En la guerra de Reforma


La Guerra de Reforma se inici� con el Plan de Tacubaya en diciembre de 1857. Su objetivo principal era la abolici�n de la Constituci�n liberal. Al siguiente mes, el Plan de la Ciudadela reafirmaba ese prop�sito. Desde entonces hasta mediados de 1860 el territorio del actual Estado de M�xico estuvo bajo el control de los conservadores. De tal manera ir�an fungiendo varios gobernadores conservadores. Entonces trat� de sostenerse un gobierno peregrino del Estado de M�xico, siendo el de Michoac�n asilo de ese gobierno y fuente de provisiones para los guerrilleros mexiquenses. Tanto liberales como conservadores tuvieron desavenencias internas. Efecto y causa de ellas fue el pronunciamiento de Ayotla en el Estado de M�xico en diciembre de 1858.

Estando en Michoac�n, el liberal Sab�s Iturbide dej� la gubernatura del Estado de M�xico a Sim�n Guzm�n. Toc� a �ste apoyar la campa�a de Miguel Blanco, quien pretend�a tomar Toluca y aun sorprender la ciudad de M�xico. �ste y otros intentos se frustraron hasta mediados de 1860, cuando Berrioz�bal logr� ense�orearse del valle de Toluca. Este avance fue uno de los pasos que prepararon la resonante batalla de Silao, ganada por los constitucionalistas. A ella concurri� Berrioz�bal con la divisi�n del Estado de M�xico. Sin embargo, una vez que retorn� a Toluca, fue sorprendido por Miram�n, quien penetr� audazmente hasta el centro de la ciudad; mas fue pasajera la haza�a conservadora, pues el 22 de diciembre de 1860 M�ram�n fue derrotado en San Miguel Calpulalpan, al noroeste de nuestra entidad, por Gonz�lez Ortega.

Sin embargo, las gavillas conservadoras siguieron por el rumbo de Malinalco, sobre todo en la sierra que va del Monte de las Cruces a Villa del Carb�n, asestando duros golpes, significativos por la muerte de importantes personalidades del partido constitucionalista: Santos Degollado en los Llanos de Salazar el 15 de junio de 1861 y Leandro Valle, a los ocho d�as, en el Monte de las Cruces.

El 12 de octubre de 1861 la legislatura del estado culminaba la elaboraci�n de una nueva Constituci�n, acorde con la federal del 57, aprovechando las lecciones del pasado, las luces de los legisladores que nos han precedido en los bellos y apacibles d�as de nuestra infancia social e independiente y las no pocas que brotando del seno mismo de los combates, han ilustrado a las masas despu�s de la �ltima revoluci�n de principios.

La Constituci�n del 61 busc� balancear mejor los poderes p�blicos, prescribi� la mayor�a absoluta en la discusi�n y votaci�n de leyes, redujo los periodos de sesiones del legislativo, ampli� las facultades municipales y exigi� la residencia en el estado para ser diputado, sin requerirlo en cambio para la gubernatura.


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