Joaqu�n Mucel Acereto, joven revolucionario, hab�a trabajado en favor de Madero en la ciudad de M�xico junto con otros estudiantes de ingenier�a. Colabor� inicialmente con los hermanos V�zquez G�mez y el ingeniero Robles Dom�nguez. Al triunfo de Madero, �l, junto con otros estudiantes, empez� a recibir instrucci�n militar y fue considerado teniente asimilado en caso de emergencia. Instalado Huerta en el gobierno, Mucel particip� en conspiraciones, al lado del grupo que encabez� el diputado oaxaque�o Edmundo Pastel�n. Realiz� propaganda subversiva e hizo acopio de armas y parque ayudado por los hermanos L�pez Guerra, contando con la simpat�a de algunos oficiales del Ej�rcito Federal, como Negroe, Miranda, Abreu, Ant�nez y otros. Denunciada la conspiraci�n, la polic�a los persigui� para recogerles las armas y el parque escondido en una casa de las calles de Allende y Per� y en otra de la Santa Veracruz. Fueron aprehendidos y sacrificados algunos miembros, entre ellos el mismo diputado Pastel�n. Mucel logr� abandonar la capital y, perseguido por los sicarios de Huerta, huy� a C�rdoba, pas� por Coatzacoalcos y por Tapachula fue a Puerto Barrios, en Guatemala, embarc�ndose hacia Nueva Orle�ns. Fue a San Antonio de camino a Piedras Negras, donde se present� directamente con el Primer jefe del Ej�rcito Constitucionalista, quien despu�s de conocer sus actividades lo gradu� como capit�n segundo. M�s tarde se incorpor� a las fuerzas revolucionarias de Lucio Blanco en Tamaulipas. Elabor� los t�tulos que fueron entregados a los campesinos en el memorable reparto de tierras en Los Borregos.
Estuvo presente en las operaciones sobre las poblaciones de Reynosa, M�ndez, San Fernando, Jim�nez, Padilla y G�emes, atacando a las tropas del general Luis Caballero en Ciudad Victoria. Particip� en el combate de Garza Vald�s, donde puso en fuga a las fuerzas federales del general Rubio Navarrete. Particip� en otras ocasiones hasta que entr� con Carranza en la capital de la Rep�blica el 15 de agosto de 1914. Designado coronel, gobernador preconstitucional y comandante militar de Campeche, viaj� acompa�ado del mayor Eleuterio �vila, quien iba con la misma misi�n a Yucat�n, ambos escoltados por las tropas del general Alberto Carrera Torres. Se embarc� en Coatzacoalcos en el vapor Tehuantepec rumbo a Progreso, pas� por M�rida y en la noche del 9 de septiembre asumi� el gobierno de Campeche a la edad de 27 a�os. Se neg� a recibir el puesto de manos de Eduardo Hurtado, ya que las disposiciones revolucionarias desconocieron a los servidores del huertismo. Asumi� el cargo en un acto puramente castrence, atestigu�ndolo los tenientes coroneles Eutiquio C. Torres y Pedro Rosales; el general Carrera Torres lo declar� gobernador preconstitucional. Mucel organiz� una fuerza militar local, desconoci� las disposiciones del anterior mandatario, disolvi� el Congreso y, cumpliendo con los prop�sitos revolucionarios, expidi� el Decreto n�mero 6 del 22 de septiembre de 1914, que declar� nulas las deudas de los peones y canceladas las oprobiosas cartas de cuentas. Hizo valer la Constituci�n y otorg� a los sirvientes de campo la m�s amplia libertad para cambiar su residencia, con lo que se termin� la disimulada esclavitud. Baltasar Dromundo escribi�:
Cada generaci�n tiene su rumbo y cada rumbo exige su propia generaci�n. En el dintel del siglo XX se form� la vor�gine de un nuevo anhelo de justicia social. Era el sue�o de los trabajadores espoliados y de los peones acasillados de las haciendas; era el nuevo evangelio de los hombres y el catecismo de los tristes.
El gobernador Mucel regulariz� la administraci�n de justicia, reorganiz� la educaci�n y aplac� la rebeli�n del Cuartel de Artiller�a. Leal a Carranza, neg� la participaci�n del estado en la Convenci�n de Aguascalientes.
Entre los hechos m�s sobresalientes de car�cter revolucionario se cuenta la rebeli�n del coronel Abel Ortiz Argumedo, que se inici� cuando desconoci� al gobernador designado por los constitucionalistas, general Toribio V. de los Santos, y termin� por asumir un car�cter separatista. El Camino Real fue el escenario, ya que las tropas leales se replegaron a B�cal y despu�s a Hecelchak�n, donde se reforzaron con elementos de la brigada Mucel y desde ah� impidieron el avance del enemigo. Al llegar el general Salvador Alvarado, designado jefe militar de la regi�n del Sureste, Mucel inspeccion� sus fuerzas en Hecelchak�n e inform� a Alvarado de la situaci�n. Dispuso que se pusieran a sus �rdenes fuerzas, armas y municiones que se hab�an adquirido en los Estados Unidos con fondos estatales, por conducto de Rafael Zubar�n. Organiz� el servicio m�dico de la brigada Mucel, utilizando como enfermeras a las profesoras de la entidad y a otras se�oras de la sociedad campechana. Estos servicios fueron dirigidos por el mayor Arturo Baled�n Gil.
