiese incluir un factor humoral, estudia los efectos de la hipofisectom�a. Encuentra que la hipoglucemia condicionada (producida por la aplicaci�n repetida de dosis bajas de insulina) no se obtiene en animales hipofisectomizados. Esta observaci�n lleva a �lvarez-Buylla a postular la existencia de un factor hipogluc�mico, probablemente de origen hipotal�mico, que es liberado por la hip�fisis. Es interesante se�alar que en esa misma �poca (1953 a 1960) Ottaway demuestra, en forma independiente, la existencia de un factor hipoglucemiante en extractos de hip�fisis anterior.
Con el objeto de analizar la propuesta de que la hip�fisis "es un almac�n de neurosecreciones elaboradas en el hipot�lamo anterior", �lvarez-Buylla y su esposa, en 1963, sustituyen la hip�fisis extirpada por un fragmento de gl�ndula par�tida. Quince d�as despu�s de la operaci�n consiguen restablecer el reflejo condicionado hipoglucemiante producido con dosis bajas de insulina.
Estudios posteriores muestran que al inyectar a una rata normal la sangre de una rata con hipoglucemia condicionada, disminuye la glucemia en la rata normal. Esta observaci�n lleva a concluir que el factor hipoglucemiante es una neurosecreci�n.
Durante esta serie de investigaciones �lvarez-Buylla se percat� de un hecho de importancia fundamental: que el trasplante de la par�tida en animales hipofisoprivos aumentaba en forma significativa la sobrevida de los animales, comparados con los hipofisectomizados sin trasplante. Con objeto de estudiar este proceso de recuperaci�n de la funci�n hipofisiaria despu�s del trasplante, inicia una serie de estudios para determinar la recuperaci�n de funciones endocrinas en animales hipofisoprivos despu�s del trasplante. As�, encuentra que el aumento que la metopirona produce sobre la secreci�n de esteroides cetog�nicos en animales normales, no se obtiene en animales hipofisectomizados, pero s� en perros hipofisectomizados con trasplante, aunque es menos sostenida. Tambi�n encuentra que la captaci�n de yodo radiactivo por la tiroides, que disminuye marcadamente en animales hipofisectomizados, no se reduce tanto en animales ipofisectomizados con trasplante.
En 1968 muestra que los trasplantes de gl�ndula salival o de suprarrenal restituyen el reflejo eosinop�nico producido por la insulina, reflejo que se pierde con la hipofisectom�a. En 1970 encuentra que el nivel plasm�tico de 11-hidroxicorticoesteroides disminuye en animales hipofisectomizados, pero significativamente menos en animales con trasplante de gl�ndula salival. En estos estudios �lvarez-Buylla sugiere nuevamente que la gl�ndula par�tida, aunque no puede producir ACTH, act�a como almac�n de otras �reas. Con objeto de tener una idea m�s clara del transporte de hormonas del hipot�lamo a la hip�fisis, Álvarez-Buylla analiza en 1973, durante su estancia en Inglaterra, el flujo axopl�smico con marcadores fluorescentes atribuidos a la neurofisina. Para ello hace una constricci�n del tallo pituitario y observa que el marcador se acumula en el sitio proximal a la constricci�n y est� ausente distalmente a la misma. Este experimento demuestra con claridad el flujo de neurofisina de los cuerpos celulares en el hipot�lamo a las terminaciones nerviosas en el l�bulo posterior de la hip�fisis.
El mecanismo por el cual el trasplante de gl�ndula salival compensa las deficiencias hormonales producidas por la hipofisectom�a no queda aclarado. �varez-Buylla sugiere que las c�lulas de la gl�ndula salival se desdiferencian y que, por influencia de las hormonas hipotal�micas, adquieren las propiedades de las c�lulas hipofisiarias primitivas. Otra posibilidad es que el fragmento de par�tida contenga un factor que promueva el crecimiento y diferenciaci�n del tejido hipotal�mico y que sea este efecto el que determine la restituci�n parcial de la funci�n hipofisiaria.
Conviene recordar que los primeros trabajos en los que se describe la existencia de un factor de crecimiento fueron publicados en 1954 por Levy-Montalcini, Hamburger y Cohen, y que en 1959 Cohen muestra por primera vez que la gl�ndula salival es muy rica en este factor de crecimiento.
La primera referencia publicada por Álvarez-Buylla acerca del trasplante de gl�ndula salival en animales hipofisectomizados, fue hecha en 1963, y s�lo recientemente los neurocient�ficos se han percatado de la relevancia del factor promotor de crecimiento neuronal en la diferenciaci�n y crecimiento neuronales y han aplicado estos conocimientos a problemas de regeneraci�n en el sistema nervioso central.
Con objeto de conocer m�s a fondo las alteraciones morfol�gicas que ocurren como consecuencia del trasplante, en 1973 �lvarez-Buylla publica junto con Isaac Costero, estudios que muestran que en 83% de los animales hipofisectomizados no quedan remanentes de hip�fisis y que en el 17% restante queda entre 12 y 3% de tejido normal, lo que seg�n ellos es insuficiente para aumentar la sobrevivencia de los animales. La par�tida trasplantada tiene una rica vascularizaci�n y presenta cambios en la distribuci�n celular y p�rdida del ducto excretorio. Concluyen que el tejido trasplantado "muestra caracter�sticas de epitelio secretorio bien conservado y activo" y que las "neurosecreciones son llevadas por el sistema portal al trasplante".
En 1979, junto con V�ctor Tsutsumi, estudia las gl�ndulas suprarrenales en perros normales, hipofisectomizados, e hipofisectomizados con trasplante. Encuentran que los niveles plasm�ticos de cortisol disminuyen en los hipofisioprivos y aumentan con el trasplante. Aparentemente existe una correlaci�n importante entre el comportamiento funcional de los perros con trasplante y el tejido trasplantado. En este trabajo mencionan estudios con microscop�a electr�nica y con inmunohistoqu�mica, pero a la fecha �stos no han sido publicados lo cual es una verdadera l�stima.
En 1980 �lvarez-Buylla deja el Centro de Investigaci�n y Estudios Avanzados y pasa a ser jefe de la Divisi�n de Investigaciones B�sicas en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Secretar�a de Salud. Se dedica a estudiar otros mecanismos que intervienen en la homeostasis de la glucosa. En 1981 muestra, con Bencosme, que en el gato anestesiado la inyecci�n de insulina en el tronco cel�aco disminuye la concentraci�n de glucosa en la vena cava inferior, aumentando as� la diferencia arteriovenosa de glucosa. Este efecto desaparece en animales con el vago abdominal seccionado. Finalmente, en 1986 analiza los efectos de la inyecci�n de glucosa en la cisterna magna de gatos anestesiados. Esta maniobra produce glucosuria y natriuresis, efectos que se pierden al denervar el ri��n, al vagotomizar o al adrenalectomizar.
Creo sinceramente que la contribuci�n de �lvarez-Buylla es de gran transcendencia cient�fica y potencialidad cl�nica. Es preciso comprender que �varez-Buylla es poco conocido porque no sigui� los c�nones usuales de autopromoci�n, tan en boga hoy en el inundo cient�fico anglosaj�n; como lo mencion� anteriormente, esto ocurri� por cuesti�n de principios. Es posible que en ambientes cient�ficos m�s desarrollados �l ya hubiese identificado el mecanismo por el cual el trasplante de gl�ndula salival sustituye las funciones hipofisiarias. Quiz� no lo hizo fundamentalmente por las limitaciones, en que la colaboraci�n multidisciplinaria resulta dif�cil y cada innovaci�n metodol�gica representa un esfuerzo considerable. En otro pa�s, �lvarez-Buylla hubiese tenido m�s apoyo, m�s asistentes y hubiese publicado en revistas con mayor circulaci�n. Pero �l decidi� vivir y trabajar en M�xico. Si juzgamos la originalidad e implicaciones de sus ideas, la obra de �lvarez-Buylla es inapreciable y creo que los fisi�logos mexicanos deber�amos conocerla y apreciarla mejor. Creo que no importa tanto lo que se hace, sino c�mo se hace, y Ram�n �lvarez-Buylla es, sin duda alguna, uno de los grandes fisi�logos del mundo hispano. Ojal� tuvi�semos m�s como �l.


