Se eligi� como nuevo gobernador a Gumersindo Enr�quez, quien ya lo hab�a sido de manera interina. Pero en muy mala hora para �l, pues apenas dos meses antes hab�a estallado la revoluci�n de Tuxtepec, que habr�a de llevar al poder a Porfirio D�az. Vencedores sus partidarios, en noviembre de 1876 impusieron gobernador en el Estado de M�xico, primeramente a Felipe N. Chac�n y luego a Juan N. Mirafuentes.
Como gobernador constitucional, Juan N. Mirafuentes estar�a en el cargo tres a�os. Adem�s de general, Mirafuentes hab�a sido estudiante de medicina y, hasta la v�spera de su elecci�n, periodista en�rgico y digno contra las reelecciones de Ju�rez y de Lerdo. Apoyado por el ministro de Fomento, que lo era Vicente Riva Palacio, Mirafuentes inici� en el estado la era de poca pol�tica y mucha administraci�n, consagr�ndose de lleno al desarrollo de la entidad. Su gesti�n ser�a aplaudida por Ignacio Altamirano y por el arzobispo Labastida. La paz porf�rica se hab�a afianzado y en el Estado de M�xico tres ser�an sus siguientes tutelares.
Jos� Zubieta, al quedar como gobernador provisional, ya conoc�a bien el teje y maneje de la administraci�n p�blica. As�, no le fue dif�cil mantenerse en el poder de 1880 a 1889, con tres breves intervalos que lo disimularon. Un cuidado prioritario de Zubieta fue la educaci�n. Prosigui� el impulso de Garc�a al insistir en adecuar la ense�anza "a las necesidades y circunstancias particulares del estado", buscando asimismo que fuese uniforme mediante textos costeables. Foment� la admisi�n de nuevos maestros al reformar el plan de estudios de la Normal. Finalmente, el gobierno de Zubieta corrobor� el positivismo del Instituto, haci�ndolo "cient�fico y literario". Para entonces, una brillante generaci�n florec�a en las c�tedras del plantel: Juan B. Garza, Silviano Enr�quez, Felipe N. Villarello, Anselmo Camacho y Agust�n Gonz�lez. Tambi�n se debe a Zubieta que se estableciera en 1881 una Academia Nocturna para Artesanos.
