A. Los señoríos chichimecas


Cuautitl�n

A ra�z de la desmembraci�n del se�or�o tolteca se produjeron varias migraciones chichimecas, entre ellas las del grupo conocido posteriormente como cuautitlanense. Espectadores de la decadencia tolteca registraron en sus escritos acontecimientos paralelos en el tiempo, lo que aconteci� en Tula y lo ocurrido al grupo chichimeca migrante antes de que se asentara definitivamente en Cuautitl�n. Ambos lugares —Cuautitl�n y Tula— tuvieron, separadamente, cuatro gobernantes m�s o menos contempor�neos: Mixcoamazatzin, en las postrimer�as de Tula, y Chicontonatiuh, en los inicios de Cuautitl�n. Tula padeci� calamidades y desorganizaci�n. Mientras tanto, los cuautitlanenses peregrinan, reconocen lugares que les sirven de sedes, antes de que fueran a se�orear a Cuautitl�n.

Con el tiempo, los cuautitlanenses fueron adquiriendo territorios en los que marcaron l�mites, algunas veces extensos, otras retra�dos, seg�n los acontecimentos pol�ticos. Tres veces lo hicieron: la primera durante el reinado de Xiuhneltzin, en el siglo VIII de nuestra era; la segunda en el siglo XIII, despu�s de la guerra de Jaltocan; y la tercera en el siglo XIV, cuando llegaron los acolhuas. En esta ocasi�n designan a Cuautitl�n como cabecera y la dividen en cuatro barrios con dos pueblos sujetos cada uno alrededor de un templo que a�n exist�a a la llegada de los espa�oles. Para el siglo XV varias cabeceras se disputan el liderazgo pol�tico de la regi�n lacustre: Azcapotzalco, Texcoco y Tenochtitlan. Finalmente, los cuautitlanenses pasan a ser tributarios de la llamada Triple Alianza.

Cuautitl�n sobrevivi� como se�or�o a las vicisitudes anteriores, y ya en las primeras d�cadas del gobierno hispano pudieron hacer un recuento de su historia. Sus principios, como hemos visto, correspondieron a una vida n�mada y se�alaron perfectamente cu�ndo y c�mo adoptaron la vida sedentaria, los adelantos culturales que obten�an y la creaci�n del altepetl o ciudad, mediante un acuerdo entre nobles y gente del pueblo, o bien la inconformidad expresada en migraciones. Con la tradici�n oral y escrita acumularon una buena informaci�n para situar a Cuautitl�n en la vida pol�tica y cultural del centro de M�xico.

Jaltocan


Varios grupos poblaron Jaltocan desde tiempos remotos: el m�s antiguo fue el de los vixtocanos, despu�s arribaron los nonoalcas, los texcalpanos, los toltecas y los aztecas.

Los toltecas llegaron durante la desintegraci�n de Tula; entonces un personaje llamado Yaotl —al parecer era el �ltimo gobernante de Tula, el famoso Hu�mac— condujo a algunas familias a Jaltocan, coloc�ndolas "en la parte de abajo"; esto ocurri� en el a�o 1 pedernal, que aproximadamente corresponde al 1064 de nuestra era. Seg�n el profesor Wigberto Jim�nez Moreno, la gente que Hu�mac coloc� all� era el sector otom� del se�or�o tolteca, ya que Tula estuvo compuesta por poblaci�n nahua y otom�. En Tula dos grupos lucharon por la hegemon�a pol�tico-religiosa: el adorador de Quetzalc�atl, encabezado por Topiltzin, y el de los s�bditos de Tezcatlipoca, cuyo sacerdote mayor era Hu�mac. Ambos personajes se relacionan con Jaltocan. En su huida, Topiltzin s�lo pasa por Jaltocan. En cambio, Hu�mac trata de que su familia se arraigue all�: una hija suya, Chalchiuhnenetzin, se casa con Teohtlacozauhqui, se�or de Jaltocan. La versi�n de Pablo Nazareo coincide con la de Ixtlilx�chitl al entroncar la dinast�a de Jaltocan con el linaje tolteca de Huémac. . Nazareo menciona tambi�n nueve se�ores de Jaltocan emparentados por l�nea femenina con Azcapotzalco y Tacuba. Para el siglo XIII el poder pol�tico de los tepanecas propici� que los enlaces matrimoniales de Jaltocan se inclinaran hacia Azcapotzalco. Una vez que esta capital perdi� su poder�o, los matrimonios de Jaltocan se realizaron con gente de Texcoxotonco y de Coatlinchan.