Figura 2.IV. Elena Roces y Ram�n �lvarez-Buylla en su casa de Tlalpan en los a�os setenta.

 

Figura 3.IV. El matrimonio de �lvarez-Buylla-Roces, 1994, en laboratorio de la Universidad de Colima.

Esto escribi� Pablo Rudom�n en 1989. Pablo fue uno de sus primeros alumnos y, de muy buena gana, me permiti� transcribir estas l�neas. Pablo Rudom�n recibi� el Premio Pr�ncipe de Asturias 1991, Ya hablaremos m�s de �l.

Rebuscando en la biograf�a de Ram�n �lvarez-Buylla nos encontramos con que, tres a�os despu�s del homenaje que acabamos de transcribir, con motivo de sus 70 a�os, la revista del CINVESTAV Avances y Perspectivas (mayo-junio, de 1992) publica en sus "Perfiles de Investigaci�n" el de don Ram�n y esta vez son varios los investigadores que hablan de �l. Tratar� de evitar repeticiones, pero s� me parece que este perfil de nuestro amigo aporta algunos datos nuevos que creo acabar�n por redondear su imagen. Veamos lo que nos cuentan algunos de sus compa�eros, colaboradores y alumnos:

Una de ellos, Rebeca Reynoso, con maestr�a en ciencias educativas del CINVESTAV, le hizo una entrevista, de la cual extractamos algunos pasajes, por ser de una gran frescura y actualidad. Esta entrevista se realiz� ya en la ciudad de Colima, en la provincia mexicana, donde �lvarez-Buylla es profesor ahora. En ella se revela la personalidad de este notable investigador; as� como sus ra�ces. Veamos c�mo cuenta su historia don Ram�n, en 1992 a Rebeca.