El 10 de mayo de 1915 el general Alvarado ya se encontraba en la l�nea de combate y expidi� una circular a los propietarios de fincas para que se abstuviesen de dar abrigo a los disidentes, ya que ser�an pasados por las armas y decomisados sus bienes. Despu�s hubo combates el 14 y 15 de marzo, y el propio general Alvarado escribi� que participaron la brigada Mucel, los batallones jefaturados por el coronel Ricardo L�pez, coronel Manuel F. L�pez, mayores Ram�n Mill�n y Mart�n Helenes para cortar la retirada del enemigo en Dzitbalch�. El 14, "al romper el d�a", se puso en marcha la columna del general Toribio V. de los Santos, con fuerzas del general Ram�n Sosa Torres, para atacar Xueleb y la retaguardia de Pocboc como ala izquierda. El ala derecha, que atac� la hacienda de San Juan, estuvo al mando del general Heriberto Jara. La brigada del centro, al mando del propio general Alvarado. El batall�n Tabasco qued� a las �rdenes del general Ernesto Aguirre Colorado; el Serapio Rend�n a las del mayor F�lix Meza, y la artiller�a al mando del mayor Enrique Negroe. La caballer�a del teniente coronel Kelly form� la reserva. El enemigo ocupaba Pocboc, las haciendas Blanca Flor, Xuelin y San Juan. El fuego se rompi� a las siete de la ma�ana. El primero en entrar en acci�n fue el general Jara, y 10 minutos despu�s el centro y el ala izquierda. A las nueve horas, el general Alvarado recibi� el parte de que el mayor Velasco hab�a dado muerte, en duelo personal a pistola, al traidor Abraham Rodr�guez, quien se neg� a unirse a los constitucionalistas. Despu�s de un ligero tiroteo, se present� el teniente Robles con las fuerzas de Garcilazo, para ayudar a rendir al resto de la fuerza. Los espa�oles y ex federales que figuraban como jefes fueron pasados por las armas en el acto. A esa misma hora el general De los Santos asalt� las posiciones de Xuelin, derrot� al enemigo y le tom� cerca de un centenar de prisioneros. A continuaci�n ocup� Pocboc y caus� a los contrarios considerables bajas. La lucha dur� hasta las cinco de la tarde, cuando las tropas tocaron la diana en las posiciones del enemigo, que tuvo 450 muertos y 622 prisioneros. Los restos de la columna argumendista, que inicialmente se hab�a calculado en 3 000 hombres, huyeron y se dispersaron por Calkin� y otros rumbos.
Poco despu�s sobrevino el combate de Halach�, donde el general Alvarado se enfrent� con 500 sublevados que estuvieron al mando del coronel de ingenieros Jacinto Brito. En el enfrentamiento los constitucionalistas coparon un tren en la estaci�n San Jos� y aprehendieron a los doctores Efra�n Guti�rrez y Arturo Erosa C�sares y a unos j�venes apellidados Ponce y Alcocer. Estos dos �ltimos y el capit�n Solaborde fueron fusilados. Se lleg� hasta el centro de Halach� combatiendo y, alrededor de las cinco de la tarde, se captur� a la brigada Comercio integrada por adolescentes yucatecos. El general Toribio V. de los Santos orden� al teniente coronel Mill�n que fusilara a los estudiantes, entre ellos a Julio Molina Font y Aurelio y Adolfo Gamboa. Otros se salvaron por la llegada del general Alvarado, quien orden� al general Jara que suspendiera las ejecuciones (le se�al� un roble del que pend�an algunos muchachos y le dijo que semejaba "un arbolito de Navidad"). El 19 de marzo Salvador Alvarado ocup� M�rida y se hizo cargo del gobierno.
En estas circunstancias, la responsabilidad del joven gobernante Joaqu�n Mucel, ascendido a general de brigada por su participaci�n en la campa�a, fue poner orden en los ramos de la administraci�n p�blica, adem�s de establecer el municipio libre y la Comisi�n Local Agraria, con la que inici� el repartimiento y el estudio de restituci�n de terrenos, como aquella de mediados de 1916 cuando los vecinos de Champot�n pidieron el reconocimiento de las tierras que se les hab�a concedido por merced real del 9 de marzo de 1564. Los acontecimientos tuvieron un desarrollo m�s o menos acorde con los prop�sitos de la Revoluci�n, por lo que al convocarse al Constituyente de 1916-1917 se eligi� como diputados propietarios a Juan Zubar�n y Herminio P�rez Abreu —pol�ticos conocidos nacionalmente—, y en las suplencias a Fernando Galeano y Enrique Arias Sol�s. Ning�n representante campechano firm� la Carta Magna en Quer�taro, pues desempe�aban comisiones del Primer Jefe o los suplentes mostraron poco inter�s en asistir a un lugar entonces tan distante del estado, donde estar�an tan lejos de la familia que deb�an sostener. Aquella omisi�n, vista en nuestros d�as actuales solamente con car�cter c�vico, jam�s se ha tratado de reparar, si bien la Constituci�n local de 1917 estuvo enraizada en los principios del C�digo Fundamental.
La Constituci�n local de 1917 fue la segunda del estado y contempl� ocho municipios que se organizaron de la siguiente manera: Hecelchak�n se dividi� para que apareciera Calkin�; lo mismo sucedi� con Campeche, para dar lugar a Tenabo. Bolonch�n sufri� modificaciones, ya que como cabecera municipal se design� a Hopelch�n, con lo cual cambi� de nominaci�n; asimismo adquiri� una considerable porci�n de terreno de Seybaplaya, con lo que cont� con una �rea importante de la frontera con Guatemala. Seybaplaya dej� de ser cabecera para que esa denominaci�n correspondiera a Champot�n. Carmen cedi� terreno para que Palizada tuviera calidad de municipio.