M�s tarde los acolhuas de Texcoco fueron ayudados por Azcapotzalco y por los mexicas, luchando todos contra Jaltocan. Muerto Tzompan termina la dinast�a de X�lotl en Jaltocan. Esa guerra en s� fue, m�s que pol�tica, cultural y econ�mica. Cultural porque fue una lucha entre la facci�n chichimeca, que empezaba a aculturarse, y el grupo otom�, que rechazaba las nuevas formas de vida impuestas por la �lite texcocana. Pero no s�lo fue la imposici�n, sino la presi�n ejercida por Azcapotzalco a trav�s de Cuautitl�n y de Texcoco lo que cerc� por el este y el oeste a Jaltocan. Estrat�gicamente la situaci�n geogr�fica de Jaltocan interes� tanto a Azcapotzalco como a Texcoco porque aquel poblado era un punto intermedio entre los lagos de Zumpango y Texcoco y los productos de �stos eran codiciados por los vecinos. Fue la �poca de transici�n entre el nomadismo y el sedentarismo, entre la vida rural y la urbana. La parte pol�tica consisti� en disputarse la herencia del prestigio pol�tico de X�lotl. Las alianzas matrimoniales pierden importancia; ahora ser�n las alianzas militares y la repartici�n de tributos las estrategias que manejar�n los vencedores, los se�ores de la Triple Alianza: Tenochtitlan, Texcoco y Tacuba.

Texcoco

Poblaci�n muy antigua, se le conoce por varios nombres: Catlenihco o "lugar de detenci�n"; Texcoco, "acogedero o entretenedero de gentes", etc. Lleg� a ser la capital de los acolhuas despu�s de un proceso de aculturaci�n que dur� varias generaciones de gobernantes. El paso de n�madas a sedentarios se registr� tanto en documentos pictogr�ficos como en historias escritas en n�huatl y en castellano. Los principales cambios culturales se observan en la alimentaci�n, inicios de la agricultura, vestuario, armas, vivienda, urbanizaci�n, organizaci�n pol�tica y econ�mica, lenguaje y religi�n.

La llegada de los chichimecas al altiplano central indudablemente obedeci� a la b�squeda de mejores condiciones de vida. Por su condici�n de n�madas se dedicaron a la caza, lo que implicaba adquirir el sustento en tierras lejanas. Para arraigarlos, X�lotl y sus descendientes construyeron corrales para tener a la mano venados, conejos y liebres; as� lo orden� hacer Quinatzin, bisnieto de X�lotl, y design� a dos se�ores importantes para que favorecieran la cr�a de animales, pero en vez de hacerlo, acabaron con ellos; por tal desobediencia se les desterr�, aunque posteriormente se sublevaron.

Algo parecido sucedi� con la agricultura; desde que los toltecas se dispersaron no se hab�a vuelto a sembrar ma�z. Un descendiente de los toltecas llamado Xiuhtlato, que viv�a en Cuautepec, hab�a guardado unos granos de ma�z que sembr� y se fueron multiplicando; los reparti� "entre todos los de su naci�n". Chichimecas y toltecas se aficionaron al cultivo del ma�z; Nopaltzin, soberano chichimeca, orden� que se sembrara ma�z en todas sus tierras.

Tlotzin P�chotl, hijo de Nopaltzin y educado en Chalco, aprendi� de su maestro, Tecpoyo Achcauhtli, a cultivar la tierra y vio "cu�n necesario era el ma�z y las dem�s semillas y legumbres para el sustento de la vida humana" y oblig� a todos sus s�bditos a dedicarse a la agricultura. Al igual que con los criaderos de animales, muchos no estuvieron de acuerdo y emigraron a Metztitlan y a Toepec; eran los otom�es, a los que les resultaba demasiado dif�cil el paso de recolector a agricultor, del nomadismo al sedentarismo.

En la segunda mitad del siglo XIV la ciudad de Texcoco se embelleci� con palacios de m�ltiples habitaciones para el soberano y los nobles. Los recintos personales y los destinados a negocios gubernamentales se encontraban encerrados en una verdadera fortaleza; jardines y albercas embellec�an las construcciones. Se atribuye a la �poca de Nezahualc�yotl los planos de las casas de gobierno del Mapa Quinatzin. En ellos se observa alguna influencia europea debido a que ese documento se elabor� en el siglo XVI.

Cundi� la fama de los palacios texcocanos, y los de Nezahualc�yotl y Nezahualpilli no fueron superados por sus sucesores. Por ejemplo, la residencia de Cacama, �ltimo gobernante preh�sp�nico en Texcoco, tuvo como caracter�stica principal un embarcadero debajo de ella.

A la llegada de los espa�oles, Texcoco ten�a aproximadamente 140 000 casas, y su extensi�n era de tres o cuatro leguas.

