El 19 de julio quedaron instalados los poderes Ejecutivo y Legislativo, en solemne ceremonia que tuvo lugar en el Ayuntamiento. Manuel �lvarez, primer gobernador constitucional, dirigi� unas palabras al respetable destacando "la dicha inmensa que se ha derramado sobre el territorio de Colima", al ser modificado "nuestro ser pol�tico" y sustraerse "de la dependencia absoluta a que fuimos condenados por mucho tiempo". Y agreg�: "El Estado de Colima, rico por su agricultura, por su comercio y por esos mares que se azotan en sus deliciosas playas, lo ser� a�n m�s por su independencia". Tambi�n Ram�n R. de la Vega, presidente del Congreso del Estado, tuvo su parlamento: "al Congreso Constituyente de 1857 debemos el inmenso bien de nuestra independencia local". A continuaci�n, abierto el primer periodo de las sesiones ordinarias, los diputados aprobaron por unanimidad el dictamen que declaraba gobernador electo al general �lvarez, quien volvi� a dirigirse a la concurrencia: "Mi gratitud ser� eterna y sacrificar� gustoso mi existencia, si es necesario para la felicidad p�blica". Para terminar, dijo: "He puesto a Dios por testigo de que cumplir� con mi deber. Mi juramento no ser� en vano, pues s� que me obligo delante del cielo y delante de los representantes del pueblo".
El 26 de agosto siguiente, "justamente en el d�a en que concluyeron los debates de la carta fundamental", como dijera Ram�n R. de la Vega, estall� una asonada que encabezaron los capitanes Mariano V�jar y Jos� G. Rubio. Al ser informado, el gobernador arm� a algunos hombres y al frente de ellos se encamin� hacia donde estaban los amotinados. Los soldados y paisanos que segu�an al general lo dejaron solo, pero �l sigui� adelante creyendo que podr�a aquietar a los revoltosos, que se hallaban en los portales de la Plaza Mayor, "pero inmediatamente una bala le atraves� el pecho y cay� sin rastro de vida". Seg�n testimonio de Mariano de la Madrid, quien durante muchos a�os ocup� la jefatura pol�tica de Colima, "a �lvarez le dieron un balazo en el coraz�n y una pu�alada en el pulm�n derecho".
All�, en silencio total y bajo la lluvia, frente a los arcos del Portal Medell�n y a los pies de la parroquia, qued� por horas tendido el cad�ver de don Manuel �lvarez, el primer gobernador del estado de Colima.
El 7 de septiembre llegaron a Colima procedentes de Guadalajara fuerzas militares al mando del general Jos� Silverio Nu�ez, quien de inmediato declar� la capital en estado de sitio. Designado desde M�xico gobernador provisional, el 16 de octubre promulgaba la primera Constituci�n Pol�tica del Estado.
Poco hab�a durado la experiencia de la autonom�a que por tanto tiempo se busc�. Ram�n R. de la Vega, refiri�ndose a estos hechos, dijo: "La maldad y la envidia quiso que pag�ramos bien cara nuestra independencia local, y a semejanza de los antiguos, hemos sacrificado en un gran d�a una joya inestimable".
