La Constitución de 1857


Mientras tanto, hab�a ocurrido un hecho trascendental para la naci�n: la Constituci�n de 1857. En ella quedaban plasmados ideales de la Ilustraci�n y del liberalismo. El Estado de M�xico particip� brillantemente en la elaboraci�n de esa Carta Magna a trav�s de personas como Le�n Guzm�n, originario de Tenango. Esa Constituci�n consagr� las garant�as individuales y reivindic� la soberan�a del poder laico. Esto �ltimo significaba, en palabras de Plutarco Gonz�lez, que "no quiere que haya en la naci�n un poder superior al de la naci�n misma". Toda vez que la Iglesia con su influjo y propiedades ejerc�a un vasto poder, protest� contra esa Constituci�n, uni�ndose a ella muchos pol�ticos desplazados y una considerable parte del ej�rcito. A pesar de ello, la inmensa mayor�a de los constitucionalistas permanec�a cat�lica. En tales circunstancias, los partidos Liberal y Conservador ahondaron a tal punto sus diferencias que recurrieron a una de las m�s sangrientas de nuestras guerras civiles: la Guerra de Tres A�os o Guerra de Reforma.

Hay que se�alar otro punto de la Constituci�n por el que se crea el Estado del Valle de M�xico, condicionando su existencia a que los supremos poderes federales salgan del territorio del Distrito Federal. La raz�n de procurar la creaci�n de esa entidad era lograr una mejor administraci�n en el centro del pa�s. Las discusiones fueron prolongadas, pues la existencia de tal estado se vio como una amenaza para el de M�xico, seg�n sus diputados. Frente a ellos Francisco Zarco insist�a en que al Estado del Valle se le dieran "los l�mites que demarca la naturaleza [...] Texcoco, Chalco, Teotihuacan, Tlalnepantla, Cuautitl�n ganar�n much�simo si dependen del Estado del Valle". Por entonces, el Estado del Valle se qued� en el papel, mas se hab�a se�alado un problema cuya vigencia llega hasta nuestros d�as.


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