Programa de trabajo del gobernador


El 26 de septiembre de 1880 —otra fecha memorable para Colima— asumi� oficialmente la gubernatura Francisco Santa Cruz. A las 10 de la ma�ana se dio inicio a la ceremonia. A derecha e izquierda de don Estaban Garc�a, presidente del Congreso, se sentaron Galv�n y el electo, respectivamente. Tomada la protesta de ley, el ejecutivo reci�n estrenado ech� su perorata: "Sacrificar� gustoso mi existencia, si necesario fuere, para asegurar el futuro bienestar del Estado", dijo. Luego anunci� su programa de gobierno en 13 puntos: promoci�n de la instrucci�n primaria y secundaria; control estricto y dr�stica disminuci�n del gasto p�blico; supresi�n en el ramo de las alcabalas de aquellos impuestos que frenaban el tr�fico mercantil y sustituy�ndolos por impuestos directos; reconocimiento y bonificaci�n de la deuda p�blica del estado procurando su amortizaci�n; mayor atenci�n a la beneficencia, en especial al Hospital Civil y al orfanatorio; continuaci�n de los tr�mites que lleven a feliz �xito la grandiosa obra del ferrocarril; lo mismo respecto de las obras de Palacio y del Teatro Hidalgo; protecci�n al ramo de la miner�a, "que puede ser un elemento de poderosa riqueza en nuestro Estado, estableciendo una oficina de ensaye para el beneficio de los metales"; apoyo decidido al campo, especialmente al cultivo del caf�; garant�as de seguridad a los ciudadanos, mediante el reforzamiento de las polic�as urbana y rural; justicia expedita en un clima de independencia y respeto al poder judicial; en la provisi�n de empleos, ante todo, exigencia de aptitud y honradez de los servidores p�blicos, sin distinci�n de credos pol�ticos; y, finalmente, para todos los ciudadanos, una pol�tica de mano tendida, que el propio mandatario denomin� "pol�tica de conciliaci�n y netamente liberal".

Terminado el acto, diversos sectores de la poblaci�n felicitaron al gobernador Santa Cruz. La profesora Juanita Urz�a, a nombre del magisterio, ofreci� un "precioso ramillete de flores oratorias" al primer magistrado; record� "con verdad severa la historia de la instituci�n p�blica en Colima" y rindi� "justo homenaje a los patriotas ciudadanos Ram�n R. de la Vega, Francisco J. Cueva y Francisco Santa Cruz, que han sido los implantadores del progreso intelectual en nuestro Estado". Seg�n deshojaba el ramillete aquello se iba conviniendo en mitin pol�tico, en arenga patri�tica, en buscachambismo y en lo m�s selecto de la sensibler�a, anotaba el austero cronista.

Cerraba la nota con una promesa respecto a "esta magn�fica pieza literaria": tenemos intenci�n de obsequiar con ella a nuestros lectores". Los j�venes, a falta de palabras, donaron un cuadro con el retrato del mandatario, ejecutado a pluma por Emilio W. Parra.

Quien empu�aba ahora el tim�n del Estado agradeci� ante todo el voto soberano que lo hab�a encumbrado a tan alta misi�n para sortear ciclones y tempestades —al cabo era marino de profesi�n—, y este sencillo pero emotivo homenaje totalmente inmerecido que se le acababa de ofrecer.

Al caer la tarde, la Plaza de Armas cobij� una serenata. Por los andenes del jard�n, primorosa obra del general Pedro A. Galv�n, con todo el ceremonial de las sonrisas, inclinaciones imperceptibles de cabeza, sonrisas coquetas, quita y puesta de sombreros en se�al de respetuoso saludo, fru-fr� de enaguas y jaladas peri�dicas de chalecos y levitas, la clase acomodada hizo su ronda; la plebe, arrastrando los huaraches, cubriendo las sonrisas con los rebozos, pellizcando a los hijos, hac�a otro tanto al pie de los portales, pero todos ellos chup�ndose los dedos entre los puestos de atoles y tamales, sopecitos, fritangas, pozoles y tostadas. Intentamos dar una vuelta al jard�n; pero fue imposible, la multitud nos arroll�, nos arrebat�, y grandes esfuerzos hicimos para salir bien parados de tan ardua empresa." La gacetilla del peri�dico oficial reconoc�a que Colima "ha grabado en su coraz�n con caracteres eternos la memorable fecha del 26 de Septiembre". La cr�nica agregaba dos suculentos comentarios. Uno era a prop�sito de la desaparici�n de poderes en la entidad, que ahora llegaba a su fin. La segunda moraleja ofrecida por el cronista de la �poca era en torno a la sabia elecci�n que hiciera en su momento el presidente de la Rep�blica nombrando al general Pedro A. Galv�n para la gubernatura provisional de la entidad desaforada: "En la historia de Colima brillar�n siempre un nombre y una lecha: �Pedro A. Galv�n! �26 de Setiembre de 1880!" Eran ya tantas las fechas memorables que el pobre ciudadano deb�a recordar, que mejor optaba por echar todas al olvido.

Mapa del estado de Colima en el siglo XIX. En 1880, asumi� oficialmente la gubernatura Francisco Santa Cruz que anunci� su programa de gobierno en 13 puntos: promoci�n de la instrucci�n primaria y secundaria; control del gasto p�blico; supresi�n en el ramo de las alcabalas; reconocimiento y bonificaci�n de la deuda p�blica del estado; atenci�n a la beneficencia; continuaci�n de la obra del ferrocarril, obras de Palacio y del Teatro Hidalgo; protecci�n a la miner�a; apoyo al campo, especialmente al cultivo del caf�; garant�as de seguridad a los ciudadanos; justicia expedita  al poder judicial; provisi�n de empleos; exigencia de aptitud y honradez de los servidores p�blicos; y una pol�tica de conciliaci�n y netamente liberal.

MAPA 3. Colima en el siglo XIX. Dibujo basado en Eduardo Noriega, Geograf�a de la Rep�blica Mexicana, M�xico, Librer�a de la Viuda de Ch. Bouret, 1898, p. 334.


Índice generalAnteriorÍndice de capítuloSiguiente