El ferrocarril


La cr�nica llegada a Colima de los debates parlamentarios en el Congreso de la Uni�n en torno a la concesi�n del ferrocarril a la Compa��a Palmer-Sullivan provoc� las iras del vecindario. El 4 de mayo, Saturnino Ay�n, representante por Colima, se opuso rotundamente a dicha concesi�n alegando que estaba "comprometida la honra de la Naci�n", puesto que exist�a un decreto previo en favor de Roberto Symon y socios. "Muy indignamente, como se ve, ha representado el se�or Ay�n al estado de Colima; pues cometi� la inconsecuencia de manifestarse en contra del proyecto del ferrocarril Palmer-Sullivan, que acarrear�a la prosperidad y engrandecimiento del estado". El comentario mordaz iba m�s all�: "recordar�n nuestros lectores que, cuando se trat� en la misma C�mara Nacional de imponer a las f�bricas de hilados y tejidos una contribuci�n exorbitante, se le telegrafi� por el Gobernador con el fin de que hiciera por evitarlo; y fue el primero que vot� en contra de los intereses del pueblo que lo elev� al puesto que ocupa".

Los diputados locales decidieron telegrafiar entonces al presidente D�az y a la C�mara, pidiendo la pronta resoluci�n del negocio relativo a la concesi�n Palmer-Sullivan, porque "esta mejora era del mayor inter�s para la Naci�n y especialmente para Colima". Otro tanto, a iniciativa del regidor Orozco, se acuerda el 11 de mayo en el Cabildo Municipal de Colima. La importancia del ferrocarril para Colima era vital. La econom�a del estado se resent�a con las dificultades de sacar sus excedentes al mercado nacional y extranjero. Del tren se esperaba un aliento para la industria y un impulso a la agricultura, su cancelaci�n ser�a la muerte lenta para la regi�n.


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