Soy espa�ol de nacimiento, asturiano. Mi padre era un hombre distinguid�simo, piloto, ingeniero de la �nica f�brica de aviones que ten�a entonces Espa�a, y director de Aerona�tica Civil. Cuando Franco dio el golpe de Estado, momento en que mi padre era alto comisionado de Espa�a en Marruecos, nos tom� prisioneros a todos; la casa fue rodeada por una guardia mora franquista. Unos d�as despu�s Franco le habl� por tel�fono a mi padre, para pedirle su colaboraci�n como jefe de asistencia t�cnica de su flota de aviones. Y mi padre, que le hablaba de t� a Franco y que no le conced�a ninguna calidad humana, se neg� absolutamente. Franco le dio tres meses para pensarlo y, una vez que se cumpli� el plazo, y ante la negativa rotunda de mi padre, que en paz descanse, lo mat�, lo fusil�. Como consecuencia de este episodio, yo me alist� en el Ej�rcito Republicano. Estaba haciendo locuras propias de los 16 a�os que ten�a, cuando amigos de mi padre lograron meterme en unos cursos para la guerra contra gases —yo iba a salir de teniente en unos meses, sin correr ning�n peligro— pero me di cuenta de que �sa era una artima�a. Me escap� inmediatamente y, siguiendo el ejemplo de mi padre, entr� en la escuela de aviaci�n para ser piloto de caza de la Rep�blica y as� fui a parar a la Uni�n Sovi�tica. En Kirovavad, en el Ca�caso, tom� el curso completo de piloto de caza, con los aviones que los rusos vend�an a la Rep�blica Espa�ola (el pueblo los bautiz� como los "chatos", que eran biplanos y los "moscas" estos monoplanos). En el momento en que estaba dispuesto a entrar en acci�n, se perdi� la guerra civil y entonces me qued� en la Uni�n Sovi�tica.
M�s tarde nos cuenta hechos que ya sab�amos, c�mo estudi� medicina, influido por la memoria de su abuelo, c�mo fue a parar hasta Ashjabad, en Turkmenia, donde acab� su carrera con la calificaci�n m�s alta; y como a pesar de que �l insist�a en volver a la aviaci�n y luchar en la guerra (eran los violentos d�as de Leningrado y Stalingrado), en lugar de eso fue enviado a la Academia de Ciencias M�dicas en Mosc�. De esto nos dice: —All� tuve la fortuna de entrar en el Instituto del profesor Piotor Kusmich Anokhin, extraordinario maestro, uno de los fisi�logos m�s brillantes de este siglo y a cuya escuela me honro en pertenecer.

Despu�s Rebeca inquiere:

Usted lleg� a M�xico por motivos totalmente personales y sin saber lo que har�a en el terreno profesional, es decir, como cient�fico. �Cuales eran las condiciones para la actividad cient�fica en el M�xico de aquella �poca?

�lvarez-Buylla respira profundo y, dejando un poco de lado la especificidad de mi pregunta, me responde tan apasionadamente que de inmediato comprendo por qu� el doctor Pablo Rudomin lo describi� en alguna ocasi�n como el m�s rom�ntico de los fisi�logos y el m�s fisi�logo de los rom�nticos. Contesta Ram�n a la pregunta y dice:

Mire, yo tengo la idea de que la ciencia ha sido la base del progreso de la humanidad. Hemos salido de la Edad de la Piedra y hemos llegado a la �poca actual, fundamentalmente por las contribuciones cient�ficas, en las cuales se apoyan todas las l�neas de desarrollo de la humanidad. Y a pesar de ser tan trascendente la ciencia, durante siglos los cient�ficos han estado relegados y perseguidos, por obsesiones —entre otras las religiosas&151 lo cual ha truncado su desarrollo.
Y hay que ver la brillant�sima �poca de la Grecia antigua, con las contribuciones de los atenienses no s�lo en la ciencia sino en las otras actividades de lo humano como el arte y la filosof�a. Luego vienen siglos con obsesiones religiosas, con guerras santas: las sant�simas cruzadas y "un pelda�o ganar�s para subir al cielo por cada siete infieles que mates". Es terrible que el humano use el m�todo de la lucha, de la guerra, para resolver los problemas fruto del odio y de la incomprensi�n, y qu� terrible que est� tan lejos de utilizar la colaboraci�n y el di�logo para resolverlos. Estamos en el umbral del siglo XXI y seguimos por el camino de las confrontaciones violentas; las Naciones Unidas es una hermosa instituci�n, un hermoso nombre, pero con una resultante tr�gica.

Es evidente que Ram�n no contest� directamente la pregunta que se le hizo sobre el estado de la ciencia en M�xico cuando �l lleg�. Pero para los que lo conocemos desde hace mucho tiempo esto no es una sorpresa.

