Cuatro caminos a Jalisco pueden tomarse desde Guanajuato. El m�s socorrido se hace tambi�n por encima del r�o Lerma para bordear el pueblo de Degollado y sus canteras, en terrenos m�s bien pelados o huizacheros, pero no tarda en alcanzarse la fertilidad que se debe a los arroyos de Hu�scato y de Ayo, para culminar en la ca�ada del r�o Los Sabinos donde est� Atotonilco, "el de los naranjos en flor", rico en ojos de agua caliente. Son tierras de naranjos y de la famosa lima, cuyo jugo se bebe en Jalisco durante todo el a�o.
A la derecha queda la meseta que constituye el coraz�n mismo de Los Altos de Jalisco; al frente lomas y planicies que sustentan al cerro de Santa Fe, de cuya hegemon�a se aprovecha una estaci�n de microondas para alimentar a las televisiones de Guadalajara y su regi�n.
Otro acceso importante proviene de Le�n de los Aldamas, a media hora de Lagos de Moreno. Esta carretera tambi�n es muy antigua aunque se ha modernizado mucho. De Lagos hacia el norte el camino lleva hasta Aguascalientes, Zacatecas o la misma frontera con Estados Unidos; es el eje central de M�xico. Pero de Lagos puede tomarse tambi�n rumbo al noreste, donde el paisaje de tunas aparece antes de llegar a Ojuelos y penetrar en el vecino San Luis Potos�. De Ojuelos, sin dejar los nopales por un buen rato, tambi�n se puede ir con rumbo norponiente en forma directa hasta Aguascalientes, pasando por las inmediaciones de aquella famos�sima hacienda ganadera que fue Ci�nega de Mata, donde su casco sigue admirando a propios y extra�os.
Si de Lagos se viaja al suroeste se podr� ver cuanta tierra roja se quiera, pero en parcelas peque�as, tal como corresponde a los meros Altos, hasta llegar a Tepatitl�n, su indiscutible cabecera comarcal. De "Tepa", donde la avicultura y la crianza de cerdos compensan la austeridad del terreno y la imposibilidad de seguir siendo arrieros, ya falta poco para llegar a Zapotlanejo, donde se suma el otro camino, el que viene de Atotonilco, para entrar juntos a Guadalajara. Esta vez se ingresa por el lado de Tonal� y Tlaquepaque, cuyo barro chicloso permiti� desde remot�simos tiempos un desarrollo muy singular de la alfarer�a.
Otros dos accesos desde Guanajuato tienen Los Altos: uno proviene del sugerente
nombre de Pur�sima de Bustos, para recorrer, una vez que se entra a Jalisco,
parte del santoral; Diego de Alejandr�a, Juli�n y Miguel el Alto son algunos
poblados con nombre cristiano que ah� se encuentran, pero hay muchos m�s que
tambi�n hirvieron de cristeros en su tiempo. El otro acceso emerge de las inmediaciones
de Manuel Doblado, Guanajuato, para remontarse a Los Altos por Jes�s Mar�a y
Arandas. Ambas v�as, tarde o temprano, embonan en la llamada carretera de Los
Altos que viene de Lagos de Moreno. Una lo hace por Jalostotitl�n, en las inmediaciones
del santuario de San Juan —antes perteneciente a la jurisdicci�n de Santa
Mar�a de los Lagos—, la otra en el vecindario de Tepatitl�n.