Universidad sin clase


Tal vez no sea casual, por otro lado, que la universidad p�blica de Jalisco sea la �nica en todo el pa�s que no lleva el nombre del estado sino el de su capital. Gonz�lez Gallo, Y��ez y todos los gobernantes posteriores, con mayor o menor intensidad, han procurado acrecentar el subsidio y el patrimonio de la Universidad de Guadalajara, que ha llegado a recibir casi a doscientos mil alumnos. Cerca de la mitad de ellos en el nivel de preparatoria y la otra para cursar las diferentes y cada vez m�s numerosas licenciaturas, en tanto que los estudios de posgrado, habiendo algunos de muy buen nivel, son muy recientes y tienen una inscripci�n muy reducida.

Adem�s de los deseos de que la educaci�n superior fuese cada vez m�s generalizada, la universidad ha sido motivo de especial atenci�n por su posibilidad de alterar la tranquilidad p�blica, como lo ha hecho en m�s de una ocasi�n, con base en su organizaci�n estudiantil mayoritaria y durante muchos a�os oficialmente reconocida: la Federaci�n de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

A fines de los a�os cincuenta y a principios de los sesenta, un grupo conocido entonces como "La Mafia", encabezado por Carlos Ram�rez Ladewig —hijo del otrora gobernador Margarito Ram�rez—, desplaz� de la organizaci�n a otros v�stagos de ex mandatarios locales que coincid�an en aspirar al liderazgo estudiantil. Finalmente, Ram�rez Ladewig alcanz� a ejercer un control casi absoluto de la casa de estudios y de las escuelas secundarias del sistema educativo estatal, mediante una eficiente combinaci�n de irrestricta fidelidad al gobierno con una fuerte represi�n a la disidencia interna, a lo que se aunaba una ret�rica fuertemente populista. Se gan� as� un amplio respaldo entre los muchos estudiantes poco estudiosos, aunque fuera a costa de que descendiera el nivel acad�mico.

Su colaboraci�n con el gobierno federal en ocasi�n de los disturbios populares y la crisis del a�o 1968, trajo como consecuencia que la de Guadalajara fuese la �nica universidad p�blica mexicana que no se sum� a la huelga. Este hecho consolid� la hegemon�a de dicho grupo, pues se gan� una irrestricta confianza oficial, buenas recompensas a sus miembros destacados, la protecci�n de la comandancia militar y una cantidad considerable de armas id�neas para su funci�n. A partir de ah�, los ex l�deres estudiantiles accedieron, entre otras prebendas, a ser diputados estatales y federales y se convirtieron en altos funcionarios universitarios, desplazando con buenos y malos modos a todo aquel que les pudiera ocasionar problemas, ocupara un cargo cuyo desempe�o les pudiera interesar o, simplemente, no se plegara a sus deseos en forma incondicional.

En 1973, con �nimo de alcanzar la gubernatura, Ram�rez hizo que la FEG y la universidad dieran un dr�stico "viraje a la izquierda", a la saz�n conforme con la t�nica del discurso oficial. La intenci�n fallida era congraciarse con el presidente Luis Echeverr�a, a cuya sombra, quiz� sin que �l mismo tuviera conocimiento preciso, hab�a surgido en Guadalajara un violento grupo opositor a la FEG que le caus� a �sta no pocos dolores de cabeza, mat� algunos de sus cabecillas y alter� sensiblemente la vida de los tapat�os.

El mismo Ram�rez, considerado el "ide�logo" de la universidad, fue asesinado en 1975 y, bajo el liderazgo simb�lico de su hermano, aceptado por los ex presidentes de la organizaci�n estudiantil como el fiel de la balanza, la instituci�n sigui� el camino por el que su misma inercia la llev� cerca de 15 a�os m�s.

Durante la "bonanza" del sexenio de Jos� L�pez Portillo, aparte de las fuertes limitaciones pol�ticas que el gobernador Flavio Romero de Velasco (1977-1983) logr� imponerle al ahora llamado Grupo de la Universidad, hubo recursos suficientes para emprender diversas construcciones que aumentaron el patrimonio de la casa de estudios. En cambio, el progresivo menoscabo acad�mico y an�mico facilit� el crecimiento no s�lo de la cincuentenaria Universidad Aut�noma de Guadalajara, sino tambi�n del Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), fundado por los jesuitas en 1957.

Por cierto que el nacimiento de este �ltimo ocasion� una gran molestia en el seno de la Universidad Aut�noma de Guadalajara. Se lleg� al extremo de que los llamados Tecos, en quienes descansa el r�gido control pol�tico de sus estudiantes y la pulcritud de su ideolog�a, en mayo de 1958 agredieron ostensiblemente las instalaciones de los jesuitas, a la saz�n en el centro de Guadalajara, caus�ndoles cuantiosos da�os.

A partir de la fundaci�n del ITESO fueron diluy�ndose, hasta su casi total desaparici�n, los enfrentamientos de los Tecos con los estudiantes de la universidad estatal.

Otros planteles de educaci�n superior m�s j�venes, que tambi�n se beneficiaron tanto del extremismo de la Universidad Aut�noma de Guadalajara como del deterioro ocasionado por la FEG en la del estado, fueron la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), fundada en 1979 por cl�rigos seculares, la Universidad Panamericana, del Opus Dei, establecida en 1981; el Instituto Tecnol�gico de Estudios Superiores de Monterrey (TEC) y varios m�s de importancia mucho menor. A todas ellas fueron a dar muchos j�venes de clase media y alta atra�dos por la constancia, el buen comportamiento y el orden que preconizaban y exig�an.

El declive de la Universidad de Guadalajara, debido tambi�n a los bajos salarios y a la escasez de alicientes, consecuencia del aumento desmedido de alumnos y necesidades, y de la corrupci�n interna, provoc� que los estudiantes y maestros m�s inquietos siguieran emigrando a la ciudad de M�xico y a otros lugares. Ello ocasion� que la vida cultural en la entidad no se desarrollara al igual que en otras partes de M�xico; la pobreza en este aspecto que caracteriz� a la vida tapat�a durante los a�os sesenta, cuando incluso dej� de ense�arse la historia y la geograf�a de la regi�n en las escuelas, propici� que fueran otras instancias las que constituyeran la base del despertar y el repunte que se inici� en la d�cada siguiente.


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