Ram�n trabaj� en varios lugares en M�xico desde los a�os cuarenta. Se inici� en la Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas donde form� a dos de sus mejores alumnos, Pablo Rudom�n y Mauricio Russek. M�s tarde estuvo (como tantos m�dicos espa�oles ayudados por el doctor Ignacio Ch�vez) en el Instituto de Cardiolog�a y luego en el CINVESTAV. Acerca de la fundaci�n de este Centro en los a�os 60, recuerda que en esos a�os lleg� a la presidencia Adolfo L�pez Mateos, quien aprob� la creaci�n del centro y design� a Arturo Rosenblueth como su presidente. �ste llam� a don Ram�n, entre muchos otros excelentes cient�ficos de la �poca, para formar parte de la empresa. �lvarez-Buylla fue siempre un enemigo irreconciliable de los puestos de administraci�n. Lo primero que hizo fue lamentarse de que Rosenblueth hubiera aceptado la direcci�n del futuro Centro lo cual enoj� a don Arturo, pero se le pas� y acept� que Ram�n se dedicara solamente a su laboratorio y �vaya si lo hizo! Una caracter�stica de su trabajo creador fue el ser un pionero de la construcci�n de equipo electr�nico para experimentos de fisiolog�a animal.

Cuando ingres� en su primer laboratorio no ten�a equipo electr�nico ni presupuesto para adquirirlo. Ram�n, en colaboraci�n con los ingenieros mexicanos Juan y Carlos Beckwith y Joaqu�n Remolina m�s tarde, empez� a dise�ar y construir equipo. Entre 1947 y 1950 construyeron una c�mara de reflejos condicionados de Pavlov; un osciloscopio de 2 pulgadas de di�metro, un estimulador para neurofisiolog�a, dos amplificadores de bajo ruido, un electrocardi�grafo, un encefal�grafo y diversas fuentes de poder; reguladas.

Joaqu�n Remolina es uno de sus primeros alumnos y colaboradores. Recientemente entrevist� a don Ram�n, ya instalado en la Universidad de Colima. Aprovech� la visita, adem�s, para pedirle que hiciera algunos comentarios acerca de las ideas que le han servido de n�cleo y gu�a en su actividad cient�fica. Ram�n respondi� a Remolina, con su entusiasmo habitual; describi� los antecedentes y sus l�neas de trabajo, incluyendo las hip�tesis que las originaron, en el siguiente orden: Anokhin: la informaci�n sancional; receptores del seno carotideo, regulaci�n de la circulaci�n; el corp�sculo de Pacini; fibras nerviosas; la c�psula; quimiorreceptores.

Las descripciones de Remolina tienen la frescura y la absoluta sensaci�n de realidad que dan haber trabajado directamente durante muchos a�os en los temas que nos describe.

A la primera pregunta de Remolina, con respecto a las ense�anzas de Anokhin, �lvarez-Buylla nos revela c�mo este investigador sovi�tico ampli� la teor�a de los reflejos a los procesos de regulaci�n, no s�lo con la informaci�n unidireccional de los nervios aferentes sino a trav�s de lo que llam� la informaci�n sancional, que realiza el sistema nervioso analizando las variaciones de la respuesta, en este caso de los receptores. Es decir; Anokhin y su disc�pulo don Ram�n estaban postulando en 1945 lo que simult�neamente fue la base de la cibern�tica de Wiener; es decir los mecanismos de control y regulaci�n mediante retroacci�n negativa y, tambi�n mediante esa sanci�n de la informaci�n que es en todo semejante al "control central de la transmisi�n aferente" que postularan Hagbarth y Hern�ndez Pe�n y que consist�a esencialmente en la modificaci�n centr�fuga de la excitabilidad de los receptores y los primeros relevos sin�pticos de las v�as sensoriales.

Ram�n �lvarez-Buylla se inspir� con esta visita de Joaqu�n Remolina y continu�:

P.K Anokhin estudi� esta informaci�n sancionada 9 [Nota 9] en muchas actividades som�ticas. Fui el primero en su Departamento (que hoy es Instituto) que aplic� este concepto de informaci�n sancional a las reacciones vegetativas de primera importancia, como la circulaci�n sangu�nea, la respiraci�n para todas las c�lulas del cuerpo y, en particular, para las neuronas que son las m�s delicadas en lo tocante al equilibrio bioenerg�tico.
Interpret� como "informaci�n sancional" para la circulaci�n sangu�nea los mensajes que llegan al sistema nervioso central a trav�s de los nervios aferentes de los receptores que est�n en el arco a�rtico, donde se inicia la circulaci�n de la sangre que se distribuye a todo el organismo. En estos mensajes se proporciona una informaci�n muy completa. No s�lo del volumen sist�lico y de la resistencia perif�rica que se va a ofrecer a la circulaci�n por la resultante del tono de las diversas arteriolas, sino tambi�n en lo referente al contenido en la sangre arterial de los elementos fundamentales para la respiraci�n de las c�lulas, tales como el ox�geno y, como estamos ahora comprobando, la glucosa.
Esta informaci�n tan completa le permite al sistema nervioso la integraci�n din�mica de respiraci�n y circulaci�n: maravillosa sinfon�a funcional de todos sus elementos. La vigilancia constante de la aferentaci�n sancional se mantiene durante toda la vida, desde la �poca prenatal. Existen otros receptores semejantes, los llamados receptores del seno carotideo, que son el origen de la informaci�n sancional para el control especial de la sangre arterial destinada a la circulaci�n encef�lica.

