Del Mazo: nueva estrategia o impotencia gubernamental


Alfredo del Mazo Gonz�lez, hijo de Alfredo del Mazo V�lez, lleg� al poder en septiembre de 1981. En otras entidades del pa�s estaba sucediendo algo semejante: hijos o nietos de gobernadores acced�an a puestos de primera l�nea. En la pr�ctica esta costumbre de familias perpetuadas en el poder ha impedido la renovaci�n pol�tica. Con todo, Del Mazo vino a romper la hegemon�a del grupo de Atlacomulco, pues fuera de ser hijo de quien era, no ten�a mayores ligas con aquel grupo. Dise�� su mandato dentro de lo que llam� "nueva estrategia de desarrollo", conformada por la respuesta a cuatro reclamos fundamentales: asentamientos humanos, educaci�n, alimentaci�n y justicia. Los reclamos se inscrib�an en los momentos de mayor crisis econ�mica del pa�s, durante el sexenio presidencial de Miguel de la Madrid. Mas a fin de cuentas Del Mazo sigui� la pauta de Hank Gonz�lez sobre un estado empresario.

Hacia 1985, seg�n proyecciones, la poblaci�n del estado alcanzar�a m�s de 10 millones. La estimaci�n era exagerada, pero aun reducida a sus justos l�mites, tal vez cerca de ocho millones. En esa d�cada de los ochenta el Estado de M�xico lleg� a superar al Distrito Federal, coloc�ndose en el primer lugar de toda la Rep�blica, tal como lo mostrar�an los censos de 1990. La mayor concentraci�n en torno a la ciudad de M�xico agravaba el problema con los consiguientes deterioros de la ecolog�a y de las condiciones de vida. Junto con ello se multiplicaban distorsiones econ�micas, sociales y pol�ticas. El gobernador Del Mazo confes� p�blicamente que si tales tendencias demogr�ficas continuasen, "degradar�n incuestionablemente niveles de vida y nos orillar�n, en ciertas �reas en cuanto a la satisfacci�n de necesidades colectivas, a la impotencia gubernamental".

La infinidad de demandas de servicios p�blicos por parte de esa poblaci�n, as� como sus reclamos de trabajo, llevaron de nueva cuenta al gobierno a procurar mayor cantidad de obras p�blicas, as� como a promover el establecimiento de m�s industrias y otros centros laborales, lo cual volvi� a atraer m�s flujo inmigratorio de otras entidades del pa�s, causa principal del incontrolable crecimiento. De manera que uno de los or�genes del problema se ubica fuera del Estado de M�xico. El presidente De la Madrid trat� de remediarlo impulsando la pol�tica de descentralizaci�n, que tuvo poco �xito, pues se estrell� ante los intereses creados de una burocracia enquistada.

Por su parte, el gobierno mexiquense promovi� con empe�o la planificaci�n familiar y puso en marcha un programa tendiente a limitar el crecimiento de las ciudades en cuanto al espacio. Se le llam� "Pinte su Raya". Al propio tiempo se ve�a precisado a construir o propiciar nuevos centros de poblaci�n e impulsar "polos de desarrollo econ�mico y atracci�n demogr�fica", como Toluca, Lerma, Atlacomulco y Jilotepec. Junto con ello se ech� a andar un programa de asentamientos humanos llamado "Horizonte XXI" que en no pocos casos lleg� a funcionar, mas en otros fue el detonador de viejos y mayores problemas, como en Ocoyoacac.

Ni siquiera dos graves siniestros, cuya gravedad estuvo en funci�n directa del hacinamiento y vecindad de viviendas y centros fabriles, fueron suficientes para contener el avance demogr�fico. Uno fue el sismo de 1985, que afect� principalmente al Distrito Federal y, el otro, la explosi�n de gas en San Juan Ixhuatepec, municipio de Tlalnepantla, el 19 de noviembre de 1984, en que murieron alrededor de 500 personas. "La imprevisi�n, la negligencia y la Corrupci�n"; la "indolencia criminal de Pemex, �nica explicaci�n de la tragedia" —puesto que previamente se hab�a avisado del riesgo—, fueron factores determinantes en ese magno accidente.

Varios de los elementos implicados en la alta densidad de poblaci�n fueron la insuficiente oferta de transporte, la excesiva concentraci�n de veh�culos y el dise�o inadecuado de rutas. Entre las respuestas al enorme reto se hicieron esfuerzos de concertaci�n con el Distrito Federal para remediar el caos vial. La ampliaci�n e incremento de arterias de acceso a la capital del pa�s constituyeron uno de los puntos medulares. Otro problema paralelo y cada vez m�s acuciante fue la escasez de agua. El suministro a la ciudad de M�xico y zona conurbada era en 1985 de 52 m� por segundo. Uno de los lugares que procur� atenderse m�s fue Nezahualc�yotl. La multiplicaci�n de nuevos pozos no corri� a la par con las medidas de restauraci�n ecol�gica. M�s bien el da�o causado a la cuenca del Lerma se comenz� ahora a infligir a la cuenca del Cutzamala, pues en este periodo se iniciaron obras cicl�peas para traer agua desde el sur.


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