La cultura


El enriquecimiento del criollaje propici� tambi�n la decoraci�n de casas y templos, cada vez m�s numerosos, con frescos y lienzos en los que predominaba la exuberancia del barroco; sin duda, en el siglo XVIII el arte tuvo un desarrollo inusitado hasta entonces.

Destacados pintores que radicaron en Guadalajara fueron Diego de Cuentas, fallecido hacia 1744, y Francisco de Le�n, cuyo �leo m�s notable, La muerte de San Francisco Javier, a�n est� expuesto en Zapopan. Un pintor tapat�o que alcanz� gran prestigio en la ciudad de M�xico fue Jos� de Ibarra, pero no pint� nada para su ciudad natal. Tanto en los cuadros de Cuentas como en los de Ibarra es palpable el cambio en la pintura entre los siglos XVII y XVIII, al pasar de la sobriedad, la discreci�n y la rigidez a un colorido m�s vivo, din�mico y fastuoso. Al parecer, Cuentas tuvo especial estima entre los franciscanos de Zapopan, ya que poseen la mayor parte de su producci�n.

A las letras toc� la peor parte, ya que carecer de una imprenta dificult� sobremanera la difusi�n de los textos locales, mas lo poco que se hizo revela una mentalidad predominantemente colonial, deseosa de emular en todo a la "Madre Patria" y difundir los deseos, ideales y valores de la Corona; sin embargo, puede hablarse tambi�n de un creciente "neogalleguismo" que aspiraba a una mayor representatividad y al sacudimiento de la hegemon�a novohispana.

Comprueba lo anterior la notable obra historiogr�fica de Mat�as de la Mota Padilla, Historia del reino de la Nueva Galicia en la Am�rica septentrional, concluida en 1742. Si bien este autor copi� mucho de Antonio Tello, el escrito es muy valioso en la descripci�n de la vida social neogallega de la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII. Adem�s, constituye un gran alegato en favor de convertir a Nueva Galicia en un virreinato independiente de M�xico. Al igual que la obra de Tello, este libro no se imprimi� hasta fines del siglo XIX.

Otro autor que contribuy� al enriquecimiento de las letras neogallegas fue el jesuita Jos� de Ortega, quien para fomentar la evangelizaci�n de los naturales del Nayar escribi� Doctrina cristiana y oraciones, confesionario, arte y vocabulario de la lengua cora y Vocabulario en lengua castellana y cora, los cuales se publicaron en 1729 y 1732, respectivamente. Otro libro de Ortega narra la campa�a de los jesuitas en el occidente de M�xico: Maravillosa reducci�n y conquista de la provincia de S. Joseph del Gran Nayar, editada en 1754.

Algunos franciscanos tambi�n esgrimieron la pluma para rese�ar la historia de la provincia de Santiago de Xalisco. Tal fue el caso de Francisco Mariano de Torres en 1719 y Antonio Ornelas en 1755.

De la tem�tica zacatecana se ocuparon Jos� Arlegi, autor de una cr�nica publicada en 1737, y Jos� Bern�rdez de Rivera, quien escribi� dos vol�menes sobre la ciudad de Zacatecas. Jos� Antonio Alcocer, por su parte, prepar� un Bosquejo de la historia del Colegio de Guadalupe.


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