Continu� �lvarez-Buylla en esta entrevista describiendo las experiencias con estos receptores del seno carotideo, que ya conocemos. M�s tarde, Remolina lo llev� a relatar sus experiencias con el corp�sculo de Pacini, en las que el mismo Remolina hab�a participado junto con J. Ram�rez de Arellano, E. Deutsch y E. F. Migliaro. La elecci�n del corp�sculo de Pacini tuvo lugar para comprobar como un receptor traduce la presi�n en impulsos nerviosos. Esta estructura se ve a trav�s del delgado tejido mesent�rico como preciosos cuerpos ovoidales de casi un mil�metro de largo, en cuyo interior se alcanza a percibir la terminaci�n de la fibra nerviosa �nica; en su salida esta fibra hace un recorrido libre que puede ser de 20 o 30 mil�metros, entre las dos hojas del mesenterio. Transcribimos la descripci�n del experimento, que creo puede ser de gran utilidad para los estudiantes de neurociencias, al recordarles la importancia de los m�todos de la fisiolog�a cl�sica, en esta �poca del desarrollo irrefrenable de la biolog�a molecular. Son precisamente experimentos como los de �lvarez-Buylla los que permiten orientar a la bioqu�mica y la pesquisa molecular sobre las estructuras que deben ser estudiadas.

Hicimos una preparaci�n montando el mesenterio sobre una placa de corcho pintada con negro mate. Esto nos permit�a preparar la fibra �nica hasta su entrada al cuerpo ovoide que es el corp�sculo de Pacini. Registramos la respuesta el�ctrica a la estimulaci�n mec�nica del corp�sculo. El est�mulo mec�nico se hac�a con un fino talio de pl�stico acoplado a un electroim�n que era activado con pulsos, el�ctricos rectangulares de un estimulador Grass y consegu�amos as� un est�mulo que era s�lo aproximadamente rectangular. El registro de su amplitud y curso temporal se hac�a por medio de una celdilla fotoel�ctrica a la que llegaba un haz de luz interrumpido en parte por los movimientos del tallito estimulador. En la pantalla de un osciloscopio de doble haz ten�amos el registro de la actividad el�ctrica de la fibra nerviosa y los movimientos del est�mulo mec�nico [...] registramos la iniciaci�n de la respuesta nerviosa por la transducci�n en el receptor de la energ�a mec�nica en espiga (potencial de acci�n). Encontramos que antes de iniciarse la espiga hab�a una despolarizaci�n mucho m�s lenta. Los est�mulos d�biles, subumbrales, daban lugar solamente a la aparici�n de este respuesta lenta, no propagante, por lo que la llamamos al principio respuesta local. Al aumentar la intensidad del est�mulo mec�nico crec�a la respuesta local, hasta conseguir la aparici�n de la espiga propagada en la fibra nerviosa, mismo que la recorr�a en toda su longitud. Al parecer fuimos los primeros en describir esta respuesta local del corp�sculo, a la que se llam� despu�s potencial del receptor.

As� de sencillo ocurri�, al parecer, este descubrimietno b�sico del grupo de investigadores dirigido por Ram�n �lvarez-Buylla.

En diciembre de 1996 envi� un fax a Ram�n �lvarez-Buylla actualmente investigador titular del Centro Universitario de Investigaciones Biom�dicas de la Universidad de Colima. Le ped�a me dijera las que consideraba 10 de sus m�s importantes publicaciones, as� como una lista sucinta de los puestos que ha ocupado. Tambi�n le suger� escribiera unas cuartillas acerca de su obra cient�fica y sus ideas acerca del porvenir de la fisiolog�a. Me contest� enseguida y transcribo su respuesta, que, como veremos, incluye algunos aspectos ya tratados por sus alumnos y resulta de mucho inter�s verlos ratificados y ampliados por �l.

