Progreso represivo y reforma inoportuna


Bajo la segunda administraci�n de M�zquiz (1830-1832), coincidente con la presidencia de Bustamante, se sane� la administraci�n hacendaria y una nueva instituci�n —el Banco de Av�o— trat� de impulsar el desarrollo de varios lugares, entre los cuales figuraban algunos del Estado de M�xico, como Zacualpan de Amilpas, que entonces lo era, y donde se procur� fundir el hierro; Tlalnepantla, donde se foment� la apicultura, y Tlalpan, que cont� con telares de algod�n. Pero la inestabilidad pol�tica del pa�s, propiciada ahora por medidas represivas del propio Bustamante, malogr� los frutos del Banco de Av�o y del mejoramiento hacendario. En particular, el asesinato de Guerrero agudiz� la crisis. La oposici�n a Bustamante se fue desarrollando.

Triunfante la oposici�n, lleg� a la presidencia G�mez Pedraza y luego Santa Anna con G�mez Far�as. En nuestro estado Lorenzo de Zavala se afianz� en la gubernatura en medio de tensiones ocasionadas por una terrible peste, as� como por el acoso del reaccionario Escalada, emprendi� un plan de reformas que dieron pauta a las que G�mez Far�as lanzar�a en el Distrito Federal. Entre esas reformas estaba la impartici�n de una instrucci�n m�s utilitaria y menos religiosa, la confiscaci�n de algunos bienes eclesi�sticos y la supresi�n de la coacci�n civil para pagar el diezmo. Pero Zavala no dur� mucho en el gobierno ni F�lix Mar�a Aburto, quien hab�a continuado con una l�nea semejante. Al poco tiempo se encontraba Manuel D�ez de Bonilla, propulsor de medidas que echaron por tierra las de Zavala y compa��a. Moderados y conservadores triunfaban en el �mbito nacional.


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