Debido fundamentalmente al incontenible aumento demogr�fico, sobre todo por
inmigraci�n, y al deterioro mundial de la econom�a, los problemas se�alados
para el sexenio de Hank Gonz�lez en general siguieron irresolubles aun despu�s
de la gesti�n de Jim�nez Cant�. En efecto, los esfuerzos por mejorar y aumentar
los servicios p�blicos no pudieron emparejarse frente al n�mero de habitantes
que, seg�n el censo de 1980, acus� un total de 7 542 300, lo cual significa
que el Estado de M�xico ya era la entidad m�s poblada del pa�s, despu�s del
Distrito Federal, que sum� 9 337 300. Y es el caso que la parte m�s poblada
de esta "provincia" es la zona metropolitana. La mayor parte de la gente vive
de espaldas al resto del Estado de M�xico, sin arraigo, sin identidad dentro
de la Federaci�n, m�s bien como ap�ndice del Distrito Federal, pero con la peculiaridad
de pagar impuestos a Toluca.
Ciertamente se ech� a andar una reforma administrativa que incluy� la creaci�n
de diez Centros de Servicios Administrativos, seis de los cuales, ineludiblemente,
hubieron de quedar en la zona metropolitana. Tampoco el intento de crear nuevos
parques industriales condujo a una efectiva desconcentraci�n urbana.
Otro problema, agravado en los a�os de este gobierno, fue que algunos elementos de la polic�a, singularmente en Naucalpan, se convirtieron en amenaza para la poblaci�n. Paralelamente trascend�a, no sin resentimiento de las clases populares, que las autoridades p�blicas viv�an en una opulencia ofensiva, derrochando frecuentemente en festejos y diversiones.
En el caso de la industria se agudiz� la escasez de agua, y en el caso de la industria qu�mica y la alimentaria se resinti� con m�s fuerza el alto costo de materia prima y otros elementos de importaci�n. Asimismo, no pocos industriales quedaron endeudados en d�lares. Ante las demandas crecientes de personal calificado en todos los campos, la ense�anza registr� el inusitado aumento se�alado antes, a la par que bajaba la calidad. De modo especial, no pocas escuelas se convirtieron prioritariamente en fruct�fero negocio o en instrumento pol�tico.