Querido Augusto,
Gracias por tus faxes, aqu� te mando unas letras referentes a mi trabajo reciente con los antecedentes. Tambi�n incluyo ciertas consideraciones sobre la investigaci�n en M�xico y la ense�anza de la fisiolog�a.
Mis estudios de doctorado, que realic� en la ex Uni�n sovi�tica bajo la direcci�n del gran cient�fico Piotr Kusmich Anojin, fueron definitivos para mi formaci�n cient�fica, tanto desde el punto de vista metodol�gico, como conceptual, de ah� el enfoque integrativo que ha caracterizado mi trabajo de investigaci�n.
El concepto de "aferentaci�n sancional" desarrollado por Anojin es muy trascendente, proporciona al sistema nervioso central (SNC) la valoraci�n de una respuesta. Creo firmemente que el SNC est� organizado en sistemas funcionales m�s que en mapas anat�micos. Anojin estudi� la informaci�n sancional en muchas actividades som�ticas, yo fui el primero en su Departamento en aplicar dicho concepto a reacciones vegetativas de primera importancia, como la respiraci�n integrada para todas las c�lulas del organismo, y en particular para las neuronas, muy delicadas en este equilibrio bioeneg�tico. La respiraci�n es una funci�n vital para todos los seres vivos, es la fuente de bioenerg�a proporcionada por la glucolisis. En los mam�feros, el SNC es el integrador fundamental, con la homeostasis de la glucosa y el ox�geno, como lo demostramos estableciendo reflejos condicionados.
Analic� durante varios a�os la informaci�n sancional para la funci�n respiratoria, estudiando los mensajes que llegan al SNC por los nervios depresores procedentes de los receptores del arco a�rtico, punto de inicio de la circulaci�n arterial. En estos mensajes se proporciona informaci�n, no s�lo del volumen sist�lico y resistencia perif�rica, sino tambi�n de los elementos fundamentales para la respiraci�n celular, como el ox�geno, el pH y, ahora sabemos, la glucosa. El SNC integra en forma din�mica una maravillosa sinfon�a funcional de todos estos elementos b�sicos de la respiraci�n celular.
Otros receptores semejantes, localizados en el seno carotideo, son el origen de la informaci�n sancional para el control especial de la sangre destinada a la circulaci�n encef�lica. Mi inter�s por aclarar el papel que desempe�an sus quimiorreceptores en el control respiratorio se ha mantenido hasta ahora. Hemos caracterizado los mecanismos compensatorios que entran en juego al activarse los quimiorreceptores por la deficiencia de glucosa. Hemos analizado los cambios, en el organismo intacto, que se ocasionan por la anoxia anox�mica producida con peque�as dosis de cianuro, o por la hipoglucemia. Los recepetores, tanto a�rticos como senocarot�deos, son neuronas sensibles a su propio equilibrio ADP-ATP. En respuesta a sus se�ales, el SNC mantiene el equilibrio din�mico de estos elementos b�sicos de la respiraci�n, glucosa y ox�geno.
El desarrollo de una t�cnica para aislar circulatoriamente la regi�n del seno carotideo, con respecto al resto de la circulaci�n sist�mica, nos permiti� estudiar recientemente, que cambios de la composici�n en su sangre arterial iniciaban las respuestas que registr�bamos en el nervio del seno carotideo. Creo que lo m�s trascendente fue ver que estos receptores son sensibles no s�lo a cambios en el O2 C2 y pH, sino tambi�n a cambios en la concentraci�n de glucosa. La hipoglucemia estimula los receptores senocarotideos, dando lugar a se�ales que son las responsables del aumento en la glucemia sist�mica, con aumento en la concentraci�n de glucosa en el l�quido cefalorraquideo (LCR) y aumento de la retenci�n de glucosa por SNC. Demostramos la participaci�n humoral de la neurohip�fisis y adrenales en esta regulaci�n refleja. En la actualidad realizamos estudios en dos direcciones: a) la vasopresina como posible neurosecreci�n efectora de estos reflejos; b) el mecanismo por medio del cual las neuronas son capaces de retener glucosa despu�s de la estimulaci�n de los quimiorreceptores del seno carotideo aislado. En colaboraci�n con el doctor A. Huberman estamos estudiando una nueva neurosecreci�n presente en el LCR, importante en esta captaci�n de glucosa por SNC.
Con objeto de analizar experimentalmente la hip�tesis (expuesta en uno de mis trabajos) que la hip�fisis es un almac�n de neurosecreciones elaboradas por SNC, sustitu� la hip�fisis extirpada por un fragmento de gl�ndula par�tida. Durante una serie de investigaciones, demostramos que el trasplante en animales hipofisoprivos aumenta mucho su sobrevida en comparaci�n con la de los animales hipofisectomizados sin trasplante.
Determinamos que hay una recuperaci�n de funciones endocrinas despu�s de este trasplante de la gl�ndula salivar que incluye a los suprarrenales, la tiroides y las g�nadas. En la actualidad estamos estudiando el mecanismo por el cual el trasplante de la gl�ndula salivar compensa las deficiencias hormonales producidas por la hipofisectom�a.
Sugerimos que las c�lulas de la gl�ndula salivar (que son del mismo origen embrionario que el epitelio far�ngeo que da origen a la gl�ndula pituitaria) se desdiferencian, y por la influencia de las hormonas hipotal�micas adquieren las propiedades de las c�lulas hipofisarias primativas.
