La instrucci�n p�blica


El 30 de abril del a�o de 1880 comenz� a tomar cuerpo la perspectiva de estudios superiores en Colima. Despu�s de reconocer los afanes de Ram�n de la Vega para que "la ilustraci�n se derramara en todos los habitantes de Colima" y del impulso que Francisco Santa Cruz, uno de los mandamases m�s entusiastas del estado, hab�a dado tambi�n al ramo de la instrucci�n p�blica, el entonces gobernador, Doroteo L�pez, propuso establecer las c�tedras de medicina, jurisprudencia y agricultura, para que los j�venes colimenses no tuvieran que ir a buscar la ciencia a las aulas de otros estados.

En aquellos tiempos las familias no enviaban con facilidad a sus hijos a otra parte para que continuaran sus estudios; en las excepciones, con frecuencia se acud�a al mecenazgo oficial para obtener ayuda. El Congreso dispensaba estos favores, pero el 20 de marzo, por acuerdo econ�mico, los diputados solicitaron informaci�n al Ejecutivo acerca de los becarios para saber si segu�an siendo "dignos de la gracia que se les ha concedido, para en su vista, considerarlos en el presupuesto". Un incidente de �ltima hora, el fallecimiento del becario Octaviano Morales, motiv� a las comisiones de Hacienda e Instrucci�n P�blica a estudiar hasta d�nde llegaban las posibilidades del estado en esta pol�tica de apoyo a los estudios superiores. Con la iniciativa del establecimiento de algunas carreras profesionales en Colima, la perspectiva se modificaba. El redactor del peri�dico oficial comentaba: si bien el Poder Legislativo "decret� subvenciones para proteger la carrera literaria o industrial de algunos j�venes", esto no era suficiente por cuanto "los m�s, tal vez con aptitud y capacidad", terminados sus estudios de ense�anza primaria, se sum�an en el total desamparo, eso s�, llevando los premios que conquistaron, pero sin esperanza de utilizar aquellos conocimientos en las escuelas de instrucci�n secundar�a, puesto que no las hay". Se conclu�a este sesudo comentario haciendo "votos porque pronto, muy pronto, queden establecidas en el estado las escuelas profesionales".

De hecho, la iniciativa del gobernador Doroteo L�pez ya hab�a sido presentada oficialmente en el Congreso. Gerardo Hurtado se hizo vocero del proyecto; dec�a que por no haber centro, de esta �ndole en Colima, los j�venes que pretend�an seguir estudiando deb�an emigrar, alej�ndose de la ben�fica influencia de sus familias. M�s a�n, "si algunos de los educandos llegan a obtener un diploma de profesores y si son de talento y aprovechados, encuentran f�cil la vida fuera del estado y tienen este otro aliciente para no volver a su tierra".

En pocas palabras, Hurtado sentenciaba: lo que est� haciendo hoy el estado es propiciar y subvencionar esta fuga de cerebros, cuando son j�venes capaces; y puntualizaba: "hay que fijarse en las carreras que m�s necesita por ahora esta localidad". El vocero de la iniciativa doroteista, por de pronto, suger�a la creaci�n de una escuela unitaria de agricultura, de medicina y cirug�a, y otra de jurisprudencia. Por �ltimo, el doctor Hurtado present� para su aprobaci�n los siguientes puntos: establecer en el liceo del estado los estudios necesarios para obtener t�tulos de abogado, ingeniero, agricultor, m�dico y cirujano; las clases dar�an inicio en el mes de noviembre de 1880; se elaborar�an los reglamentos pertinentes; el sueldo de cada catedr�tico ser�a de 800 pesos al a�o; y, finalmente, habr�an de cesar todas las subvenciones que se ministraban a los j�venes que estudiaban en otros estados.


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