La unidad nacional


La campa�a de �vila Camacho por Jalisco se realiz� a principios de 1940, ganando el apoyo de muchos conservadores jaliscienses al hablar de respetar "a las familias y a las conciencias" y pronunciarse en contra de la educaci�n socialista. Tan pronto termin� su gira por el estado, a mediados de febrero, arrib� Almaz�n a Guadalajara, quien reuni� tambi�n multitudes enormes.

Despu�s de unas controvertidas elecciones, realizadas en julio de 1940, �vila Camacho tom� posesi�n el 1 de diciembre, procurando integrar su gabinete con representantes de todas las tendencias pol�ticas "emanadas de la Revoluci�n". No obstante, el nuevo mandatario tuvo que enfrentar el creciente rumor de un posible levantamiento armado de los partidarios de Almaz�n, quienes aseguraban que se les hab�a robado el triunfo.

En Jalisco apenas hab�a sobrevenido la calma, despu�s de la agitaci�n electoral que opac� la gesti�n de Barba Gonz�lez, cuando comenzaron a moverse las aguas por causa del cambio de dirigente estatal y el temor de que los alemanes atacaran el territorio mexicano. Para prevenirlo se convoc� en Mazatl�n a una reuni�n de gobernadores de los estados con costas en el Pac�fico, la cual fue encabezada por el ex presidente L�zaro C�rdenas, ahora comandante de la Regi�n Militar del Pac�fico. El discurso inaugural fue pronunciado por el mandatario jalisciense, quien acus� a la Iglesia de aprovechar los sentimientos religiosos del pueblo mexicano para inclinarlo a favor de "los pa�ses totalitarios", lo que caus� gran revuelo y gan� el respaldo de diversos sindicatos, agrupaciones campesinas y el mismo Congreso de Jalisco, que le manifestaron su apoyo y adoptaron actitudes muy amenazantes para el recientemente creado Partido Acci�n Nacional (PAN), la Uni�n Nacional Sinarquista (UNS) y el propio clero. Pero a partir del 22 de mayo de 1942, cuando el gobierno de M�xico declar� la guerra a los pa�ses del Eje, procuro evitarse la discordia interna y pas� a pregonarse que deber�a imperar en todos los mexicanos el sentido de unidad, disciplina y trabajo.

Contribuy� tambi�n a una mayor armon�a entre los jaliscienses el que, desde fines de 1936, se hubiera convertido en arzobispo Jos� Garibi Rivera, oriundo de Guadalajara y mucho m�s proclive a la concordia que su antecesor.

En lo que a educaci�n se refiere, desde fines de 1941 la postura gubernamental se hab�a vuelto m�s condescendiente. Por una parte, se cre� una Comisi�n de Fomento de la Iniciativa Privada, con �nimo de que �sta se incorporara a las tareas educativas del r�gimen; y, por otra, se procedi� al cese de maestros muy radicales.

Tambi�n en el Congreso se discuti� la modificaci�n del art�culo 3�, lo que aviv� de nueva cuenta el encono contra el precepto. En Jalisco, la Federaci�n de Estudiantes Universitarios y la Uni�n Nacional de Padres de Familia encabezaron el ataque, en tanto que las acciones del FESO, a favor de la educaci�n socialista, ahora pasaron pr�cticamente inadvertidas en virtud de que ya no contaban con el apoyo del gobierno federal.

Comoquiera, las cosas no se hicieron con la rapidez deseada por los enemigos de dicho art�culo. A fin de 1941 se promulg� una nueva Ley Org�nica que introduc�a algunas enmiendas de importancia: se daba un trato m�s favorable al clero en las escuelas particulares y se planteaba la pretensi�n de formar en los educandos �nimo solidario y amor patrio. Quedaba claro, adem�s, que el Estado seguir�a siendo el rector de la educaci�n. Esto fue sin duda un paso hacia la modificaci�n definitiva del mencionado art�culo, realizada en octubre de 1946.

A partir de 1942, el quehacer educativo del pa�s comenz� una �poca de relativa calma; esto le permiti� observar un acusado repunte en el establecimiento de planteles, con el incremento consiguiente de alumnos. Adem�s, por lo menos en Jalisco, comenz� a observarse un aumento de escuelas privadas en todos los niveles, gracias a que la jerarqu�a eclesi�stica pregonaba ahora que ya se pod�a mandar a los ni�os "sin temor a las escuelas particulares".

Con objeto de que el PRM lo postulara para gobernador del estado, en junio de 1942, Marcelino Garc�a Barrag�n emprendi� una gira por el sur de Jalisco en busca de apoyos. Su resultado fue un �xito, pues alcanz� la designaci�n y triunf� en las elecciones de fines de noviembre, las cuales fueron observadas directamente por el presidente durante una visita oficial a Jalisco. Su toma de posesi�n tuvo lugar el 1 de marzo de 1943.


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