II.6. ROBERT HOOKE

Robert Hooke (1635-1702) fue uno de los primeros secretarios de la Real Sociedad de Londres, probablemente el primer microscopista que observ� las c�lulas y definitivamente el primero en darles ese nombre (en una demostraci�n a la Real Sociedad del aspecto de los poros del corcho, cortados en forma tanto transversal como perpendicular, fechada el 13 de abril de 1663, mientras que la primera descripci�n de Leeuwenhock de sus "animalitos muy peque�os", observados en agua fresca, data de 1647). Como encargado (curator) de experimentos en la Real Sociedad, Hooke siempre ten�a su tiempo m�s que repleto con las ocupaciones m�s extra�as y diversas, pero se las arregl� para incluir entre ellas las observaciones microsc�picas, que sirvieron para introducir el uso de este instrumento de investigaci�n en Inglaterra. Su libro Micrographia, publicado en 1665, tuvo un �xito razonable cuando apareci� el 20 de enero de ese a�o Samuel Pepys visit� a sus libreros, y dijo: "... me llev� a casa el libro de microscop�a de Hooke, un volumen excelente, del que estoy muy orgulloso."

Frontispicio del libro Micrographia, de Robert Hooke, publicado en 1665.

La segunda edici�n de Micrographia apareci� dos a�os m�s tarde, y desde entonces ha habido innumerables ediciones. Pero nuestro inter�s en Hooke, por esta vez, no est� relacionado con sus trabajos microsc�picos sino con sus ideas sobre la causa de los terremotos, que aparecen en sus Obras p�stumas. En estos escritos Hooke se pregunta (en estilo fielmente baconiano, v�ase cap�tulo III) en d�nde han ocurrido terremotos y en d�nde no han ocurrido, para aplicar la regla de los "rechazos y exclusiones". Pero al llegar a este punto, Hooke debe haberse dado cuenta de que no pod�a seguir adelante, por lo que formul� cuatro hip�tesis, demostr� que tres de ellas no eran satisfactorias y propuso un ingenioso m�todo para poner a prueba a la cuarta hip�tesis, que entre otras cosas postulaba que el movimiento de los polos terr�queos era la causa de los terremotos y de otros fen�menos geol�gicos. Esta hip�tesis nunca se puso a prueba, probablemente porque la velocidad del movimiento postulado era demasiado lenta para que Hooke la hubiera podido medir con los m�todos a su alcance; de hecho, no sabemos si la medici�n real se intent� alguna vez. Pero Oldroyd sugiere que es posible destilar de los datos de Hooke una imagen de sus ideas generales sobre el m�todo cient�fico. Lo que este esquema realmente ofrece de novedoso sobre los m�todos aristot�lico y newtoniano, es su car�cter reiterativo, su clara sugesti�n de ciclos repetidos de hip�tesis, deducci�n (o an�lisis) y experimentos, de rutinas id�nticas cuya r�plica realmente enriquece en forma progresiva el conocimiento cient�fico, hasta que se alcanza el nivel que requiere y justifica la formulaci�n de hip�tesis nuevas y m�s generales.

Hooke es, maIgr� lui, un newtoniano completo. Su disputa con Newton sobre la prioridad de sus respectivos c�lculos te�ricos sobre el car�cter lineal o el�ptico de las �rbitas planetarias, que fue ganada por Newton, as� como su alegato de que �l hab�a descubierto antes que Newton la teor�a de los colores, que tambi�n fue ganado por Newton, demuestran que ambos sabios estaban pensando en las mismas cosas casi al mismo tiempo. De mayor importancia para nuestro inter�s en el m�todo cient�fico, tanto Newton como Hooke se opon�an a las ideas de Descartes y se proclamaban seguidores de Arist�teles. Y para completar el paralelismo, ni Newton ni Hooke realmente llevaron a cabo sus trabajos y descubrimientos siguiendo el m�todo que preconizaron.

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