Desde Honduras hasta el r�o Sinaloa, sobre 1 000 000 de km�, se extiende lo que los arque�logos desde 1943 llaman Mesoam�rica. En este espacio, que no incluye el norte del actual M�xico, coexisten grupos humanos emparentados entre s� y muy distintos de los que viven al norte y m�s al sur. No se trata de pretender que existi� una unidad �tnica o ling��stica, tampoco de hablar de uniformidad cultural; pero son muchos los rasgos comunes entre tantas poblaciones que comparten la trinidad agr�cola, ma�z-frijol-chile; la cer�mica; la metalurgia del oro y de la plata, del cobre y del bronce; la construcci�n de pir�mides escalonadas, el uso de calendarios propios, tanto solar como ceremonial; la invocaci�n de divinidades bastante parecidas. As� como en el Viejo Mundo se vale hablar de indoeuropeos, se vale hablar de Mesoam�rica.
Los arque�logos nos dicen, con la reserva de nuevos descubrimientos, que Mesoam�rica funcion� como un �rea cultural a partir de los olmecas, o sea a lo largo de 3 000 a�os. Lo que no se ha aclarado hasta la fecha es la permanencia o al contrario, las fluctuaciones de Mesoam�rica adentro de sus fronteras m�s amplias. Los conocimientos actuales, muy insuficientes por cierto, obligan a la prudencia. Lo �nico que se puede decir es que s� hubo extensi�n y disminuci�n de dicha �rea cultural, especialmente en sus m�rgenes septentrionales, es decir en nuestra zona, y que la expansi�n m�xima de Mesoam�rica parece coincidir en el tiempo con el apogeo de Teotihuacan.
En ese territorio de amplitud variable que es Mesoam�rica a partir de 1 700 a.C., m�s all� de la comunidad de civilizaci�n, existe una gran diversidad regional y local. El istmo de Tehuantepec separa el mundo oriental, fuertemente marcado por la familia maya, del mundo occidental, nuestra Mesoam�rica.
Los arque�logos proponen una subdivisi�n en siete zonas principales: altiplano central, Guerrero, tierras altas del sur, golfo sur, golfo centro, golfo norte y occidente. Dicho occidente va desde el r�o Balsas al sur hasta el r�o Sinaloa al norte. Esa �ltima regi�n, en la cual se encuentra Nayarit, ofrece una gran variedad de grupos humanos. Sigue siendo mal conocida, aunque recientemente se hayan multiplicado las excavaciones y los estudios.