El liceo de niñas y el Instituto de Ciencias

El liceo de niñas y el Instituto de Ciencias


Unas l�neas aparte merecen las dos primeras instituciones de educaci�n profesional que hubo en Aguascalientes. La idea de abrir el Liceo se debe a Alfredo Lewis y Jos� Bolado, quienes le presentaron al gobernador Francisco G. Hornedo el proyecto correspondiente. Lo que ellos quer�an era muy sencillo: "crear entre nosotros una clase que apenas existe; la de la se�orita pobre, instruida y virtuosa, destinada a ser buena madre y directora inteligente de la educaci�n dom�stica". No se trataba de igualar a la mujer con el hombre, lo cual era impensable en esa �poca, sino tan s�lo de prepararla adecuadamente para el matrimonio, la crianza de los hijos y, en el mejor de los casos, para el ejercicio de la carrera magisterial.

El Liceo se inaugur� el 16 de septiembre de 1878, con un presupuesto m�s bien modesto, pero con el apoyo de algunos profesionistas que le regalaron su tiempo, como los doctores Carlos M. L�pez y Jes�s D�az de Le�n. Con el paso del tiempo, algunas de sus egresadas pasaron a formar parte de su cuerpo directivo, entre las que se distingui� de manera muy particular la maestra Rosa Valad�s. Con bastante raz�n, ella estaba convencida de que el Liceo hab�a abierto para la mujer horizontes nuevos y mejores, y no s�lo gracias al hecho de que muchas cursaron en �l la carrera magisterial, sino todo porque hab�a inaugurado en Aguascalientes la �poca de participaci�n femenina en los asuntos de inter�s p�blico.

El Instituto de Ciencias, por su parte, que tiene como antecedente el colegio fundado por el gobernador Felipe Nieto, fue para los hombres lo que el Liceo para las mujeres. Bajo el nombre de Escuela de Agricultura se inaugur� el 15 de enero de 1867, ofreci�ndose en ella, aparte de los estudios medios, las carreras de agricultor, ingeniero, ge�grafo, agrimensor, veterinario y comerciante. Es muy digno de se�alarse el hecho de que, apenas dos meses despu�s de que los imperialistas fueron expulsados del territorio estatal, el gobernador G�mez Portugal llevaba a cabo la apertura de un establecimiento de instrucci�n.

En 1883 se abandonaron los ambiciosos planes iniciales y la Escuela de Agricultura se transform� en Instituto Cient�fico y Literario. Dos a�os despu�s adopt� el nombre de Instituto de Ciencias y sus planes de estudios fueron uniformados con los de la Escuela Nacional Preparatoria, con el fin de que los egresados no tuvieran problemas para inscribirse en las escuelas profesionales de la capital de la rep�blica o de Guadalajara. El gobierno del estado reconoc�a, as�, que no ten�a los recursos necesarios para ofrecer estudios superiores, lo que adem�s era desaconsejado por el corto n�mero de solicitantes, pero no renunciaba a su obligaci�n de ofrecer a los egresados de las escuelas primarias la oportunidad de proseguir sus estudios.

Con el paso de los a�os el entusiasmo inicial se apag� y el Instituto comenz� a funcionar de manera bastante rutinaria. El doctor Ignacio N. Mar�n, su director perpetuo, informaba con demasiada complacencia que al frente del Instituto figuraba "un ilustrado cuerpo de profesores", que los resultados de los ex�menes eran siempre satisfactorios y que los alumnos se mostraban respetuosos de sus superiores y atentos al cumplimiento de sus deberes. La verdad es que, junto a algunos profesores muy ameritados, como el ya mencionado Jes�s D�az de Le�n y Jos� Herr�n, padre por cierto del gran pintor Saturnino Herr�n, hab�a otros bastante mediocres, enemigos met�dicos de las innovaciones e incapaces de ajustar el Instituto al esp�ritu cambiante de los tiempos.


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