Al amparo de la nueva Constituci�n, las organizaciones de trabajadores cobraron nuevo impulso. En 1918 fue creada la Confederaci�n Regional Obrero Mexicana (CROM
), que ejercer�a por m�s de una d�cada una influencia muy notable en todo el panorama nacional. En Jalisco tard� un poco en hacer sentir su fuerza; pero cuando se asoci� con la Casa del Obrero Mundial y el Centro Radical Femenino, pudo afrontar con �xito la campa�a antisindicalista encabezada por la Iglesia.
En octubre de 1918, cuando el campo parec�a limpio de rebeldes y bandidos y menguaban las pasiones religiosas, fue lanzada la convocatoria para elegir gobernador. Sali� triunfador Luis Castellanos y Tapia, acaudalado terrateniente de Ocotl�n, quien gozaba del apoyo de Carranza, ahora con marcada preferencia por los civiles que no hubiesen participado directamente en la contienda. Castellanos tom� posesi�n el 1 de marzo de 1919, cuando nuevos nubarrones se asomaban en Jalisco por causa de las pr�ximas elecciones presidenciales. En junio, Álvaro Obreg�n anunci� su candidatura en contra de Carranza, quien apoyaba al ingeniero Ignacio Bonilla.
La mayor�a de los jaliscienses prefer�a a Obreg�n, en cuyo respaldo se crearon varios partidos pol�ticos. Lo mismo parece haber ocurrido en todo el pa�s, por lo que sobrevino la consabida revuelta. Carranza huy� finalmente de la capital, pero fue asesinado en Tlaxcalantongo.
El mismo d�a de su entierro 24 de mayo de 1920, el Congreso General nombr� presidente provisional a Adolfo de la Huerta. As� lo hab�an propuesto los obregonistas en el Plan de Agua Prieta, promulgado el 23 de abril anterior, cuando se acus� a Carranza de traicionar al movimiento constitucionalista. Qued� as� abierto el camino para la ascensi�n de Obreg�n.
En Jalisco, Ignacio Ramos Praslow se convirti� en gobernador por espacio de tres meses, a partir del 12 de mayo de 1920, durante los cuales promulg� una Ley Org�nica de Instrucci�n P�blica que reuni� diferentes disposiciones anteriores y cre�, adem�s, un tipo de escuelas sostenidas por los empresarios para sus trabajadores conocidas como Art�culo 123. Asimismo, se dio a la tarea de quitar de la administraci�n p�blica a cuanto carrancista hubiera en ella.
De la Huerta, por su parte, prefiri� agrupar a todos los revolucionarios, logrando
que en la entidad se diera forma a la Gran Confederaci�n de Partidos Revolucionarios
de Jalisco, que promovi� la gubernatura interina de Francisco Labastida Izquierdo
y respald� la candidatura presidencial de Obreg�n, quien finalmente tom� posesi�n
el 1 de diciembre de 1920.