El campo


Para 1887 el n�mero de haciendas en Jalisco era 4.5% menor que en 1858, mientras que la peque�a propiedad se hab�a incrementado 36.5%. Sin embargo, ello no signific� un desmembramiento de los grandes predios, sino la concentraci�n de las 377 haciendas en s�lo 50 due�os diferentes y el aumento de ranchos mediante el despojo descarado de las tierras de los indios o compras muy ventajosas de ellas, facilitadas por la derogaci�n que promovi� Tolentino, en marzo de 1883, de la protecci�n legal de las propiedades ind�genas que hab�a dispuesto en su momento el gobernador Ogaz�n.

De un modo u otro, conforme los grandes terratenientes acrecentaban sus posesiones, en especial a partir de 1894, los grupos de gente sin tierra tuvieron necesidad de ocuparse en las mismas haciendas o marchar a los centros urbanos a ofrecer su fuerza de trabajo a cambio de lo indispensable para subsistir.

Por otra parte, los arrendatarios consegu�an mejores ganancias y viv�an relativamente bien, aunque no suced�a lo mismo con los medieros y los peones asalariados, quienes percib�an ingresos muy raqu�ticos en dinero o ma�z. Para 1895 hab�a en Jalisco un pe�n jornalero por cada cuatro habitantes, proporci�n que lo convert�a en el estado con mayor fuerza de trabajo en condici�n de servidumbre de todo el pa�s. Esta situaci�n permit�a pagar baj�simos salarios por largas jornadas e imponer mecanismos que endeudaban al pe�n y le imped�an desligarse de la hacienda, so pena de persecuci�n y encarcelamiento. En t�rminos generales, puede decirse que el campo sigui� ayuno de mejoras t�cnicas. En Jalisco, solamente en su regi�n central se introdujo algo de maquinaria agr�cola moderna y se hicieron algunas inversiones en obras hidr�ulicas. Entre 1887 y 1895 se observ� un decremento en la producci�n de trigo y, a pesar de que sigui� siendo el mayor productor de ma�z y frijol de todo M�xico, en estos a�os las cosechas globales disminuyeron de 15 a 8% del total nacional. Sobrevino entonces la duplicaci�n del precio de los granos b�sicos, en tanto que los salarios permanec�an pr�cticamente igual. Aunque en 1901 se produjo un acusado repunte, en 1904 baj� hasta 7% de la producci�n nacional y, en t�rminos generales, sigui� este patr�n. El ma�z, por ejemplo, tuvo un incremento de 1895 a 1904; mas en el quinquenio siguiente se desplom� 37%, lo que elev� su precio 60%.

En 1906 la recolecci�n de trigo cay� 13% en relaci�n con 1895, la de frijol 18%, la miel 83%. La producci�n de az�car, por su parte, aument� 117%, el pulque 775%, y el aguardiente 725%. Las dos �ltimas cifras muestran que el procesamiento de la ca�a y el agave se prefiri� a la producci�n de granos b�sicos: el az�car, en virtud de los altos precios que alcanz� en el mercado internacional, y los otros dos por la creciente demanda interior.

A partir de 1906 las cosechas de trigo siguieron en descenso, por lo que sus precios aumentaron, pero con mayor mesura que el ma�z. Otro tanto ocurri� con las leguminosas. En 1904 se produjeron 317 mil hectolitros de frijol, y en 1906 tan s�lo 210 mil, creciendo su precio casi 40%. El contraste del garbanzo fue mayor a�n: si en 1901 se elev� cinco veces la producci�n lograda en 1895, para 1904 y 1906 cay� a menos de la mitad.

Otro producto que corri� la misma suerte fue el piloncillo, que comenz� a ser desplazado por el az�car, cuya industria se concentr� en el centro y el sur del estado, que en conjunto representaba 80% del total del consumo alcanzado hacia 1906.

Caso contrario ocurri� con la cebada: en 1895 se cosecharon 68 mil hectolitros, valuados en 300 mil pesos, mientras que en 1906 su producci�n aument� a 190 mil, s�lo que se produjo un estrepitoso desplome en su valor por lo que su costo total no lleg� a 70 mil pesos. De arroz, que se cultivaba perfectamente en la regi�n de Ameca, Ahualulco, Ciudad Guzm�n, Autl�n y Mascota, en 1895 se cosecharon 400 toneladas, en 1906 se elevaron a 1750, pero el precio tambi�n baj� de tal manera que no represent� aumento alguno en efectivo.

Las bebidas que se obten�an del maguey eran el tequila, producido en f�bricas del centro de Jalisco; el mezcal, de procesamiento m�s rudimentario, y el pulque, de elaboraci�n netamente dom�stica. Las estad�sticas no diferenciaron el tequila del mezcal hasta 1904, pero desde entonces y hasta 1906 puede notarse que el tequila aument� el importe total de su producci�n casi en 30 % mientras que el mezcal cay� a menos de 15 %. El pulque, por su parte, lleg� en 1895 a alcanzar los 3 700 hectolitros y en 1901 obtuvo la cifra r�cord de 51 300, para caer a la mitad tres a�os despu�s. Del aguardiente de ca�a de az�car se llegaron a producir poco m�s de 50 mil hectolitros en 1901, pero en 1906 s�lo se lleg� a los 27 mil.

La ca�da m�s pronunciada la sufri� el algod�n. En 1901 fue de 500 toneladas la cosecha —95% producido en la regi�n de Autl�n—; al a�o siguiente s�lo se recolect� una tonelada, por el rumbo de Ameca. La causa principal fue la masiva importaci�n de algod�n texano que se hizo posible por la v�a del ferrocarril. En modesta contraparte, la producci�n de ixtle se elev� considerablemente a partir de 1901, alcanzando a representar, en 1906, 2.3 % de la producci�n total del pa�s.

Para 1902 la superficie de tierras cultivables en Jalisco, con propietario, era de 4 355 000 hect�reas: para 1906 lleg� a los seis millones, lo que signific� un incremento por arriba del 37 % de terrenos que anteriormente eran bald�os o estaban en poder de comunidades ind�genas. A tal punto lleg� la situaci�n por la falta de tierra cultivable, que los campesinos procedieron a hacer coamiles, esto es, a talar bosques para abrir nuevos espacios a la agricultura. En la entidad se sembraron como m�nimo 11 500 hect�reas en esa situaci�n, con la consecuente destrucci�n de montes y bosques.

Aunado al desplome agr�cola, el incremento poblacional se acentu� y se torn� verdaderamente problem�tica la provisi�n de productos alimenticios. V�ase el caso del ma�z.

Cuadro que relaciona el crecimiento de la poblaci�n, mientras desciende la provisi�n de productos alimenticios como el ma�z en 1895, 1901 y el �ltimo a�o de 1909, cuando el ma�z tiene una baja en producci�n.

Por su parte, la actividad ganadera, en otro tiempo generadora de importante riqueza, al comenzar este siglo observ� tambi�n un marcado descenso. Para 1903 su valor total era de 18.5 millones de pesos mientras que en 1909 con dificultad llegaba a los 17 millones. Si en 1903 hab�a en Jalisco un mill�n de bovinos, para 1909 baj� a 735 mil cabezas. Comoquiera, hasta 1902 la entidad se mantuvo como la principal productora de ganado vacuno y leche, lo que representaba 10% del total nacional.


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