La v�a del Caballo Blanco


Viniendo desde la frontera norte por la costa del Pac�fico deber� viajarse muchas horas paralelamente a la magn�fica Sierra Madre, pero al ingresar a Jalisco, el principal eje monta�oso de Am�rica no se pasa subiendo sino bajando por unas fallas conocidas antes como las barrancas de Mochitiltic y hoy Plan de Barrancas. Hay quien asegura que �ste es precisamente el comienzo de la Sierra Madre del Sur. Mucho m�s que lo bajado al principio debe ascenderse despu�s para que el plano, la laguna y las minas de �palo de Magdalena den la bienvenida al altiplano central. En la actualidad una nueva autopista salta las barrancas gracias a unos puentes espectaculares, uno de los cuales se encuentra en un sitio que ha respondido desde hace mucho al sugestivo nombre de Salsipuedes.

El siguiente paso despu�s de Magdalena es una comarca, una poblaci�n y un volc�n apagado, con su muy caracter�stica tetilla en la cima, que comparten uno de los nombres m�s famosos de M�xico: Tequila. En efecto, es la tierra sembrada de sus exclusivos agaves azules que se extienden hasta la ceja de la consabida barranca del r�o Santiago, y que en la propia localidad de Tequila y en las cercan�as de Amatit�n son convertidos desde hace m�s de cuatrocientos a�os en el conocid�simo aguardiente que es considerado la "bebida nacional".

De aqu� a Guadalajara la distancia es ya breve, mas conviene estar atento para contemplar el enorme bosque de la Primavera que, menguado y todo, constituye uno de los principales pulmones del ya sobrepoblado valle de Atemajac.


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