Texcoco, con la tradici�n religiosa de sus monarcas, acept� el culto cristiano y la ciudad alberg� la famosa escuela para indios que fundara fray Pedro de Gante.


Chalco - Amaquemecan


La regi�n de Chalco-Amaquemecan es una de las zonas pobladas desde tiempos antiguos. Despu�s de esos misteriosos autores de los artefactos del "complejo Chalco", tenemos noticias, por documentos escritos, de que los primeros pobladores fueron los xuchtecas, con fama de brujos y magos que ejercitaban sus artes adivinatorias en el agua. En orden de aparici�n les siguen los olmecas, "gente del pa�s del hule", conocidos como los olmecas hist�ricos para diferenciarlos de los arqueol�gicos de las costas de Tabasco y Veracruz. Luego lleg� gente de Quiyahuiztlan y otros nombrados cocolcas, "que usaban disfraz de jaguar", a quienes los chichimecas atacaron y destruyeron las pertenencias de su brujo.

Los grupos mencionados vivieron en el monte Amaqueme, conocido entonces como Chalchiuhmomozco. De all� fueron desalojados por inmigrantes que proven�an de diversos sitios: Tlapallan Chicomoztoc, Aztl�n, Teocuihacan. Estos individuos no formaban un grupo homog�neo sino que se distingu�an entre s� por su dios tutelar, por su lenguaje o por el nombre del lugar que eligieron como asentamiento relativamente definitivo.

Otro tipo de pobladores —los tecuanipas— procedentes de Chicomoztoc, "el lugar de las siete cuevas", fueron aceptados en la regi�n chalca gracias a que llevaron productos novedosos como pieles de gato mont�s, redes de canastas, mu�equeras, objetos de caracol, papel de pachtli, arcos y vestidos de pieles. Se les concedi� la residencia en calidad de vasallos y con la condici�n de que hicieran un terrapl�n. Adoraban a Mixc�atl.

Con este mosaico de gente de distinto nivel cultural, en la regi�n de Chalco-Amaquemecan llegaron a formarse verdaderas "familias reinantes" en las cabeceras, provenientes de cinco grupos diferentes, �tnica y ling��sticamente: los totolimpanecas-amaquemes, los chichimecas-tecuanipas, los nonohualcas, los poyauhtecas y panohuayas, y los tenancas tlayllotlacas. Todos lograron convivir, si no en una completa paz, s� con cierta tolerancia. Mediante el trabajo de muchos y la administraci�n y autoridad de pocos, lograron hacer de Chalco una regi�n esencialmente agr�cola, codiciada por los poderes en juego a partir del siglo XIV.

Los mexicas, en su isla Tenochtitlan, carec�an de tierras cultivables y tuvieron que proveerse de ma�z en Chalco; pero entonces los inspectores encargados de la recolecci�n del ma�z para los mexicas emprenden represalias en contra de la nobleza chalca, con el objeto de dejar "manos libres" en la administraci�n de las cosechas. Los nobles huyen a Totomihuacan, hoy estado de Puebla. El momento era propicio para medir fuerzas. Los chalcas protestan por la huida de sus se�ores y tratan de formar una confederaci�n contra los mexicas. Por lo pronto, ambos bandos deciden ejercitarse en la guerra florida, situaci�n que dura algunos a�os, mientras los mexicas consiguen la alianza de los texcocanos para combatir a Chalco. Estaba en juego el control de la producci�n de ma�z, legumbres, madera, canoas y piedra, adem�s de la indispensable mano de obra bien calificada de los chalcas.

La ofensiva mexica en contra de Chalco no fue �nicamente econ�mica, se trataba de emparentar las familias mexicas con las chalcas, porque �stas descend�an de los toltecas, de gran prestigio cultural. Los soberanos mexicas trataron de enmendar errores: Tizoc coloc� dos pr�ncipes chalcas en Amaquemecan, otros dos en Tlalmanalco-Tlacochcalco-Opochuacan, y funcionarios menores en Tenango-Tepopola, Tepetlixpan-Chimalhuacan y Acxotlan Cihuateopan. Moctezuma II, adem�s de reinstalar a la nobleza chalca, cas� a una de sus hijas con el se�or de Tlalmanalco-Opochuacan. Como dote de ese matrimonio fueron llevados dos barrios de otom�es para cultivar las tierras. Esto aconteci� casi al finalizar el poder�o mexica, de modo que a la llegada de los espa�oles, �stos aprovecharon las condiciones de sujeci�n en que estaba Chalco, tanto para convertir esa provincia en aliada como para explotar su producci�n agr�cola.


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