Angustia colonizadora

Angustia colonizadora


A los problemas anteriores se a�ad�an otras circunstancias casi paralelas, como el que en la regi�n tropical de la rep�blica exist�an riquezas agr�colas que no se aprovechaban por dos principales motivos: insalubridad y falta de comunicaciones. As� era la situaci�n de Campeche en la segunda mitad del siglo XIX : algunos de sus nativos diseminados por la guerra, y otros extingui�ndose en las haciendas. Ante una agricultura exigua, algunos empezaron a considerar la colonizaci�n. El primer paso se produjo por iniciativa del diputado Pedro A. Lara, quien logr� que el Congreso decretara el 2 de septiembre de 1875 la promoci�n de inmigrantes para la regi�n de Bolonch�n, y que se pagara un peso mensual a todo el que proviniese de otro punto fuera del estado o de los cantones pac�ficos del sur y se radicara en ese partido. Esta medida estimul� a los vecinos de la poblaci�n de Iturbide, quienes en una reuni�n acordaron entregar a cada familia que se avecindase una casa de zacate y barro —con la capacidad suficiente para contenerla— con un solar propio en el fondo de la poblaci�n. Primero la ocupar�an como propiedad del municipio y, transcurridos dos a�os, se les escriturar�a en propiedad. Los nuevos habitantes —dec�an los de Iturbide— estar�an exentos de cargas vecinales y de toda clase de medidas impositivas. La pol�tica de colonizaci�n quiso incorporar grupos de poblaci�n del extranjero y tambi�n de otros estados, pero los trastornos pol�ticos impidieron la continuidad del proyecto y s�lo en 1880 volvi� a tratarse el tema, al llegar a Campeche la noticia de que varios hacendados yucatecos hab�an contratado la inmigraci�n de 100 chinos procedentes de California para las fincas peninsulares. Asimismo, en marzo de 1881 se supo que habitantes de Canarias estaban dispuestos a emigrar por la mala situaci�n que pasaban en las islas; las primeras familias de esta procedencia llegaron a Yucat�n en septiembre de 1881.


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