Durante la organog�nesis de la hip�fisis, ocurren una serie de diferenciaciones progresivas de las distintalas l�neas celulares hip�fisis-espec�ficas, partiendo de un primordio com�n (bolsa de Rathke, epitelio far�ngeo), despu�s que el primordio ectod�rmico de los l�bulos pituitarios anterior e intermedio se pone en contacto con el neuroectodermo. Las interacciones inductivas entre estos tejidos son imprescindibles para su diferenciaci�n apropiada. Una vez conseguido esto, el epitelio de la bolsa de Rathke, prolifera y diferencia en l�neas celulares espec�ficas de la hip�fisis que van a secretar p�ptidos cr�ticos para la homeostasis, crecimiento y reproducci�n.
Para ubicarnos en el porvenir de la fisiolog�a en M�xico, hay que hacer un poco de historia. La generosidad del gobierno mexicano, con el general L�zaro C�rdenas a la cabeza, hizo posible la emigraci�n masiva de intelectuales espa�oles a este pa�s entra�able, despu�s de la mal llamada guerra civil espa�ola. Como mencion� don Ignacio Ch�vez en Salamanca, no s�lo se abrieron para nosotros las fronteras sin papeles, sino las Universidades y los hogares mexicanos. En M�xico estaba mi madre, y aqu� llegu� en 1947, una vez terminado mi doctorado en la ex Uni�n sovi�tica.
En aquellos a�os la actividad cient�fica en M�xico estaba poco desarrollada, depend�a exclusivamente del apoyo del Estado y se llevaba a cabo fundamentalmente en la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico y en el Instituto Polit�cnico Nacional, am�n del Instituto Nacional de Cardiolog�a, y otros Institutos de Salud, concentrados b�sicamente en el Distrito Federal. La mayor�a de los intelectuales espa�oles emprendieron de inmediato una labor de investigaci�n, siempre aunada a la ense�anza, y creo sinceramente que fortalecieron de manera importante el renacimiento de la ciencia en M�xico.
La visi�n extraordinaria del doctor Arturo Rosenblueth con la creaci�n del Centro de Investigaci�n y Estudios Avanzados del IPN, marc� un parteaguas en el desarrollo cient�fico del pa�s. Fue maravilloso, el Centro se convirti� en una incubadora de cient�ficos y base importante de la investigaci�n cient�fica en M�xico, apoyando la creaci�n de laboratorios en Universidades de provincia.
Hoy en d�a, la infraestructura cient�fica, con el apoyo del CONACYT, ha progresado, y aunque dista mucho de los niveles deseados existen m�s centros e institutos de investigaci�n, tanto en el D.F., como en el resto de la Rep�blica, con programas de posgrado para formar profesores-investigadores s�lidos que elevar�n el nivel acad�mico superior en M�xico.
El problema de la formaci�n de profesores de fisiolog�a, y pienso que ocurre lo mismo en las otras especialidades, es cr�tico y debe afrontarse con mayor atingencia si queremos alcanzar, alg�n d�a, los niveles de los pa�ses m�s evolucionados. Siempre he pensado que la ciencia es y ha sido la base del progreso de la humanidad. Hemos llegado al umbral del siglo XXI por las contribuciones cient�ficas sobre las que se apoyan todas las l�neas del desarrollo. Con todo esto quiero se�alar la importancia de que un pa�s sea fruct�fero en producci�n cient�fica, y la gran trascendencia que tiene el que haya profesorado e instituciones donde no s�lo se busque la formaci�n de nuevas generaciones de cient�ficos y acad�micos, sino se hagan contribuciones originales en ciencia.
A medida que la medicina moderna se ha venido haciendo cada vez m�s cient�fica, como consecuencia de profundizar en la fisiolog�a, es preciso reconocer que �sta es de la mayor importancia para la formaci�n del m�dico. La fisiolog�a, es decir, el estudio de las funciones, debe integrar materias como bioqu�mica, embriolog�a, histolog�a, etc., en los primeros a�os de la carrera de medicina. En ese sentido, tendr�amos que empezar por escribir nuevos textos de fisiolog�a, no por �rganos, sino por funciones. Hemos llegado a un nivel en el desarrollo en que es fundamental y necesario comprender que lo esencial es la funci�n.
Los progresos de los departamentos de fisiolog�a dependen de que sus laboratorios sean el campo primordial para la ense�anza y formaci�n de nuevos maestros. Ya Claudio Bernard asent�: "es imposible llegar a las grandes verdades cient�ficas sin antes haber pasado por el aprendizaje pr�ctico estricto." Urge fomentar el esp�ritu de investigador experimental, urge formar maestros con capacidad de plantear experimentos. Veo con preocupaci�n la desaparici�n paulatina de los trabajos de laboratorio en las escuelas de medicina y biolog�a. Me refiero a la necesidad de exponer a los alumnos a experimentos de verdad, en los que se analice lo que pueda observarse, y en los que se est� abierto a interpretaciones novedosas, aunque no aparezcan en los libros; experimentos en los que se discuta y aprenda a reconocer verdades y errores.
Dado que lo que hace a la ciencia es el m�todo y no el objeto, la fisiolog�a debe basarse en el ejercicio del m�todo cient�fico. El curr�culum de pregrado o posgrado en cualquier escuela de medicina debe surgir de una evaluaci�n cr�tica y realista para asumir responsabilidades ante los estudiantes. La educaci�n m�dica debe orientarse a proporcionar las herramientas del m�todo cient�fico tan necesarias en la investigaci�n. Un curso de fisiolog�a no puede ser un desfile de luminarias eruditas, sino una experiencia formativa en donde el profesor y el alumno juntos, dise�en, vivan y eval�en los experimentos.


