El Ceboruco es un gran volc�n aparentemente dormido. En realidad sigue activo, y su �ltima erupci�n ocurri� en el a�o 1870. A �sta se debe un espect�culo impresionante para el viajero: un enorme derrame ca�tico de piedras negras atraviesa la carretera entre Ahuacatl�n y Tetitl�n. Su alta mole domina y aplasta el valle encajonado que corre desde Ixtl�n del R�o hasta Chapalilla.
Los municipios vecinos (Ixtl�n, Amatl�n de Ca�as, Jala, Ahuacatl�n) est�n ocupados por las estribaciones del volc�n Ceboruco, por la sierra de Pajaritos, que levanta una muralla entre Amatl�n y Ahuacatl�n, y por la sierra de San Pedro, al norte. La naturaleza hizo algo para esta zona monta�osa, d�ndole algunos valles f�rtiles. Los m�s feraces se encuentran en el municipio de Jala, a la sombra del Ceboruco. Son peque�os, pero fertilizados por las cenizas que arroj� cada erupci�n del volc�n. Por eso Jala se enorgullece de tener milpas alt�simas y de criar las mazorcas m�s grandes del mundo sin usar fertilizantes. Las calabazas, las calabacitas y otras hortalizas alcanzan tambi�n impresionantes tama�os, por lo que parecen salidas de cuentos de hadas. De las tierras altas de Jala vienen los mejores duraznos de la regi�n, que produce tambi�n ciruelas y miel. La agricultura, la ganader�a, la fruticultura y la explotaci�n de los bosques son las fuentes de trabajo de este municipio.
En el valle, al lado de su r�o, Ixtl�n del R�o merece su nombre de anta�o: Ixtl�n de Buenos Aires. El valle estrecho, que es m�s bien corredor, baja de oriente a poniente, lo cual provoca una brisa agradable en el d�a y noches siempre frescas. Rodeado de impresionantes y �ridas monta�as, Ixtl�n debe su riqueza a la feracidad del suelo, al r�o que lo riega y a la carretera federal que ha desarrollado su actividad comercial. Da gusto ver la ca�a, la milpa, el cacahuate, la verde alfalfa, en medio de las sierras pardas.
El mismo paisaje sigue por Ahuacatl�n, pueblo tambi�n dotado como Ixtl�n, pero que, un poco retirado de la carretera, parece m�s tranquilo. Ahuacatl�n, por eso mismo, conserva m�s belleza del pasado que Ixtl�n, en donde la piqueta del progreso hizo estragos.
�sta es una de las pocas regiones con tradici�n de ganader�a lechera. La panela de Ixtl�n es tan famosa como su panocha. Todo el valle siembra ca�a y los peque�os trapiches siguen activos.
Amatl�n de Ca�as forma el rinc�n meridional de esta regi�n. Vive sobre la frontera de Jalisco el r�o Ameca, incomunicado con Nayarit por la sierra de Pajaritos. Tiene poco de extenderse ah� la carretera Ahuacatl�n-Amatl�n. Encerrado por serran�as, por todos lados, Amatl�n se ha instalado en un valle de gran fertilidad entre la muralla de piedra y el r�o Ameca. Siembra un poco de todo, pero la principal producci�n frut�cola es la pitaya.