Nostalgia y optimismo


Quedaron atr�s los a�os en que Nueva Galicia se debat�a entre la autonom�a y la dependencia de la Nueva Espa�a, el d�a que en Guadalajara se aboli� la esclavitud, los meses en que el naciente Estado Libre y Soberano de Xalisco se convirti� en ariete del federalismo, cuando en sus campos de batalla una cruenta lucha fratricida se resolvi� en favor de los liberales y la modernidad de entonces y, tambi�n, hallaron la horma de sus zapatos los invasores franceses y los mexicanos imperialistas que los secundaban.

Tiempo ha que el mariachi, el tequila y el charro se convirtieron en los estereotipos de la identidad nacional, y que de esta cantera inagotable partieron muchos hombres y mujeres a darle un lustre inusitado a la cultura de los mexicanos.

Hace 35 a�os que el arzobispo era tapat�o y se convirti� en el primer cardenal mexicano, alrededor de 30 que las "Chivas Rayadas del Guadalajara" eran indiscutiblemente el mejor equipo de futbol del pa�s. En aquel entonces, la polic�a informaba siempre que conclu�an sin da�o alguno las ya entonces multitudinarias "llevadas" de la virgen desde la catedral metropolitana hasta su sede en la bas�lica de Zapopan, donde la imagen conclu�a su periplo anual por la ciudad sin lograr nunca su prop�sito primigenio: evitar las inundaciones. De cualquier manera, la capital de Jalisco hab�a llegado a ser un dechado de orden, limpieza y tranquilidad.

El desequilibrio social era menor y mucho mayor la seguridad del transe�nte. Los j�venes catrines todav�a "patinaban" los viernes por la noche en la avenida Lafayette y, al caer la tarde dominguera, se exhib�an con su pareja en el hoy maltrecho parque de la Revoluci�n. Por la ma�ana hab�an ido al flamante estadio Jalisco y, despu�s de come,r a la antigua plaza de toros El Progreso. En la Plaza de Armas, mientras tanto, al pardear de jueves y domingos no faltaba buena m�sica al natural, escuchada por j�venes y viejos de extracci�n m�s humilde que buscan compa��a o hablan de los tiempos idos.

Sin embargo, con �nimo mal entendido de progresar, se han destruido valiosos testimonios arquitect�nicos del pasado; pero a cambio se han realizado, con recursos p�blicos o privados, muchos salvamentos y magn�ficas restauraciones de entra�ables edificios que siguen embelleciendo poblados grandes y peque�os, adem�s de contribuir a darle cuerpo a su identidad.

Diversas e importantes empresas familiares tradicionales se encuentran en un acelerado proceso de modernizaci�n, en pos de que los cambios recientes no destruyan lo que lograron sus fundadores; no obstante, algunas de las industrias medianas y la mayor�a de las peque�as parecen toparse con obst�culos insalvables, ocasionados por la reciente apertura comercial.

En suma, puede decirse que el desarrollo ha tra�do por igual cambios profundos y da�os inesperados que no siempre han sabido afrontarse; pero este "lugar sobre la arena", con base en las coincidencias fundamentales, la colaboraci�n y un mejor entendimiento de quienes aqu� viven, empieza a dar muestras de recuperar su energ�a y su dinamismo ancestral, d�ndose cuenta de d�nde est� su fuerza y, otra vez, de cu�les son sus capacidades, sus posibilidades y su mejor camino, lo que constituye un augurio de que muy pronto podr� decirse "Aqu� es Jalisco", con la frente m�s alta y la voz mucho m�s fuerte.

Zapopan, Jalisco, estiaje de 1994


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