Figura 4.IV. �lvarez-Buylla diseca una rata.

Figura 5.IV. Ram�n �lvarez-Buylla y el profesor Houssay en el VII Congreso Latinoamericano de Ciencias Fisiol�gicas efectuado en Centro Médico, M�xico, 1967.

DIEZ PUBLICACIONES DEL DOCTOR RAM�N �LVAREZ-BUYLLA

�lvarez-Buylla, R. "An�lisis oscilogr�fico de los impulsos en el nervio depresor". Fisiol. J. URSS, 34: 583-590, 1948.

�lvarez-Buylla, R. "Estudio de la actividad quimiorreceptora del seno carotideo". Ciencia, 12: 129-140, 1952.

�lvarez-Buylla, R. y J. Ram�rez de Arellano. "Local responses in pacinian corpuscles.". Amer. J. Physiol., 172: 237-244, 1953.

�lvarez-Buylla, R. y J. Carrasco-Zanini. "Aconditioned Reflex which Reproduces the Hypoglycemic Effect of Insulin". Acta Physiol. Latinoamer., 10: 153-158, 1960.

�lvarez-Buylla, R. y E. R. de �lvarez-Buylla. "Regulation of Hypoglycemia in Hypophysectomized Dogs With Glandular Transplants in the sella turcica". Acta Physiol. Latinoamer., 13: 306-312, 1963.

�lvarez-Buylla, R., R. Mandoki y E. R. de �lvarez-Buylla. "Survival Comparison betwen Totally Hypophysectomized Dogs and Dogs with a Transplant of Salivatory Gland in the Place of the Extirpated Hypophysis". Acta Physiol. Latinoamer., 20: 20-23, 1970.

�lvarez-Buylla, R., B. C. Livett, L. O. Uttental, D. B. Hope y S. H. Milton. "Inmunochemical evidence for theTransport of Neurophysin in the Hypotalamo-Neurohypophysial System of the Dog". Z. Zellforsch., 137: 435-450, 1973.

�lvarez-Buylla, R. y E. R. de �lvarez-Buylla. "Hypoglycemic Conditioned Reflex in Rats. Preliminary study of its Mechanism". J Comp. Physiol., 88: 155-160, 1975.

�lvarez-Buylla, R. y V. Tsutsumi. "Adrenocortical Activity in Hypophysectomized Dogs with Parotid Gland Transplants in Direc Contact with the Basal Hypothalamus". Acta Endocrinol, 92: 710-719, 1979.

�lvarez-Buylla, R., E. E. de �lvarez-Buylla, H. Mendoza y A. �lvarez-Buylla. "Pituitary and Adrenals are Required for Hyperglycemic Reflex Initiated by Stimulation of CBR with Cyanide". Am. J. Physiol., 272 (en impresi�n), 1997.

Puestos desempe�ados por Ram�n Alvarez-Buylla.

1940-1941. Ayudante de la c�tedra de histolog�a en la Universidad de Rostov, URSS, profesor K. A. Laurov.

1942-1943. Internado en el Hospital General de Ashjabad, Turkmenia, URSS. Departamento de Medicina Interna. Auxiliar de la c�tedra terap�utica del hospital.

1945. Profesor visitante en fisiolog�a, Universidad de Rostov, URSS. Profesor visitante en fisiolog�a del sistema nervioso, Academia de Ciencias de Leningrado, URSS.

1945-1946. Delegado por el Departamento de Fisiolog�a del Sistema Nervioso a la Academia de Ciencias M�dicas de Mosc�.

1947-1948. Jefe del Laboratorio "A". Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas del IPN. M�xico, D.F

1948-1950. Profesor de ense�anza t�cnica superior. Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas, IPN.

1951-1953. Jefe del Laboratorio de Fisiolog�a, investigador cient�fico "C". Escuela nacional de Ciencias Biol�gicas, IPN.

195-1955. Profesor asociado de fisiolog�a. Instituto Nacional de Cardiolog�a, M�xico, D.F.

1955-1957. Jefe del Laboratorio de Fisiolog�a, profesor "A", investigador cient�fico, Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas.

1957-1960. Jefe de Laboratorio de Fisiolog�a, profesor "B", investigador cient�fico. Escuelas Profesionales. Escuela Nacional de Ciencias Biol�gicas.

1958-1961. Jefe de los Laboratorios de Investigaci�n del Instituto Nacional de Neumolog�a, M�xico, D.F.

1961-1980. Profesor titular, Departamento de Fisiolog�a y Biof�sica, Centro de Investigaci�n y de Estudios Avanzados, IPN, M�xico, D.F.

1980-1989. Jefe de la Divisi�n de Investigaci�n B�sica, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, SSA.

1984-1990. Investigador titular "C", Secretar�a de Salud, M�xico, D.F.

1984-1990. Profesor de asignatura "A", UNAM, M�xico, D.F.

1991 a la fecha, investigador titular, Centro Universitario de Investigaciones Biom�dicas, Universidad de Colima.

[Inicio][Anterior]Previo[Siguiente]